85. Te He Echado Tanto De Menos
Días después
El autobús de la selección hace ya media hora que salió del Palacio de la Moncloa. Se supone que están a punto de llegar. Hay mucha gente en la calle. Hemos vuelto a ganar un Mundial, normal que todo el mundo este en la calle celebrándolo. Por un momento la gente ha olvidado sus problemas y están felices.
Estoy con Tamara en el hotel donde la selección vendrá a comer y descansar para luego seguir con los festejos. Estoy con algunos familiares de otros jugadores y la espera se me está haciendo eterna. Por suerte Tamara está hoy muy tranquila. Le he puesto un vestido blanco con lunares rosas a juego con unas braguitas de volantes para que su papá la vea guapa. Estoy deseando ver a Marcos, besarle, abrazarle.
- ¡Ya vienen tita! ¡Ya vienen! - dice María corriendo como una loca. Es increíble que ha estado más de diez horas metidas en un avión y ni se le nota a la niña. Tiene una energía increíble
Empieza a haber mucho ajetreo de gente, gritos y ruido. Los primeros jugadores empiezan a entrar buscando a sus familiares. Busco a Marcos entre tanta gente. Pero no consigo verlo. Tarda en venir y estoy empezando a pensar que se ha quedado en China. Estoy tan nerviosa por verlo. Ya no puedo aguantar más. Lo necesito muchísimo.
Sigo mirando hasta que lo veo entrar en el salón y el mundo se acaba de parar. Marcos se queda quieto y me mira de arriba a abajo con sus ojos inundados de lágrimas. Nos miramos como si fuera la primera vez que nos vemos, me sonrojo incluso. Ando los pocos pasos que nos separan y él hace lo mismo. Yo también estoy llorando. Marcos llega hasta mi y me abraza. Dios, como he echado de menos sus brazos, su olor, su cuerpo junto al mío. Nos quedamos abrazados un siglo, al separarnos nos miramos. Marcos coge a la niña y la abraza. Cierra los ojos acariciándola. Ella pone su cabeza en su pecho y con sus manitas se agarra a su cuello.
- ¡Que guapa estás cariño! -me dice Marcos acercándose a mi. Nos miramos otra vez, sus labios se posan en los míos y me besa. Un dulce beso de 1 mes y medio sin verse. Mi boca se mueve contra la suya buscándolo desesperada por él.
- Estás más delgado -le digo cuando nos separamos mirándolo de arriba a abajo- pero más fuerte
- Y tú estás preciosa...
- Bueno, intentando perder peso para el vestido. Ay Marcos, te he echado tanto de menos... - me acerco a él y volvemos a abrazarnos.
- Estáis para foto -nos dice una voz detrás nuestra. Me separo y es Marco, mi Marco. Me acerco a él y lo abrazo llorando también
- ¡Marco! -nos abrazamos riéndonos
- Hola hermanita, te he echado mucho de menos -me dice separándose y mirándome
- Y yo a ti también, mucho, muchas gracias por el vestido. Eres el mejor hermano del mundo
- Te lo mereces preciosa. ¿Y mi niña? -Marco se acerca a Tamara. Marcos se da la vuelta para que su tío pueda verla. Marco le acaricia la cabeza y le da besos, ella solo abre los ojos, lo mira y sigue apoyada en el pecho de su padre- desde luego a esta brujilla no va a haber quien la separe hoy de su padre
- Lo siento, hoy mi niña se queda todo el día con su papá, ¿a que si? -ver a Marcos con la niña en brazos es lo más bonito que he visto en la vida. Saco mi móvil y les hago varias fotos, también con Marco, Claudia y mis enanos.
- Anda, mira -dice Gerard Moreno acercándose a nosotros- si está aquí la princesita de Marcos.
Él se gira y muestra orgulloso a su hija. Varios jugadores de la selección se acercan también a ver a la niña. Dejo que él presuma de su bebe y me voy a sentarme en un sofá con Marco y Claudia. Los niños están corriendo por el salón con los hijos del resto de jugadores.
- ¿Cómo estás? -le pregunto a Marco
- Cansado, muy cansado. Muchas horas de viaje, y ahora los actos protocolarios. Después de comer nos vamos a ver al Rey y luego a la Plaza de España, cena en otro restaurante y luego celebración en una sala de fiestas...pero creo que yo a eso no llego
- Yo me voy a casa después de comer con los niños Marco -me dice Claudia- si quieres luego te acompaño a la cena, que se queden mis padres con ellos, es que también estoy reventada
- Como tú quieras amor -Marco y ella se besan y yo los miro riéndome. Marcos llega hasta nosotros y se sienta a mi lado en el sofá
- Hola preciosa, ¿me has echado de menos?
- Todos los días -le digo mirándole embobada. Está guapísimo. Se le ven unos músculos por debajo de la camiseta que luego tendré que explorar más detenidamente.
Estamos un rato más aquí en el salón. Algunos jugadores se acercan a ver a mi niña. Al rato nos llaman para ir a comer. Vamos todos a otra sala mucho más grande donde han dispuesto un salón de bodas sólo para nosotros. Mientras los demás se van sentando, yo me voy a una habitación aparte para darle el pecho a Tamara. A mi no me importa dárselo delante de nadie porque es lo más natural del mundo, pero no sé, como que me corta mucho hacerlo delante de tanta gente. Me siento en un sofá, y pongo a mi pequeña en mi pecho, se engancha en cero coma y succiona ávida. Pobrecita, si es que estaba muerta de hambre, bueno, siempre tiene hambre de su tetilla. La puerta se abre y entra Marcos. Nos mira sonriéndonos y se sienta a mi lado. Acaricia la cabeza de Tamara y ella le mira.
- Me derrito cuando me mira así, me mira igual que tú abejita
- Si es que es preciosa Marcos, es igual que tú, has visto, al final es una mini-Marcos -él me mira y se ríe. Baja sus ojos y mira fijamente mis pechos, se lo veo en la cara- ¿estás mirándome las tetas Marcos?
- Si, lo siento, no puedo evitarlo -me dice mordiéndose los labios- están tan hinchadas y son tan bonitas. Y las he echado tanto de menos...llevo sin besarlas y sin tocarlas tanto tiempo
- Bueno amor, luego podrás tocarlas esta noche...-le digo mirándolo provocativa. Es que me muero ya por estar con él. Marcos se acerca a mi y me besa, esta vez un beso diferente al primero. Acaricia mis labios con los suyos y poco a poco su lengua encuentra la mía y nos besamos más profundo.
- Lo estoy deseando amor -me dice con los ojos oscuros de deseo- oye, que yo luego cenaré pero paso de ir a la sala de fiestas, me voy a casa con vosotras...ya estoy reventado de todo esto
- Me parece bien amor, nosotras te esperamos en casa.
- Que bien suena eso abejita. Saber que estáis las dos en casa, es una alegría - Marcos se acerca a mi y me da otro beso- además, que tengo muchas ganas de follarme a mi mujer
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