Oh, dios, hoy es el mejor cumpleaños de mi vida. ¡Me ha dicho que me quiere! ¡Que me quiere! Bueno, yo también se lo he dicho a él, pero Marcos lo ha dicho primero. Estoy en una nube. Claudia tenía razón. He cambiado recuerdos tristes por felices, gracias a todos ellos y en especial a mi rubio. No me esperaba para nada que me lo dijera. Yo, la que me hacía falsas ilusiones con él y se han hecho realidad. Me quiere, me quiere, me quiere... Soy feliz. Hoy me he acordado de mi madre más que nunca. Sé que dónde esté, estará contenta y tranquila de que por fin este día significa algo bueno para mi.

Estamos Marcos y yo en el dormitorio. Después de la tarta y debido a que estaba un poco embriagada con la sangría, nos hemos venido a dormir la siesta. Pero hemos acabado haciendo el amor apasionadamente. Sólo diré que casi nos cargamos un mueble bajo de cajones, porque Marcos me ha subido encima.

- No se te quita la sonrisa de la cara –me dice Marcos acariciando mi estómago

- Si. Es que soy feliz

- ¿Si?

- Mucho, y tú tienes mucho que ver

- Te quiero mucho Maya –me dice mientras me coge de la cara y me atrae a él para besarme. Sus labios se mueven despacio saboreando mi lengua. Sus besos siempre son increíbles.

- Yo también te quiero Marcos –le digo separándome de él

- Bueno, pues creo que ya es hora de darte tu regalo

- Ay si –le digo mientras me incorporo y hago palmitas

Marcos se levanta de la cama y va hacia su maleta. Yo aprovecho y le miro como los pantalones cortos se le ciñen a su culo. Marcos rebusca entre sus cosas y vuelve con una cajita y un sobre.

- La caja primero - me dice. Hago lo que me ha dicho y abro la caja. Dentro hay una pulsera preciosa de oro blanco con flores y abejitas. Me ha dejado sin palabras. Es una pasada.

- Marcos, es preciosa - le digo mientras le abrazo. Que bien se siente abrazarlo otra vez. Le doy mi muñeca para que me la ponga y él lo hace. Queda muy bonita.

- Me alegro que te guste. Ahora el sobre.

Cojo el sobre y lo abro. Dentro hay dos entradas sin fecha para el parque de Harry Potter de Londres. No puedo evitar chillar y lanzarme encima de Marcos. Es la ilusión de mi vida. Y él la va a hacer realidad.

- Marcos, no puedo creérmelo, gracias, gracias, por los regalos, son preciosos

- De nada abejita, te los mereces mi amor.

- Te quiero, te quiero y te quiero - y lo beso otra vez. Marcos me abraza y me mantiene en su pecho un rato. Puedo escuchar como late su corazón. El mejor sonido del mundo. Unos golpes en la puerta nos devuelven a la realidad. Me pongo una sudadera de Marcos y me levanto de la cama para abrir. Son Claudia y Marco.

- ¿Estáis visibles? - pregunta Claudia tapándose los ojos con las manos

- No, estábamos esperándote cariño - le contesto mientras le guiño un ojo. Los hago pasar y cierro la puerta. Se sientan los 2 en el sofá del cuarto.

- Queríamos darte tu regalo de cumpleaños - me dice Marco mientras me tienden un sobre bastante abultado.

- Oh, gracias - les digo mientras me siento en la cama y lo abro con mucha curiosidad. Dentro me encuentro un seguro de coche a mi nombre. Los miro confusa- ¿Qué es esto?

- Mira bien dentro del sobre- me dice Claudia sonriente. Rebusco dentro y me encuentro las llaves de un coche con el logotipo de Peugeot .

- Por favor, no me digáis que esto es lo que es - les digo muy confusa

- Si, son las llaves de tu nuevo coche - me contesta Claudia riéndose

- No, no, no puedo aceptarlo - les digo mientras meto las llaves en el sobre y lo cierro para devolvérselo

- Si que puedes -me contesta Claudia devolviéndome el sobre de nuevo a mis manos

- No, es demasiado...no puedo...

- Maya, mírame quieres - me dice Marco - estoy harto de ver como vienes y vas a todos lados en autobús, de que te vengas de noche de clase, de que te levantes temprano para venir a casa. Así que coge las llaves ya, si no quieres que me enfade mucho contigo

- Pero yo... - les digo a punto de llorar

- ¡Ni peros no nada!

- Vale... - me levanto de la cama y voy hasta Marco y me tiro a sus brazos llorando. ¿Qué he hecho yo para merecerlos? Me separó de él y me acerco a Claudia para abrazarla- Gracias, gracias, gracias...

- Te lo mereces enana -me dice Marco mientras yo estoy que no puedo con tanta felicidad. 

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Más tarde

Hemos pasado la tarde entre juegos y risas. A Isco se le ocurrió que jugáramos un partido de fútbol todos mezclados, simplemente por divertirnos. Yo iba con Claudia, Sara, Nacho y Álvaro. Y aunque el otro equipo llevaba ventaja porque tenían 3 futbolistas profesionales, con lo que no contábamos es con lo bien que juega Claudia a fútbol. Y no es porque su marido sea uno de los mejores futbolistas del mundo, es porque juega desde pequeña. Al final empatamos, pero el caso es que echamos un rato muy bueno. Yo por lo menos me reí mucho, sobre todo cuando Marcos me agarraba para que no marcara gol. Y yo lo distraía con cosquillas

La cena ha consistido en pizza casera que hemos hecho Marco, Álvaro y yo. Menos mal que aquí tienen un horno bastante potente, porque hemos tenido que hacer 4. Eso sí, estaban buenísimas.

Después de la cena estamos todos en el comedor. Hemos sacado las bebidas y los frutos secos y aquí estamos hablando de nuestras cosas. Marcos y yo estamos sentados en uno de los sofás tapados con una manta. Estoy apoyada en su pecho mientras bebo un mojito, esta vez sin alcohol.

- ¿Y si jugamos a Beso, Atrevido o Verdad? –dice Sara

- Uy si, que a Claudia y a Marco les encanta ese juego –dice Nacho mientras los mira burlón y ella le hace un gesto obsceno con el dedo

Así que acabamos jugando. Es divertido ver como Isco tiene que salir en calzoncillos al jardín y cantar "Corazón Partío", o como Álvaro le da un beso a los pies de Nacho, y Marco confesando que su fantasía secreta es hacerlo en un avión.
Llega el turnos de Marcos y elige Verdad, pero está vez es Claudia la que se adelanta y le hace la pregunta.

- A ver Marcos, ¿en qué partes de mi casa os habéis enrollado Maya y tú? - joder, acabo de ponerme como un tomate. Marcos se mueve nervioso detrás de mi. Marco nos mira levantando una ceja.

- Joder Claudia, vaya preguntita - dice él algo azorado

- Estoy esperando -le dice ella en tono cantarín

- Pues...

- Venga Llorente, que te estoy prestando toda mi atención - dice Marco también. Yo lo que hago es que me pongo la manta más arriba y me tapó la cabeza- Maya cariño, te sigo viendo, no te tapes. ¿Marcos?

- En el pasillo de abajo, en la cocina y... en el sofá...

- ¡Maya! - grita Claudia indignada - me prometiste que en el sofá nooooo

- ¡Joder tía! Que sólo nos hemos besado, ¡ni que hubiéramos hecho algo más! - le digo también asomando un poco la cabeza mintiendo como una descosida. Marcos me aprieta la cintura y yo intento no reírme.

- ¿Segura? -me dice ella entrecerrando sus ojos. Sé que no me cree, lo sé

- Siiii, pesada, ni que tú nunca lo hubieras hecho en sitios donde no lo tenias que hacer...

- " de las glorias deportivas, que campean por España" - empiezan a cantar Isco, Álvaro y Marcos a la vez.

Miro a Claudia y se sonroja un montón mientras Marco mira para otro lado. Seguimos jugando y el tema queda zanjado. Cuando llega mi turno, yo no sé lo que elegir.

- Bueno, pues Verdad también - le digo a Sara

- Vale...pues di la verdad, ¿Qué fue lo que pensaste la primera vez que viste a Marcos?

- Pues...que se me habían caído las bragas de lo bueno que estaba –digo mientras me pongo como un tomate. Escucho algunos gritos. Marcos me da la vuelta y me mira.

- ¿Y tú que pensaste Marcos? –le dice Sara

- Que nadie me había dicho lo preciosa y guapa que era la niñera –contesta él.

Ahora soy yo la que lo miro. Me acerco más a él y lo abrazo. Pone sus manos a mí alrededor y me atrae más a su cuerpo. Qué bien se está en sus brazos.

- Si es que está claro –dice María- estáis hechos el uno para el otro

- Marcos –le grita Marco- ¿por dónde caminas descalzo?

- Por el infierno tío –le contesta él mientras los dos se ríen, sin encontrarle yo mucho sentido a lo que está diciendo. Cosas de hombres supongo.