Capítulo 3 Park Ji Min
FLASHBACK
España, Provincia de Málaga. Seis meses atrás.
Park Ji Min un hermoso Beta estaba sentado en una silla plegable del tipo playero. Aunque el sol estaba en su máxima altura no le molestaba. Parecía que estaba en un paraíso pero su vida no era totalmente feliz, aunque esperaba a su primer hijo, de su amado Alfa Jung Kook. Siempre estaba la sombra del esposo Jung Ho Seok.
Sí, Ji Min era el odiado amante que salía en las novelas de amor rompiendo relaciones; Pero aquí no era así, él era la víctima pues Jung Kook y él se habían conocido seis meses antes de que apareciera Jung Ho Seok. Su amado Alfa se casó con Ho Seok obligado. Lo hubiera perdido para siempre, pero el milagro de su embarazo los volvió a unir. Nunca pensó atar a un Alfa con un niño, siempre le pareció una bajeza. Tomaron todas las precauciones, pero la naturaleza fue bondadosa y contra todo pronóstico pudo embarazarse.
Conoció al Alfa una soleada mañana con todo el ruido de los motores y el olor del combustible quemado. Con la adrenalina corriendo por las venas, fue el más propicio escenario para que el hermoso modelo, que fue a promocionar una marca de aceites, fuera flechado por el guapo corredor de fórmula 1 en Mónaco. Donde solo bastaron unos segundos para que la chispa surgiera entre ellos.
La voz del chico que le ayudaba a los mandados lo sacó de sus hermosos recuerdos.
─Señor lo buscan.
─¿Quién?
─Soy yo, el esposo de Jung Kook.
Ji Min se levantó de golpe. ─Ho Seok siéntate, esperaba tu visita desde hace mucho. ¿Quieres tomar algo?─dijo queriendo parecer sereno, pero su corazón palpitó con miedo.
Hobi miró al Beta. Se veía radiante, su piel suave. Vestía un Hanbok rosa y gris un poco amplio pero que dejaba ver su embarazo.
─ ¡Te pintaste el cabello! Te queda bien el negro.
─No sé si sentirme alagado o si te estás burlando. Esta situación es muy extraña, el esposo y el amante platicando como gente civilizada ¿Vienes por fin a reclamarme por ser el amante de tu esposo?
─No, perdona si te incomodo pero, ¿Cuántos meses tienes?
─Voy a cumplir cinco meses. ─dijo acariciando su pancita.
─¿Nos sentamos? –dijo Ho Seok.
─Claro, por favor siéntate mientras traigo algo para comer, el embarazo me da mucha hambre.
Ho Seok asintió y busco un lugar enfrente al que había dejado Ji Min. Aunque no quería, con su mirada revisaba cada rincón de aquella casa. Lo que le sorprendió fue lo similares que eran los jardines en cuanto a decoración, pues el Beta lo tenía lleno de sus flores favoritas, los girasoles.
Ji Min regresó llevando unos bocadillos. El chico de los mandados llevaba una jarra con agua de frutas.
─Qué hermosa casa tienes Ji Min, tu jardín me encantó. ¿Sabías que me gustan los girasoles? Tenemos eso en común. ─Dijo el Omega mirando las hermosas flores.
─No lo sabía. Jung Kook los mandó poner, el pasa mucho tiempo en el jardín mirándolos. A mí realmente no me gustan.
Los dos jóvenes se quedaron callados sin saber qué decir.
─Por favor toma agua o come algo. Yo como a cada rato, este bebé es un comelón ─le sonrió al omega, pero su sonrisa no llego a sus ojos.
─Yo todavía estoy en la etapa de vomitar en las mañanas –dijo Ho Seok con mucha calma mirando expectante a su interlocutor.
─¿Cuántos meses tienes? ─preguntó muy sorprendido Ji Min.
─Tengo apenas dos meses; pero me da mucho sueño por las tardes y casi no como por las náuseas. ¿Te pasaba lo mismo a ti?
─Sí, pero ahora soy como un cerdito, como todo lo que está a mi paso.
Ho Seok quería reír, pero sentía el ambiente muy tenso.
─¿Lo amas? -preguntó el Beta.
─Sí, daría mi vida por él. ¿Tú lo amas? ─fue el turno del Omega de preguntar.
─Sí. Con toda mi alma. ¿Ahora qué haremos Ho Seok?
─Hacerlo feliz, por lo menos no vine a pelear. Lo amo tanto que solo quiero su felicidad, por eso me voy a divorciar. Lo voy a dejar.
─¿Así nada más? ¿No piensas luchar?
─Qué caso tiene si él te ama. Aunque yo soy el esposo, él te marcó. Y si lo vemos fríamente, se casó conmigo obligado por su padre. Yo no puedo seguir así.
─Por un tiempo creí que lo hacía feliz, pero desde que se casó contigo se está alejando de mí. Tengo celos de ti Ho Seok y ahora saber que también estas embarazado me hace tener más miedo de perderlo.
─¿Celos de mí?
─Sí, nuestra relación fue explosiva, puro fuego; pero fuera de eso no tenemos nada más. Soy modelo y me gusta bailar, no tengo nada en común con Jung Kook ni con su mundo, tu mundo. Tú eres la pareja perfecta para él.
─Me das mucho crédito. Nuestra luna de miel para mí fue perfecta, creí por un momento que podía llegar a amarme; pero un día lo vi tan pensativo, que supe que pensaba en ti. Ahora que estoy embarazado y te veo embarazado no sé qué pensar, ni qué hacer. Quería ver si eras un hombresuelo vulgar que no lo merecía; pero veo que eres hermoso por dentro y por fuera.
─Me pasa lo mismo contigo Hobi. ¿Puedo llamarte Hobi?
─Sí, Minie. Tengo que pedirte un favor.
─Lo que quieras.
─Él no sabe de mi embarazo. Me voy a divorciar pero yo solo tendré a mi hijo.
─Tienes que decirle, un Omega embarazado sin su pareja puede morir.
─¿Y qué hago? ¿Lo seguimos compartiendo? Además te marcó, esa fue su revancha, su forma de revelarse con su padre. Si te marcaba, aún cuando me casara con él, nunca tendríamos hijos. Un Alfa no puede tener hijos si no es con su pareja marcada o con su pareja destinada...
─¡Y aun así estas embarazado! –acusó Ji Min.
─Yo, no sé qué decir. ¿Un milagro? No quiero ilusionarme, en que soy su pareja destinada y que por eso quedé en estado.
─¡Pareja destinada o no, estás embarazado! -acuso Ji Min, sintiéndose con más derecho por tener una cicatriz en su cuello que lo marcaba como Beta reclamado por su Alfa
─Qué gran cliché de novela romántica ¡El amante y el esposo embarazados al mismo tiempo!
─¿No te enoja esta situación?
─Claro que sí. Yo pensé que sería totalmente mío cuando nos casáramos.
─Yo te odié, porque terminó conmigo para casarse contigo.
─¿Te dejó?
─Sí. ¿No creerás que te engañó?
Hobi se puso blanco.
─¿Si lo creíste?
─Pero te marcó, llevas su cicatriz.
─Me marcó para protegerme de su padre: Solo así impediría que me matara. Regreso a buscarme solo cuando le dije que estaba embarazado.
─Pero nosotros, yo, él.─ El Omega titubeo.
─Sí Hobi y ahora tú estás, contra toda lógica, embarazado. Yo soy un Beta, casi no tengo olor y no necesito de su olor y feromonas como tú. Además desde que se casó contigo, no nos volvimos aver. Nos alejamos; pero ahora por mi bebé, tengo miedo de perderlo, pero si es contigo, estaré contento porque sé que lo cuidarás.
─Ji Min qué cosas dices. Tú hueles a cítricos, como a flor de naranja. Un olor dulce y Jung Kook también te ama.
─Ese olor se presentó a partir del embarazo, fué Jung Kook el que me hizo consiente de ese olor; pero hablando de su amor, ¿por qué si me amaba, no huimos cuando se lo pedí?
─Ahí lo conozco un poco más que tú. Jung Kook, es un Alfa, nunca huirá, tal vez parezca que esta derrotado, pero luchará y siempre saldrá victorioso.
─Siento celos cuando dices que lo conoces más que yo.
─Por lo menos es lo que creo o quiero pensar. Mira, qué te parece si hacemos una tregua, pues a ninguno de los dos nos conviene estar estresados en nuestro estado. ¿Estás de acuerdo? Así que por favor suelta ese cuchillo de pastel que me estas poniendo muy nervioso.
Ji Min miró su mano, blanca, de apretar el cuchillo y la pala de pastel.
─Perdón si te asusté, es que esto parece irreal. Haces que sea imposible odiarte.
─Digo lo mismo. ─ Sonrió el Omega─Ademas cuando amas das todo por la otra persona. Por eso vine a verte; Por si algo me pasa, por favor te encargo a Kooki.
─Le dices Kooki, yo lo llamo conejito. Por favor cuida de conejito...
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