El vestuario es un hervidero de gente. Jugadores, cuerpo técnico y hasta el presi ha bajado a celebrar. Todo es aquí alegría y euforia. El champán corre a raudales. Hemos hecho una temporada increíble y esta es nuestra recompensa. No he parado de hacer entrevistas y fotos. Me llaman el héroe de la final. No puedo estar más orgulloso de lo que he hecho.
Aunque estoy un poco preocupado. He llamado a Maya 3 veces y no me coge el teléfono. Andrea tampoco y me estoy asustando. No escucho las voces ni los gritos que hay a mi alrededor. Sólo miro el móvil preocupado.
- ¿Qué pasa Marcos ? - me pregunta Marco acercándose a mi poniendo sus brazos en mis hombros
- Que ni Maya ni Andrea me cogen el teléfono y estoy preocupado
- No te preocupes, estarán en la cocina o algo
- No sé... - mi móvil suena y es Andrea - ¿Andrea? ¿Y Maya?
- Marcos, no te asustes ¿vale? - me dice ella al otro lado del teléfono
- ¿Qué pasa? - le pregunto asustado
- Estamos en el hospital... Maya está de parto...
- ¡No puede ser! Falta un mes todavía - le grito sintiendo el corazón en mi garganta. El resto de los compañeros me miran también y han bajado el volumen de la música
- Ya, pero tu hija no puede esperar. A ver Marcos tranquilo, la ginecóloga dice que va para largo, así que te da tiempo a llegar
- ¡Joder! ¿Como está Maya?
- Bien, está bien. Las contracciones le duelen pero es normal... aún no ha dilatado, así que tranquilo. Ella es muy fuerte Marcos
- Vale, vale. Oye te voy llamando. No llegaremos a Madrid hasta dentro de unas horas
Me despido de Andrea y veo como todos me miran. Me estoy agobiando un montón. Marco me coge de los hombros porque creo que voy a colapsar. Mi niña de parto y yo aquí a tantos kilómetros de distancia. Puta UEFA que puso la final tan lejos.
- ¿Podemos irnos ya? Que voy a ser padre y no quisiera perdérmelo -Miro al presi que también estaba en silencio mirándome
El presi asiente y empiezan los gritos y las felicitaciones. No sé cómo lo hacen, pero en una hora estamos todos duchados, vestidos y a punto de montarnos en el avión. He hablado con Andrea y ya ha empezado a dilatar. Estoy tan nervioso que no sé cómo voy a aguantar hasta que llegue.
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Las contracciones duelen que te mueres. Son insoportables. Cuando ya te has recuperado de una, te viene otra. Le tengo las manos machacadas a Andrea. Y encima he vomitado toda la cena, 2 veces.
- Lo siento mucho prima, te tengo machacada - le digo abrazándola
- Tranquila, vale. Piensa que de aquí a Navidad cambiaremos de lugar... - me dice riéndose
- Te lo prometo. Pase lo que pase el día que estés de parto estaré aquí contigo - y enroscamos nuestros meñiques como cuando eramos pequeñas. A Andrea le llega un WhatsApp a su móvil. Me deja y va a leerlo
- Es Marcos. Acaba de aterrizar
Suspiro aliviada y no me da tiempo a relajarme cuando me viene otra contracción. Cada vez son más seguidas. Llaman a la puerta y entra Martina, mi ginecóloga.
- ¿Como estas Maya ? - me pregunta ayudándome a tumbarme en la cama para examinarme
- Pues bien... aquí acordándome del padre de la niña
- Es normal, y eso que aún no lo has insultado...todavía tienes tiempo
Nos reímos y ella sube mi camisón para examinarme. Mete sus manos y yo me pongo tensa.
- Bueno, esto va de maravilla - me dice- nos vamos a ir a la sala de dilatación porque ya has dilatado casi 3 cm
- Vale
- ¿Y una pregunta importante? ¿Quieres la epidural?
- Siii - le digo rogando, porque esto ya no hay quien lo aguante
Martina me mira y se ríe. Se despide de nosotras y da instrucciones para que me bajen ya abajo. Necesito a Marcos, no puedo más, lo quiero conmigo.
Son las 5 de la mañana. Todavía hay gente en la calle celebrando el título. Los compañeros se han ido a La Cibeles. Yo voy en un taxi camino del hospital. Ya queda poco para llegar. Marco está fastidiado por no haber podido venir, pero es el capitán y tenía que ir a ver a la diosa. Dice que en cuanto termine Claudia y él vienen. Mis padres van en otro avión así que hasta un par de horas más no los veré. Andrea me ha dicho que lleva una hora en la sala de dilatación y que todo va muy bien, que esté tranquilo.
Llego al hospital y voy directo a la séptima planta. Llamo a Andrea y le digo que ya estoy fuera. Estoy nervioso, mucho. Me siento mal de no haber estado con ella. Andrea sale con su bata verde y un gorro. Viene hacia mi y me abraza.
- Todo va bien Marcos, tranquilo. Entra que te está esperando
- Gracias Andrea, por todo
- Para eso está la familia Marcos
Vuelvo a abrazarla y entro a la zona de paritorio. Me recibe una enfermera y me da una bata y un gorro. Me acompaña hasta la habitación donde está Maya . Cuando abro la puerta se me parte el alma, de verla allí tumbada en la cama con tan mala cara. Gira la cabeza y en cuanto me ve una sonrisa se forma en sus labios y empieza a llorar desconsolada. Me acerco a ella y lo primero que hago es darle un beso en los labios.
- Ya estoy aquí mi amor - le digo acariciandole la cara- ya está. Tranquila que todo va a salir bien
- Marcos, me duele un montón - me dice riéndose mientras me coge las manos
- Lo sé mi vida. Eres una campeona ¿lo sabías? Eres la persona más fuerte y valiente que conozco - Maya me sonríe y le sobreviene otra contracción.
-Pues nada, que aquí tu hija que quería celebrar la Champions con su padre
- Seguro que quiere que montarse en el autobús
- Seguro - me dice riéndose.
Un rato después, entra la comadrona y a partir de aquí todo cambia. Entra también la ginecóloga y la felicita porque está dilatando muy rápido y le dice que tiene que empezar a empujar. Entre ella y la comadrona le dicen lo que tiene que hacer y cuando hacerlo.
Beso a mi mujer y le cojo la mano ayudándola a empujar. Son horas intensas donde Maya pasa de la risa al llanto en un suspiro. Son ya las 9 de la mañana cuando nos vamos al paritorio. Ahora estamos más nerviosos. Miro a Maya y está muy cansada. Se le nota. La beso, la animo , la abrazo.
Ponen a Maya en otra cama. La ayudan a situarse y le explican lo que tiene que hacer. Mi mujer me mira y yo le acaricio la espalda. En cuanto le dicen, empieza a empujar aunque con menos fuerzas que cuando empezó. Yo le doy mi mano para que apriete, aunque también estoy muerto de miedo.
- Maya - le dice la ginecóloga - ya le veo la cabeza, sólo un empujón más y listo, tú hija estará aquí con vosotros
Ella hace lo que le dice. Me coge la mano y empuja con todas sus fuerzas. Y entonces nos quedamos quietos, Martina coge a la niña en sus brazos y se la da al pediatra para que la examine. Mi hija llora en cuanto la tocan. Maya y yo lloramos y reímos a la vez.
- Te quiero mi vida - le digo besandola
- Y yo a ti mi amor
- Bueno chicos, aquí hay alguien que quiere conoceros y que además se muere de hambre - nos dice la comadrona poniendo a la niña en el pecho de Maya
Y en este momento me doy cuenta de que me acabo de enamorar otra vez. Que si ya quería a Maya, ahora la quiero aún más y que acaban de robarme el corazón de nuevo para toda la vida. La niña alza sus ojos y nos mira. Maya me mira a mi y si, definitivamente esto es lo mejor que me ha pasado en la vida. Yo ya sabía lo que era el amor al conocer a Maya, pero ahora sé que el amor está en los ojos de mi hija.
Bendito Real Madrid que me fichó de nuevo.
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