Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

[ 10 ]

Spreen había llegado a su departamento luego de dejar al joven actor en su casa, e ignorando por completo ese momento incómodo que pasó antes de irse.

Pero lo que no podía ignorar era el beso que le había robado Roier aquella noche.

Era como la escena de una película que se repetía una y otra vez en su mente sin parar. Y Spreen estaba harto. No quería saber nada sobre eso pero lamentablemente había pasado y ya no podía actuar normal alrededor del menor.

Pero fuera de eso, por fin estaba disfrutando de la soledad de su hogar mientras esperaba a que el repartidor llegara con su cena porque Spreen no tenía ganas de cocinar y tampoco era muy agraciado culinariamente.

Mensaje nuevo:

Sprite

Carre
Te dije que no te voy a arreglar una cita con Roier
Dejá de romperme las bolas
[1:20 AM]

Envió el mensaje y siguió distraído con videos cortos de alguna red social.

Pero la imagen en su teléfono fue interrumpida una vez más.

Mensaje nuevo:

Minion

DALE AMIGO
NO PODES SER TAN FORRO!!??!++
[1:20 AM]

Todavía no entendía como Carre de un día para el otro se había obsesionado tanto con Roier a tal punto de rogarle a él para que le consiguiera aunque sea una cita con el actor. Algo que obviamente no iba a hacer.

Mensaje nuevo:

Minion

TENES TREMENDO BOMBÓN AL LADO Y NO TE LO COMES????
MÍNIMO DEJAMELO A MI
[1:21 AM]

Spreen se estremeció al leer el nuevo mensaje porque obviamente Carre no sabía que Roier le había robado un beso. Y tampoco lo iba a saber.

Si estaba molestandolo de esa manera ahora, no quería imaginarse como lo haría si se enteraba de ese suceso.

Así que prefirió ignorar su teléfono en si y concentrarse en la televisión pero alguien golpeó la puerta de su departamento.

— Que rápido...

Murmuró el Universitario.

Se levantó del sofá y se dispuso a acercarse a la puerta para abrirle a la persona que pensaba que era su repartidor.
Pero el golpeteo en su puerta se volvió más desesperado provocando que el de ojos morados se molestara.

¿Por qué mierdas el repartidor era tan impaciente?

Oh, pero claro. Spreen estaba equivocado.

— ¡Spreen!

El chico se detuvo en seco de camino a la entrada.

Esa voz...

¿Era Roier? ¿Que hacía ahí a esas horas? ¿Cómo había llegado sin ningún tipo de guardaespaldas? Pero más importante...

¡¿Desde cuándo sabía dónde vivía?!

¡Estaba loco!

— ¡Spreen! ¿Estás allí?

Spreen se apresuró y abrió la puerta en un solo movimiento. Confirmando así que quién estaba en su entrada era el joven actor.

— Roier ¡¿Cómo llegaste acá?!

Pero el menor ignoró completamente la pregunta y se adentró al departamento sosteniendo la puerta para que el más alto no la pudiera cerrar. Aunque Spreen no tenía ninguna intención de hacerlo.

— ¡Dime la verdad, Spreen! ¡¿No vas a renunciar o sí?!

Preguntó Roier en desesperación.

Su respiración estaba agitada por el largo camino que tuvo que hacer para llegar al hogar del mayor. Y si bien tenía un abrigo, por debajo de éste aún seguía en pijama.

Parecía que había corrido desde su departamento hacia ese lugar.

Y Spreen estaba sorprendido, confundido y... ¿Asustado?

— ... ¿De que estás hablando?

— Mierda, lo siento. No quería empezar así...

Se retractó el actor intentando adoptar una actitud más calmada pero eso solo le causó más confusión al Manager.

— Roier, espera-

— ¡Tú estás evitandome! Entonces eso quiere decir que vas a renunciar ¿Verdad? ¿Ya no me soportas? —Soltó el castaño tomando a Spreen por los hombros, sin permitir que dijera alguna palabra más.— ¡Yo no quiero eso! Así que, por favor Spreen. Hablemos. Puedo intentar ser menos molesto y... Y también puedo pagarte un extra por tu trabajo. Solo hablemos... ¿Por favor?

El Manager estaba boquiabierto. No tenía nada para decir o más bien, no sabía que decir.

Principalmente no, no quería renunciar. ¿Cómo había llegado Roier a esa conclusión?

Aunque eso no era lo más importante en estos momentos.

— ¡¿Quién está haciendo todo ese ruido?!

Exclamó uno de sus vecinos que había salido de su departamento para ver quién provocaba todo ese escándalo. Pero no fue el único.

— ¿Roier? ¡¿Ese es Roier Alt?!

Se sumó una nueva voz y algunos gritos seguidos de ésta.

Y rápidamente todo se volvió un completo caos.

~ • ~

Ambos chicos llegaron corriendo hasta el automóvil.

Spreen abrió la puerta trasera para dejar que Roier entrara sin problema alguno y luego se adentró en la parte del conductor antes de que las personas se acumularan alrededor.

Entonces encendió el motor, conduciendo lo más rápido posible con destino al departamento del actor.

Y en algún punto se detuvieron en un semáforo en rojo, cosa que le permitió a Spreen voltearse hacia el menor.

— Roier.

— ... ¿Sí?

Respondió al llamado de forma tímida y sin levantar la mirada. Porque Roier había provocado todo un desastre en dónde vivía su Manager y esperaba pacientemente por el regaño.

— ¡¿COMO MIERDAS SUPISTE DONDE VIVÍA?!

— ¡PERDÓN! ¡LO SIENTO! ¡POR FAVOR PERDÓNAME!

— ¡¿ESTAS LOCO?! Encima viniste solo ¡SOLO!

— ¡LO SIENTO!

El menor bajó su cabeza con vergüenza y Spreen pudo escuchar un sonido nasal proveniente de él.

Oh no, iba a llorar.

— No, no Roier. Pará, no llores... —Intentó calmarlo el mayor, pero cuando volvió a escuchar otro de esos sonidos y observó el temblor en el cuerpo ajeno, suspiró.— No quería gritarte así. Perdón... Pero tenés que entender que lo que hiciste fue muy peligroso para vos. Roier sos una estrella de cine. No podés hacer éstas cosas.

Trató de explicarlo de manera suave pero no recibió ninguna respuesta. Y el semáforo ya había cambiado su color así que debía poner toda su atención al frente y acelerar.

— Lo sé... Perdón.

Murmuró el más joven. Entonces Spreen pudo respirar tranquilo.

— Está bien. Por suerte no pasó nada grave. —Volvió a hablar el Manager mientras doblaba en una calle.— Ahora... ¿Cómo conseguiste mi dirección?

Roier tardó unos segundos en contestar pero finalmente lo hizo de forma penosa.

— Se lo pedí a Mariana...

Hijo de pu-

— Porque no quería que te fueras así de la nada. Quería hablar contigo.

Spreen se puso algo nervioso por las palabras de Roier. Así que se mantuvo callado los siguientes minutos hasta llegar al estacionamiento de ese Edificio tan imponente.

Apagó el motor y todo se volvió silencio.
Entonces se volteó para poder hablar mejor con el actor. De una forma más cara a cara. 

— Todo ésto es por... La manera en la que actúe con vos hoy ¿No?

Preguntó finalmente, siendo respondido con un rápido asentimiento.

Mierda, ¿Ahora qué? ¿Tenía que explicarle al chico que estaba actuando raro por el beso? ¿Éste era el momento en dónde rechazaba los sentimientos de Roier?

— Bueno... Me comporté así porque... Porque-

— Por lo que te confesé ¿Verdad?

Roier lo interrumpió dejando confundido al Manager.

— ¿Qué?

Entonces Roier levantó su mirada, con los ojos irritados por las lágrimas que se habían acumulado en ellos.

— Estuviste evitandome por el tema de mi Maldición ¿No es así? Es obvio. —Spreen lo observó totalmente confundido, pero el actor estaba muy perdido en sus malos pensamientos como para notarlo.— Piensas que estoy loco y por eso quieres renunciar. Lo sé.

Y Spreen siguió observándolo con la misma confusión.

Bueno, siendo honestos lo de la "Maldición" lo había tomado por sorpresa pero nunca pensó que Roier estuviera desquiciado o algo parecido. Creía que había sido producto del estrés de ese día.

Pero acaso Roier...

— Roier ¿Vos no te acordás de lo que pasó esa noche?

Entonces fue turno de Roier para mirar confundido al contrario.

— Pues... Bebí demasiado. En algún punto creo que caí inconsciente porque no recuerdo ni como llegué a la cama...

Eso realmente era un golpe de suerte para Spreen. O algo así.

Estaba feliz porque Roier no recordaba lo que había hecho pero a la vez, ese momento ahora solo existía en su memoria.

Mientras tanto, Roier estaba buscando entre sus recuerdos si había algo especial en aquella noche además de su charla sobre la Maldición. Pero no. Nada.

Eso era raro...

— Ehh... ¿Acaso hice algo que te molestó?

Preguntó el menor ahora mas calmado. Pero para su asombro, Spreen no respondió.

El rostro del Argentino enrojeció y rápidamente volvió a girarse en el asiento para no tener que enfrentar al chico Mexicano. Pero Roier vió todo.

— N-no. Nada.

— ¡Pero Spreen! —Roier se apoyó en el asiento delantero con repentina curiosidad.— Si no estabas así por lo que te dije. ¿Entonces por qué fue?

— Ya no importa.

— ¡Dime!

Lloriqueó el joven actor, sacudiendo el asiento del Manager pero éste no cedió.

— Roier, van a ser las tres de la mañana. Tenés que descansar.

El menor bufó en respuesta ya que ninguna de sus dudas fue aclarada. Pero debía intentarlo una vez más.

— ¿Vas a renunciar? Dímelo ahora.

Exigió hacia su Manager, el cual tuvo que voltearse una vez más con cansancio.

Quizás sería lo mejor renunciar.

Quizás debería hacerlo. De todas formas ya tenía suficiente dinero para sobrevivir un par de semanas hasta conseguir un nuevo trabajo. Dejaría de tener que lidiar con fanáticos locos y un niño caprichoso.

Quizás podría.

Pero...

— No, no voy a renunciar.

Entonces Roier soltó todo el aire contenido en sus pulmones.

Eso era todo lo que necesitaba saber.







Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro