11. La Fiesta De Nochevieja
Estoy casi llegando a casa de Marco y Claudia. Han decidido hacer una pequeña cena sólo con los amigos. Se ve que hace unos años también la hicieron y quieren seguir con la tradición. Menos mal que el entrenamiento de mañana es por la tarde, por si hoy nos apetece desmadrarnos un poco. Algo, que yo no suelo hacer, pero, que si ocurre, voy a dejar que pase. No sé si vendrá Maya. Sé que la Navidad la ha pasado con los Asensio porque me lo contó Claudia.
Desde el día que cenamos juntos, no hemos vuelto a hablar. La he visto un par de veces en casa de Marco, pero de pasada. Me la he cruzado cuando se iba a clase y no hemos podido hablar nada más. Entre eso y que me convocaron con la selección, apenas nos hemos visto. Ni siquiera tengo su teléfono para por lo menos para hablar con ella. Espero verla esta noche. De verdad que espero verla.
Claudia nos ha dicho que vengamos cómodos, nada de ir muy arreglados. Así que me he puesto unos vaqueros claros y un jersey negro. Esta noche tengo ganas de pasármelo bien. Los últimos meses del año sólo me han traído cosas buenas. Y espero que el nuevo año sea igual. Y si he de ser sincero, el hecho de que Maya esté o no, pues va a influir también en mi estado de ánimo.
Aparco el coche en la puerta de los Asensio, y veo que algunos ya han llegado. Me bajo y cojo la chaqueta, la verdad es que hace frío. Llamo al portero y enseguida me abren. Cierro la puerta tras de mí y cruzo el jardín. La puerta de la casa está abierta. Dentro ya se escuchan voces y risas. Sobre todo la de Isco. Es inconfundible. Marco me recibe en la puerta y me da un apretón en el hombro.
- ¿Qué hay Marcos? –me dice mientras me lleva al comedor
- ¡Que frio hace tío! -le digo frotando mis manos para entrar en calor
- Si que hace. Anda pasa, que dentro se está en la gloria. Hemos encendido la chimenea y todo.
- ¿Ya están todos?
- No...ya sabes...
- Alex
- Si hijo si, este no cambia
Nos reímos los dos y entramos al comedor. Es cierto que están todos. Saludo a mis compañeros y a las chicas. Viene mi chica favorita y me echa los bracitos para que la coja. Miro alrededor buscando a Maya, pero no la veo. Si, estoy decepcionado. Seguramente tenga planes con sus amigos. Es joven y querrá salir a divertirse. Me hubiera encantado verla. Claudia sale de la cocina riéndose. Me ve y me sonríe. Se acerca a mí para saludarme. Le doy dos besos sin soltar a mi enana.
- ¿Cómo estás petardo? –me dice mientras pone una cesta de pan en la mesa
- Bien, ¿y tú?
- Cansada. Recuérdame que la próxima vez que diga que la cena la preparamos nosotros, hagas que no lo haga
- Algo habréis comprado hecho, ¿no?
- Huummm...algo, pero poco, pero bueno, menos mal que las chicas han traído también cosas que han hecho ellas...hazme un favor, ¿quieres?
- Dime
- ¿Puedes traer otra cesta de pan de la cocina?
- Claro
Dejo a María en el suelo, la cual sale corriendo y se enrosca en los pies de su padre. Yo me dirijo a la cocina y cuando voy a entrar me quedo allí parado sonriendo. Maya tiene a Lucas en brazos mientras le da besos y le hace carantoñas. El niño sonríe y le toca la cara con sus manitas. Aprovecho que no se ha dado cuenta de que estoy aquí para mirarla. Está preciosa. Está vestida muy sencilla con sus pantalones negros y su blusón. Se ha recogido el pelo y está muy guapa. De pronto levanta los ojos y me ve. Nos quedamos mirando unos segundos y ella me sonríe.
- Hola Marcos
- Hola abejita –le dijo provocándola. Ella rueda los ojos y se ríe. Me acerco a ella sin dejar de mirarla y le doy un beso en la mejilla- ¿Cómo estás?
- Bien, aquí con el bichito este. Que me lo voy a comer de lo guapo que es -estamos muy cerca. Tanto que puedo ver sus preciosos ojos canela. Le acaricio la mejilla a Lucas y él se ríe. Me echa los bracitos y Maya me lo pasa mientras le toca la cabeza- jugaste muy bien con la selección.
- Gracias. La verdad es que fue un buen partido. Todos jugamos muy bien.
- Fuiste el mejor Marcos, no seas modesto. Si no es por ti, no ganamos.
- Lo dices porque te caigo bien -le digo sacándole la lengua
- Eso también
- ¿Qué tal la Navidad? ¿Lo has pasado bien?
- Pues sí, mejor de lo que pensaba. Pase la Nochebuena y la Navidad aquí con la familia de Marco. Y me lo pase genial. Su padre es un cielo y su hermano Igor es un encanto. Creo que me han adoptado, o eso dijo él.
- Si que lo son. Son muy buena gente. Gilberto es un padrazo y cuando lo conoces, le coges cariño enseguida.
- Eso me ha pasado a mi. ¿Y tú qué tal?
- Bien, también, con mi familia. No me he movido de Madrid.
- ¿Y ese pan? -dice Claudia entrando en la cocina
- Ya voy -le contesto- estábamos hablando. No me regañes
- Ok. Ya ha llegado Alex
- ¿En serio? Si todavía es temprano para él -le digo a Claudia mirando mi reloj
- Pues aquí está
- ¿Acompañado?
- Oh, si -contesta Claudia mientras rueda sus ojos y tuerce el labio superior
- ¿Y?
- Mejor será que la veas por ti mismo. ¿Recuerdas que os dije que vinierais cómodos?
- Claro
- Vale, pues...quedaros con la idea
Claudia sale de la cocina con la bandeja de pan y yo miro a Maya haciendo una mueca de extrañeza. Salimos los dos de la cocina mientras Lucas sigue pegado a mi. Me encanta tenerlo en brazos. Huele tan bien. Entramos al comedor, y efectivamente, allí está Álex con su novia la modelo. Ahora entiendo a Claudia. Es una rubia bastante alta, con un vestido pegado al cuerpo y bastante corto. Tiene cara de no querer estar aquí, y está agarrada a Álex sin querer soltarlo. Pero él me ve y le quita las manos para saludarme.
- Hola rubito -me dice Álex mientras me abraza y nos golpeamos las espaldas- ¿me has echado de menos?
- Todos los días de mi vida -le digo con sinceridad. Si no fuera por el rubio, mi vida en Londres hubiera sido de otra manera
- A mi me pasa igual tío, pero bueno, he aprendido a vivir sin ti -Álex se gira y acaba de darse cuenta de la presencia de Maya- ¿tú debes de ser Maya?
- Sí, y tú eres el hermano de Nacho -le contesta ella
- Si hija, hay que ver, ni jugando en el extranjero me lo quito de encima. Está claro que voy a ser toda la vida el hermano de Nacho..
- Ay, lo siento -dice ella disculpándose. Todavía no conoce el sentido del humor de Álex
- Tranquila, es broma. Me alegro de conocerte Maya. Me han hablado muy bien de ti.
- Gracias, lo mismo digo. Aquí te echan todos de menos
- Normal. Siempre dejo huella por donde voy... ah, bueno, Marcos, Maya, os presento a Cleo, mi novia
- Encantada -decimos los dos a la vez, mientras la tal Cleo nos saluda con la mano con una dejadez impresionante
- Venga chicos -dice Claudia- podéis ir sentándoos
Maya está hablando con María y empieza a caminar en dirección a la mesa. Me hago un poco el rezagado porque quiero sentarme a su lado. Algo que consigo. Pasan unos segundos y mientras los demás toman asiento, me acerco a Maya sin que nadie se dé cuenta.
- Estás preciosa -le digo susurrándole. Ella se da la vuelta y me mira sorprendida. Y si, vuelve a sonrojarse de nuevo. Ahí mi chica y su preciosa cara
- Gracias, tú tampoco estás mal Marquitos
Me mira y se ríe. Me encanta su sonrisa. Me encanta todo de ella. Empezamos a comer. Hay de todo, Jamón, queso, canapés variados, carne en salsa, langostinos picantes, pinchazos de pollo... hay muchas cosas.
- ¿Te gustan la carne en salsa? - me pregunta Maya mientras coge un canapé. Se lo lleva a la boca y yo me muero. Quiero ser canapé.
- Si, está muy buena -le respondo pinchando otro trozo de carne
- Pues la he hecho yo - me dice mientras me sonríe
- Pues enhorabuena, está buenísima
- Ya te daré la receta para que la hagas tú.
- La verdad, es que prefiero que me la cocines en mi casa un día... - y se lo suelto así, sin pensarlo. Maya me mira sorprendida y se muerde ligeramente el labio inferior. Aparta la mirada y suspira.
- Cuando quieras - me dice mientras me mira y bebe de su vaso. Definitivamente va a ser una buena noche.
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