Le he pedido a Maya que se quede a dormir en mi casa. Todavía faltan 3 horas para terminar mi cumpleaños y quiero que esté conmigo. Quiero terminarlo como lo empecé, con ella. No he tenido que convencerla mucho. Se ha traído ropa que tiene en casa de Claudia de cuando se queda allí. Llegamos hace un rato a casa, y acabo de terminar de enseñársela. Creo que le ha gustado mucho por cómo lo miraba todo. 

- Tú casa es muy bonita Marcos - me dice mientras me abraza - es muy acogedora

- Gracias. Me alegro que te guste. La verdad es que me encanta esta casa, es sencilla pero estoy muy a gusto aquí.

- Es preciosa, de verdad

- Oye, ¿Qué te apetece cenar? -le digo mientras me separo de ella y la miro a los ojos

- Si te digo la verdad, no tengo mucha hambre, pero me apetece mucho una sopa

- Sopa... vale, perfecto, veré que tengo por ahí y la hacemos

- Oye Marcos, ¿Te importa si me ducho? Quiero ponerme algo más cómodo

- Si, claro, ven acompáñame

Llevo a Maya de la mano por el pasillo hasta el cuarto de baño que hay en mi dormitorio. Mi baño es bastante grande. Le digo donde está todo y le doy toallas.

- Si necesitas algo me lo dices ¿vale? - le digo mientras me doy la vuelta para irme

- Marcos - me llama. Me giro y la veo morderse los labios mientras me mira- ¿no vas a ducharte conmigo?

- Joder, pues claro que me voy a duchar contigo

Me quito la camiseta y el resto de la ropa rápidamente ante su atenta mirada. La mampara de la ducha, me la instalaron hace una semana, y puedo decir, que la instalación fue de puta madre.

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Estoy en la cocina sirviéndome un vaso de agua cuando Maya entra en ella ya cambiada y con el pijama puesto. 

 Se acerca a mi y me abraza por la cintura para darme un suave beso en los labios.

- Me encanta tu ducha Marcos –me dice mientras se ríe

- A mi me gusta ahora más

Maya pone su cabeza en mi pecho y yo le acaricio su pelo. Tengo el corazón ahora mismo a punto de estallar de lo feliz que estoy joder. 

- Marquitos...¿y esa sopa? -me dice mientras me hace ojitos

- Jajaja, venga anda, vamos a cenar

La cojo de la mano y vamos a la cocina. 

- Sabes Maya, tengo que confesarte que a mi la cocina se me da regular, sé hacer lo básico para no morirme de hambre

- Bueno, pues tienes suerte porque a mi se me da bien. Anda, siéntate -me dice mientras me señala uno de los taburetes- si me dices donde tienes las cosas, me encargo yo de la sopa

- Prefiero ayudarte, si quieres, claro

- Vale, te dejo que seas mi pinche

- ¿Puedo meterle mano al chef? -le pregunto poniendo carita de niño bueno

- Hummm...bueno, un poco  -dice mientras me mira riéndose- mientras me des de cenar, puedes hacer conmigo lo que quieras rubito

Más tarde

- Cocinas muy bien Maya -le digo rebañando el plato de sopa con el último trozo de pan

- Tuve que aprender a marchas forzadas, o eso, o me muero de hambre, porque Rubén no tiene ni puta idea de cocinar vaya

- Y yo menos. Sólo como bien cuando voy a casa de mi madre o si me invita Claudia a la suya

- Bueno, novio, ahora voy a cuidar como es debido de ti y te voy a mimar con mucha comida -me dice Maya guiñándome un ojo

- Me va a gustar que me mimes abejita

Mis dedos repasan su mejilla muy despacio. Ella cierra sus ojos deleitándose con las caricias de mis manos. 

- Marcos, me gusta mucho estar contigo -me dice ella una vez que abre sus ojos

- A  mi también me gusta estar contigo. De hecho,  creo que nunca había estado así de bien con alguien

- ¿Has tenido muchas novias que te hagan la cena? -me pregunta ella con cautela

- No muchas. Aún vivía con mis padres cuando me fui a Londres, esta casa la compré pensando en venirme a vivir aquí antes de saber que me cedían al conjunto inglés, así que, eres la primera chica que me cocina

Maya sonríe orgullosa y puedo ver como sus mejillas se ruborizan un poco

- ¿Y tú? ¿algún chico al que le hayas hecho sopa?

- Nop. No he tenido muchos novios Marcos. Uno en el instituto y otro al comienzo de la Universidad. Y la cosa no acabó bien con ninguno. Sobre todo con el último. Me puso los cuernos con la hija de la novia de mi padre

Maya me contó su "culebrón" familiar. De lo hijo de puta que es su padre, el cual vive con dos pedazos de zorras. A las pruebas me remito

- ¡Joder! Cuanto lo  siento Maya

Mi novia me sonríe algo entristecida. La agarro de las mejillas y estampo un beso en su boca para intentar calmarla. 

- Yo no lo siento Marcos. Por su culpa estoy aquí en Madrid,  y gracias a ellos he conocido a los Asensio, y sobre todo a ti.  Volvería a pasar por lo mismo si eso significara conocerte de nuevo

Me quedo mirando a Maya y siento ahora mismo que mi corazón me va a explotar en el pecho. Definitivamente, si, es pronto, pero la quiero. Con toda mi alma. Y estoy deseando decírselo. 

- ¿Nos vamos a la cama abejita? -le pregunto mientras le acaricio el pelo

- Ay si, por favor. Me muero de sueño. Es que esta noche no me han dejado dormir mucho... -me dice mientras me sonríe.

- Aunque...bueno...¿te acuerdas que te dije que quería hacerte el amor en mi cama?

Maya me mira y jadea. Sus ojos se han puesto brillantes. Se acerca a mi y me besa ansiosa de mi y de su boca. Me pongo en pie y le doy la mano para que se levante. Cuando lo hace, la pillo desprevenida y la levanto del suelo poniendo mis manos en sus caderas. 

- Aún falta una hora para que termine mi cumpleaños, así que quiero que me cantes de nuevo el cumpleaños feliz

-  ¿Desnuda?

-  Oh, si, nena, desnuda, sudorosa y debajo de mi a ser posible