Encontrar las palabras correctas para decir algo es a veces un acto muy difícil de hacer, sobre todo por que palabras así son parte del grupo de cosas que, mientras más buscas y necesitas, menos encuentras en realidad.

Algunos siempre intentaran buscar las palabras correctas, otros solo hablarán intentado explicar las cosas lo mejor posible con las palabras que ya tienen en su cabeza, y otros solo hablarán sin decir ni una sola palabra realmente.

En Karmaland las personas que hablaban sin decir nada eran por suerte poco comunes, lamentablemente las personas que usaban las palabras correctas eran poco comunes también.

Vegetta solía ser quien siempre tenía las palabras correctas para todo y todos, desafortunadamente ni siquiera las palabras correctas pueden servir de algo si no son escuchadas.

Y ahora era Luzu quien debía encontrar aquellas palabras.

Las palabras correctas para definir lo que sentía, las palabras correctas para decirle a los demás lo de Vegetta, o tal vez las palabras correctas para mentirles sobre lo de Vegetta.

-¿De qué me servirá mentir? Willy lo sabe, él se lo dirá a Fargan, y seguramente a él se le escapará cuando esté con Alexby... quizá si se lo digo yo a Alexby... pero entonces la mayoría lo sabría... No tendría sentido ocultárselo a Lolito y a Mangel... y Rubius...- El oji rojo suspiró frustrado, sosteniendo el puente de su nariz.

-¿Luzu?- El nombrado saltó, dando media vuelta rápidamente para observar a quien le había hablado.

-¿Willy? Que susto tío, no te oí acercarte ¿Qué sucede?- El oji verde observó a su amigo ligeramente preocupado, pero aún así respondió con tranquilidad.

-Creí que sería buena idea avisarte... Voy a presentarle a Fargan hoy, justamente voy a buscarlos a ambos ahora... realmente me gustaría que hablasen, pero consocio a Fargan, puede que se equivoque al hablar y termine diciendo algo que no debe- Luzu pudo apreciar como Willy parecía cansado, estaba tenso y removía sus manos nerviosamente una y otra vez sin darse cuenta.

-¿Te sentirías más seguro si nos quedamos los dos con ellos por esta vez? Para estar seguros de que Fargan no diga algo que no debe- Willy suspiró y asintió, sonriendo agotadamente y sintiéndose un poco más tranquilo.

¿Desde cuándo reunir a sus amigos había sido un acto tan tenso y secreto? ¿Desde cuándo debían preocuparse de que nadie los viera caminar solo para juntarse con un amigo suyo?

Se separaron durante unos minutos, Willy iría a buscar a su pareja y Luzu iría a buscar a Samuel, luego ambos se encontrarían en la heladería del pueblo, obviamente vigilando que ninguno de los otros chicos estuviera cerca por si acaso.

Cuando Luzu subió por el ascensor de la gran isla flotante se encontró con un Samuel en ropa casual mirando su dispositivo y caminando de un lado a otro continuamente, claramente ansioso.

-¿Qué haces Samuel?- El chico de ojos morados levantó su mirada sorprendido y luego sonrió.

-¡¡Borja!! Que sorpresa, me alegra que estés aquí, Guillermo me dijo que hoy podría conocer a su novio, estoy un poco emocionado ¿Se nota?- Samuel irradiaba alegría, emoción y nerviosismo de una forma tal que Luzu no pudo evitar reírse suavemente.

-Solo un poco ¿Estás esperando su mensaje?- Samuel asintió -Entonces vamos, me mandó a buscarte, nos encontraremos con Far... eh, David y Guillermo en la heladería- El dueño de la mansión asintió y se apresuró a llegar a su lado.

Ambos bajaron y comenzaron a caminar tranquilamente hacia el pueblo.

-Crees... ¿Crees que le caiga bien a David?- Habían pasado 5 minutos en un cómodo silencio simplemente caminando, así que Luzu saltó al escuchar su voz y le sorprendió su pregunta.

¿Realmente Vegetta me está preguntando si le caerá bien a Fargan? ¡¡Pero si cuando están juntos se la pasan riendo!! Ellos son muy buenos... amigos... Pero no es Vegetta...

-Tranquilo, estoy seguro de que le caerás bien, aunque te advierto ahora que es un poco sopa de veneno, suele ser muy bromista y animado, pero ya verás que todo irá bien, Far... David es una de esas personas con las que siempre terminas echando unas risas- Samuel tomó esa respuesta con alegría pero el nerviosismo seguía presente en sus ojos, Luzu decidió distraerlo un poco -Entonces... ¿Practicaste el hechizo del color de ojos que te enseñé el otro día?- El oji morado asintió sonriendo fervientemente, sus ojos brillaron suavemente y se volvieron lentamente más azulados, ahora en vez de violeta eran de un morado azul oscuro, como una noche brillante.

-He practicado algunos trucos con el hechizo, degradación de colores, un color por ojo, pero como te prometí, siempre en morado- Ambos se sonrieron suavemente y retomaron su caminata de forma más relajada, hablando sobre la mezcla de los colores y los trucos de magia que podrían realizar en un futuro.

Unos minutos más tarde llegaron tranquilamente a la heladería, para suerte y fortuna de la salud mental de Luzu, los únicos que estaban allí ese día eran justamente Willy y Fargan.

Se acercaron a ellos y se saludaron alegremente, todos ellos con sonrisas en el rostro, y comenzaron a charlar y presentarse, riendo y comiendo los helados que habían pedido.

Y aunque pudiera disimularlo bien, Samuel estaba nervioso, bastante nervioso.

No sabía qué era lo que Guillermo le había dicho a su pareja sobre él, confiaba en que nada malo, pero no podía entender por qué la mirada dorada del chico parecía cargada de odio y fastidio, y tampoco entendía por qué estaba dirigida hacía él.