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Dedicado a CarolineJooheon

🐾❤🐾

La cena transcurrió mágicamente, para nada Jimin esperaba reírse tanto del maestro de sus cachorros, era tan encantador y sensible, en especial con los niños, realmente los adoraba y por alguna razón amaba particularmente a sus hijos. Y eso para Jimin era lo mejor de la vida. Cualquiera que pudiera hablar tan bien de sus bebes, merecia ser parte de su familia, porque su familia, después de ser exiliado de la manada, eran sus amigos. Hoseok, Jin, Jaemin y sus hijos y ahora quizás Yoongi podría entrar a ese círculo tan exclusivo que él llamaba familia.

Despues de cenar y dejar el restaurante caminaron por el parque, aunque ya era tarde, todo habia sido tan complejo y cargado de emociones, no se dejaba de sentir bien, se sentía realmente bien. Y el corazón de Min Yoongi latía desenfrenadamente en su pecho, cada vez que Jimin hablaba, o cuando parpadeaba, cuando su sonrisa ocupaba su rostro incrementando el volumen de sus mejillas y sus ojos se convertían en dos pequeñas curvas (que el fácilmente podría comparar con las puertas del edén) el sentía ensancharse su órgano vital. No necesitaba nada mas.

Yoongi se detuvo para observar el paisaje, Jimin lo hizo a su lado. Ambos contemplaron la vista de la ciudad iluminada, los autos deslizandose de un lado a otro dejando estelas a su paso. El vapor saliendo de sus labios y narices. El silencio acogedor que los rodeaba solo dejaba escuchar las ruedas de los autos atravesándo el pavimento. No necesitaban llenar el ambiente con nada. Pero Yoongi debía decirlo.

-Jimin, realmente eres una persona espectacular- espetó de repente dejando a Jimin congelado por unos segundos

-En realidad no lo soy- negó bajando la cabeza mientras se miraba los pies

-Lo eres- Yoongi se puso de frente a él capturando toda su atención- en realidad, eres la persona más fuerte que he conocido nunca, eres fiel a tus sentimientos y actúas por amor, por amor a tus hijos. Eso te hace tan noble como nadie en este mundo- levantó su mano lentamente hasta la mejilla de Jimin que se sorprendió ante el contacto más no se alejó, se permitió disfrutar de los sentimientos que le trasmitía ese hombre

-En realidad solo soy un cobarde, huyendo de mi pasado. Huyendo de todo, viviendo el día a día con mis hijos, sin poder valerme por mi mismo. Solo soy un omega abandonado, indigno de todo- el dolor que transmitía el omega en sus palabras y el auto desprecio carcomían el interior de su alfa

-No lo digas así, eres tan digno como cualquier otra persona- Yoongi acortó las distancias y se agachó para capturar la mirada de Jimin, ambas manos en sus mejillas alzando su rostro- escucha Jimin, eres el omega más hermoso que conocí en mi vida, no solo por tu apariencia

Hermoso

-Dime, Jimin ¿Crees en el destino? Porque siento haber vivido toda mi vida sólo para llegar hasta aquí, justo hasta aquí- las palabras de Yoongi eran suaves, casi como una caricia, estaban tan cerca, demasiado cerca pero Jimin no quería apartarse, no quería retroceder, podía sentir en su interior un pequeño fuego que lo abrazaba armoniosamente, como una melodía en los días tristes, un rayo de sol en medio del frio, asi era la presencia de Min Yoongi para él.

-Yoongi, yo no...

-No- silencio la boca del menor con su dedo índice- no digas nada malo de ti, porque no lo creeré. No puedo creer todo lo que ves de ti.

-¿Por qué?

-Porque yo no lo veo así

El omega no podía evitar mirar los labios del mayor mientras hablaba, era tan dulce, lo hacía sentir apreciado. Sentía que valía por sí mismo. Cerró los ojos

-Tengo hijos

-Lo sé- afirmo- y te aseguro que esos pequeños también están en mi corazón, justo como lo estás tú

Eso fue todo, era todo lo que Jimin necesitaba oír para terminar con las barreras que lo separaban de Yoongi. Sabía que se lamentaría si no lo hacía.

Lo besó, Jimin besó a Yoongi tan delicadamente como temiendo que todo fuera un sueño y él no quería despertar de ser así. Las manos de Yoongi bajaron de su rostro hasta la cintura del menor y lo acercó aún más mientras que las de Jimin acariciaban su cuello con suavidad. Ojos cerrados, respiraciones lentas un vaivén de labios acariciándose entre sí y todo alrededor era amor, ternura y comprensión. Se soltaron minutos después dejando que sus miradas lo dijeras todo, Jimin posó su rostro en el pecho del alfa., ocultándose allí, escuchando el ritmo de sus latidos mientras que Yoongi lo envolvía en él cubriéndolo por completo, mentón en su cabeza, cerró los ojos y aspiró la dulce y relajante esencia de la lavanda. Ambos atesorarían ese instante para siempre.

🐺

El resto solo fue miradas enamoradas y sonrisas cómplices, no había manera de alterar ese instante de tranquilidad. Sus manos estaban entrelazadas y sus mejillas sonrosadas. Verdaderamente eran dos adolescentes viviendo su gran amor. Los lobos de ambos estaban en reposo, con pequeños jadeos de placer se dejaron caer en sosiego. El alfa de Yoongi no podía regocijarse más al saber que el omega de Jimin le correspondía, estaba satisfecho.

Llegaron a casa de Jimin donde ambos bajaron, un abrazo cálido y un pequeño roce de labios, ambos consideraron la idea de ir despacio, no solo por sus situaciones sino porque querían permitirse disfrutar de cada momento, por pequeño que fuese, junto al otro. Ya habría tiempo para todo lo demás, tenían toda una eternidad para disfrutarse.

-¿Podre verte mañana?

-Uhm, no lo sé, yo debo ir a la cafetería por la mañana

-Iré a verte cuando terminen las horas de clases ¿Qué te parece?

Jimin sonrió, jamás se imaginó que todo lo que le estaba ocurriendo le pasaría a él. Quizás era hora de dejar de flagelarse por sus errores del pasado. Su omega aullaba de alegría.

-Me parece bien, estaré allí hasta las cuatro de la tarde

-Llegaré después del mediodía- sonrió

Ambos se despidieron, aunque realmente no quisieran hacerlo. Yoongi espero a que Jimin entrará para partir. Se sentía joven y revitalizado, el amor le sentaba bien.

Jimin se quedó detrás de la puerta, sus mejillas dolían de tanto sonreír, cerró los ojos y se mordió los labios, aun llevaba la esencia de su alfa sobre él.

Su alfa

Eso se sentía realmente bien. ¿Hace cuánto no se sentía así de amado? El suficiente como para haberlo olvidado.

🐺

-Papi, está feliz hoy ¿El señor Min te dio buenas noticias?

-Creo que el señor Min le dio algo mas que buenas noticias a tu papi, Taetae

-Callate Hobi- Jimin sentenció pero sin dejar de sonreir, no habia quietado esa sonrisa de su rostro desde la noche anterior

-¿Oh? No lo negaste... ¡No lo negaste!- se carcajeo el alfa mientras Jimin seguía preparándoles el desayuno a los cinco- sabía que algo pasaría entre ustedes

-¿Pasar? ¿Qué paso con el señor Min, papi?- indagó Jungkook

Todos tenían las miradas sobre Jimin que se sonrojaba. Los cachorros algo confundidos y Hoseok acusador.

El alfa llevóa los pequeños a la escuela y al otro a su lugar de trabajo, haciendole prometer al menor que luego debía contarle todo lo ocurrido en su cita.

🐾

Aunque intentó ocultar su emoción, le fue imposible. Lucia tan radiante como nunca antes, los clientes intentaban quedarse un poco mas en el café ya que el aura reconfortante que habia alrededor del omega era tan adictiva como pacífica. Todos quería permanecer a su alrededor, incluso el dulzor de su aroma natural se habia incrementado.

-Bien- Jin y Jae lo interceptaron cuando éste entró en la cocina- nos dirás por que estas tan feliz y lo harás ahora

-Basta de evasivas Jiminie

Jimin rió, sus amigos habían intentado sacarle información desde que llegó, ninguno sabía nada de su salida con Yoongi y tuvo la pequeña intriga por saber qué es lo que opinaría la hermana del alfa de todo eso.

-Tenemos clientes ¿podriamos hablar de esto más tarde?- rio, aunque se viera acorralado y sabía que no podría salir de esta

-Los correré de ser necesario- sentencio Jin- habla ya

Antes de que Jimin pudiera empezar a contar lo sucedido la campanilla de entrada sonó y una esencia igual o aún más fuerte que la del mismo omega se respiró en el aire.

-¡Oh por dios! ¿Qué es ese olor?- preguntó Jin- ¿acaso es el día de apestar a lobo y nadie me lo dijo?

-¡Ay no! Conozco ese aroma- Jaemin levantó el rostro y lo volvió a Jimin aturdida por lo que empezaba a sospechar en su mente- ¿Ji- Jimin?

Pero Jimin ya tenia las pupilas lo suficientemente dilatadas como para negar cualquier acusación que se le hiciera. Caminó automáticamente hasta el salón principal y le sonrió al alfa parado frente a él. Jin y Jaemin lo siguieron, el primero más confundido que la segunda.

-¡Lo sabía, eras tú!- acusó la beta antes de que pudieran saludarse- ¿en serio Jimin? ¿Con este? Oh vamos

-Gracias hermana, es un gusto verte de nuevo- respondio Yoongi- pero no estoy aquí por ti

-¡Gracias a los dioses!

-¿Debería entender esto?- preguntó Jin

-Ven Jinnie, vamos a la cocina, te explicaré todo allí atrás

Ambos se fueron dejando a Jimin con Yoongi solos

-Algo huele realmente bien aquí- exclamó Yoongi respirando profundamente

-¿Quieres un café?- invitó Jimin riendo, porque él sabía perfectamente que eran sus aromas encontrándose y generando una exquisita fragancia, era el amor en sus auras quemando todo a su alrededor. Los clientes que quedaban en las mesas estaban adormecidos por tal sensación, esas sensaciones que ningún neutralizador podría ocultar porque venía desde sus corazones.

Ambos ocuparon una mesa en un rincón del local, hablaban con tal fluidez que parecía que se conocieran de toda la vida. Un poco más tarde, mientras seguían embelesados en ellos mismos, fueron interrumpidos por los cachorros y Hoseok, el alfa solo los saludo de lejos e ingreso a la cocina. Los niños en cambio corrieron hacia ellos, quedándose sorprendentemente quietos, entre los brazos de los lobos. Kookie permanecía sentado en el regazo del alfa, su cabeza resguardada en el pecho de éste y Jimin se derritió un poco ante el acto. Tae y Yoona jugaban con a su lado con los sorbetes que se encontraban allí.

Todo era perfecto. Incluso cuando los tres miembros restantes del café llegaron con bandejas de comida en sus manos para compartir un almuerzo, todo seguía siendo maravilloso. No tenia sentido negar lo obvio, estaban enamorados.

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