13. Buenas noches
Son casi las 5 de la mañana. Nacho y Maria se han ido hace un rato. Él es más responsable que nosotros. Como sigamos así vamos a dormir bien poco. Mañana habrá mucho zombie en el entrenamiento. Sara está tumbada en el sofá frita. Hace rato que se quedó dormida. Isco está convenciéndonos para echar un torneillo de Fifa, y Claudia y Maya creo que quieren acostarse. Están sentadas en el suelo hablando de sus cosas. Tienen cara de cansadas. Si es que no han parado de bailar en toda la noche. Me gusta mucho ver bailar a Maya. Lo hace muy bien.
No puedo dejar de pensar cuando hemos bailado juntos. Tenerla entre mis brazos me ha dado paz, y también me ha puesto nervioso. Se sentía tan bien tenerla tan cerca. Huele de maravilla. Huele a coco. Llevo queriendo besarla, pues prácticamente desde que la vi. Casi la beso en el jardín y creo que ella también quería besarme por la forma que me miraba. Me ha dado mucha pena saber que no tiene madre. Es muy triste y creo que no lo ha pasado demasiado bien.
Cuando hemos bailado también quería besarla. Maya me revuelve todo. Con sólo una mirada, un roce, hace que quiera perderme en ella para siempre. Nunca había sentido algo así, jamás. Con nadie. Ni siquiera con la chica que me rompió el corazón. Maya es tan sincera. No puedo dejar de mirarla.
- Nosotras nos vamos a la cama - dice Claudia mientras se acerca a Marco y lo besa
- ¿Juntas? - pregunta Isco con una sonrisa traviesa
- Y revueltas, no te jode. Cariño, no tardes que te voy a estar esperando en pijama... -Claudia mira a Marco y le sonríe.
- Pues hala, que se acabó el Fifa -dice Marco mientras va y suelta el mando. Claudia se acerca a él y le susurra algo al oído. Los dos se ríen y ella le da un beso y se va- bueno, un torneillo pequeño...
- Buenas noches, hasta mañana -dice Claudia mientras los demás les contestamos y ella se va para su habitación
- Eh, bonita -le dice Maya cogiéndola del brazo- tira para la habitación de arriba que yo duermo abajo y ya sabes...quiero dormir, que soy muy joven para escuchar porno nocturno
- ¡Tú eres tonta! -le contesta Claudia mientras se hace la ofendida
- Lo que tú digas. Buenas noches a todos -dice mientras me mira y me sonríe. Le digo buenas noches con pena. Quería estar más rato con ella.
La veo irse con Claudia. Ella va a ver como está Lucas. A los pocos minutos veo a Claudia subir las escaleras y tirarle un beso a su marido. Me siento en el sofá con estos dos para jugar un rato. Estos momentos también me gustan. Pero tengo la sensación de que hay algo que no he hecho esta noche y me siento intranquilo.
Me muero de sueño. Entre eso y el alcohol, tengo unas ganas de pillar la cama tremendas. Voy a dormir en el cuarto de Claudia, para estar cerca de Lucas. Marco y ella se merecen disfrutar esta noche. Me pongo el pijama y voy al cuarto de baño a lavarme los dientes. No puedo dejar de pensar en Marcos, en sus brazos, en sus manos en mi espalda, en su aliento en mi piel, en todo él. Dios, a lo mejor es por el alcohol, o porque me gusta muchísimo, pero lo deseo, lo deseo demasiado. Que si me lo pide, le doy mis bragas sin pensarlo. Y si, me he enamorado de él. Irremediablemente enamorada.
Termino de lavarme los dientes y salgo del baño para irme a dormir. Y entonces me quedo parada. Ahí está Marcos en el pasillo, esperando. Mirándome con los ojos brillantes. Se relame los labios. Trago saliva y mi cuerpo se revoluciona. Se acerca a mi mientras yo me apoyo en la pared.
- Hola -le digo sin saber muy bien que decirle. Estoy temblando.
- Hola -me contesta mientras me aprisiona en la pared y yo me dejo. Roza con sus dedos mi mejilla mientras me mira a los ojos- no me has dado las buenas noches Maya
- Si te lo he dicho...
- Pero así no abejita
Y de pronto, sus labios se acercan a mi boca y me besa. Oh, dios mío. Creo que voy a morir aquí y ahora. Sus labios son muy tiernos. Empieza a besarme despacio mientras baja una de sus manos a mi cintura y me acerca más a él. Pongo mis manos en su cuello porque necesito tocarlo. Sus labios se mueven con más ansia sobre los míos y tímidamente, su lengua entra en mi boca y cuando roza la mía, el éxtasis. Me dejo invadir por ella. Marcos me está devorando entera, lo que antes había sigo un dulce beso, que sigue siéndolo, ahora es el infierno en la tierra. Le tiro del cuello para profundizar más el beso mientras acerca sus caderas a las mías. Su lengua sigue acariciandome. Sus labios besándome sin prisa. Nos separamos, más por la falta de aire que por las ganas. Marcos me mira y apoya su frente con la mía. Respiramos los dos con dificultad. Se acerca a mi oído y me susurra, su aliento me provoca escalofríos por todo el cuerpo.
- Ahora, si –me dice Marcos- buenas noches Maya.
Y se da la vuelta para irse. Me quedo ahí parada. No me lo esperaba para nada. Y entonces me muerdo el labio. Esto no va a quedarse así. No puede darme el mejor beso que me han dado en la vida e irse así como así.
- Marcos –lo llamo en un susurro. Tampoco es plan de que Isco y Marco nos oigan. Aunque es imposible, están en el comedor con las puertas cerradas
- ¿Qué? –me dice mientras se da la vuelta
Me acerco a él, y así sin pensar, me tiro a sus brazos mientras estrello mi boca en la suya. Ahora soy yo la que lo está devorando. Pone sus manos en mi culo y yo jadeo sorprendida. Me levanta en un segundo y yo enrosco mis piernas en las suyas. Pongo mis brazos en su cuello y sigo besándolo como si no hubiera un mañana. Marcos enrosca su lengua con la mía y me chupa los labios. Me mordisquea y yo me estoy derritiendo de deseo. Vamos, que si ahora mismo me lleva a un cuarto me dejo que me quite la ropa y haga conmigo lo que quiera. Nos besamos como locos hasta que nos separamos mirándonos a los ojos. Le doy un pequeño beso de despedida.
- Ahora si –le digo mientras me bajo de él. Le cojo una de sus manos- buenas noches Marcos. Que duermas bien.
Y me doy la vuelta para irme mientras nuestras manos dejan de tocarse. Llego hasta el dormitorio donde duerme Lucas con el corazón latiéndome muy deprisa. Me doy la vuelta y Marcos se va también. Cuando cierro la puerta, me apoyo en ella y suspiro. Yo tenía razón, el día que me besara, iba a derretirme. Que mis bragas estén mojadas me lo confirma.
Que duerma bien me ha dicho. Como si pudiera después del beso. Vuelvo al comedor nervioso. Y satisfecho conmigo mismo. Deseaba tanto besarla. Y dios, si ha merecido la pena. Creo que nunca me han besado así. Con sólo un beso se me ha removido el cuerpo entero. Cuando la vi irse y mientras estos se peleaban por los equipos, lo pensé. No podía irme de aquí sin besarla esta noche. Así que les dije que iba al baño. Ni Marco ni Isco me hicieron mucho caso. Hay que ver lo enganchados que están al Fifa. No es ni normal.
Cuando la vi salir del baño, en pijama, y mirándome sorprendida, lo supe, tenía que besarla. Una parte de mi pensaba que seguramente besarla no sería para tanto, pero me equivoqué. Sí que lo ha sido. Ha sido el puto infierno. Infierno porque me tiene ardiendo por ella. Ardiendo por más de ella. No ha sido para nada un besito de dos personas que se besan por primera vez. No, ha sido un beso de los que te hacen desear arrancarle la ropa y llevarla a la cama hasta que sea de día.
Porque sí, la deseo, la deseaba antes del beso y la deseo ahora. Como me gustaría tenerla en mi cama y acariciarla y besarla....Ufff, creo que tengo que calmarme. Eso, calmarme. Tengo que hacer las cosas despacio con Maya. Aunque mi cuerpo no quiera. Tengo que hacerlo bien con ella.
Me siento en el sofá y sonrío. Ninguno de estos dos se ha dado cuenta de nada. Y estoy feliz. Tengo un pequeño secreto. Un secreto de ojos canela que seguro que esta noche no me deja dormir. Y como besa mi abejita. Bueno, confirmo, quiero besarla otra vez, y otra, y otra, y otra...
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