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Baekhyun masajeaba su sien con sus índices y volvía a borrar todo lo que llevaba escrito en su portátil para volver a comenzar, por cuarta vez, no encontraba las palabras específicas para terminar su informe. No solo eran las cuatro de la mañana y debía entregar el archivo en cinco horas, sino que también estaba sufriendo de un colapso nervioso, su maldito celo lo estaba matando, por eso odiaba haber nacido como un omega, pero él podía controlar al lobo, podía con eso, solo eran las incesantes ganas de ser penetrado las que quemaban en su interior. Respiró profundamente, no sucumbir era su lema.
Reescribió durante una hora y media y dio por terminado su trabajo, el caso Park había tocado algunas áreas sensibles dentro de él y lo único que pedía era poder mantener su objetividad, analizó una y otra vez los test psicológicos aplicados a Chanyeol, tantas viejas heridas volviendo una y otra vez como una eterna cadena que los perseguía. Park Chanyeol no era un mal sujeto, tampoco había perdido el juicio, simplemente se manejaba por la vida como había sido criado, gran parte de su personalidad había sido heredada en su infancia, claramente había conflictos sin resolver con sus progenitores, sobre todo con la figura paterna. El ser humano era una existencia tan frágil y efímera que incluso las viejas heridas provocadas inconscientemente eran las más difíciles de sanar.
Tenía listo el documento y los calmantes que ingirió podían ayudarle a conciliar el sueño el tiempo que le restaba para descansar, pensando quizás en tomar una siesta en su almuerzo y mantenerse comiendo algunas barras de cereales para no morir de hambre. Su vida era complicada, pero amaba el ritmo que llevaba, no le dejaba tiempo para preocuparse de pormenores como un simple celo. Programó su despertador y se desplomó sobre la cama sintiendo el efecto de las pastillas rápidamente llevarlo.
🐾❤🐾
Chanyeol recogió a Kyungsoo del complejo de departamentos donde vivía prácticamente en el hacinamiento, desde hacía tiempo ellos se habían conocido gracias a un viejo cliente que se salvó de ir a la cárcel por extorsionar a su esposa con dejarla en la calle si esta no cedía los derechos de propiedad, finalmente el caso pudo ser ganado cuando la mujer recibió la visita del extraño sujeto que ahora estaba subiendo a su auto.
El alfa se quedó mirándolo ¿Cómo podía ser que esa persona tan pequeña tuviera una personalidad tan sádica y viceral? Pero bastaba con solo mirarlo sonreír, sus ojos profundamente oscuros parecían un vórtice que absorbía las almas de sus víctimas sin clemencia.
-Tienes un trabajo para mí
El alfa asintió dejando de mirarlo, su sola presencia causándole escalofríos desde la medula hasta la ultima célula de su cuerpo. Sin decir nada empezó a conducir en el silencio de la noche absoluta.
-Actuaras a mi señal ¿Entendido?
-Como siempre
Soltó una risa irónica "como siempre" sonaba a que habían trabajado juntos mucho tiempo, pero este solo lo había contratado una vez.
-¿Cómo está el lindo omega al que me tuviste vigilando?
Tensión
-De hecho... tendrá un cachorro- presionó las manos al volante, no quería ni siquiera mencionar el hecho de que no fuera suyo
-¿Otro? Pues felicidades, parece un niño insaciable- rió con gracia mientras prendía un cigarrillo y abría la ventanilla para soltar el humo, mitad por la nariz, mitad por la boca- Pero ¿quién podría resistirse a esa linda cosita? Oh~ - jadeó mientras acomodaba su semidura erección, Chanyeol sentía que enfermaba, el sujeto era asqueroso, estaba loco y quizás solo por eso no se atrevía a decirle nada, pero el solo hecho de pensar en que estaba imaginándolo a él, a SU Jimin y estimulándose le repugnaba- Juro por los dioses que si no me hubieras pagado tan bien le habría jodido ese lindo trasero un buen par de veces, casi puedo escucharlo gemir mi nombre, suplicando que pare de...
-Kyungsoo
-Oh, si- se carcajeó- lo siento, guardaré mis pensamientos para cuando esté solo en mi habitación- siguió riendo y el alfa a su lado sentía sus venas dispararse en todo su cuerpo sobre su piel- No sabes... no sabes cuántas les he dedicado desde que lo conocí, siempre es bueno saber de Park Jimin
-Concéntrate, imbécil- Dejó escapar y el tipo a su lado tornándose serio de repente
-Cuida tu boca estúpido alfa, si no quieres que tu cuerpo amanezca en algún descampado cubierto de cal- le respondió con una sonrisa ladina
-Entonces no sobrepases los límites, es mi omega del que estás hablando
Chanyeol no le tenía miedo, pero necesitaba del imbécil para no ensuciarse las manos. La charla con el doctorcito le había puesto los pelos de puntas, reviviendo viejos rencores, recordando con impotencia a su estúpido padre y ahora le iba a hacer la visita que tantas veces le había pedido.
Un par de horas después, en la oscuridad y el frio de la noche el auto aparcó a las afueras de la manada donde no podían distinguirlo, dejó a su acompañante y se encaminó hacia la enorme casa frente a la plaza central, viejas memorias volvieron a su mente, cada sector del pequeño pueblo donde había vivido tardes y noches con su ex pareja y el calor envolvía más y más sus venas, su lobo aruñando en su interior, buscando venganza. Su mente cegada por el odio y el rencor.
Kyungsoo se quedó de pie junto al auto mientras su cuerpo se apoyaba en una de las puertas, inhalando con ansiedad el humo del tabaco, esperando su turno de actuar.
-Junghee- Saludó al anciano que reposaba en la enorme cama matrimonial que antes compartía con su esposa, rodeado de cables y sondas, la mascarilla de oxígeno en su rostro
-Hijo- susurró, la voz saliendo en un hilo áspero- Ven aquí Chanyeol, siéntate junto a mí
El alfa hizo un notable gesto de asco, examinó los alrededores de la gran alcoba con desdén, ignorando la petición del hombre, solo acercándose un poco más a los sillones junto a la cama.
-No creas que esto es una visita cordial, vine a ver qué demonios quieres para solicitar mi presencia con tanta insistencia. Habla de una vez.
-Bien, no esperaba otra cosa, solo déjame decirte algo ¿Si? Podrás decirme lo que quieras al terminar- Buscó con sus ojos la mirada de su hijo, pero sus orbes negros, perdidos en el odio no destilaban ni un céntimo de piedad alguna, ni siquiera por ver a su progenitor en esas condiciones, el alma del joven estaba sumida en la podredumbre del rencor- Escucha Chanyeol, la familia es un lazo fuerte, incluso más fuerte que la sangre misma y las heridas son cadenas que se repiten de generación en generación hasta que en algún punto esa misma cadena sufra un quiebre, no hay manera de sanar las heridas generacionales si esto no sucede...
-Basta de tus palabrerías y ve al grano
-Hijo mío, sé cuánto daño te he hecho y te pido perdón.
Por primera vez desde que entró al lugar, Chanyeol, se atrevió a mirarlo a los ojos, las piernas le temblaron cuando descubrió ese resplandor, el del verdadero arrepentimiento.
-Dime ¿podrás perdonarme? No es mi intención justificarme pero al criarte, yo reamente pensé que te hacia bien, esa era la única manera que yo conocía, ese era el amor que había recibido de mis padres y mis abuelos, pensé que esa era la forma correcta de amar. Pero mírame, míranos ahora, hijo, estoy muriendo y estoy completamente solo con mi fortuna, perdí a tu madre y te perdí a ti, incluso a mis propios nietos. Me tomaron muchos años darme cuenta del mal que había hecho pero el tiempo es cruel y no regresa, no quiero que pases por esto, no deseo esto para ti, si tengo que pagar por mis errores con mi propia sangre lo haré, pero no esperes a que te pase lo mismo Chanyeol. Perdiste a Jimin, si, y tal vez yo tuve mucho que ver en eso, pero no pierdas a tus cachorros, no lo hagas, no esperes a estar como yo para arrepentirte en tu lecho de muerte.
El cuerpo del joven alfa temblaba, en su mente aún vagando las palabras de perdón de su moribundo padre.
-¿Así que este es tu patética jugada?- rió con sorna, sus puños apretándose fuertemente, las venas de sus brazos marcándose- ¿Piensas que con tu emotivo discurso podría olvidar todo el daño que me hiciste? soy consciente de que tienes parte de la culpa y que fue por tu deficiente crianza que perdí todo lo que más amé en mi vida y que ni siquiera pudiste separar las cuestiones familiares de las económicas por tu estúpida decisión de poner tu empresa a nombre de mis hijos es por lo que terminé por perder a Jimin. Dime ¿es justo que te perdone después de que fuiste una constante sombra en mi vida? Después de que me manejaras como un títere a tu conveniencia
-Hijo...
-¡Cállate! no lo digas, no me digas hijo cuando nunca te comportaste como un padre para mí, siempre frio y calculador- gritaba, los nervios y la ira apoderándose de su consciencia- siempre ocupado y criticando constantemente cada decisión de mi vida. ¡No te atrevas a hablar de Jimin cuando tú mismo lo rechazaste, no fue hasta que te enteraste de que era de la familia Park que lo aceptaste y ni aún así lo aprobaste, cuestionabas la educación que le daba a mis hijos, me arrojaste a los brazos de Seulgi cuando supiste que su padre la había heredado, no me permitiste sepárame de ella hasta que todo estuvo a mi nombre y ni aun así me dejaste tranquilo ¿Y cómo me pagas? ¡Metiendo a mis cachorros en tu estúpida y asquerosa sociedad! ¿Y todavía tienes el atrevimiento de llamarme hijo?
-Perdón, lo siento tanto Chanyeol, lo sé, fui yo, fue mi culpa ¿Verdad? Todo fue por mi... lo siento- las lágrimas del hombre se filtraban por la mascarilla, cada palabra era verdad, él había sido el culpable de la infelicidad de su niño y de verdad estaba arrepentido.
-No lo sientas, Junghee, es tarde para eso- lagrimas rebeldes caían para morir en sus labios- Pero no te preocupes, yo me haré cargo desde ahora de mi propia vida, ya no estaré a la sombra del gran Park Junghee. Morirás como viviste: miserable.
Chanyeol ya no podía estar en el mismo lugar con ese hombre al que alguna vez llamó papá, junto al sujeto que lo usó como una ficha de ajedrez, como un jodido peón más, salió a través de los largos pasillos y corrió hasta la salida, un sollozo traicionero escapó de su garganta y al poner el primer pie en la calle cayó de rodillas, golpeó el pasto verde con sus puños, obteniendo heridas en sus nudillos, se lamentó de haber ido, se lamentó de haber nacido como un Park, envidió a las personas que vivían en ese pueblo, siempre lo hizo ¿Cuántas veces habrá deseado ser otro y no cargar con las obligaciones de pertenecer a esa familia? Lo único bueno de todo aquello fue el pequeño cachorro al que amaba: Park Jimin.
Se puso de pie una vez más, sacudió su traje y volvió al auto. Kyungsoo saltó desde el techo del vehículo y lo miró, esperando la orden.
-Sube al auto, Kyungsoo
-¿Eh? Pero pensé que...- pero no lo dejó terminar, se subió al asiento del conductor
-Vamos, te llevaré a casa- el coche se encendió, el otro hombre mirándolo confundido obedeció y subió al automóvil y lo miró extrañado mientras empezaba a conducir para sacarlos de ese lugar- No te preocupes, tendrás tu pago de igual manera, solo... solo olvida que vinimos
-Bien- Asintió y permaneció en silencio el resto del viaje, comprendía cuándo era momento para hablar y cuándo debía silenciarse, era parte de los gajes del oficio, nunca preguntar de más.
🐾♥🐾
Después de dejar al hombre en su vivienda el alfa vagó por la ciudad conduciendo a ningún lugar, solo las palabras de su padre en la mente, las palabras de la persona que siempre había querido escuchar, el arrepentimiento le parecía tan vacío, tan doloroso, le repugnaba, no había manera de que pudiera perdonarlo, su vida era una real porquería, ni siquiera una luz de esperanza sobre un futuro mejor brillaba para él. Tenía dos opciones y ninguna le agradaba por completo. Condujo toda la noche y cuando llegó a Seúl las primeras luces del amanecer teñían la ciudad. Detuvo el auto y se golpeó la cabeza contra el volante.
De repente un flash llegó a su cabeza, no perdía nada con intentarlo, volvió a encender el motor y manejó por la ciudad. Se detuvo completamente en una casa blanca, bajó, acomodó su atuendo y un poco dudoso tocó el timbre. Fue paciente pues entendía que aún era demasiado temprano como para alguien estuviera despierto.
Después de algunos minutos la madera se movió y la cabellera castaña se divisó detrás de ésta, ojos adormilados lo miraban con total sorpresa.
-¿Qué hace aquí?- Estaba asustado, era demasiado obvio
-Buen día, doctor... ¿Puedo hablar con usted? Prometo ser breve
Baekhyun dudó, aún estaba con la bata puesta y el pijama debajo, examinó al alfa frente a él y varios puntos en su postura denotaban que no había nada amenazante en él.
-No suelo recibir pacientes aquí, pero lo escucharé. Por favor, póngase cómodo mientras regreso, abrió la puerta y Chanyeol suspiró aliviado mientras encontraba lugar en un sillón y se dejaba caer.
La mirada del menor era penetrante, buscaba algún indicio de peligro, pero no había nada allí. Cuando se aseguró de que todo lucia normal se apresuró a la ducha para un rápido baño, cambiarse y volver con el alfa. Bajó apresuradamente y su corazón empezó a controlarse cuando notó que el hombre seguía allí tal y como lo había dejado. Nunca se podía confiar de este tipo de personas pues más de una vez había recibido amenazas por su trabajo y esto no era nada nuevo, pero al parecer Park Chanyeol no tenía esas intenciones, parecía abatido, cansado, con ojeras bajo los ojos y el cabello revuelto.
Caminó hasta situarse frente a la cafetera, sirvió dos pocillos y colocó uno frente a su visitante, tomó asiento en el lugar frente al otro.
-Dígame señor Park ¿En qué puedo ayudarlo?- Miró a Chanyeol pero sus latidos se dispararon al borde de la taquicardia cuando notó que el hombre lo miraba con asombro y las pupilas dilatadas- ¿Park?
-Eres un jodido omega.
🐾❤🐾
Bellezas, estamos entrando en la recta final 😭🙆😅💕
¡Mucho amor para todxs!
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