Hoy no he parado en todo el día. Desde que ayer anunciaron mi fichaje por el Real Madrid ha sido un caos de entrevistas, llamadas, posados...se ve que mi vuelta al club era muy deseada.  Todo el mundo me ha dicho que me fui siendo una joven promesa al Arsenal, y he vuelto siendo un jugador consolidado. No me he tomado estos dos años allí como un castigo, sino como una gran oportunidad para demostrar quien soy. Tenía muchas ganas de volver. 

En la presentación han estado mis padres, mis tíos, algunos compañeros del Real Madrid, Marco con Claudia, Isco con Sara y Nacho con María. Me hubiera encantado que hubiera estado aquí Álvaro, pero no estaría bien visto que un jugador del Atlético acudiera a la presentación de uno del Madrid. De todas maneras hemos quedado luego en casa de Claudia para merendar y celebrarlo. Además, tengo ganas de ver al pequeño Álvaro.

He invitado a los chicos a comer en el restaurante de la urbanización. Ya nos conocen de hace tiempo y el dueño se ha puesto muy contento cuando me ha visto. He pasado un rato muy divertido y nos hemos puesto al día de todo. Tengo que admitir que he echado de menos a la niñera, me hubiera gustado verla. Anoche me acosté pensando en ella y en cómo se sonrojaba cada vez que la miraba. Quiero verla otra vez a ver lo que hace ahora y si lo de ayer fueron sólo imaginaciones mías. 

Ahora voy con Claudia y Marco en su coche hacia su casa. Estos dos siguen igual. Tan enamorados como el primer día y rodeados de corazoncitos cuando están juntos. No lo admitiré en voz alta, pero yo deseo algo así, para qué engañarnos. Ha pasado ya mucho tiempo desde la última vez que me enamoré. Y aunque juré que no volvería a pasarme, la verdad es que si surge, no lo voy a evitar. Y más después de las charlas que he tenido con Claudia a ese respecto. A Madrid vengo dispuesto a todo, a no negarme a nada que me sea bueno. Ya estoy harto de sufrir, me merezco un poco de felicidad. Llegamos a su casa y dejamos el coche en el garaje. Desde abajo se escucha música.

- Oh, no –dice Claudia resoplando- ¡otra vez "Suéltalo"!

- ¿El qué? –le pregunto extrañado

- Es que ya hemos entrado en la fase Frozen. Sara le regaló el disfraz de Elsa a María para su cumple y cada dos por tres se lo pone y no para de cantar y bailar. Y hoy es el día -dice Marco mientras se baja del coche y rodea a su mujer  por la cintura.

Me río mientras me imagino a mi enana cantando. Lo que ha madurado Claudia con sus dos bebés. Hoy hemos hablado un montón y bueno, sigue siendo la misma como dice ella, pero con otras inquietudes en la vida. Dice que ahora mismo su marido y sus hijos son lo primero, que lo demás es secundario, que mientras tengan para comer y vivir...Buena filosofía de vida la verdad. Terminamos de subir las escaleras que nos llevan a la casa, y ahora la música se escucha más fuerte. Acompañada de risas. Cuando abrimos la puerta no puedo evitar sonreír. María lleva efectivamente, su disfraz de Elsa y está cantando y bailando, Lucas está en su hamaca encima del sofá mientras les da palmitas y Maya, bueno Maya está arrebatadora. Lleva unas mallas grises con un jersey marrón claro. Se ha hecho una trenza y está cantando con un peine en la mano. Las dos van descalzas.

Mientras sus padres van a abrazar a sus hijos, yo me quedo apoyado en el marco de la puerta y miro a Maya tranquilamente. Parece que se ha dado cuenta porque se da la vuelta y me mira a los ojos directamente mientras sonríe. En un momento se me olvida dónde y con quien estoy y sólo puedo verla a ella, a esos ojos canela que anoche no me dejaron dormir. Agito mi cabeza y dejo de mirarla. No quiero que note que se me van los ojos detrás de ella. 

- ¡Tío Marcos! –dice María mientras me coge la mano- ¡ven a bailar con nosotras!

- Pero si yo no sé bailar muy bien –le digo riéndome dejándome guiar por mi enana

- No te preocupes que Maya te enseña, que a mi me ha enseñado muchos bailes. ¿Maya, le enseñas a mi tito a bailar?

Maya nos mira y se ríe. Por favor que no diga que no, porque eso sólo quiere decir que no le caigo bien, o que le doy vergüenza.

- No sé María –contesta ella- creo que tu tío si sabe bailar, seguro que está empadronado en más de una discoteca de aquí...

La miro con los ojos muy abiertos. Marco me ha dicho que es muy graciosa y tremendamente sincera. Ahora mismo me ha dejado descolocado.

- Bueno –le contesto- estaba empadronado, pero me fui a Londres y tuve que darme de baja, lo mismo ya han cerrado y todo. Además, yo soy más de bailar en mi casa.

- Seguro –contesta ella frunciendo el ceño mientras me mira a los ojos seria. A veces me descoloca con sus miradas. 

- ¡Venga Maya! –dice María- pon la de los vampiros.

Maya se ríe y coge el mando de la consola para poner en Youtube la canción de The vamps "Married in las vegas". Es una de mis canciones favoritas. Cuando salió hace 2 meses no paraba de cantarla en el coche. Seré tonto, pero me gusta que vaya a bailar esta canción. En cuanto suena, se ponen las dos a bailar pegando saltos como las locas. Y lo que más me gusta de Maya, es que le da igual que yo esté delante, no le da vergüenza. Otro punto para ella.

Marco y Claudia se acercan a nosotros y se ponen a bailar con su hija. Lucas en la hamaca intentando llamar nuestra atención. Marco lo desata y lo coge en brazos mientras lo mueve suavemente. Maya me mira y se ríe. ¡Que bonita es por dios! Y además baila muy bien. Hace pasos de baile un poco más elaborados que María copia a la perfección y las dos se cogen de la mano y bailan. Yo también bailo. Hacía mucho tiempo que no pasaba un rato tan divertido.

El timbre de la puerta suena y Claudia va a abrir mientras Maya coge a María en brazos y sigue bailando con ella. Por la puerta entran Isco, Sara, Isa, Álvaro y su bebé, Nacho y María.

- ¿Ya habéis empezado la fiesta sin mi? –dice Isco mientras se acerca a Maya - ¿Qué pasa boquerona?

- Lo que tú digas arroyero –le contesta mientras lo abraza. Vaya, no sabía que Maya era de Málaga. Me pregunto que hará tan lejos de su casa. 

Se separan y ella va a saludar al resto. Con María se da un gran abrazo y empiezan a hablar de la Universidad. Yo me acerco hasta Isa y Álvaro que lleva en sus brazos al pequeñajo. Otro que está precioso. Les doy un abrazo y acaricio la mejilla del niño. El chiquitín me echa los brazos para que lo coja y no puedo resistirme. Me doy la vuelta con el niño y me encuentro a Maya mirándome con ternura. Le sonrío y ella me devuelve la sonrisa. Un escalofrío me recorre todo el cuerpo y empieza a despertar sensaciones que creí que había perdido.

 Definitivamente, me gusta esta chica.