62. No aguanto más sin ti
Ya han pasado 2 días. Dos putos y horribles día. En teoría hoy le retiran la medicación a Maya para ver como evoluciona. Estoy asustado. No me he movido de su lado en estos días, solo para ir a entrenar, y porque mi madre me obligó a ir a casa a ducharme y cambiarme de ropa. Y comer, porque apenas recuerdo la última vez que comí algo decente. Todos mis pensamientos los ocupa Maya.
Estoy en Valdebebas. Acabo de terminar de ducharme y voy camino del parking para volver al hospital. Andrea también está allí. Va todos los días a ver a su prima y la verdad es que nos hemos hecho bastante amigos. Me cae muy bien. Por lo que me cuenta tiene un capullo por novio.
- Ei, Marcos - me llama Marco viniendo corriendo detrás de mi- ¿vas al hospital?
- Si, claro -le respondo esperándolo
- Me voy contigo
- Venga, vamos
Nos montamos los dos en mi coche en silencio. Todo esto nos está afectando mucho. Para Marco, Maya es la hermana que nunca ha tenido y sé que lo está pasando muy mal, aunque quiera hacerse el fuerte delante de su mujer y de sus hijos. Casi no hablamos de los nervios que tenemos.
- Espero que cuando le retiren la medicación, reaccione -me dice Marco mientras mira fijamente por la ventana
- Yo también. Andrea me ha dicho que ya han empezado a quitársela. Así que será cuestión de esperar
- La espera es una mierda
- Lo sé, pero no nos queda otro remedio
- ¿Quién hay allí?
- Andrea, Isa y María. Y mi madre. La pobre está muy preocupada por ella, y eso que no la conoce
- Todos los estamos Marcos. Me han llamado de varias emisoras y periódicos, pero he rehusado hacer declaraciones. Ahora no es el momento
- Cuando despierte, le voy a pedir que se venga a vivir conmigo
- Eso es estupendo. Es lo mejor que podéis hacer. Joder, cuando se entere que está embarazada, lo va a flipar, ¿te lo imaginas? -me dice mientras sonríe
- Me echará la culpa. Dirá que como es posible que se haya dejado embarazar por uno del Madrid
- Ja, ja, ja, me va a encantar ver su cara. Todo va a salir bien Marcos, ya lo verás. Si de algo estoy seguro es de que Maya saldrá de esta
- Yo también estoy seguro
Llegamos al hospital y dejo el coche en el parking. Subimos en el ascensor en silencio. A nadie le gustan los hospitales, pero ahora, me gustan mucho menos. Llegamos a nuestra planta y vamos a la sala de espera. Veo a Andrea que habla por teléfono enfadada y me saluda con la mano. Isa, María y mi madre también están. Las saludo y abrazo a mi madre.
- ¿Le han quitado ya la medicación? -le pregunto a mi madre
- Están en ello. Hace media hora que empezaron -me contesta mi madre mientras me coge las manos- todo va a salir bien hijo, ya lo verás
Andrea cuelga el teléfono y viene hacia nosotros. Sus ojos echan chispas. Se acerca y nos damos 2 besos.
- ¿Qué te pasa? -le pregunto
- ¡El gilipollas de mi novio! Que ha llamado a mi madre para contarle que Maya está en el hospital, así que a estas horas mi tío ya tiene que saberlo, ¡será imbécil! No tiene ni puta idea de nada...¡joder! -está realmente cabreada, y yo también, aunque intento disimularlo para que ella no se sienta peor
- A ver, tranquila Andrea, tarde o temprano iba a enterarse, es su padre, a pesar de todo
- Lo sé. Pero no se merece estar aquí Marcos. Mi tio es mala persona, y las 2 arpías que viven con él, más todavía. Créeme, es mejor alejarse de él todo lo que se pueda
- Bueno, tú tranquila, que si aparece por aquí, ya veremos lo que hacemos -me acerco a ella y la abrazo. Esta niña es tan buena como su prima. Está tan sola aquí en Madrid, que a pesar de la situación que vivimos, creo que se siente arropada por todos nosotros. El doctor Del corral aparece por el pasillo. Me levanto como un resorte y voy hacia él muy nervioso.
- Hola Marcos, ¿Qué tal? -me dice dándome la mano
- Bien, ¿y Maya? -le pregunto nervioso y con el corazón latiéndome a mil por hora
- Bueno. Le hemos quitado toda la medicación y por ahora hay que esperar. Pero, respira por si misma sin problemas, así que eso es buena señal. Hay que tener paciencia Marcos, le vamos a hacer algunas pruebas para ver como responden sus órganos. Esta tarde sabremos algo, ¿vale?
El doctor me da un palmada en el hombro y yo asiento. Respira, por lo menos respira. Veo a Andrea llorar y como se abraza a María. Yo respiro y voy a sentarme junto a mi madre. Apoyo mi cabeza en su hombro y ella me acaricia. Esperar, es lo único que podemos hacer.
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Más tarde
He comido una sopa, obligado por las chicas. Le dije a mi madre que se fuera a casa y que la llamaría en cuanto supiera algo. Isco ha traído a Claudia. Se van turnando entre todos. Han venido algunos compañeros, y también el míster, y el presi que acaban de irse hace un momento. Me han dado todo su apoyo y lo que necesite. Sólo con eso ya me siento bien. Si es que somos una familia. Estoy sentado apoyado en Claudia. Mi enana está muy bien, y no deja de preguntar por Maya. Aparece el doctor Del Corral y nos levantamos como un resorte.
- Doctor, ¿ha despertado?
- Todavía no Marcos. Pero traigo buenas noticias. La actividad cerebral es normal y no hay ningún órgano dañado
- Oh, ¡gracias a dios! -exclamo mientras Claudia y yo nos abrazamos. Andrea se acerca a nosotros y la cojo de la mano. Ella también lo está pasando mal.
- Podéis entrar a verla, si queréis, pero sólo un rato. Aunque bueno Marcos, viendo tu cara, puedes quedarte lo que quieras
- Gracias, doctor, gracias -le digo dándole un abrazo- chicas, entrad vosotras, yo me voy a quedar esta noche
- ¡Marcos! Estás muy cansado, deberías irte a casa a dormir -me dice Claudia regañándome- mañana tienes entrenamiento
- No me vas a convencer -le digo cogiéndole las manos- si fuera Marco no te movería de aquí ni una bomba
- Si, es verdad
Claudia me abraza y me acaricia la mejilla. Se da la vuelta y se va con Andrea para la habitación de Maya. Respiro aliviado, por lo menos todo esto no le va a dejar secuelas.
Ahora solo falta que despierte. Mi niña tiene que despertar, porque la necesito.
No aguanto más sin ella.
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