81. Estaremos Bien Amor
Mi pequeño bebe succiona mi pecho hambrienta. Me recuerda a su padre en tantas cosas. En su pelo rubio, en sus grandes ojos, en su boca. Es un clon suyo. Es preciosa. Nos tiene a los dos babeando. Es tan pequeñita. La tengo en mi pecho desde que nació. El contacto piel con piel es muy importante las primeras horas y mi pobre Marcos ni se ha quejado, aunque sé que está deseando cogerla. Lo miro y sonreímos. Le acaricia las manitas a nuestra pequeña y ella se agarra a él muy fuerte.
Llaman a la puerta de la habitación y poco a poco van pasando los padres de Marcos, Claudia, Marco, Isco y Andrea. Sus caras lo dicen todo. Cuando nos ven empiezan a asomar las lágrimas. Los padres de Marcos son los primeros en acercarse. Con sumo cuidado la miran, le susurran tiernas palabras y nos besan a las dos. Mi hermano está llorando como una magdalena. Y a pesar de todo lo veo feliz.
- Lo conseguiste hermana -me dice Marco besándome la frente- te quiero mucho
- Y yo a ti también -le respondo llorando
La pequeña se separa de mi pecho. Los mira a todos con los ojos abiertos haciendo que suspiren de admiración y de ternura. Vuelve a apoyarse en mi y cierra los ojos cansada. Es normal. Ha estado 8 meses dentro de mí tan a gusto y ahora acaba de descubrir el mundo. Claudia e Isco se acercan y también me besan. Acarician la cabecita de la niña y sonríen. Mi Andrea es la última, como siempre.
- Ven aquí tita Andrea -le dice Marcos- ven a conocer a tu sobrina
Andrea abraza a Marcos y se acerca. Las dos sonreímos. Nunca voy a olvidar los momentos que hemos pasado juntas. Todo esto nos ha unido aún más si cabe.
- Muchas gracias por todo prima -le digo mientras ella me besa en la mejilla- sin ti no hubiera podido, ¿lo sabes, verdad?
- Gracias, pero lo has hecho todo tú sola, yo estaba ahí de apoyo
- Y vaya apoyo...eres la mejor, que lo sepas
- Lo sé -dice riéndose- y bueno...como que nos podíais decir ya como se llama, ¿no os parece?
Marcos y yo nos miramos sonriendo. Se acerca a mi y me besa.
- Tamara, se llama Tamara -dice Marcos
Las exclamaciones y los ohhh es lo primero que se escuchan. Les gusta el nombre. Lo elegimos mientras estábamos en la sala de dilatación. Entre contracción y contracción. La manera que tenía mi Marcos de distraerme. Bueno, en esa sala hemos tomado muchas decisiones. Isco y Marco se miran y se acercan a nosotros.
- Oye, nosotros tenemos que irnos -dice Marco- en una hora tenemos que estar en el Bernabeú, para ir a ver al Alcalde y todo eso
- Es verdad -contesta Marcos- joder, parece que se me ha olvidado que ayer ganamos la Champions
- Bueno hermano -le dice Isco dándole una palmada en el hombre- tú eres el que más ha ganado hoy...mira que niña tan preciosa
- No te preocupes, Marcos -le dice Marco- ya he hablado con el mister y no tienes que ir a nada de hoy, tienes permiso para estar con tu familia
- Gracias, gracias, de verdad
Isco y Marco se despiden de nosotros con la promesa que vendrán en cuanto puedan. Obligo a mi prima a irse también a casa a descansar.
Claudia es la que se queda con nosotras. Irá luego a por los niños para que conozcan a su prima y después irán al Bernabeu para participar en los festejos de la Champions. Le digo a Marcos que llame a Rubén y a Mario porque no quiero que se enteren por la prensa y sé que les va a hacer ilusión conocer a Tamara.
La ginecologa pasa a vernos y hace salir a todos de la habitación. Deja a la madre de Marcos y yo aprovecho para que lo obliguen a desayunar. Martina me examina y dice que todo está perfecto y que si todo va bien, mañana por la mañana me darán el alta. Mi pequeña sigue aún dormida en mi pecho.
- Es preciosa -me dice Mª Angeles acariciando su pequeña mano
- Si que lo es. Es igual que Marcos. Tiene toda su cara. ¿Así era él de bebé?
- Si. Se parece muchísimo a él de pequeño. ¿Cómo estás? -me pregunta acariciándome el pelo
- Ahora mismo en una nube. Me parece increíble que haya nacido. Es tan pequeña.
- Lo sé. Ahora esto es otra cosa. Ahora vosotros sois su mundo, va a depender de vosotros para todo. Habrá momentos para reir y llorar, pero créeme, ahora vas a sonreír todos los días...Y por cierto, si Marcos se va a China, que sepas que me vas a tener en casa desde primera hora de la mañana
- Ya contaba con eso suegra
Me mira y se ríe. Se acerca y me besa. Me encanta esta mujer. Con ella me siento segura y protegida. La puerta se abre y entra Marcos con su padre. Está serio. Se acerca y nos besa a mi y a la niña.
- ¿Qué pasa Marcos? - le pregunto preocupada
- Acaban de llamarme de la Federación, me han seleccionado para ir al Mundial - me lo dice con una cara de pena mirando a su hija
- ¡Oh Marcos! Enhorabuena mi amor, te lo mereces tanto
- Ya... - dice para nada convencido
- Marcos mírame - él hace lo que le pido. Sus ojos azules brillando entristecidos- coge a tu hija
- ¿Qué? No, tranquila
- Coge a tu hija Marcos - cogo a Támara con mucho cuidado y se la paso a él. Marcos la coge como si fuera el bien más preciado del mundo y se queda embobado viéndola. Sus padres lo miran llorando - ¿la sientes? Siente su cuerpecito, su calor, su pequeño corazón...
- Si, si. Es perfecta, es total y absolutamente perfecta - dice Marcos emocionado
- Y vamos a estar aquí las dos esperándote cuando vuelvas, esperando a su papá que es el mejor del mundo ¿me oyes? Estamos muy orgullosas de ti amor. Tienes que estar tranquilo porque vamos a estar bien
- Lo sé, pero no te puedes hacer una idea de lo mal que lo estoy pasando –me dice Marcos acunando a nuestra hija, quien acaba de abrir los ojos y lo mira fijamente. Él le sonríe y se emociona. Si es que mirarla es perderte
- Claro que lo sé Marcos. Pero tienes que animarte mi vida. Vas a vivir un acontecimiento único que muy pocas veces pasa, además teníendote a ti, ganamos seguro
- Marcos –le dice Mª Angeles acariciando su brazo- tienes que estar tranquilo mi niño...no te preocupes por ellas, van a estar bien, no las vamos a dejar solas. Tienes que ir y demostrarle al mundo lo buen futbolista que eres.
Mª Angeles abraza a su hijo mientras Tamara bosteza, algo que nos derrite a todos. Veo a Marcos más calmado, más tranquilo. No quiero ni pensar en cuando tenga que irse el martes. Si las cosas salen bien, será más de un mes sin verlo, y aunque yo me hago la fuerte, lo vamos a pasar realmente mal sin él. Pero eso él no lo va a saber.
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Más tarde
- Marcos, hazme caso, por favor –le digo mientras Tamara está dormida en su cuna
- Maya –me dice él mirándome fastidiado
- Marcos –le replico yo
- ¿Qué estais jugando a adivinar como os llamais? –dice Rubén mirando a la niña dormir
- Aquí tu amiga –dice Marcos- que se ha empeñado que me vaya al Bernabeú a celebrar la Champions, mirala, ya quiere deshacerse de mi
- Mira que eres jili –le digo rodando mis ojos- Marcos, piénsalo, eres el héroe de la 16ª. La afición quiere verte
- Ya...pero acabo de ser padre y quiero estar con vosotras –me dice algo enfurruñado
- Lo sé cariño, pero créeme, por un par de horas que te vayas no va a pasar nada, no vas a perderte nada, pecho, cuna, pañal, pecho
- Vale, vale, que ya lo he entendido
- Marcos –le dice Andrea- no es por meterme, pero como aficionada madridista tu mujer tiene razón...sería un detallazo con la afición y te lo mereces. Te mereces que te ovacionen y que el campo se caiga cuando salgas al césped
- Sois 3 arpias, las 3 –nos dice señalándonos y riéndose- a ver, si teneis razón, se lo debo a todas esas personas que anoche estuvieron hasta las 5 de la mañana esperando que viniéramos
- ¡Has visto! Si es que eres más lindo... -Marcos se acerca a mi y me besa
- Vale, pero esta noche me quedo a dormir con vosotras
- Ya se queda tu madre Marcos
- Me parece bien, pero yo también
- Vale. Pero vete ya que se hace tarde...
Marcos se acerca a Tamara y le besa la cabecita. Le acaricia la mejilla y le sonríe. Se acerca a mi y me da un beso en los labios. Un poco más largo que los que nos hemos dado hoy. Nos miramos y le sonrío.
- Te quiero preciosa mia. Hasta dentro de un rato. Te voy a echar de menos
- Y yo a ti mi amor –Marcos vuelve a besarme. Se da la vuelta y se acerca a la cuna para mirar a la niña. Coge su chaqueta y se despide de Andrea y Rubén.
Espero unos segundos cuando creo que ya se ha ido y me pongo a llorar desconsoladamente. Es que ya no podía más. Este día ha sido tan intenso.
- Maya –me dice Andrea viniendo corriendo a abrazarme- ¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras?
- Ay Andrea, ¡que lo voy a echar tanto de menos!
- Pero si ahora viene tonta –dice Rubén sentándose a mi lado
- ¡Tú eres tonto! –le digo riéndome
- Sé que lo vas a echar mucho de menos –me dice mi prima- pero tienes que ser muy fuerte y muy valiente, como tú eres Maya. Aquí vamos a estar todos para echarte una mano, no vas a estar sola, te lo prometo
- Ay, ¿Qué haría yo sin vosotros? –le digo abrazándola.
La niña empieza a llorar y Andrea se levanta. Va a la cuna y la coge. Le da un besito y la mece. Me la trae y con su ayuda me la coloco en el pecho. Tiene hambre. Normal. Es ponerla y siento sus labios sobre mi pecho y como succiona desesperada. Esto duele una barbaridad. Hasta que mis pechos no se acostumbren a ella me va a doler. Pero es un dolor tan soportable, porque es la manera que tengo de alimentar a mi hija.
- Entonces –dice Rubén- ¿cómo te las vas a apañar hasta que vuelva Marcos?
- Pues bien, creo... -le contesto- entre Andrea, Claudia y mi suegra lo han organizado todo. Y lo bueno es que me parece bien.
- Yo me voy a quedar con ellas hasta que vuelva Marcos –dice Andrea
- ¿Y tu novio? –le pregunta Rubén
- Sigue en los United States –dice con ironía levantando sus manos haciéndose la diva- y si viene me importa una mierda, me ha dejado sola, así que se joda...esto es lo que hay
- Ay, es que me encantas –le dice Rubén dándole palmitas- podeis contar conmigo también. Tengo que estudiar y eso, pero no me importa irme a tu casa y echaros una mano, puedo estudiar allí
- Gracias Rubén –le digo- la verdad es que puedes venirte siempre que quieras...Mª Angeles vendrá por las mañanas y Claudia vive 2 calles más atrás, así que la voy a tener todo el día en casa, aunque creo que los fines de semana o se viene ella o me voy yo...no sé, ya veremos
- Mario y Óscar me han dicho que les llames cuando quieras –dice Andrea
- Uy, si, el día que vengan me llamas a mi también –dice Rubén. Las dos nos reímos
- ¿Y cuando has hablado tú con los hermanos Casas? –le pregunto a Andrea con la ceja levantada
- Pues hace un rato –contesta ella poniéndose colorada
- ¿Y cómo tienes su teléfono?
- Bueno...se lo pedí a Mario el día de tu cumpleaños...para cuando naciera el bebé
- ¿En febrero?
- Si...
- Ay Maya. Cállate. Con lo complicada que tengo la vida, para que se me complique aún más
- Bueno, nunca digas nunca jamás prima. En menos de un minuto, te puede cambiar la vida
- Créeme cariño, estaré preparada para lo que la vida quiera echarme
- ¿Segura?
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