Odio esas dos palabras. Las odio. Cuando te las dice tu novio es que no es nada bueno. Y ahora mismo, la cara de Marcos refleja exactamente eso. Lo hago pasar al dormitorio. Entramos y cierro la puerta. Me dejo caer en la cama y lo miro. Se le ve cansado, con ojeras, derrotado. Desearía tanto acercarme y abrazarlo. Pero por desgracia, no tengo valor para hacerlo
- Tú dirás - le digo con el corazón encogido. Estoy temblando de miedo.
- Maya. Yo, te quiero, eso lo sabes ¿no?
- Lo sé , ¿pero?
- Pero estoy hecho un lío. Agobiado. Superado por todo. Y necesito concentrarme o creo que no voy a poder tirar para adelante
- ¿Y yo te desconcentro? –le pregunto confundida
- Algo así
Siento ahora mismo como mi corazón empieza a romperse en miles de trocitos. Lo miro y apenas puede mantenerme la mirada. ¿Dónde está ese Marcos que era capaz de mover mi mundo entero sólo posando sus ojos en mi?
- No te lo mereces, Maya. No te mereces esta situación, créeme -sigue diciéndome Marcos a la vez que deja escapar un profundo suspiro
- Bueno, no sé, si me contaras lo que está pasando, quizás podría ayudarte...
- Ya sabes lo que pasa, tengo un hijo....y ahora mismo es en lo único que puedo pensar
- Y me parece bien Marcos, es lógico, pero eso no quiere decir que tengas que apartarme de tu lado...a no ser que ya no me quieras
- No es eso
- Entonces, ¿Qué es? Porque no lo entiendo. Has estado 5 días sin llamarme y sin contestar mis mensajes, creo que por lo menos me merecía una explicación por tu parte, digo yo
- Lo sé, lo sé, siento haberte hecho ignorado Maya. Pero... ahora mismo estoy hecho un lío y no puedo ni quiero arrastrarte conmigo
- Y no lo vas a hacer Marcos. Yo estoy aquí, y lo sabes. A tu lado
- Ya, lo sé. Pero Maya, no puedo, de verdad. Tengo que poner en orden mi vida y adaptarme a esta nueva situación. Y no sería justo para ti. Así que...he pensado, que lo mejor es que lo dejemos...
Marcos alza sus ojos y cruza su mirada con la mía durante unos breves segundos. Esos segundos hacen que todo mi cuerpo sienta miles de escalofríos y como quiero llorar del miedo que tengo.
- ¿De qué estás hablando Marcos? –le pregunto mientras me levanto enfadada de la cama.
- De que ahora mismo no puedo pensar en otra cosa que no sea Fran...
- ¿Fran? ¿Así se llama?
- Si...Maya, yo te quiero muchísimo. Y por eso, porque te quiero hago esto...no puedo arrastrarte a todo esto, no me lo perdonaría nunca
- ¿Dónde están? - le grito ya enfurecido y perdiendo toda capacidad de razonar
- ¿Qué? -me pregunta él algo confuso
- ¿Qué donde están ahora?
- En mi casa...
- Es increíble, ¿viven contigo? - no me lo puedo creer. Le ha faltado tiempo a la otra.
- Por ahora si –me contesta bajando los ojos al suelo
- ¿La quieres?
- Maya... -su mirada se torna triste y hasta algo culpable. Lo sé. Soy experta en sentirme así y noto que él lo está
- Contesta Marcos
- No lo sé. Rafaela y yo...fue mi primer amor. Nuestra relación fue muy intensa...y esas cosas nunca se olvidan...
- ¿Y yo que entonces? ¿No significo nada para ti?
- Claro que si –se acerca a mi y me coge la cara con sus manos. Yo estoy temblando. Quiero que me bese, que me diga que esto es un mal sueño- y por eso mismo no quiero hacerte más daño, tengo que averiguar a donde me lleva esta nueva situación
- Marcos, yo...puedes contar conmigo mi amor
- Lo sé, pero abejita. No puedo hacerte esto. Hasta que sepa lo que hacer, no puedo. Quiero que seas feliz, que vivas tu vida y que...no me esperes -esto último me rompe el corazón. Puedo sentir como los pedazos van cayendo poco a poco al suelo. Lo miro y respiro.
- ¿Te estás despidiendo Marcos? -le pregunto mientras aprieto mis manos a ambos lados de mis caderas
- Creo que si. Aunque no es una despedida del todo Maya. Tenemos muchas cosas y amigos en común como para hacerlo
- Bien... vale... –le digo mientras me quito sus manos de mi cara y trago saliva. No pienso arrastrarme ni dejar que me vea llorar- ¿ya me has dicho todo lo que me tenías que decir?
- Creo que si... -me dice metiéndose las manos en los bolsillos.
- Pues ya te puedes ir –me doy la vuelta y aparto las cortinas del balcón para volver a mirar la calle, la lluvia. Me estoy aguantando las lágrimas. No me va a ver llorar, no me da la gana.
- Maya
- Lárgate Marcos. Ya no somos nada. Tú lo has querido. Cuanto antes te vayas, mejor
- Por favor, no quiero terminar así contigo
- Vete Marcos
- Maya
No le respondo. No me doy la vuelta. Si lo hago le suplicaré y no sé que más seré capaz de hacer. Espero unos segundos y siento como se va y cierra la puerta. Sigo mirando por la ventana. Ilusa de mi sigo creyendo que va a volver y decirme que me quiere y que todo se va arreglar. Pero pasan los minutos y eso no sucede.
Me doy la vuelta. Ya no está aquí. Y me dejo caer en el suelo y entonces, solo entonces me echo a llorar. Me duele tanto el corazón, el alma, todo. Creí que éramos felices, que yo sería suficiente para él. Que lo que teníamos era mágico. Y ahora nada tiene sentido.
No sé cuantas horas han pasado. Estoy tirada en la alfombra. Cojo mi móvil y miro la hora. Son las 2 de la mañana. No hay llamadas ni mensajes suyos. Sólo silencio. Triste y oscuro silencio.
¿Por qué ya no me quiere? ¿Porque? Y me echo a llorar de nuevo. Por Marcos, porque lo quiero y lo echo de menos.
La primera persona a quien le dije que la quería. Y la última. No pienso volver a entregarle mi corazón a nadie más. En la vida.
Domingo
La luz de la calle se cuela por la ventana. Miro el reloj. Son las 2 de la tarde. En algún momento sé que Rubén entró y me trajo algo de comer ¿o fue ayer? No lo recuerdo. No recuerdo nada desde el viernes. Sé que llevo en mi habitación desde ese día. Apagué el móvil y me metí debajo de las sábanas. No quiero saber nada del mundo, por lo menos hasta mañana. He pensado mucho y lo he decidido. Ya he llorado bastante, ya no lloro más. Si mi padre no pudo conmigo tampoco lo hará Marcos Llorente. Pero dios, lo quiero, lo quiero mucho y me estoy muriendo por dentro. Estoy tan vacía, tan rota. Ya no volveré a besarlo más, ni a acariciarlo, ni a reírme, ni a estar con él.
Joder, otra vez voy a llorar.
Me doy la vuelta en la cama y poco a poco vuelvo a quedarme dormida. Mañana será otro día.
Lunes
Respiro hondo y llamo al timbre. Pongo la mejor de mis sonrisas y Claudia me abre la puerta. Su cara cambia al instante por una de tristeza.
- Maya cariño. Te he llamado un montón de veces y lo tenias apagado. Me tenias preocupada - me dice mientras entramos y me abraza
- Lo siento. Tenía mucho que estudiar y ni me di cuenta de que no tenía batería - le digo intentando convencerla mientras dejo mis cosas en el perchero. Voy a la cocina y Marco está dándole el desayuno a Lucas.
- Maya - me pregunta serio y preocupado - ¿estas bien?
- Si, ¿por? - les digo mirándonos rara
- ¿Y Marcos?
- Oh, eso... bueno... pues, me ha dejado...
- ¿Qué? - dicen los dos a la vez mirándome confundidos
- Si, el viernes estuvo en mi casa y bueno, me dijo que tiene una vida muy complicada... bla bla bla.. y que su prioridad es su hijo y eso... pues que me ha dejado
- Maya cariño, ¿tú estás bien? - me pregunta Claudia muy preocupada viniendo hacia mi
- Pues claro. A ver, si no quiere estar conmigo, pues que no esté, y ya está... tampoco hay que hacer un drama por eso - y me encojo de hombros intentando que me crean
- Maya, ¿estas segura? - me dice Marco mientras se levanta y me coge de los hombros. Estoy a punto de echarme a llorar.
- ¡Que si! Tranquilos vale. Todo bien. Y ahora largaos que este muchachito y yo nos vamos de compras - digo mirando a Lucas haciéndole muchas cosquillas.
Claudia me mira extrañada. Sé que no se ha creído para nada lo que acabo de decir, pero es que ni yo misma me lo creo. Pero da igual. Mañana, será mejor que hoy. Eso seguro.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro