Salí del agua para intentar liberarme, pero ella jaló mi cabello, bajó mi cabeza hasta el suelo y hundió sus labios en los mios.

Se separó, obviamente le parecía extraño que yo no hiciera mucho para soltarme. Se dio cuenta de que mis muñecas dolian, las tomó y subió mis mangas. Las heridas estaban sangrando porque Anais me habia apretado muy fuerte y sin cuidado

--- ¿Que te hizo ese maldito?

--- ¡Anais! Es tu hermano

--- Pero yo no soy tu hermana, ¿Porqué lo amas a él y no a mi?

Sólo habia una manera de liberarme. No podia pensar bien sabiendo que Gumball podría estar ahogándose en ese momento.

--- ¡Soy gay, Anais! --- me safe de sus manos, habian perdido fuerza por la sorpresa

Me arrojé al lago, vi a Gumball hundirse, mis piernas se convirtieron en una cola de sirena naranja con negro, mi ropa cambió de forma, al igual que mis ojos y mis manos. Aumenté la velocidad, tomé la cara de Gumball con una mano y lo abraze por la cintura con la otra, le di respiración de boca a boca mientras subia para salir del lago. Él no despertaba y estaba azul, lo llevé a la orilla, lo cargué mientras me convertia en humano, lo recoste, presioné su pecho y seguí dándole respiración.

--- Gumball, por favor, no puedes dejarme. No Debes dejarme... Porque... Si me dejas --- perdí la fuerza para continuar y mis ojos se llenaron de lágrimas --- por-porque .... Si me dejas yo....

El agua empezó a hacer ruido, volví mi cara para mirarla, una enorme ola se levantaba y el cielo empezaba a nublarse

. Era claro que se debía a mi estado de ánimo.

--- ¡¡Gumball, por favor!! --- volví a mirarlo, pero mi corazón se congeló al verlo. No respiraba

.

Vi a Anais alejarse corriendo, supe lo que estaba pasando. Volví a cargar a Gumball y corrí también, la ola cayó sobre la playa, pero su furia aumentaba y una nueva se creaba.

Seguí caminando, ya había dejado de ver a Anais.

Llegamos a una cueva, acomodé a Gumball en el suelo y justo en ese momento se liberó una tormenta, me quité la sudadera y los zapatos, hize lo mismo con Gumball. Estaba demasiado frío y pálido. Sólo se me ocurrió una manera de salvarlo.

Tomé una piedra afilada y la frote contra las heridas de mis muñecas. Me dolía demasiado.

--- Lo siento, Gumball.

Tomé su rostro con la mano que no estaba sangrando, haciendo que sus labios se abrieran, puse mi muñeca en su boca, dejando que entrara mucha sangre. El color de Gumball volvió, dio un gran respiro. Tomó mi mano, hundió sus colmillos en mi herida. Grité pero el no lo notó, bebía mi sangre inconscientemente. Sus ojos cambiaron, parecidos a los de un gato. Aparté mi mano, si seguía bebiéndola en esos ojos aparecería un pez como en los mios

Gumball cerró los ojos, arranqué un pedazo de su suéter y lo amarré a mi muñeca.

Cuando él abrió los ojos, ya eran normales, eso me tranquilizo, el me miró y se levantó rápidamente, tomó mis hombros preocupado

--- Darwin, éstas muy pálido. ¿Porque lloras? Dime

Yo lloraba no sólo por el dolor punzante de mi muñeca, también porque sabia lo que iba a pasar en unos minutos

--- Gumball, hazlo...

--- ¿Hacer qué?

--- Lo que hiciste cuando Carrie tomó tu cuerpo.

Gumball se sonrojó

--- Hazlo lento, quiero ser tuyo, Gumball

Lo besé, el tomó mi cintura y me recostó sobre el suelo.

Nos quitamos la ropa lentamente

--- Darwin, ¿Que pasa? --- me miró a los ojos preocupado

--- Nada --- puse uno de mis brazos por atrás de su cuello --- Te amo. Te amo mucho Gumball

--- Yo también te amo