Capítulo 1 Jung Ho Seok
Seúl, Corea del Sur. Época Actual
El doctor Seun, tomó el bebé que la doctora le daba. El niño había sido sacado del cuerpo sedado del Omega Jung Ho Seok, para llevarlo a una mesa para limpiarlo, sacarle la mucosidad y hacerlo llorar.
El llanto fuerte del bebé del matrimonio Jeon se escuchó por todo el quirófano, al mismo tiempo que el monitor cardíaco al que estaba conectado su padre emitía un sonido plano que anunciaba que la vida de Ho Seok terminaba...
"Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii"
─¡Carro rojo! -gritaba la doctora Park, mientras comenzaba el masaje cardíaco.
El doctor Seun, jefe de obstetricia, envolvió al bebé y se lo dio a la enfermera Adam.
─Un miligramo de epinefrina -dijo la doctora.
La jefa de enfermeras puso el medicamento, pero el joven seguía sin reaccionar.
─¡Carga! -gritó Seun, esperando que se apartaran del paciente. El pecho de Ho Seok se levantó por la carga eléctrica.
«Qué bien se siente, esta obscuridad no me da miedo, ya no duele mi corazón, me siento liberado, mi cuerpo es libre. Que calor tan agradable, por fin se lo que es ser feliz, no hay sufrimiento en este lugar, mi esposo no me engaña con ese Beta, aquí soy amado. ¡Que hermoso camino! La brisa mueve suavemente las hojas, el camino termina en esa luz intensa que te invita a entrar. ¿Será el paraíso? Debo caminar a ella.
¿Qué es ese sonido? ¿El llanto de un bebé? Un bebé llora por el abandono de su padre. Que triste llanto pidiendo unos brazos que lo protejan. ¡Es el llanto de mi bebé! Mi corazón me lo dice, ese niño que llora es mi bebé. Dios, no me lleves quiero estar con mi bebé»
Doctores y enfermeras miraban como el monitor cardíaco comenzaba a subir lentamente.
─Vamos chico, tú puedes -le dijo Kwi Won al paciente.
El milagroso llanto fue el motivo que el Omega no se rindiera.
─Esta vez lo logró, pero un segundo infarto no lo va a contar ─dijo Ik Ahn.
Avísenle al padre.
─Pero doctor es bien sabido que el esposo es el famoso corredor de Formula 1 Jeon Jung Kook y vive con su amante embarazado. Solo están los Kim, el guardaespaldas y su enfermera –dijo con reproche la enfermera Adam.
─Ese es chisme viejo. ¿No te enteraste? -dijo otra de las enfermeras─. Su amante murió.
Mientras sus colegas discutían, la doctora Park comenzaba a cerrar el cuerpo del paciente, que milagrosamente viviría contra todo pronóstico de un Omega abandonado por su Alfa. Viviría para conocer y amar al pequeño ser que había procreado con Jeon Jung Kook.
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