82. Nunca decirte adiós dolió tanto
A mediodía le dieron el alta a Maya y a la niña. Estaban las dos tan bien que no tenía sentido que estuvieran en el hospital. Y aparte, estábamos deseando irnos a casa. La noche la pasamos bien, porque mis dos niñas estaban cansadas de todo el día. Yo llegué del Bernabeú con algunos compañeros que querían conocer a mi hija (por dios que palabra tan bonita). Me alegro de haberles hecho caso porque lo del Estadio fue una pasada. Estaba a reventar de gente celebrando nuestra victoria. Cuando anunciaron mi nombre por megafonía, parecía que el Bernabéu se íba a caer, sentí tanto calor de la gente y una emoción tan grande. Y sólo pensaba en mis niñas.
Así que aquí estamos en casa. Hasta mañana a mediodía no tenemos que incorporarnos a la concentración de la selección, pero hoy no quiero pensar en eso. Maya se ha echado un rato. Se ha dado una ducha y se ha acostado. Está reventada la pobre. La niña está aquí en el comedor en su mini-cuna durmiendo tan tranquila. La verdad es que doy gracias por haber podido estar en su nacimiento. Me alegro tanto de poder haber vivido sus primeras horas.
- Tito -me dice María poniéndose de puntillas para ver a la niña -la prima es muy pequeña
- Si que lo es cariño -le digo abrazándola
- ¿Cuándo podré jugar con ella?
- Bueno...tendrás que esperar un poco cariño, pero lo que sí podrás hacer es ayudar a la tita
- Eso está hecho. Voy a ser la mejor prima del mundo
- Ni lo dudes enana
Cojo a mi sobrina, porque oficialmente, es mi sobrina y la beso y la abrazo. Vuelvo al sofá donde Claudia y Marco están sentados. Marco me da una palmada en el hombro.
- La niña es preciosa hermano -me dice Marco- se parece mucho a ti
- Por eso es tan guapa... -nos reímos los dos
- ¿Ya has hecho la maleta?
- Si, ya la tengo hecha, mi madre me ha ayudado
- Ei, tú tranquilo, que estas lo tienen todo controlado... -dice Marco señalando a su mujer. Al final, del Madrid, nos vamos a China Marco, Nacho y yo.
- Lo sé, por eso estoy más tranquilo, la verdad
Isco y Andrea salen de la cocina con una bandeja de café. Estos dos se han hecho muy amigos últimamente. Me alegra, porque Andrea es un encanto y necesita a su lado personas que le alegren la vida, e Isco le da mucha caña.
- Tú tranquilo Marquitos -me dice Isco- que ya me quedo yo aquí controlándolas, que luego se me despendolean y me endiñan a mi los niños para irse de marcha
- Uy, pues pobres niños -contesta Andrea rodando sus ojos
- Tú calla que cuando nazca el tuyo seguro que más de una vez acaba en mis brazos
- Si, para que le cambies el pañal...Además, Marcos, vamos a estar muy ocupadas ayudando a Maya a organizar la boda
- Anda, es verdad -dice Claudia- que os casáis el 8 de julio
- Si -contesto- una semana después del final del Mundial, por si acaso ganamos
- ¿Tenéis algo preparado? -pregunta Andrea
- Que os lo cuente Maya -les digo haciendo gestos de cremallera cerrada- oye, voy a ir a ver como está...si se despierta la niña
- Tranquilo cariño -me dice Claudia
Le sonrío y me levanto del sofá. Salgo del comedor y voy hasta el dormitorio. Abro la puerta y me acerco despacio a la cama. Maya está tan guapa dormida. Le acaricio la mejilla con cuidado de no despertarla. Esta mujer tiene mi corazón desde el minuto uno que la conocí. Y mi amor crece por ella casi cada día. Me doy la vuelta para salir y dejarla descansar.
- Marcos -me llama Maya moviéndose en la cama
- Shhh, duérmete cariño
- No, ¿la niña está bien?
- Si, tranquila, está dormida
- Ven aquí conmigo, por favor
Me quito las zapatillas y me tumbo a su lado en la cama, la abrazo y pone su cabeza en mi pecho. Le acaricio el pelo y los brazos.
- ¿Estas bien preciosa?
- Cansada, la verdad, ¿y tú?
- Yo estoy bien. No te preocupes -le digo besando su frente
- Te voy a echar mucho de menos amor mío.
- Y yo a vosotras. No sé como voy a poder aguantar.
- Pues aguantando. Eres muy fuerte Marcos, y lo sabes -me dice levantando su cabeza y mirándome a los ojos- tú has cambiado toda mi vida amor. Me has dado una familia, una estabilidad, una seguridad. Haces que por la noche duerma tranquila, aunque bueno...poco vamos a dormir de ahora en adelante
- Creo que hasta que no se case no vamos a dormir tranquilos
- ¡Por lo menos! -me dice abrazándome- haces tantas cosas Marcos. Me has dado una hija, lo más grande que hay en la vida, y mira todo lo que estamos creando juntos...te amo tanto amor
- Yo también te amo Maya. Muchas gracias por creer de nuevo en mi
Abrazo a Maya y nos quedamos un rato en silencio, hasta que escuchamos a Tamara llorar. Sonreímos y nos levantamos. Tiene hambre, seguro. Esa es su vida a partir de ahora. Y nosotros se lo vamos a dar todo.
_______________________
Al día siguiente
Mi padre nos va a llevar a Marco y a mi hasta la Ciudad deportiva de la Federación. Tengo ya mi maleta preparada en la puerta y un nudo en la garganta impresionante. Maya tiene en brazos a Tamara y está de pie mirándome.
- ¿Lo tienes todo? -me pregunta mientras se muerde los labios nerviosa
- Si, eso creo...sino pues ya me compraré algo allí -le digo bastante apenado
- Tranquilo cariño, todo va a salir bien...verás como todo pasa muy rápido
- Eso espero
Llaman al timbre. Voy al portero y veo que es mi padre. Le abro la puerta y a los pocos segundos entra. Me abraza y se acerca a Maya. La besa y ella le da la niña para que la coja.
- Cuando quieras hijo -me dice mi padre
Me acerco a Maya y la abrazo. La abrazo tan fuerte que creo que la voy a romper. No quiero separarme de ellas, no quiero. Me trago las lágrimas y la miro. Tiene los ojos brillante. Sé que lo está pasando tan mal como yo.
- Te quiero mucho abejita
- Y yo a ti amor mío
- Prométeme que os vais a cuidar, que vais a tener mucho cuidado
- Te lo prometo mi amor -Maya me abraza. Pone su cabeza en mi pecho y la acaricio. Nos separamos y nos besamos- vas a arrasar. Que se preparen los chinos que Bam Bam Llorente se los va a comer a todos
Me rio. Sabe sacarme una sonrisa en los peores momentos. Vuelvo a besarla y me doy la vuelta para ver a mi hija. Mi padre me la pasa y yo la cojo en mis brazos. Me quedo un rato mirándola, memorizando su cara, su olor, su cuerpo. Le doy miles de besos, aspiro su aroma a bebé . La abrazo, y si, lloro un poco. Le doy la niña a Maya y vuelvo a besarla. Mi padre coge mi maleta. Ahora si, ahora si me voy.
- Marcos, no te olvides que te queremos, con todo nuestro corazón
- Y yo a vosotras...cuídate mi vida...te quiero
Le doy un beso a Maya en los labios y me acerco a Andrea que se había quedado un poco más alejada. La miro y está llorando.
- Cuídate Marcos -me dice abrazándome
- Y tú también -le digo acariciando su barriga- cuida a mi sobrino o sobrina y cuida a mis niñas
- No te preocupes, estaremos bien
- Cualquier cosa, me llamas
- Tranquilo -vuelvo a abrazarla y le doy un beso en la mejilla
Me voy de nuevo a por Maya. Le doy un beso a mi bebe en la cabeza y otro a mi mujer. Está aguantando las lágrimas como una campeona. Cojo mi chaqueta y abro la puerta. Me doy la vuelta para mirarlas y suelto el suspiro que retengo. Les digo adiós y cierro la puerta tras de mí. Salgo a la calle y me monto en el coche. Me pongo el cinturón y mi padre arranca.
- Marcos, hijo, aprovecha y llora ahora todo lo que quieras, que luego no vas a poder
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro