𝐢. A Prank, A Night & A Death
🩸・*💀𝐍𝐎 𝐌𝐎𝐑𝐄🦋 。˚🩸
001.┊UNA BROMA, UNA NOCHE & UNA MUERTE
—¡Era sólo una broma, Han! —gritó Emily en la fría noche.
—Sí, una muy estúpida —murmuró Bo en voz baja, metiendo las manos en los bolsillos de su chaqueta de esquí.
—Oye, tú también accediste a hacerla. No eres inocente —replicó Jessica. Todo el mundo estaba al límite ahora que Hannah había corrido hacia el bosque. Su hermana, Beth, la seguía de cerca.
Bo giró sus ojos azules.
—No significa que no pueda pensar que fue una estupidez —intentó contener su ira hacia Jessica, eran mejores amigas, prácticamente hermanas, y aunque Jessica instigó la idea de la broma, Bo no podía guardarle rencor.
Todos refunfuñaron mientras, uno por uno, volvían a la cabaña, desinteresados. Bo, sin embargo, se quedó fuera con Sam, que también permaneció allí.
—Lo siento, Sam —admitió Bo, poniendo una mano en su hombro—. Debería haberte escuchado, no estuvo bien. Ahora hemos hecho daño a Hannah, y-y no sé. No se siente bien.
Sam era rubia, aunque su inteligencia no daba indicios de ello. También era muy amable y apoyaba a sus amigos. Bo sabía que hacerse amiga de ella no iba a pasar por hacerle una broma a Hannah de la manera en que lo había hecho. Hacer que Hannah corra hacia el bosque porque casi la graban quitándose la camiseta para su crush, Mike, no causa una buena impresión.
Sam se encogió de hombros.
—Debería haber persistido más. Espero que Hannah pueda perdonarme.
—Tú no fuiste parte de esto. Ella te perdonará. Espero que Hannah me perdone a mí —la corrigió Bo. Sam era la mejor amiga de Hannah y Beth, por supuesto que todo estará bien con ella. Así son las cosas.
Bo, sin embargo, era nueva en todo el grupo, y era más cercana a Jessica, que la conoció en 1º de Bachillerato.
—¿Sabes qué, Bo? —Sam miró a la adolescente rubia rojiza—. No eres tan mala como pensaba.
Ella ladeó la cabeza. «¿No tan mala como pensaba?», Bo se quedó perpleja, pero se sintió reconfortada cuando Sam empezó a reírse.
—Sólo estoy bromeando, chica. Vamos, entremos, hace mucho frío afuera —Sam comenzó a dirigirse a la puerta principal del refugio.
—Sí, rezo para que Beth encuentre a Hannah y vuelvan a salvo. Este lugar me pone los pelos de punta —Bo se estremeció, siguiendo a Sam que ya estaba dentro.
—¿Eres religiosa? —preguntó ella.
—Luterana —confirmó Bo. Había sido criada por un pastor, y durante toda su infancia se la conoció como la niña del Predicador. Como se mudaron antes de que se graduara, Bo pudo desechar esa reputación, aunque no tenía medios para cambiarla. En realidad no le importaba su religión, pero no la pintaba por todas sus paredes.
—Mola. A mí nunca me ha gustado la religión, pero bien por ti —Sam abrió su chaqueta colocándola en el perchero frente a la puerta, Bo hizo lo mismo con su chaqueta de esquí.
Arreglándose la coleta baja, Bo se alisó el jersey de múltiples dibujos y se subió los vaqueros que amenazaban con resbalar. Todo el grupo se reía con Mike, la estrella del espectáculo, que actuaba poniendo la cara de Hannah cuando se enteró de que la estaban grabando.
Bo siempre tenía un ojo vigilante sobre él. Siempre parecía el dios de las bragas de todas, y todo en su interior gritaba NO al verle. Era alto y guapo y su pelo era perfecto, sin duda, pero también era engreído y rebelde.
Caminando por la cabaña, Bo seguía sintiéndose inquieta. De repente, se acordó. Josh estaba desmayado en la encimera de la cocina. El hermano de Hannah y Beth.
—¡Oye! —gritó en la gran sala donde todos se divertían. Las cabezas de sus compañeros desviaron su atención hacia ella—. ¿Alguien le ha dicho a Josh que sus hermanas están afuera en el bosque? —preguntó. Todos se miraron entre sí como si se preguntaran en silencio: "¿Tú lo has hecho?", "¿Qué hay de ti?", "Yo no lo he hecho".
Poniendo los ojos en blanco, Bo se dirigió a la cocina, tras ponerse la chaqueta y coger dos linternas, dispuesta a despertar a Josh y salir a buscar a Hannah y Beth.
—¡Josh! —gritó mientras abría la puerta con una floritura. Lo vio a él y a su otro amigo, Chris, en la encimera, con las cabezas apoyadas en los brazos extendidos. Agarrando su brazo y sacudiéndolo furiosamente, ella siguió gritando—. ¡Josh! ¡Josh!
Se despertó con un movimiento brusco, Chris le siguió con la cabeza más caída. Sabía que había despertado a Chris, pero también sabía que no le importaría que las hermanas de Josh estuvieran afuera en el bosque.
—¡Aah-! ¿Qué, Bo? ¿Qué? —sus palabras salieron arrastradas pero Bo no prestó atención a eso.
—Tus hermanas, están ahí fuera. Tenemos que encontrarlas —ella le entregó una linterna, mientras Josh luchaba por mantenerse despierto hasta que escuchó a Bo mencionar a sus hermanas. Parecía casi instantáneamente sobrio.
—¿Qué? ¿Cuánto tiempo han estado ahí fuera? ¿Cuánto tiempo estuve así? ¿Qué ha pasado?
—Demasiado, Josh. Pero sólo sé que tenemos que ir a buscarlas —insistió la rubia.
—Oh Dios, es culpa mía.
—Josh, no. Es todo culpa nuestra. Culpa mía, específicamente. Debería haberlas parado, debería haber...
Bo fue interrumpida por el sonido de gritos desgarradores y vio como a Josh se le drenaba el color de la cara, todos en la casa estaban al borde del sonido espeluznante pero pronto, Bo escuchó que las risas continuaban. Su rabia por el grupo sólo creció.
—No hay tiempo que perder, vamos —ordenó y salió corriendo de la cocina, logrando finalmente salir de la casa a pesar de los gritos de sus amigos, Josh iba sólo unos metros detrás de ella—. Cualquier otra persona que se preocupe por Hannah y Beth vendrá con nosotros —le dijo a Josh mientras encendían sus linternas y se dirigían en la dirección en la que vio correr a Beth y Hannah por última vez.
«Seguir sus huellas habría sido más fácil con más gente», pensó Bo. Sus oraciones fueron escuchadas cuando Sam y Chris aparecieron detrás de ellos. Tras buscar a Jessica con la mirada, se encontró con Sam, que negó con la cabeza. Con una última y dura mirada a la casa, Bo siguió adelante.
Nunca perdonará a Jessica por esto.
—Seguidme —ordenó ella, Chris estaba a su lado.
—Te cubro las espaldas, Bowie —su estúpido apodo para ella surgió una vez más en un momento de necesidad. Bo gimió internamente, pero siguió adelante. Aparte del sonido de sus pasos crujiendo en la nieve, había un silencio mortal. Ninguno de ellos podía deshacerse de esta sensación de temor sobre ellos.
Los gritos provenían de Hannah y Beth, todos sabían que no había forma de impedirlo, y sus pasos se aceleraron mientras saltaban por encima de las ramas caídas y los enormes peñascos del sendero.
Bo deseaba con todo su corazón que Hannah y Beth estuvieran bien. Rezó con toda su alma para que su Dios las condujera hasta ella, pues si no lo hacían, todo sería culpa suya.
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GirlPotterheadXx presenta...
𝐍𝐎 𝐌𝐎𝐑𝐄 ( un fanfic de Until Dawn )
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—Venga, ¡vamos a festejar como estrellas del porno, ¿vale?! Y a disfrutar de un viaje inolvidable, ¿de acuerdo? ¡Sí! —gritó Josh desde su móvil. Bo se rió.
—Tenías que añadir eso ahí, ¿no? —la rubia miró a Josh, que tenía su brazo alrededor de su hombro mientras caminaban juntos hacia su casa después de clase. Ella estaba viendo su video-invitación para su escapada invernal en el refugio de los Washington en Blackwood Pines.
—Sí, sí, lo tenía que hacer —se inclinó hacia ella, hablando en su cuello, haciéndola reír.
—Encantador. Así que cuando mis padres encuentren esta grabación después de haberles rogado, llorado y mentido para que me dieran permiso para salir contigo, no van a estar totalmente decepcionados conmigo —dijo Bo sarcásticamente, mientras abría la puerta principal de su enorme casa.
—¿Por qué quieres tanto su aprobación? Estás muy por encima de su nivel —dijo Josh, agachándose para quitarse los sneakers. Bo hizo lo mismo.
—Porque —argumentó—, son mis padres. No quiero que piensen mal de mí.
—Bueno, son unos padres terribles si piensan mal de ti. ¡Eres prácticamente una santa! Creo que el mero hecho de que no le gustes a alguien es un pecado en sí mismo —aseguró Josh, entrando en su cocina que estaba a la vista desde la puerta. Su casa era realmente hermosa, enormes arcos que daban paso a extravagantes pasillos y habitaciones, cuadros familiares alineados en las paredes. Un enorme piano de cola en el centro de todo, justo delante de una enorme escalera.
Abriendo la puerta de su nevera, sacó dos refrescos y le dio uno a Bo.
—Gracias, pero a mucha gente no le gusto —aclaró, poniendo los ojos en blanco y abriendo la lata.
—Bueno, esos son unos paganos —le sonrió desde el otro extremo de la isla de la encimera de mármol y, de repente, llamó a su madre—. ¡Oye, mamá! ¿Estás en casa?
Una mujer de mediana edad con un precioso pelo castaño saludó a los jóvenes amantes desde la puerta del despacho del padre de Josh. La madre de Josh era más joven que su padre, pero en ningún caso la relación entre ambos era insincera. Por lo que Bo había sabido, siempre habían estado muy unidos y nunca dejaron que la riqueza los separara. Realmente los admiraba.
—Sí, Joshua. Estoy justo aquí. ¡Hola, Bonnie!
Ese no era su verdadero nombre. Su nombre completo era Bo Anne, pero la madre de Josh estaba convencida de que su primer nombre era Bonnie. Afirmaba que era poco práctico que un nombre tuviera dos nombres en uno.
—Hola, señora Washington —ella asintió con la cabeza a la madre de Josh con una brillante sonrisa—. Estás tan maravillosa como siempre.
—Aw, para —exclamó ella, llevándose una mano a la mejilla, casi riendo. Siempre ha sido de las que les gusta recibir piropos. Bo nunca entendió la relación entre Josh y su madre, en cuanto a la personalidad, ambos tenían una apariencia de alguien asesino, pero Josh era dulce, divertido y fácil de llevar, mientras que su madre era snob y práctica.
—Mamá, Bo y yo vamos a irnos esta noche después de la cena. ¿Crees que puedes poner un plato más en la mesa? —preguntó Josh, caminando al lado de Bo.
—¡Claro! Bo es bienvenida a cenar cuando quiera —dijo la señora Washington con una sonrisa—. ¿A dónde vais a ir?
—Vamos a la escapada invernal que tenía planeada para este finde en el refugio. Nuestra cosa anual, ¿recuerdas? Hablamos de esto —Josh creció en hostilidad un poco, listo para justificar las acciones de los dos ante las protestas de su madre.
—Oh. No me acuerdo. No podéis...
—Tenemos que hacerlo, mamá. Ya envié las invitaciones y todos van a estar ahí —argumentó.
—No voy a ser responsable de que los dos terminéis como... como... —su madre trató de mantener la compostura, pero no lo consiguió, ya que las lágrimas brotaron de sus ojos.
—Como Hannah y Beth. Lo sé, mamá, pero esta es mi manera de recordarlas y... de rendirles homenaje. Además, es una buena cosa de unión antes de que todos nos graduemos —En ese momento, Josh había rodeado con su brazo la cintura de Bo por debajo de la encimera, como si quisiera ocultar sus caricias de su madre.
Suspirando, la señora Washington giró la cabeza.
—De acuerdo —cedió—. Pero vosotros dos, volved a mí.
—Lo haremos, mamá. Confía en mí.
La cena había terminado, el cielo se estaba oscureciendo y Bo se sentía ligeramente inquieta por el fin de semana que iba a pasar en el refugio de los Washington.
—Adiós, mamá, papá, os quiero —Bo terminó su llamada telefónica después de intercambiar deseos de despedida. Josh la miraba con una sonrisa mientras ella guardaba su móvil en el bolsillo trasero de sus vaqueros azul claro y se alisaba la misma chaqueta de esquí que tenía la noche anterior del año pasado.
—¿Estás lista? —él recogió su mochila de ropa para la noche, y ella hizo lo mismo.
—Sí, vamos —respondió, dejando escapar un suspiro.
—Oye —Josh se puso delante de Bo, que agachó un poco la cabeza—, ¿estás bien?
—Sí, es sólo... se siente... fuera de lugar... que vaya al sitio al que estamos yendo. No siento que pertenezca, no estaba muy unida a tus hermanas cuando murieron, era nueva en la ciudad y-
—Oye, tú fuiste quien nos reunió a todos en el bosque para burcarlas. Puede que no las conocieras durante tanto tiempo como los demás, pero para mí, te preocupaste más que nadie —Josh tomó su mano entre las suyas.
—Sam y Chris-
—Se unieron cuando yo me uní. Y yo me uní porque te preocupaste lo suficiente como para decirme lo que estaba pasando. Pero, si no quieres ir. No te obligaré de ninguna manera.
A Bo le pareció que Josh casi la estaba advirtiendo que no fuera, pero dejando de lado esa sensación, sacudió la cabeza.
—No, no, está bien. Supongo que estará bien volver a ver a toda la pandilla —admitió.
—Desde luego, pero que sepas que no te estoy obligando a ir. Además —movió la mano hacia el antebrazo de ella acercando ligeramente a Bo—, esta no va a ser nuestra última vez juntos.
—Es verdad, pero hace tiempo que no veo a Sam —volvió a recoger la mochila—. Además, mis padres me matarían si apareciera sin avisar. Ya hicieron planes para ir a ver a mi tía en la ciudad.
—Muy bien. Bueno, sólo-
—Estaré bien, Josh. Estaré bien —Bo empezó a meter su mochila en la parte trasera del pequeño coche que tenía Josh—. Será divertido. Ya lo verás.
—Sí, divertido —murmuró Josh, siguiendo a Bo al coche con su mochila al hombro. Bo puso los ojos en blanco y fingió no haber oído su última afirmación.
Al arrancar el coche, los dos empezaron a hablar casi inmediatamente de cualquier cosa que se les pasara por la cabeza. Era casi como si cuanto más tiempo pasaban juntos, más no querían a nadie más con ellos en el refugio.
Mientras pasaban campos y bosques, y cantaban canciones desafinadas dignas de un karaoke, Bo sintió de repente que todas sus preocupaciones por el refugio disminuían.
Después de todo, ¿qué podría salir mal?
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