21* Verdades literalmente dolorosas
Cofres, trajes, libros...
¿Una caja de música?
Si le preguntabas a él, definitivamente diría que esta era la guarida del ladrón, y también diría que tenía estilo ¿Qué? Samuel podría no ser ladrón, pero eso no lo volvía ciego, el diseño de aquella habitación claramente era increíble y simétrico.
Dio unas cuantas vueltas por la habitación, mirando atentamente todo lo que había: soportes de armadura cubiertos de los trajes más diversos (Estaba seguro en todo caso de que él tenía alguno de esos trajes en su armario también), cofres dobles llenos de tesoros diversos (¿Se consideraban todos tesoros si algunos eran solo materiales de construcción, objetos de cocina o demás?) y una caja de música en uno de los costados, cubierta de polvo y con un disco pacíficamente abandonado en la superficie.
-Me pregunto si...-
Se acercó levemente a la caja y sostuvo suavemente el disco entre sus manos ¿Qué música tendría grabada? Desempolvó rápida, pero a la vez suavemente, la caja de música y el disco en sus manos, este último reluciendo al reflejar el brillo de las antorchas que iluminaban la habitación.
Puso el disco, esperó unos segundos y...
Bueno, esto no es lo que esperaba ciertamente...
No podía decir que fuera malo, pero era... extraño.
Aunque debo admitir que no suena mal...
Le pareció que sonaba a música de tribu antigua, música de tensión, la combinación perfecta de sonido para salir y...
El traje de Lobo Nocturno... los trajes de Lobo Nocturno...
Estaban ahí mismo, con aura expectante y vibrante ¿Cómo no los había visto antes? O más importante aún... ¿Cómo sabía con tanta seguridad que esos eran realmente los trajes del ladrón? ¿Cómo sabía siquiera que Lobo Nocturno tenía dos trajes? ¿Por qué sentía que todo aquello era conocido? ¿Por qué se sentía tan seguro sobre todos los conocimientos que de repente formaba sobre todo aquello?
La música del disco de repente se oía lejana, su cabeza comenzaba a doler y el mundo parecía girar. Su mente se dividió entre intentar soportar el dolor y los pensamientos borrosos y rápidos que aparecían y desaparecían rápidamente.
Se sentía frustrante, y dolía, y mareaba y luego volvía a doler.
(Estaba seguro de haber caído al suelo, pero realmente no podía abrir los ojos para comprobarlo)
Las imágenes cruzaban por su mente, una respuesta, una verdad, tan cercana, justo en frente suyo, pero se desvanecían tan velozmente como llegaban, y entonces la respuesta no llegaba, la mentira cubría la verdad (¿Y cuál era la verdad? ¿Qué era la verdad?), todo lo que intentaba retener se alejaba y sentía que una tela cubría sus ojos (Y todo está allí, justo al frente suyo, pero no podía verlo ¿Y quería verlo en realidad? No estaba seguro, ya no podía estar seguro, y dolía).
Un sonido Estática, suena a estática cubría sus oídos, fuerte, cada vez más fuerte, bloqueando cualquier otro sonido de fondo, y dolía, todo su cuerpo dolía. Estaba seguro de estar gritando, pero la estática y el dolor le impedían escuchar o incluso sentir aquello.
Duele, cada vez suena más fuerte, fuerte, duele mucho, duele muchísimo...
Alguien por favor...
Luzu...
Willy...
Alguien...
Duele tanto...
...
...
...
El sonido vibrante del dispositivo suena repetidamente. Con su vista borrosa alcanza a ver el pequeño cristal tirado en el suelo a solo unos cuantos pasos de él, sacudiendo levemente cada vez que llegaba un mensaje.
Su cabeza todavía duele, aunque el sonido de la estática haya desaparecido, su hombro y sus rodillas también presentan molestias (Seguramente por el golpe que tuvo al caer) y su garganta se siente seca y rasposa. Apenas si logra procesar el hecho de que es su dispositivo el que está en el suelo, de que es a él a quien le están enviando mensajes.
E incluso cuando logra comprender eso, todavía tarda unos angustiosos 10 segundos en entender que debería tomar el dispositivo y ver los mensajes.
No se molesta en leerlos en realidad, simplemente marca "Llamar" junto al contacto de quién sea que quiera hablarle y espera.
O bueno, intenta esperar, porque la llamada es respondida medio segundo después.
-¡¡Samu!! ¡¡Tío, gracias a los dioses que contestas!! ¡¿Está todo bien?! ¡¿Te ha pasado algo?! Llevo horas intentando contactarte y recién ahora me respondes ¿Te has enfermado? ¿Necesitas que vaya a tu casa? Si quieres puedo...- La voz preocupada de Luzu explota en su oído inmediatamente, haciendo que retroceda sin pensarlo, su mente todavía intentando comprender todo lo que dice su amigo.
¿Ha dicho "horas"? ¿Qué hora es? ¿Cuánto tiempo he estado fuera?
Mira el pequeño reloj del dispositivo: 12:48 p.m
¡¿Qué?!
-Luzu, escucha, hey, estoy bien, estoy bien...- Tosió un poco, haciendo una mueca ante el dolor de su garganta, había olvidado eso.
-¿Seguro? No suenas muy bien ¿Acabas de toser? ¿Seguro de que no estás enfermo? Además de que no has contestado hasta ahora ¿Qué sucedió?- Una mentira, necesito una mentira.
-No, no, se me ha secado un poco la garganta por el polvo- Escucha a su amigo murmurar "¿El polvo?" pero sigue hablando -Estaba trabajando en los cultivos y cuidando el jardín, ya sabes, todavía hay mucho terreno en mi isla y no se mantiene solo, debe de haberme entrado algo de polvo a la garganta... Además creo que concentre demasiado- Se rio incómodamente, esperando que aquello le ayudase con la mentira -Se me pasó el tiempo volando, ni siquiera escuche que me enviabas mensajes hasta que vine a la cocina a por un vaso con agua-
-Ah, vale, dioses Samu, me había preocupado muchísimo, de todas formas... Los chicos y yo queríamos saber si querías juntarte con nosotros hoy, queremos hacer un picnic en una sola lejana y también acampar y demás, ya sabes, estaremos fuera por unos días- Suspiró mentalmente, aliviado Lo creyó.
-No creo que pueda, lo siento- Comenzó a caminar lentamente escaleras arriba, le temblaban las piernas, pero estaba decidido a llegar al ascensor.
-¡¿Eh?! ¿Por qué no? ¿Pasó algo? ¿Necesitas ayuda?- Se permitió sonreír un poco ante la preocupación de su amigo, lograba entender por qué los otros le decían "Mami Luzu". Esperó hasta subir por el ascensor para dar una respuesta.
-Ya te dije que no sucedió nada Luzu, es solo que, entre cuidar el jardín y los cultivos, me di cuenta de que también debo limpiar mi casa, y es muy grande, incluso siento que cada vez que la miro hay más habitaciones que antes...- Salió de la sala de cofres, dirigiéndose a la cocina lentamente.
-Oh, vale, te deseo suerte entonces... Uh, nos vamos dentro de 5 horas, por si cambias de opinión, estaremos afuera una semana- Una semana... tenía una semana completamente solo.
-No creo que cambie de opinión, pero gracias, ahora debo volver al trabajo, te llamaré si sucede algo, no te preocupes Luzu-
-Vale, cuídate Samu, adiós-
-Adiós...-
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