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|❥| Capítulo 2

“Power over me - Dermot Kennedy”

Después de haber pasado dos días, Mía se sentía en casa de nuevo. Había ido al parque el día anterior y una sonrisa siempre se formaba en su rostro al ver a todos aquellos niños jugar y correr mientras sentían que no había nada a su alrededor. Éso la hacía sentir viva.

Ella no había visto a Mike en éso dos días pero por primera vez se prohibió pensar en él, no quiere que el chico forme parte de sus pensamientos. Hoy sería cuándo volvería a la escuela de nuevo, estaba en segundo año y éso la ponía nerviosa. Nunca fue de buscar problemas, pero tampoco le caía bien a todos y ahí entraba Clara.

La pelirroja siempre se miraba al espejo por las mañanas, era su hobby. Sabía que era una belleza exótica y éso le gustaba. Su cabello rojo, pecas en las mejillas y los ojos azules gracias a su madre, nadie podía negar que era realmente hermosa, pero algunos por envidia a sus atributos la molestaban casi siempre.

—Hija, ¿Ya estás lista? —le dijo su madre abriendo la puerta de su habitación.

—Sí, estoy nerviosa. —admitió mientras dirigía su mirada en su dirección y Martha la abrazó dándole una sensación de tranquilidad.

—Lo sé, pero no tienes nada de que preocuparte, todo irá bien. —le dijo agarrando el peine y cepillando los mechones rebeldes de su hija—. ¿Estás nerviosa por empezar las clases o por Mike? —No era un secreto para ella que su hija estaba enamorada de su mejor amigo, pero sólo ella sabía lo que sentía realmente por él, esperaba que algún día se diera cuenta por sí misma.

—No digas tonterías mamá —dijo con voz temblorosa. Por algún motivo le daba cierta vergüenza que supiera sobre sus sentimientos—, claro que es por las clases, sabes que éste año los exámenes son más complejos.

—Mi niña hermosa —Martha acarició su cabello mientras decía aquellas palabras—, estar enamorada es lo más hermoso que pueda haber, pero debes saber reconocer de qué trata. —soltó esas palabras y acto seguido dejó la habitación sin decir ninguna otra palabra.

Su madre era una mujer muy sabía, y que le dijera aquello la dejaba muy confundida, no sabía que significaba.

—Recuerda, si te piden un lápiz dices que no eres una fábrica, si llegas tarde a un turno de clases dices que te estabas desangrando, si... —dijo su padre enumerando con sus dedos. Mía lo detuvo antes de que llegara tarde a un turno de clases de verdad.

—Papá, ya no soy una niña. —rodó los ojos mientras veía a su padre divertida. Recuerda cuándo era pequeña y su padre siempre le repetía lo mismo, estuvo muy agradecida con él porque gracias a éso nadie se metía con ella, obviando los pequeños comentarios hacia su físico.

—Lo sé, pero siempre serás mi pequeña lucero. —miró con melancolía a su hija. La conexión que tenían era muy fuerte, éso que dicen que siempre los hijos tenía una preferencia por uno de sus padres, ella quería a los dos por igual pero siempre prefirió más a su papá. Talvez porque era el que más la mimaba.

—Tengo que irme, cuídate pá. —acto seguido salió del coche y cuándo su padre se fue se permitió por fin mirar a su alrededor y maldecir todo. Odiaba la escuela, ¿Y quién no?

—Pero miren quién está aquí. —suspiró al escuchar su voz. Se dió la vuelta y ahí estaba él, Mike.

—¡Hola! —La emoción se filtró entre sus palabras, de nuevo puede sentir su corazón latiendo rápido.

El castaño se acercó a Mía y le dió un abrazo muy caluroso para la pelirroja.

—Llegaste temprano, éso es un logro. —dijo divertido y haciendo que ella suspirara, ésta vez no de amor.

—Déjame tranquila Mike, siempre llego temprano. —lo miró enojada o al menos éso intentaba. Aunque por la cara divertida de él, presentía que no lo lograba ni un poco.

—Bueno, si tú dices. —se rió y agarró lo mano de Mía, la arrastró hacia un grupo de chicos que estaban hablando, o mejor dicho, estaban gritando.

—Miren a quién tengo aquí. —dijo Mike mientras pasaba su brazo por encima de los hombros de la chica. Éso la puso a mil.

—¡Mía! —Ella sintió que la separaban de los brazos de su amigo y quiso protestar por éso, pero se olvidó de él cuándo vió a una castaña frente a ella que la miraba emocionada.

—¡Samy! —gritó al igual que su amiga. Era la hermana de Mike, siempre estuvo en su infancia y se convirtió en una hermana para ella, y más cuándo ocurrió aquel evento y estuvo para ella apoyándola.

—No lo puedo creer, pensé que te habías olvidado de mí. —le dijo jalándole un mechón de su cabello.

—Cómo me voy a olvidar de tí, deja el drama. —Mía rodó los ojos divertida, era una manía más que todo. Extrañó mucho a su amiga en los tres meses de vacaciones que tuvo.

—Me alegro que no, pero no te perdonaré tan fácil que me dejaste sola con el troglodita de mi hermano. —El mencionado hace un segundo hace acto de presencia pellizcando el brazo de su hermana. Mía sonrió porque estaba feliz de que todo siguiera igual.

Ella saludó a los chicos que estaban presente los cuáles eran amigos de Mike, y se llevaba con ellos por encuentros que han tenido todos juntos.

Escuchó el timbre sonar y rápido todos fueron a sus respectivas aulas, pero una persona que pasó por su lado no se fijó y la tumbó al suelo. Ella levantó su cabeza y se encontró con una cara muy conocida.

—Levántate. —dijo aquella persona y se fue. No entendió nada y su amiga tampoco. Lo dejó pasar sólo porque vió cómo Mike se le quedaba mirando mientras pasaba.

Éso le dolió... Y mucho que sí.

La pelirroja estaba en el turno de matemáticas, no era su clase preferida, la de nadie en realidad, pero ése día específico su cabeza hacía decido soñar con el moreno del cuál está enamorada.

La manera en la que él la miró, fue tan doloroso para ella y más al saber que nunca recibirá una mirada así de su parte. Ella se odiaba porque siempre está pensando en él, siempre se preguntaba que estaría haciendo, si él también pensaba en ella. Siempre se hacía las mismas preguntas y ninguna parecía tener una respuesta que le gustara.

Usualmente se preguntaba si amar se sentía así, ¿Éso es el amor? Suspirar por alguien y que ésa persona sólo te vea cómo una hermana y no cómo deseas, que siempre le ayudes en lo que necesite y cuándo tú lo necesitas él no esté disponible. Pero ella no lo podía odiar por éso porque quiera o no, él fue el único que le dió apoyo, sin mencionar a su amiga Samy, él fue el que la ayudó a superar y a avanzar en aquel momento de su vida.

Suspiró cuándo la campana sonó, la clase había pasado muy rápido para ella, mientras para sus otros compañeros fue un calvario escuchar al profesor hablar de problemas matemáticos o figuras geométricas cómo si estuvieran en primaria.

—Tierra llamando al planeta Marte, ¿Hay alguna señal de vida? —preguntó su amiga poniendo sus manos en forma de megáfono alrededor de su boca.

—¿No tienes nadie más a quién molestar? —le preguntó divertida Mía mientras la castaña le devolvía la mirada ofendida. Samy colocó su dedo índice en la frente de la pelirroja y acto seguido la impulsó hacia atrás.

—Eres mi mejor amiga, entras en el Top 1 de mis personas favoritas para molestar. —dijo después de cruzarse de brazos y fingir enojo.

Algo que le gustaba mucho a Mía de su amiga era su actitud relajada e infantil. Muchos pensaban que era muy inmadura pero la realidad es que no existía alguien tan maravillosa y liberal cómo ella, decía las cosas sin filtro alguno y no le importaba lo que pensaran las personas, por éso cuándo se conocieron a la edad de cinco años ellas habían congeniado tan bien.

—Cierto, no tienes más amigos, y la chica rubia que siempre está contigo no es tu amiga. —le dijo Mía entrecerrando sus ojos en dirección a su amiga. Ésta bufó y agarró el brazo de ella y lo entrelazó en el suyo para después caminar por el pasillo de la enorme escuela, para ser LostVille un pueblo chiquito, sus casas y escuelas eran realmente grandes.

—Éso no es importante ahora, la noticia del año es la fiesta de Hilary. —chilló emocionada Samy y es que sólo pensar en la idea de estar en la fiesta más grande del año, la volvía loca.

Pero en éso se diferenciaban Mía y ella, era muy diferentes pero iguales al mismo tiempo. A Mía no le gustaban las fiestas pero a Samy le encantaban, y siempre intentaba convencer a su amiga pero ésta nunca daba su brazo a torcer. A una le gustaba el queso y la otra prefería el jamón.

En resumen, tenían sus diferencias, todos las tienen.

—Samy, sé lo que viene ahora. —la miró y pararon de caminar cuándo Mía añadió—: No iré a ésa fiesta. —Sólo ésas palabras bastaron para que la morena estuviera molestándola todo lo que quedó de la tarde y noche, y mañana y día, y por supuesto, lo que quedó de semana.

Pero no sucederá algo de lo que Mía se arrepienta... ¿O si?

Habían pasado cinco días, cinco días infernales para Mía escuchando a su mejor amiga, casi hermana, que fuera con ella a ésa fiesta. Pero le pareció una bajeza intentar convencerla al mencionar que su crush por años iría a ésa fiesta.

Y es que Mike en éso se parecía a su hermana, los dos preferían estar en la calle que en su casa, muy a diferencia de Mía, la cuál no tenía un vestido para la ocasión y Samy le tuvo que prestar uno, por lo menos las tallas eran iguales, bueno casi iguales, a veces la pelirroja se preguntaba si alguien más tenía la misma complexión física que ella. Su cuerpo delgado entró bien en el vestido pero cómo nunca nada le salía bien, sus pechos tuvieron que ponerse en su contra.

—A ver, no te muevas, sí... sí así, ¿Más duro? Resiste un poco más, no duele tanto. —Las chicas se encontraban en la habitación de la morena mientras ésta ayudaba a su amiga ponerse el vestido, entró por debajo pero a la hora de llegar arriba, específicamente a sus pechos, éste puso mucho resistencia.

Samy creía que Mía tenía mucha suerte de tener un cuerpo como ése, mientras Mía creía que su amiga se había sacado la lotería con su cuerpo moreno y cabello castaño en cuál siempre traía unos rizos hermosos. Cuándo por fin el vestido entró por completo ambas se miraron en el espejo, y la imagen de las dos sudadas y sofocadas las hizo reír a carcajadas. Se podía malinterpretar de muchas formas su estado.

—¿Lista? —le preguntó Samy.

—Espero que sí. —le respondió con voz nerviosa a su amiga. Se miraron y asintieron al mismo tiempo cómo si estuvieran sellando un pacto silencioso.

Oh Mía, debiste pensarlo mejor...

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¡Hola! 🤍

Me alegra muchísimo que sigan acompañándome en ésta aventura, estoy muy agradecida con ustedes ❤️‍🩹

Debo decir que es la primera vez que escribo en ésta forma verbal y es todo un reto porque nunca he explorado ésta tierra 🙈 pero espero que me esté llendo bien y no me encuentre con un dinosaurio en medio de tanta jungla.

Ahora, díganme, ¿Qué opinan sobre la fiesta a la que va Mía?

¿Creen que pase algo interesante? 👀

Bueno ya veremos 😶‍🌫️

¿Y que opinan de Samy?

Es un personaje nuevo y ya tengo ganas de que conozcan a los demás 😈

En fin, es un placer que estén aquí conmigo, por favor dejen sus bellos comentarios y votos que tanto me gustan 😽

Si notan algún error díganmelo que en vez de molestarme éso me ayuda bastante en éste camino tan lleno de piedras 🤍

¡Los veré pronto! ✨

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