13. PRIMER DESAMOR
Ron no recordaba la última vez que había cruzado miradas con Draco, de hecho, ahora, mientras lo miraba en la biblioteca, le daba la impresión de que el rubio ni siquiera se daba cuenta de su existencia.
Hermione había decidido que estudiar los tres juntos era la mejor opción para que Ron y Harry hicieran algo con sus notas. Pero Ron solo miraba en dirección a una mesa solitaria donde Draco estaba sentado solo, mientras leía un libro. No supo cuando fue bien, pero su corazón se detuvo al ver a Amber sentándose frente al rubio. Draco le dedicó una simple mirada y una respuesta concisa que hizo que la chica se levantase del mismo sitio con la rapidez de una serpiente.
Ron sintió rabia, ¿qué hacía Amber con Draco?, ¿O era Draco el que estaba jugando con ella a sus espaldas?
Cuando lo citó aquella noche en la biblioteca se estuvo moviendo de un lado a otro durante un buen rato. Había estado quedando con Amber durante todo ese mes en el que no se había visto con Draco, y algo de nerviosismo se había apoderado de su mente. En otra parte estaba la ira que sentía porque Draco se estuviera entrometiendo en sus cosas. Cuando vio al rubio entrar despreocupado en la biblioteca, se quedó pensando en que decirle mientras se acercaba.
—¿Y bien? —preguntó Draco después de esperar a que Ron hablase.
—¿Qué hacías con Amber? —preguntó Ron.
Draco suspiró.
—¿Qué Amber? —preguntó sencillamente.
Ron lo agarró del cuello de su camisa blanca. Había tenido suficiente de las idioteces de Draco, y lo tenía muy claro.
—No te hagas el idiota Malfoy, ¿por qué estabas con ella? —preguntó de nuevo.
—Quería que saliésemos —respondió Draco sencillamente.
Ron enarcó una ceja. Amber no era tan directa, a él, en un mes, solo se había atrevido a decirle que era dulce.
—No, mientras serpiente —amenazó Ron cogiendo con más fuerza el cuello de su camisa.
Draco cogió su cintura.
—A ti nunca te mentiría —le repuso.
Los ojos de Draco se posaron con seriedad sobre los de Ron. Ron nunca creía lo que Draco decía y Draco intentaba ser todo lo transparente que pudiera ser en aquella situación.
—Suéltame —dijo Ron cuando sintió que las manos de Draco se introducían bajo su camisa.
Llevaba tiempo sin pensar en los roces de Draco y volverlos a sentir hacía que su piel ardiese al completo. Trató de alejarse de él, de su mirada demasiado seria, de sus caricias demasiado venenosas y dulces.
—Esa chica ni siquiera es buena para ti —replicó Draco.
Ron soltó poco a poco el agarre que ejercía sobre la camisa de Draco. Su corazón hervía de rabia. Lo golpeó en la mejilla. Fue un golpe seco que Draco en ningún momento creyó que recibiría. Soltó a Ron de golpe y se alejó unos pasos rozándose la mejilla enrojecida con los dedos. Del labio una gota de sangre se desplomaba.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro