65. En Tu Casa O En La Mia
Se supone que mañana le dan el alta a Maya. Los médicos dicen que está su evolución es muy buena. Así que mañana martes podremos irnos ya por fin de aqui. Una semana lleva mi niña en el hospital. La han estado controlando bastante y eso me deja más tranquilo. Entre todos nuestros amigos, se han turnado para no dejarla sola en ningún momento, incluso por la noche.
El fin de semana no pude estar con ella porque jugábamos en Vitoria, partido, por cierto, que ganamos 2-0 con goles míos y de Marco. La rabia que teníamos acumulada la sacamos en el partido y no hubo quien nos parara. Mi madre también ha estado con Maya. Les hemos contado a mis padres que está embarazada y se han puesto locos de contento. Aunque sea pronto para decirlo, teníamos que llevarnos una alegría.
Aprovechando que estamos en el hospital, le han hecho el primer control de embarazo. La ginecóloga que llevó los embarazos de Claudia, va a llevar el suyo también, cosa que me alegra porque es un encanto de mujer. Nos han dicho que el bebé nacerá sobre el 20 de junio.
Ahora estamos en la habitación, Claudia y yo medio discutiendo.
- Que no Marcos -dice ella- que se viene mañana a nuestra casa
- Pero vamos a ver, que tú trabajas -le respondo
- ¡Y tú también! Yo puedo trabajar desde casa y si tengo que ir a Valdebebas dejo a los niños en la guardería de allí que para eso la han inaugurado este año
- Pero es que yo quiero que esté en mi casa para estar con ella, quiero cuidarla
- ¡ Y nosotros también! Joder Marcos, que cuando te vayas a entrenar va a estar sola, y por lo menos, conmigo no lo va a estar, y también están María, Isa y Andrea
- Oye chicos -dice Maya mirándonos- no sé si os habeis dado cuenta, pero estoy aquí
- ¿Y? -le responde Claudia sin hacerle caso
- Que yo debería decir algo, ¿no?
- No -le contesto yo
- Sabes que es lo mejor Marcos -contesta Claudia- yo voy a estar en casa
- Vale, tienes razón, pero yo me voy también con ella, no pienso dejarla -le digo cruzandome de brazos
- Vale, contaba con que vinieras -contesta ella rodando sus ojos
- Perfecto
- Ehhh -dice Maya- que estoy aquí
- Lo siento cariño -le digo mientras la beso- sentimos no pedirte opinión, ¿vale? pero es que tienes que cuidarte mucho y hacer reposo por lo menos un mes, y esto es lo mejor, ¿vale?
- Si teneis razón -dice ella asintiendo
- Y Maya, cuando ya te encuentres mejor...-le digo nervioso- ¿querrás venirte a vivir conmigo?
Maya me mira con los ojos muy abiertos, suelta un gran suspiro y su mirada empieza a brillar. Una lágrima cae por su mejilla.
- Si -me dice- claro que si cariño
Suspiro aliviado y me acerco a ella para besarla. Claudia se rie y se sienta en el sillón para hablar por el móvil. Llaman a la puerta y esta se abre. Una cabeza morena asoma y entra en la habitación. Es un chico, un adolescente. Me suena su cara pero no sé de qué.
- Hola, ¿se puede? -pregunta él muy educadamente
- ¡Mario! -exclama Maya- Claro que puedes pasar
El chico se acerca a ella y le da un abrazo. Trae un ramo de flores. La sonrisa de Maya es de alegría.
- Quería haber venido antes a verte -dice el chico- pero me dijeron que esperara un poco hasta que estuvieras mejor
- Muchas gracias por venir Mario, de verdad, me ha hecho mucha ilusión -le contesta ella
- Estas hecha una mierda Maya, perdona que te diga
- Lo sé. Ah, bueno, chicos este es Mario Hermoso, juega en el Cadete A del Real Madrid
- Anda -contesto yo- por eso me sonaba tu cara. Tú entrenador es Raúl
- Si, y tú...eres Marcos Llorente, es un honor conocerte -el chico me da la mano algo nervioso
- Lo mismo digo - contesto mientras me aparto un poco para dejar que hablen
- Yo me voy a casa de Maya a recoger sus cosas -me dice Claudia- esta noche se queda Andrea con ella
- De acuerdo -le contesto, me he dado cuenta de que no merece la pena pelear con ellas
Acompaño a Claudia a la puerta y voy hasta la máquina a por un café. Suspiro aliviado. Todos estos días con esta incertidumbre han sido horribles. Aunque luego pienso que algo tengo que estar haciendo bien porque no he tenido ni un solo ataque de ansiedad. Según mi psicóloga, estaba tan centrado en Maya, en que ella estuviera bien, que no me ha dado tiempo ni a pensar. Ella dice que esto es muy buena señal. Y para mi, esto tiene un nombre, y es Maya.
Al día siguiente
Claudia y yo estamos esperando a Marcos que salga de entrenar y venga a por nosotras. Hoy por fin me han dado el alta y estoy deseando irme de aquí. Estos dos lo tienen todo planeado, y yo los dejo. Sobre todo porque Marcos me echo un discurso anoche que me hizo llorar. Me dijo que ahora mismo, su prioridad en la vida somos el bebe y yo, y que lo demás es secundario. Que a su lado no me va a faltar nunca de nada y que todo lo que tiene es mio también. Y que eso mismo tengo que pensar yo.
- Ei Maya -me dice Claudia- ¿estas bien?
- Si, si
- Estas llorando cariño -me dice mientras se acerca a mi y me abraza
- Lo sé, es que no puedo evitarlo. Me acaba de cambiar la vida en 5 segundos
- Para que veas. Pero mira, te va a cambiar para bien. Vas a ser madre, te vas a ir a vivir con un chico estupendo que te quiere por encima de todas las cosas. Vas a formar una familia. Eso es lo más bonito que hay en la vida
- Supongo que serán las hormonas. ¿Sabes? Ahora voy a tener que plantearme mi carrera...y bueno, me he quedado sin trabajo -le digo mientras la miro irónicamente
- ¡Que tonta eres!
- ¿Qué vamos a hacer ahora Claudia? ¿Y los niños?
- Tú tranquila por eso. Voy a cambiar a María a la guardería de Valdebebas y Lucas irá allí también, así podré trabajar y los tendré más cerca...tranquila... además, vas a estar un tiempo con nosotros, no es como si te fueras a vivir al quinto pino
- Lo sé, además cuando me vaya a vivir con Marcos estaremos muy cerca vuestra, de hecho dos calles más atrás
- ¡Has visto tonta! Además, Maya qué te crees tú que yo no te voy a llamar para que me eches una mano con los niños. Mira cariño, tú lo que tienes que hacer ahora es preocuparte por lo que tienes que preocuparte... sabes que con Marcos no te va a faltar nunca de nada
- Lo sé... ay Claudia, es que estoy muerta de miedo
- ¿Por qué cariño? - Claudia se acerca a mi cogiendome las manos
- Pues por todo, todo... ahora mismo para mí lo más importante es que el bebé esté bien y todo vaya perfecto
- Va a ir bien, ya lo verás. ¿Sabes? Marco me dijo una vez que nos merecemos un poco de suerte y tú también te la mereces. Además, ¡te vas a vivir con un chico!
Las dos nos ponemos a gritar como dos tontas y nos abrazamos. Yo me pongo a llorar otra vez y Claudia se ríe de mi. La puerta se abre y entra el hombre de mi vida, el padre de mi bebé, el que ha cambiado mi mundo por completo. Marcos llega hasta la cama y me da un beso. Lo miro y le sonrío.
Joder, cómo lo quiero.
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