30. Te Quiero Con Tarta
Maya y yo por fin hemos hablado. Nos hemos pedido perdón mutuamente y no puedo estar más contento. La echaba tanto de menos. Su olor, el sabor de sus labios, su sonrisa, todo. Me encanta estar con ella. Siento que con Maya no tengo que fingir lo que no soy ni esconder lo que siento. Me ha devuelto las ganas de creer en el amor.
Hemos estado un buen rato aquí disfrutando de nosotros. Decidimos salir del cuarto porque ya es la hora de comer y no estamos solos. Seguramente nos estarán esperando. Aparecemos en el comedor abrazados. Están ya todos allí. Los muy idiotas se ponen a aplaudirnos cuándo aparecemos.
Maya esconde su cabeza en mi pecho avergonzada y yo la abrazo.
- Cuando queráis me dais las gracias por traer la película - dice Sara hablándole a todos
- ¡Eres más tonta Sara! - le dice Maya con algo de sarcasmo. Hoy me ha confesado que ni a Claudia ni a ella les cae demasiado bien. Que al parecer está haciendo y diciendo cosas que no aguantan. Y que si lo hacen, es por Isco
- Si, si, pero que levante la mano quien no haya follado hace media hora...
Por supuesto que nadie levanta la mano. Todos y cada uno sabemos lo que habíamos estado haciendo un rato antes. Abrazo a Maya más fuerte, la pego más a mi cuerpo envolviéndome en su dulce aroma de coco. Cuando me separo, nos miramos y sonreímos. Y me lamento por la semana perdida. Por haber sido tan tonto de caer en los errores de siempre. Pero bueno, ahora estamos aquí, juntos.
- Luego te doy tu regalo –le digo susurrándole en el oído
- Vale –contesta Maya mientras una amplia sonrisa se forma en su cara.
Como ya es la hora de comer, nos organizamos un poco para hacer la comida. Isco y Nacho se encargan de encender la barbacoa. Hace sol en el jardín, así que preparamos todo para comer fuera. Incluso hace calor.
Maya y Claudia hacen varias ensaladas y Álvaro y Marco preparan la carne para la barbacoa. El resto ponemos la mesa y ayudamos en lo que podemos. Yo, que soy un negado total en la cocina, preparo una sangría con Sara. La cargamos un poco. Creo que no tuvimos bastante con lo de anoche.
- ¡Esto está de muerte Marcos! –me dice Sara mientras me echo un vaso y la pruebo también
- Si que está buena si - le digo mientras la pruebo
Voy hasta la cocina. Maya está riéndose con Claudia. Cuando me ve me sonríe. Me acerco a ella y me apoyo en la encimera a su lado.
- ¿Cómo está la sangría? –me pregunta Maya
- No sé, dímelo tú –le digo mientras bebo un sorbito y me acerco a ella para besarla. Muy lentamente voy dejando que el líquido que tengo en mi boca la invada a ella también. Su lengua se mueve explorando la mía, saboreándome. Nos separamos y ella se relame los labios.
- Sí que está buena si
- ¡Por dios! –dice Claudia- el sexo de reconciliación ha tenido que ser muy bueno
- No lo sabes tú bien –responde Maya mientras se ríe.
Maya se acerca a mí y me abraza. Me coge de la cintura y apoya su cabeza en mi pecho. Ahora mismo, por mi, se puede detener el tiempo, porque no creo que haya otro sitio o lugar donde preferiría estar mejor que ahora. Compartimos el vaso de sangría y salimos con los demás al jardín. Las ayudo a llevar las ensaladas. La barbacoa está medio lista. Alguien ha puesto música y entre eso y la sangría, pues que digo, que benditos raticos con los amigos.
Al rato, estoy sentado en un sillón del jardín. Me he tenido que quitar la sudadera del calor y no soy el único que está en manga corta. Maya está encima de mí. Tiene sus brazos alrededor de mi cuello y su cabeza apoyada en mis hombros. Nos hemos hartado de comer y de beber también. La sangría estaba muy buena, de hecho hemos tenido que hacer otra. A Maya se le ha subido y está más cariñosa todavía. No para de besarme o de tocarme el culo cada vez que tiene ocasión. El caso es que me gusta que lo haga. Aquí está encima, y yo intentando que no note la erección que tengo desde que se sentó. Pero no para de moverse.
- Maya, cariño, deja de moverte
- ¿Por qué Marquitos? –me pregunta provocándome otra vez restregando su culo con mi pene
- Ya sabes por qué abejita...porque como sigas así te llevo al cuarto y te lo cuento más despacito para que te enteres bien –le digo en un susurro
- Pues, ¿Por qué no nos vamos ya? –me pregunta en el mismo tono
- Espera sólo un poco...y te prometo que valdrá la pena...
- Vaaale –me dice mientras vuelve a abrazarme.
- Oye, he estado pensando una cosa
- Ay, no pienses mucho cariño, que luego te duele la cabeza...
- Es que eres más tonta...
- Si, pero me adoras -me dice y me besa otra vez - a ver dime, que querías
- ¿Podemos hacernos una foto y ponerla en mi instagram?
- Pues... - Maya se ha puesto un poco sería. Sé que a ella las redes sociales no le gustan nada
- Sino quieres, no pasa nada...
- ¿Porque quieres ponerla?
- Pues porque siempre pongo fotos de mi entrenando o de algún partido, todo muy soso. Y no sé, me apetece decir al mundo que estoy contigo
Maya me mira con los ojos muy abiertos y sonríe. Me abraza.
- Claro que podemos hacernos una foto.
Así que le digo a Isa que nos la haga y al momento la subo a instagram después de ponerle el texto. Maya lo lee y se emociona.
" Todos mis momentos contigo son mis favoritos " 💗💕
- Me encanta la foto y me encantas tú - me dice besandome en la mejilla. Vuelve a abrazarme y se recuesta en mi.
Claudia se asoma por la puerta del comedor y me mira , yo asiento con mi cabeza. Ella vuelve a irse.
- Venga Maya, levántate...
- Ay, ¿porqué? –me pregunta haciendo pucheros.
- Por eso –le digo señalándole la puerta, mientras Claudia aparece con una tarta de cumpleaños.
La tarta la encargué el viernes y Claudia fue ayer a por ella. Es una torre de donuts. Sé lo mucho que le gustan, y fue lo primero que compartimos cuando nos conocimos. Claudia la pone en la mesa y Maya se queda alucinada. Me mira con una mirada tan dulce. Veo como se emociona.
- Marcos, es una tarta de donuts
- Lo sé preciosa, es uno de mis regalos, pensé que te gustaría
- Me encanta... -me dice mientras me abraza pegando saltitos
Se acercan todos a la mesa y le cantamos cumpleaños feliz mientras Maya sonríe de felicidad. La veo tan contenta y tan feliz. Mi corazón estalla también, de verla, de que esté conmigo. Y recuerdo las palabras de Marco en su casa. Y no puedo negar que tiene toda la razón. Aquí está la chica que he buscado durante tanto tiempo. La que me ha robado el corazón, la que me tiene loco por ella. Maya se prepara para soplar las velas.
- Maya –le digo llamando su atención. Ya se terminó la canción de cumpleaños y todos están esperando que sople las velas.
- Que –me contesta Maya girándose para mirarme. Me acerco a ella y le susurro en el oído lo que llevo guardando todo el día. Necesito decirle lo que siento por ella.
- Que te quiero
Maya se queda mirándome con los ojos muy abiertos. Sus ojos están brillantes. Los demás nos miran también aunque no saben de que hablamos. Se acerca a mí y me abraza. Se separa y me mira a los ojos. Se le han escapado algunas lágrimas. Con mis dedos se las limpio.
- Yo también te quiero –me dice en un susurro
Y el mundo hoy, es más bonito
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