¿otra vez tú?
Habían pasado varios días desde que comencé a visitar a Emma en el hospital, desde que mi amiga se encontraba hospitalizada se había cambiado mi rutina diaria drásticamente, en las tardes no hacía lo que habitualmente realizaba, y bueno, no me quejo, realmente me gusta pasar tiempo ella.
Estaba en el salón esperando a que la campana de salida sonara para salir a dirección al hospital, así que cuando se escuchó el resonante sonido que emitió la campana tomé mis cosas y salí con velocidad a la salida.
El hospital quedaba algo lejos del colegio, claro, no es como si el hospital estuviera a una hora, pero si era un poco tardío llegar ahí en pie, así que durante estos días siempre opté por tomar el metro.
Pudiera irme en uno de los muchos autos que tiene mi tío Peter, pero... sinceramente no me gustaría llamar la atención con "Oh miren, ¡Ese chico tiene chofer!" O algo por el estilo, además siempre he preferido caminar a casa con Ray y Emma, es mucho mejor que ir en un auto donde a veces el silencio es pesado.
Cuando llegue a la estación de metro me quede parado en el andén, mientras esperaba a que el metro llegara saque mi celular para revisar si tenía notificaciones, y efectivamente, tenía varias, la mayor parte eran de Emma que enviaba imágenes de algún perro tierno que se encontró en internet o algún animal que le haya parecido lindo; conteste varias notificaciones que tenía pendientes para así apagarlo y seguir esperando.
Al rededor de unos 5 minutos llegó el metro, fui el primero en subir y en dirigirme hacia un asiento, después de mi comenzaron a entrar una poca cantidad de personas, la estación estaba sola todavía por qué en si era un poco temprano para que la gente saliera de sus trabajos.
El metro comenzó a avanzar, como era de costumbre giré mi cabeza hacia la ventana que se encontraba al lado mío para ver el exterior, me gusta mucho ver mi al rededor cuando voy en algún transporte, es como si fuera un turista viendo por primera vez las calles de un nuevo lugar, nunca me cansaría de observar los lugares que el metro recorre.
Seguía viendo hacia el exterior hasta que el metro paró haciéndome entender que ya habíamos llegado a otra estación, tomé mi mochila y salí cuando las puertas del transporte se abrieron; caminé a paso rápido para la dirección del hospital la cual no quedaba tan lejos; al llegar entre al edificio.
Caminé y pare en recepción para indicar que iría a la habitación de mi amiga, aunque ya no era necesario dado que la señorita de recepción me veía todos los días y sabía cual era la razón por la que venía.
Fui hasta los elevadores y me adentré a uno, no bastó en tardar un par de segundos para que las puertas de este comenzaran a cerrarse.
Al llegar al piso de Emma caminé hacia la habitación en donde estaba mi amiga.
Toque la puerta del lugar, a lo lejos se escuchó un "Pase" por lo cual seguí la indicación.
— He llegado, Emma.
— ¡Norman! ¡Holi! — dijo Emma alargando la "iiiii", dejé mi mochila en uno de los sillones de la habitación, tomé un sillón cuadrado que había y lo acerque para centrarme a un lado de mi amiga.
— ¿Como sigue tu pierna? — la mire mientras le dedicaba una sonrisa.
— Aún duele, pero al menos no duele tanto como el primer día. — me devolvió la sonrisa.
Pase toda la tarde con Emma, ambos nos entreteníamos hablando sobre las nuevas cosas que habían sucedido en el colegio o sobre cómo han sido los días de Emma en el hospital.
— ¡Norman! ¡Norman! No te conté,¡Hice una nueva amiga aquí! — alzó sus brazos con emoción, típico de Emma.
— Emma pero... que yo sepa no puedes caminar aún...
—Shhh ¡Déjame contarte! ¿Recuerdas a Luisita, no?
Asentí.
— Pues me contó qué hay una nueva chica ingresada aquí, me dijo que iba a estar un tiempo aquí en el hospital y quería que se acoplara más al lugar, así que me dijo que si podía ser su amiga, obviamente yo con gusto acepte.
— Eso es increib... — Me interrumpió
— ¡No he acabado! Como decía, Lusita ayer trajo a la chica para que conversáramos, al principio era muy cerrada, pero después de un rato agarro confianza, creo que ahora somos amigas, ¡Realmente eso espero! — Emma contaba cada detalle con emoción, en verdad estaba muy emocionada.
— Me alegra Emma... — sonreí.
A decir verdad estaba muy entretenido platicando con ella, hasta que mi tío me habló para decirme que me ocupaba en casa, lo cual se me hizo un poco extraño. Sin yo querer me despedí de Emma, aunque al día siguiente la terminaría viendo de cualquier modo.
Iba casi saliendo del hospital hasta que me entraron unas inmensas ganas de ir al baño, realmente me arrepiento de haber tomado mucha agua en la tarde, ahora llegaría tarde a la estación de metro, ¡Genial Norman!.
Busque por todos lados para ver en donde se encontraban los baños, hubiera procurado en preguntarle a alguna enfermera pero preferí hacerlo por mi propia cuenta.
Busqué y busqué hasta que encontré algunos baños y me dirigí a ellos.
Estaba a punto de abrir uno de los baños hasta que comencé a oír ruidos extraños en el baño de al lado, eran como sonidos de alguien ¿Vomitando? Se que no debería entrometerme pero en verdad los sonidos eran bastante fuertes y escandalosos.
Muy escandalosos que hasta preocupaban.
Hice unos toques en la puerta, los ruidos pararon dándome señal de que me habían escuchado, escuché cómo bajaban la palanca del baño y abrían la llave del lavabo.
La puerta se abrió, mi cuerpo se tensó por completo.
Era ella, la chica que había visto hace días.
Su apariencia transmitía agotamiento, tenía sus ojos algo llorosos y su piel se veía pálida, demasiado.
— Tú... — frunció el ceño, su mirada se potenció lo que hacía que me pusiera de pelos en punta. — ¿Acaso no te cansas de seguirme a todas partes? — era la primera vez que escuchaba su voz, se escuchaba algo débil, creo yo por lo que acaban de pasar hace unos momentos, pero de cualquier modo hablaba con un tono fuerte y duro.
— ¿D-disculpa? — fue lo único que podía salir de mis labios, y claro, la boca me tembló tanto que ni decirlo bien pude.
— No te hagas el tontito, te he visto que para cualquier lado que voy siempre estás tú ahí, se que eso ya no es una casualidad, ya hasta me está empezando a dar miedo. — miró hacia otro lado aún frunciendo el ceño.
— Lo siento, — trate de mantener la postura. — no fue mi intención que pensará que la estoy siguiendo, solo quiero que sepa que no es lo que parece. — no se en que momento paso que ella ya estaba caminando lejos de donde yo estaba.
Lo entendía, a mi también me daba algo de miedo tanta casualidad al encontrármela, tantos lugares que tiene el hospital y en cualquier lado al que pudiera ir siempre esta ella ahí , es muy extraño.
Ya hasta las ganas de ir al baño se me quitaron...
Nuevo día, mismas actividades.
Caminaba junto con Ray hacía el hospital, hace mucho no iba al hospital conmigo para visitar a Emma, pues mi amigo por accidente casi quema la casa de su abuela por andar cocinando, a veces Ray puede ser un peligro en la cocina, eso si, cuando en verdad se empeña en ello puede hacer creaciones dignas de una estrella michelin.
Llegamos y entramos al gran edificio.
Sí, aún me seguía dando nostalgia entrar al lugar, más que nada por lo que había sucedido ayer, esa chica en verdad me había asustado.
Entramos a los elevadores y subimos al piso donde estaba Emma.
No tardamos mucho en llegar a el, como es de costumbre toque la puerta, a lo lejos escuché un "Pase".
Abrí la puerta y antes de entrar vi para dentro, se me bajó el azúcar.
Alguien estaba sentada en la misma camilla donde estaba Emma, el físico, el cabello, ese rostro.
Era ella.
AUTHOR'S NOTE!
━━━━ Capítulo un poco corto, lo se, pero siento que para ser un segundo capítulo esta aceptable, de cualquier modo trataré de escribir capítulos más largos para que así disfruten un poco más de la historia.♥︎
Andén: Se llama andén al espacio de las estaciones de autobuses y ferroviarias que se encuentra junto a la calzada o la vía. Los pasajeros, por lo tanto, suelen aguardar la llegada del medio de transporte en el andén.
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