Han pasado dos días de mi encuentro con esa mujer. Ha decir verdad, me he sentido ligeramente atraído hacia ella, pero no puedo vivir de recuerdos, aunque el beso de la otra noche haya sido estupendo.
No he querido comentarle a nadie acerca de esta experiencia, ni siquiera a Rebecca, soy nuevo aquí y de seguro sería el hazmerreír de todos en el trabajo.
Por seguridad, al día siguiente, adquirí una pistola Glock 26 de 9 milímetros, una pistola de bolsillo fabricada en 1995.
Ya aprendí que debo estar armado para la próxima vez. Solamente la usaré en defensa propia.
Ya es de noche y guardo mi pistola en una pequeña funda ubicada a mi costado izquierdo de mi cintura.
Hoy pedí permiso en la oficina y decidí salir temprano. Invité a salir a Rebecca a un restaurante, pero ella prefirió que fuéramos al Parque Robinson Sur.
Son las 19:00 horas y junto a Rebecca nos dirigimos al lugar de nuestra cita.
Han pasado los minutos. Camino con despreocupación y tranquilidad por las calles, tener un arma con que defenderme me hace sentir seguro de mi mismo.
Pero a diferencia de mí, Rebecca luce un tanto insegura.
— ¿Éstas bien Rebecca?.
— Si, estoy bien — responde con un tono bastante dulce — tan solo tengo algo de frío.
Sin pensarlo dos veces, me quité mi abrigo y cubrí sus hombros con mi prenda.
— Eres muy dulce — Intenta ocultar con sus manos el rubor de sus mejillas.
Después de mi noble gesto, me di cuenta de que habíamos llegado al parque.
Ambos nos sentamos en una banca disponible del parque. Alrededor, hay unos cuántos árboles que nos hacen compañía.
He oído que en este parque hubo un tiroteo proveniente del equipo SWAT hace unos años atrás, como también, que este lugar fue el centro de operaciones de muchos delincuentes.
El parque tiene tintes de haber estado en remodelación.
Espero que ahora sea un lugar seguro, de otro modo, no entiendo como es que Rebecca eligió este lugar.
— ¿Te encuentras bien?, te veo algo pensativo.
Giro mi cabeza para verla de frente y así responder.
— No Rebecca, no es nada. Me agrada estar contigo ¿Sabes?, me has ayudado mucho a asentarme en Gotham City, estoy muy agradecido por eso.
— No debes agradecerme, si yo estuviera en tu lugar, también me gustaría que alguien como tú me ayudara.
Inclina su cuerpo hacía mí.
Sin que pudiera reaccionar, nuestros labios chocaron brevemente.
— ¿Qué fue eso? — le pregunto sorprendido.
— ¿Todavía no lo ves?, me gustas mucho (Y/N) — muerde sutilmente su labio inferior — no me importa lo que hayas hecho en el pasado, eres una persona nueva y eso es lo más importante para mí.
Un fuerte rubor se asoma en mis mejillas.
Trato de articular algunas palabras, pero los nervios y la sorpresa hace que no pueda reaccionar correctamente.
— No digas nada, solo disfruta — toma mis mejillas con ambas manos, y nuevamente me besa, pero esta vez, con más pasión.
Lleva sus manos a mi cabello y lo mueve con mucha lujuria; por mi parte, solo acarico sus mejillas y le devuelvo el beso.
— ¡Oh! ¡Lo siento! — exclama Rebecca — olvidé que tengo que ayudar a mi madre a preparar el pastel para el cumpleaños de mi padre.
— No sabía que eras pastelera Rebecca, eres una mujer muy talentosa.
Mientras se levanta y me devuelve mi abrigo, me responde:
— Y no sabes cuántos talentos más tengo — guiña su ojo de manera coqueta.
Obviamente me sonrojo al entender a lo que se refería.
— Bueno (Y/N), tengo que irme, te veré mañana en el trabajo.
— Cuidate de regreso Rebecca.
— Gracias, igual para tí — lleva su mano a su boca y me tira un beso.
No puedo evitar sentirme nervioso ante su acción.
Mientras veo a Rebecca alejarse, me acomodo estirando los brazos en la parte superior de la banca en una actitud relajada.
Nunca creí que podría encontrar el amor en una ciudad tan extraña como éste.
— No me gusta que estés con esa mujer — oigo una voz a mi derecha.
Asustado, volteo al reconocer esa llamativa voz.
— ¡Eres tú! — la señalo al confirmar que es la chica maquillada de la otra noche, está sentada a mi lado, lleva el mismo atuendo, pero esta vez, no lleva el bate de béisbol consigo.
— ¿Desde cuándo son novios? — pregunta con un leve enojo.
Al ver su rostro noto que tiene una actitud casi infantil.
— ¿No estarás celosa?, ¿O sí? — levanto una de mis cejas.
— No estoy celosa, tan solo cuido lo que es mío — se cruza de brazos y voltea su rostro al otro lado.
— ¿Tuyo?, agradezco de que me hayas salvado el otro día, pero ni siquiera sé tú nombre, además yo no le pertenezco a nadie.
— Mi nombre es Harley Quinn — voltea nuevamente su rostro — y sí… tú me perteneces (Y/N) y no me gusta que le hayas entregado tu abrigo a esa tal Rebecca.
— ¿Espera?, ¿Me has estado siguiendo?, no te he dicho mi nombre, ni te he mencionado lo de Rebecca.
— Obviamente que te he estado siguiendo tonto, eres mío, debo proteger lo que me pertenece.
— ¡Caray!, me siento muy alagado Harley, puedo cuidarme solo, pero para tu tranquilidad, Rebecca y yo no somos novios, solamente nos besamos, es todo.
— Así que no son novios ¿Eh? — el rostro de Harley cambia drásticamente, ya no luce infantil, ha vuelto a ser la misma psicópata que antes.
Harley, en un movimiento fugaz, lleva sus piernas al costado de mi cintura, apoyando sus rodillas en la banca. Sus brazos se estiran, permitiendo atraparme entre la banca y ella.
— Te enseñaré que soy mejor que esa tal Rebecca — Se abalanza salvajemente a mis labios.
Al igual que esa noche, su lengua recorre mi boca.
En un gesto salvaje, muerde con sus dientes mi labio inferior. Sus ojos están fijos a los míos, parece disfrutarlo, nuevamente caigo rendido a sus encantos
El dolor en mi labio me produce una sensación de éxtasis.
Llevo mis manos a su cintura, la acaricio en una mezcla de amor y lujuria. Deseo desvestirla, pero no puedo, temo de que alguien nos vea en este acto casi sexual.
Harley continua besándome, sus manos están en mi pecho y lentamente bajan a mi abdomen.
Ella nota algo. Su mano derecha se dirige a la izquierda de mi cintura, donde se encuentra la funda de mi arma.
— ¿Qué es esto? — saca de manera sonriente el arma de la funda.
— Necesito estar protegido, es todo.
— No sabes cuánto me gustan las armas (Y/N) — la expresión de Harley se vuelve más psicópata.
Repentinamente, coloca la boca del cañón de la pistola a mi frente.
— ¿Qué… qué estás haciendo?.
Mi cuerpo se paraliza, el frío de la pistola me hace odiar el haber comprado esa estúpida arma.
En tanto, Harley parece disfrutar de mi sufrimiento. Realiza unos tiernos pucheros y mueve su cabello con su otra mano.
Debo aceptar mi fín. Cierro los ojos y a través de los recuerdos arrojados en mi memoria puedo ver todos los actos, lo bueno y lo malo que he hecho en mi vida.
— ¡Bang! — ríe Harley maniáticamente después de fingir el ruido de bala — no podría matarte bebé, como te comenté antes, tú eres de mi propiedad.
Posiciona la pistola de manera vertical, apuntando el cañon del arma al cielo.
Levemente, Harley saca su lengua y recorre con lujuria el frío metal de la pistola, realizando movimientos desde arriba hacía abajo, liberando suaves gemidos.
Mi entrepierna se vuelve más dura al estar en primera fila de esta acción.
Al estar embobado con los movimientos provocadores de Harley, no noté que su mano desocupada ahora estaba en mi entrepierna.
— ¿Te gusta? — me pregunta con un tono coqueto.
— Sí — suspiro mi respuesta.
— Pues bien, será todo por hoy — detiene todos sus movimientos y se aleja un poco de la banca.
Me siento algo confundido y frustrado.
— Por tú seguridad (Y/N), debo hacer esto…
… lo siento cariño.
Rápidamente, lanza el arma por arriba de su cabeza, atrapa la pistola por el cañón y golpea mi sien con el mango.
Todo se vuelve negro.
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Asustado, abro los ojos.
Tengo un ligero dolor en mi sien.
— ¿Qué pasó?
Mi mente da vueltas, estoy recostado en una banca. Ahora que recuerdo, Harley estaba conmigo, y sin explicación alguna me golpeó.
Froto mi sien, al recordar el dolor.
Me levanto lentamente para recomponer la postura.
Reviso mi chaqueta, tal vez ella robó algo.
Para mi sorpresa, todo está en su lugar, mi billetera, mi teléfono e incluso mi pistola está en la funda.
Recojo la manga de la chaqueta para ver el reloj en mi muñeca.
— ¡22:30!, !Dios mío¡, ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?.
Me levanto de exabrupto de la banca producto del sudor de la confusión y la adrenalina.
Salgo a toda prisa del Parque Robinson Sur, ya es tarde y no quiero volver a toparme con algún otro maleante.
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