Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

21- Excursión.

Martes.

-Deberías de comer menos azúcar, te vas a hacer como una ballena -Dijo Yoongi sorbiendo de su café-.

Instintivamente, mi mirada bajó hacia mis manos, cada una con una tostada de mermelada. Oh, era cierto, pero sin azúcar yo no era persona. Habíamos bajado a desayunar, pues según los chicos de allí, por la tarde saldríamos a ver una reserva de animales natural. Yoongi decía que no hacái falta ver animales teniéndome a mí delante, pero yo lo ignoré totalmente.

Me había vestido con prendas de manga larga, pero como siempre acompañada con mi vestido. Yo tenía que ir con un vestido o una falda, si no, no era yo. Pocas vecees me verías con un pantalón, aunque también los usara. Por lo menos, la prenda con la que vestía tenía las mangas largas y no moriría de una hipotermia...

-Tú deberías de beber menos café, te amarga más de lo que ya eres -Contrataqué-.

Él se dedicó a ignorarme, cuando una mano me acarició la cabeza delicadamente.

-Buenos días -Dijo la dulce voz de mi jefe mientras me acariciaba el pelo-.

Pude ver cómo Yoongi se tensaba mientras trataba de disimular bebiendo la taza del oscuro líquido. ¿Qué onda con estos dos? ¿Me estaba perdiendo algo? Ignoré el hecho de que el peliverde vestido completamente de negro apretara los puños por encima de la mesa.

-Buenos días -Dije algo menos entusiasmada-.

-¿Cómo estás?-Dijo analizándome con su mirada.

¿He dicho ya que odio que la gente haga esto? Es invasor.

-Bien.

Él sonrió tiernamente haciendo que mis hormonas se debilitaran. ¿Por qué era tan jodidamente lindo cuando sonreía?

-Solo pasaba por saber eso, nos vemos -Dijo guiñándome un ojo y antes de irse, se acercó de nuevo a mí, plantando un beso sobre mi cabeza.

Me quedé paraliazda mientras él se quedaba ahí, y de no ser porque Yoongi carraspea fuertemente, me hubiera quedado ahí.

Jeon se marchó mientras yo lo obseravaba de nuevo con esa sonrisa de estúpida.

-Em... recuerdo que tienes novio -Dijo Yoongi sorbiendo de su café de esa manera tan ruidosa-.

Juro que algún día me gustaría que se atragantara con su propia bebida, pues estaba más que harta de que hiciera eso. Me daban unas ganas terribles de golpearlo, pero en vez de eso mastiqué mi tostada.

-No sé cual -Dije para picarlo-.

-Obviamente el más hermoso de todos -Sonrió ladinamente-.

Me giré a derecha e izquierda exageradamente, también me levanté para ver si había alguien detrás de mí, pero no había nadie que fuera tan hermoso.

-No veo a nadie.

Él volcó los ojos con molestia mientras yo me reía en su cara. Verlo enfadado era lo mejor del mundo, pues a pesar de que se hacía malditamente tierno, era demasiado chistoso.

~~~

Cuando me dijeron que era un parque de animales a lo que íbamos a visitar, nunca me imaginé un espectáculo como el que tenía delante, claro que no. Bueno, después de haber entrado y haber visto algunos animales, Yoongi y yo nos encontrábamos a punto de subir a un teleférico. Se trataban de unas cabinas en las que tenías que meterte y ver todo el parque desde esa altura, y yo no quería subir, pero claro, el peliverde estaba deseándolo, por lo que ahí estaba, mirando la altura a la que esas cosas subían confiando en un cable.

¡Un maldito cable! ¿La gente no lo había pensado? ¿Y si se caía esa cosa? ¡Nos íbamos al reverendo carajo! ¡¡Íbamos a morir!!

-Yoongi no quiero subir -Dije cuando las personas que estaban adelante de nosotros subieron.

Él me miró.

-Tú me has obligado a ver a los monos prrehistóricos esos mientras yo me estaba secando por culpa del sol -Dijo-.

Oh sí, los monos... ¡Es que eran demasiado adorables! Y aunque él me hubiera repetido que la palabra "adorable" no se ajustaba para esos animales, yo la seguí repitiendo. El caso era que podíamos hacer lo que quisiéramos hasta las nueve de la tarde, que era la hora a la que cerraban en lugar.

En sí, el parque era enorme y precioso, con muchos animales de los que todavía teníamos que observar la mayoría. Pero no, Yoongi quería meterse dentro de una caja poco estable para subir la altura suficiente como para matarnos. Yo podía soportar las maontañas rusas, pues estas iban rápido y no te enterabas de nada, pero tener que soportar esto... no. Esas cosas no inspiraban demasiada confianza.

-¡Los siguientes! -Dijo la chica trajeada de rojo cuando la cabina vacía se estaba acercando.

Me quedé helada en el sitio mientras Yoongi avanzaba, pero al ver que no lo acompañaba, retrocedió y me agarró de la mano. ¡Solo faltaba eso!

-Vas a venir -Dijo amenazadoramente-.

Me arrastró, literalmente me arrastró hasta llegar a la línea en la que teníamos que esperar a que "la caja" llegara. Segundos después, esa cosa se acercó y tuvimos que subir a toda velocidad para que no se marchara sin nosotros.

Yoongi pasó primero tirando de mi mano, mientras que yo empezaba a ponerme muy nerviosa. 

-Joder, estás temblando -Dijo cuando nos sentamos uno frente a otro para que la cosa se equilibrara-.

Normal -Pensé-. Estaba en un espacio reducido subiendo por un cable y con él delante, como para no estar temblando. Pero la verdad era que estaba aterrada viendo como cada vez nos alejábamos más del suelo y los prados con elefantes y girafas se veían desde lejos.

-Mira -Dijo señalando el cristal-. ¿Eres tú uno de esos animales? -Señaló un lago en el que habían hipopótamos.

-Chistoso -Dije irónicamente.

La cabina zarandeó y apreté con fuerza la suave y paliducha mano de Yoongi. Me estaba muriendo allí mismo.

Inspira y expira, inspira y expira -repetía mi mente.

-Yoongi -Lo llamé, haciendo que este fijara toda su atención en mí-, tengo miedo-.

-No pienses en eso, disfruta -Dijo con aire soñador mientras observaba con esa sonrisa sincera todo el paisaje-. Esto es hermoso -Suspiró-.

Y sí que lo era. Llegamos al punto más alto, donde se veía mucho más allá del zoológico, mostrando toda la ciudad. Era una imagen demasiado bella, que a pesar de que me causara escalofríos, me sobrecogía. No tenía porqué tener miedo, estaba con Yoongi ¿Verdad?
Últimamente me había sentido bastante segura con su presencia, él era como mi escudo, aunque cuando me abrazara, bajara todas mis defensas.

Y ver a mi escudo sumamente feliz era la mejor imagen que el cielo te podía ofrecer. Mejor aun que la que nos daba aquella caja de metal que se deslizaba lentamente por un cable. Y era que esa sonrisa soñadora dejaba mucho que desear, mientras que su pelo se mantenía en un perfecto orden.

Y puede que fuera eso, Yoongi hacía que mis emociones volaran en orden abstracto mientras él  estaba ausente de ellas.

Me solté un poco de la mano de este, pero él me la tomó.

-No te sueltes de mí -Volvió su mirada a mí-, por favor-.

Perdición. Eso era lo que se sentía cuando esos ojos te miraban fijamente como si no existiera nada mas. Y así fue para mí, pues cuando él conectó nuestras miradas, me sumí en un universo paralelo en el que todo daba vueltas. Y sí, me daba igual estar en una cabina flotando a saber de cuánta distancia del suelo mientras estuviera con él.

No controlé el tiempo que pasó mientras nosotros nos mirábamos atentamente el uno al otro. Simplemente estaba absorvida por aquellos ojos, por aquella cara tan angelical. Con nuestras manos entrelazadas, uno frente a otro, la situación había adquirido un ambiente totalmente diferente.

¿Me gustaba? ¿Lo amaba? No. Simplemente quería tenerlo a mi lado con sus quejas para toda la eternidad.

Me sentía como en una nube flotando. No podía creer que mis manos estuvieran en contacto con las suyas, no podía creer que en ese momento estuviera con él de aquella forma. Entonces, interrumpiendo nuestras miradas llenas de amor y de anhelo, la chica trajeada gritó:

-¡Los siguientes!

Y es eso. Ningún momento, por bonito que sea, dura para siempre.

Como si nos hubieran despertado de una ensoñación, ambos parpadeamos un par de veces y como si nos repeliéramos, separamos nuestras manos. ¿Qué había de malo? No lo sabía, simplemente en ese momento me avergoncé por haberlo estado mirando de aquella forma. Estaba empezando a perder mis pocas facultades, si es que todavía me quedaban algunas.

En cuanto pude, bajé de la cosa que tantas emociones me había dado en tan solo unos minutos. Con un pequeño saltito volví a la realidad, donde el ruido de las personas me despertó.

-¡Vayámos a ver a los pingüinos! -Salté de emoción cuando recordé que Yoongi me había proetido ir después de este.

-Está bien -Dijo con algo de alegría-.

~~~

-¡Ese se parece a tí! -Dije señalando a un pingüino que esta de brazos cruzados.

O sea, enserio. Un animal de brazos cruzados y con esa cara típica de Yoongi. No pude evitarlo, saqué mi cámara fotográfica -sí, a pesar de tener teléfono todavía guardaba una de estas-y le tomé una foto.

Yoongi no había dejado de sonreír en todo el día, y aunque creyera que no me daba cuenta, se notaba a leguas que el chico estaba feliz y entusiasmado, a pesar de que sus quejas sobre caminar demasiado no cesaran. ¡Era tan vago!

-Mira  -Dijo señalando otro-. Igualito a tí-.

Quise mantener mi orgullo y no reír, pero fue inevitable. Una de esas aves marinas estaba saltando sobre el hielo artificial que tenía bajo sus pies y en medio de salto se había resbalado y por la tanto, caído.

Pero entonces pasó algo un tanto... extraño, digámoslo así. Ese pingüino que estaba en el suelo, había hecho reír al otro que estaba aislado, y en pocos segundos, ambos estaban jugando. Quedé con la cara desfiguarada al ver lo bien que se relacionaban y colaboraban uno con el otro.

-¿Podemos irnos? -Dijo Min- Quiero ver a los peces de colores-.

Sí, peces de colores. Yoongi x peces de colores = ¿? La verdad era que cuando él me dijo que quería ver a estos animales, me sorprendí un tanto demasiado, pero Min Yoongi era más raro que un perro verde, por lo que consideré que podía esperarme cualquier cosa de él.

-Pero los pingüinos son más bonitos -Me quejé-.

-¡Pero si llevamos quince minutos aquí! -Replicó.

-No es suficiente -Dije, pero a él le dió igual, pues me agarró del brazo y ma arrastró a la sala del lado-.

-¡No! ¡Mis animales! -Grité exagerando la situación, haciendo que Yoongi rodara los ojos.

Llegamos a un acuario impresionante. La sala estaba hecha de un crital que envolvía el suelo, techo y paredes, dando el espacio necesario a los peces para que estos nadaran sobre este, haciendo que pareciera que ellos estaban por encima de nosotros. La verdad, estaba francamente bien.

-Me gusta este -Señalé a un pez marrón que estaba chupando el cristal-. Es chistoso.

Yoongi se paseó por toda la salita, que tampoco era demasiado grande.

-A mí estos -señaló a un conjunto de peces azules que estaban formando una hilera-. Evelyn -Me llamó-.

Hice un sonido con la garganta indicando a que siguiera.

-¿Por qué sonríes tanto?

Si he de ser sincera, aquella pregunta me desarmó completamente. Por un momento me quedé perpleja, observándolo fijamente. Por su cara, parecía estar yendo en serio. ¿Por qué sonreía tanto? Buena pregunta, pero no tenía respuesta. Era algo que me salía de forma natural, yo no hacía acuaciones para atinar el ángulo de mi sonrisa. Era espontáneo. 

-¿A qué viene eso? -Contesté algo aturdida.

-Sonríes demasiado -Dijo con una mueca-.

-Me gusta ver la vida de una manera más agradable -lo encaré- No todo es tristeza, ¿Sabes?

Él rió sin gracia. Odiaba que hiciera eso, era desagradable ver cómo actuaba tan hipócritamente, pues si no quería sonreír, que no lo hiciera. 

-¿Entonces por qué llorabas en el autobús, eh? -Dijo algo vacilón, agachándose a mi altura y prácticamente pegando nuestros rostros.

Mierda, era complicado concentrarse en una respuesta cuando tenía a escasos centímetros su rostro. ¿Acaso lo hacía adrede? ¿Me estaba provocando? Yo tenía poco aguante, más si él desviaba su mirada hacia mis labios. El simple hecho de tenerlo delante me cohibía, pero aquello eran palabras mayores, pues estaba segura de que poco faltaría para que el corazón me rebentara. 

Sí, ya sé, una metáfora preciosa. 

-No te importa -Solté en su cara-.

Él no parecía querer apartarse, poco a poco se fue acercando y yo sentía desfallecer. Su mirada no se apaartaba ni un segundo de la mía.

Y era que su oscuridad se había vuelto en mi perdición.

-Ey, parejita -Dijo un tercero aplaudiendo para distraernos-. Tenemos que irnos -Dijo Jeon Jungkook mirándonos con sorpresa-.

Ambos, Yoongi y yo, nos separamos lo más rápido que nos fue posible. Estaba realmente avergonzada, si estaba nerviosa cuando él estuvo a punto de besarme, más lo estaba ahora que Jungkook nos había visto. Yoongi agarró mi mano y entrelazó nuestros dedos, meciendo ambas manos. 

-Ya vamos -Dijo Yoongi-. Déjanos un momento-.

Jeon se quedó por unos segundos inmóvil, pero al vernos a los dos ahí plantados esperando a que se fuera, decidió marcharse. 

Entonces, con un movimiento fugaz, Yoongi unió nuestros labios, tomándome suavemente de la nuca. El calor de su piel sobre la mía me daba escalofríos, de todas formas me quedé repentinamente paralizada. 

-Vamos -Dijo con una sonrisa ladina al separarse de mí-.

Sin más, con toda la autoridad del mundo, tomó mi mano como si fuera suya para dirigirnos hacia el autobús. Y Dios, esa sonrisa podía quitarte el aliento momentáneamente, pues la malicia que contenía era demasiada.  

~~~

-Tardas mucho...-Dijo el peliverde al otro lado de la puerta- Sal ya...

-¡Ni se te ocurra entrar! -Chillé mientras me quitaba con rapidez el jabón del cuerpo- ¡Juro que morirás! 

Dios, Yoongi podía ser estresante en altos niveles. ¡Por favor! ¡Que no podía ni dejarme ducharme! Habíamos cenado entre sus quejas de que estaba cansado y de que yo hablaba demasiado, cuando todo el tiempo estuve reteniendo mis ganas de abrir la boca. ¡Y ahora era él que no se callaba! Definitivamente la idea de compartir habitación con él no había sido nada buena, aunque ni siquiera la hubiera elegido yo. No me podía quejar, por lo menos las rústicas duchas tenían el agua caliente a diferencia de la de nuestra casa.

Salí de la ducha y me vestí a una velocidad ultra sónica con mi pijama de unicornios mientras me apoyaba en el marco de la puerta para que él no entrara al baño. La verdad era que no me lo imaginaba haciendo tal cosa, pero recordemos que era Min Yoongi. 

-Ya está -Abrí la puerta de golpe-.

Este entró con su rpa y con una toalla, mientras me dirigí a la única cama disponible y me tumbé a un costado, al lado de la pared. Me encantaba dormir apegada a la pared, pues si hacía calor te refrecaba y si hacía frío; me servía como un respaldo. Podía parecer extraño, pero me sentía protegida de alguna manera.

Tomé un peluche de los regordetes que me había traído y lo miré atentamente. Aquel muñeco me lo había regalado Andrés en una feria cuando apenas éramos niños, pero yo cuidaba todos los regalos de la gente, fuera quien fuera la persona que me los diera. Esto se debía a que tená unos padres algo maniáticos en lo que a los regalos de los demás se refería, cosa ironica que los dibujos que yo les regalé en mi infancia actualmente estuvieran cogiendo polvo en el tratero. 

Me encantaban ese tipo de peluches, bolita y rodonditos. No me preguntéis el motivo, ni yo podía responder. 

-Voy a apagar la luz -Dijo Yoongi en cuanto salió del baño-. Tengo sueño -.

Rodé los ojos.

-¿Cuándo no tienes sueño tú? -Me burlé.

-¿Ciindi ni tiinis siiño ti? -DIjo con un horrrendo tono de voz, tan irritante que hubiera podido rebentar una ventana.

Apagó las luces, conectándonos con un silencio incómodo al que estaba empezando a acostumbrarme. 

Prendí mi teléfono. no podía hacer nada, por lo menos iba a disfrutar viendo mi serie favorita. 

-Deja el celular cuando duermes, te puede hacer mal -Dijo el bello durmiente-.

-No, esto está interesant-

Me arrebató el teléfono y lo dejó en una mesita de allí. ¡Estúpido!

-¡Devuélvemelo! 

Como respuesta, él se acercó a mí y me envolvió con sus brazos, haciendo que yo quedara apegada a él. Me hubiera gustado decir que estaba en perfecto estado, pero la verdad era que no. Qué él me estrujara con fuerza hacia su cuerpo me ponía muy nerviosa, agradecí que la luz de la habitación no estuviera prendida. pues hubiera visto mi cara de color granate. 

-Suéltame -Me quejé a pesarde que no quería que lo hiciera.

Agregad esto a la lista de mis muertes estúpidas, pues iba a morir de paro cardíaco.

-No quiero -Enterró su cara en mi cuello-. Buenas noches, te quiero Evelyn- Susurró medio adormilado. 

Te quiero Evelyn... era difícil olvidar esas palabras cunado las había dicho tan sinceramente, con el calor de su voz chocando con mi cuello. Te quiero... 

¿Era él consciente de lo que había dicho? ¿Era una broma? 

No teníaconciencia sobre ellos, pero sí que tenía clara una cosa: yo sí que lo quería, aunque no de la forma correcta. 

Miércoles.

Me miré en el espejo para tratar de arreglar las ojeras que tenía. ¿Acaso era yo lo que se consideraba "normal"? Estaba claro que no. 

No había podido dormir en toda -o casi toda- la noche. El motivo era sencillo, ya que después de aquellas palabras salidas de la boca de Yoongi, no había podido pegar ojo. Y era tarea difícil, pues este me estaba abrazando de la misma manera en la que yo misma abrazaba a mis muñecos. 

Me peiné el pelo en un moño algo despeinado, realmente no tenía ganas de hacer algo demasiado costoso. De mi minúscula bolsita de maquillaje, saqué una base de color crema pálido y traté de tapar la parte inferior de mis ojos. Realmente estaba horrenda, no podía permitir que mis compañeros de trabajo -o cualquier ser humano consciente- me vieran así.

-¡Mierda! -Me quejé-.

Aquello era realmente difícil. Tuve que lavarme la cara unas seis veces ya que el maquillaje se me emborronaba y todo se iba al traste. Con ayuda de un algodón conseguí esparcir la crema beige para que no pareciera que iba a una fiesta de Hallowen.

Me lavé las gafas -que necesitaban limpiado urgente- y después de alisar mi blusa, salí del cuarto de baño. Ese día llevaba pantalones, y por muuy raro que parezca, su color era el gris. No sabía el motivo, simplemete no me apetecía vestir con demasiados colores aquel día. Lo más probable era que fuera el sueño el que estaba causando dichos efectos en mí, pues la blusa era de un color blanquecino.

-Hola -Dijo el chico oscuro dándome un susto en cuanto salí del baño-. Estás fea -Dijo sin tapujos-.

Rodé los ojos. Ni que necesitara su opinión, no se la había pedido. Total, estar bonita para él sería vestir como un cementerio, y a pesar de que ese día había cambiado algún color de mi vestimenta, jamás iba a adquirir ese color oscuro. Jamás.

-Tú no estás muy allá -Dije señalando con mi mirada a su sudadera azul cielo y a sus pantalones negros-. ¿Ahora te vistes de color?

¿Azul cielo? Eso no pegaba con Yoongi, ni con su fúnebre aspecto ni con su amargada personalidad. Se veía extraño, aunque me costara admitirlo, se veía cien veces mejor con la ropa opaca. Quizás ya me había acostumbrado a su manera de ser.

-¿Ahora tratas de imitarme? Esa ropa no te queda bien -Admitió leyéndome mi pensamiento-. Solo quería cambiar un poco, ¿Tan mal estoy?

Sí, te ves raro -Me dije mentalmente.

-Bueno...

Él volcó sus ojos y entró al cuarto de baño.

¿Zapatillas fosforescentes? Sí.

¿Buen humor? Sí.

Creo que ya estaba.

~~~

-Hoy iremos a pasar el día y la noche en el bosque -Dijo un monitor-. La cuestión es que os familiaricéis con el entorno, tendréis que buscaros la vida durante esta noche. Mañana a las diez en punto os queremos de vuelta-.

Yoongi me codeó -demasiado fuerte-.

-Parecemos niños en una guía -Dijo mirando al frente-.

Bueno, bien visto. Era verdad, pues yo tenía una idea completamente diferente a la de venir al monte. Creí por un momento que sería apra relajarse, pero mi cerebro no dejaba de alertarme de lo terriblemente equivocada que estaba. ¿Alguien ha ido a un campamento? Pues aunque esto no le llegara ni a la suela del zapato, era algo similar por el simple hecho de que querían mantenernos ocupados todo el tiempo.

Adiós, buen humor.

-Así es.

Me estaba muriendo de frío y lo pero de todo era que los que mandaban no nos dejaban volver a por una simple chaqueta. Su excusa era que "teníamos que aprender a sobrevivir". En un principio no me pareció tan mala idea, pero lo de sobrevivir junto a Yoongi era la comleta perdición. Él era un vago que preferiría estar durmiendo a estar aquí, en medio del monte y con un frío que calaba los huesos.

Cualquiera lo hubiera preferido. ¡Por algún motivo habían inventado las viviendas! ¿Acaso esta gente se creía que volvería a venir a un bosque "para sobrevivir"? Dios mío, sálvame. Lo peor de todo era que según ellos, teníamos que buscárnoslas para conseguir comida. ¿Saben qué? Que estaba arruinada. Yo era malísima con esto, y, tener a Yoongi como "fiel acompañante", quitaba mis pocas esperanzas de futuro. Estaba muerta.

Entonces recordé las palabras de nuestra maestra de educación física: las personas podían aguantar alrededor de una semana sin comer.

La verdad era que no recordaba si dijo que era una semana, pero podía aguantar durante un día. Perfectamente.

-Ya podéis marcharos -Dijo el chico-.

El peliverde y yo nos quedamos estáticos en nuestro sitio mientras veíamos a la multitud dispersarse. ¿El destino me estaba probando? Me parecía que iba a morir demasiado pronto, cosa que no era positiva, ya que todavía tenía planes de mudarme a una mansión con piscina.

-Ey -nos llamó la atención- tenéis que ir con ellos -Dijo la chica que siempre acompañaba al otro.

Min y yo nos lanzamos una mirada cómplice y empezamos a caminar con pesadez. Ni él ni yo estábamos preparados para lo que teníamos en frente, de verdad que no. Y si pensáis que era un bosquecito de nada, estáis equivocados. Muy equivocados.

Lo que teníamos a unos diez metros de nosotros era nada más ni nada menos que una jungla, pues además de parecerlo físicamente, tenía señales desgastadas por el tiempo con un rótulo que advertía claramente sobre que habían animales salvajes. ¡Animales salvajes! ¿Acaso nos querían ver muertos?

-Eres una miedica -Bufó Yoongi a mi lado, quien ya debería de haber visto mi cara-.

Odiaba tener un rostro tan expresivo y trasparente. Pero era completamente normal que tuviera miedo, ¡Aquello era una maldita locura! Además, ¿Qué iba a ser de mis zapatillas? Aquellas ramas resecas podían terminar pelando la brillante pintura, y eso no me haría ninguna gracia. Por no decir que esas zapatillas reflectantes podían llamar la atención de los animales. Estuve a un milímetro de parar en seco y quitármelas.

-Y tú un quejica. Dime cómo demonios haremos para salir de aquí con vida -dramaticé- ¡Que todavía me queda vida por delante! ¡No quiero morir!

Él rió tapándose con la mano.

-Por eso mismo, te puedo usar como cebo para los animales que voy a cazar -Soltó-.

Me detuve. Su semblante se tornó serio y por un momento me temí lo peor. Era cierto, en verdad aquel ser del inframundo era capaz de hacer ese tipo de cosas, y yo ahí tan tranquila charlando como si nada.

-Era broma, te tomas las cosas muy a pecho -Rodó los ojos-.

-Realmente creo que eres capaz de hacerlo -Respondí algo asustada-.

Entramos al bosque con algo de miedo -al menos yo- mientras Yoongi veía todo a su alrededor con admiración. Yo me dediqué  a vigilar si algún animal nos atacaba.

~~~ 

-Eso es venenoso -Dijo él-.

-No lo es. He estudiado biología y medicina, sé muy bien sobre estas cosas -Dije agarrando una especie de seta que tenía delante-. Creéme, lo mejor será esto. 

-Lo mejor sería pescar algo -Sugirió él-.

Puse mis manos sobre mis caderas.

-¿Y como lo vas a cocinar? ¿Sabes acaso las enfermedades que eso puede tener? 

-No, la verdad es que no tengo ni idea, pero todo antes que comerme tierra -Dijo señalándome con su dedo índice-.

Dios, Yoongi era realmente terco. ¿Y si nos tragábamos las espinas? Yo no pensaba comerme un pescado, antes no comía a tener que ingerir eso. ¿Cómo pensaba pescarlos? 

La cuestión era buscar algo que cenar, y aunque yo hubiera preferido no cenar nada, el peli-verde no dejaba de quejarse de que tenía hambre. En el bosque era demasiado peligroso buscar comida, más si la noche ya había caído y estábamos a oscuras. Ni celular ni nada, aquella estaba fuera de línea, por lo que no teníamos demasiados recursos para alumbrarnos. 

-Esto no es tierra, estúpido -Le planté las cosas esas en la cara-. Es lo más cercano a comida que puedes conseguir ahora-.

Él me miró con desagrado, a pesar de no poder observarlo con claridad, podía sentir su mirada penetrante sobre mí. 

-No soy estúpido -Bufó-, lo más lógico sería hacer lo que yo te digo, pero tú te crees que lo sabes todo-.

-¡Realmente lo sé! ¿Y si eso trasmite algo? Podrías morir.

-Deja de gritar, me pones nervioso.

-¡Tú eres el que me está poniendo nerviosa! ¡Pareces idiot- Me callé.

Un horrible crujido nos alertó a ambos, que a pesar de estar demasiado cerca uno del otro, aun sentía que estaba demasiado lejos de tener protección de alguien. Me estremecí.

-¿Has oído eso? -Susurré.

-Sí -Dijo él tensándose a mi lado-. Deberías de haber dejado de gritar.

-Vamos a morir.

Otro crujido, más fuerte que el anterior. Podía escuchar perfectamente pasos que se acercaban a nosotros, pero por mucho que lo intentara, no podía moverme. Las personas cuando tienen miedo pueden actuar de muchas formas, como correr, gritar o simplemente, hacer como yo. Me quedé helada y retuve mi respiración. Lo sabía, sabía que iba a morir en aquella excursión y en aquella jungla que denominaban como bosque.

Los pasos hacia nosotros no cesaban y mi miedo aumentaba, dejando que mi cerebro se detuviera, al igual que mis piernas y todo mi cuerpo. Estar a oscuras en un lugar desconocido y con "ruiditos" inquietantes a mi alrededor no era nada bonito. A muchas chicas les hubiera gustado estar en este tipo de situaciones comprometedoras con un chico, pero a mí no. Aquello solo hacía que empeorar. Si tan solo Yoongi me hubiera escuchado y no me hubiera llevado la contraria, no estaríamos en esa situación. Pero no. 

Estúpido Yoongi.

-A la de tres corres. Una...

-Ni se te ocurra correr, moriremos.

-Dos...

Lo miré con horror:

-¡Tres! -Gritó y salió corriendo- ¡Mierda, Evelyn! 

Me quedé paralizada en mi lugar, viendo como una sombra empezaba a agrandarse cada vez más. ¿¡Un ciervo!?
Por favor, Dios, deja mis Nike en buenas manos -Recité mentalmente mis últimas palabras. Mi corazón palpitando y mi mundo empezando a girar.

Casi. Estuve a un milímetro de abandonar la Tierra, pero entonces un brazo me jaló con fuerza y me arrastró llevándome con velocidad a cualquier lado. 

-¿¡Por qué no corriste!? -Dije Yoongi mientras avanzábamos con una rapidez impresionante.

No pude contestar, pues todavía estaba presa del pánico. Traté de voltear mi cabeza, pero mi conciencia me advirtió de que no lo hiciera, pues podía terminar descabezada por un animal. Corrimos durante demasiado tiempo, mis piernas desgastándose por el esfuerzo invertido y mi corazón palpitando con una fuerza sorprendente. Si no hubiera sido por la situación en la que me encontraba, debería de haber ido a un hospital. 

Dejamos de correr y nos escondimos detrás de un árbol, despistando de manera tonta al ciervo que nos perseguía.

-Estuvo -Jadeó él a mi lado- cerca. Muy cerca-.

Lo miré horrorizada.

-Estuve a punto de morir -Dije mientras me jalaba el pelo hacia atrás- ¡La comida!

Yoongi se palmeó la frente:

-¿Enserio? ¿Crees que este es el momento adecuado para mencionar la comida? -Me miró a los ojos y por un momento me sentí muy estúpida.

Cierto, no era el mejor momento, pero tenía razón. Habíamos perdido las setas y ya no teníamos esperanza para llenar nuestros estómagos, mientras que tampoco había cerca ninguna oportunidad de pescar. Podía parecer irelevante, y lo fue hasta que mi mente me señaló que estaba hambrienta. Podría esperar al día siguiente, aun así...

Me encogí de hombros a modo dde respuesta.

-Puede, recuerda que hemos perdido nuestra única salvación -Dije algo arrepentida-.

-No importa, ahora lo que importa es que estamos bien -Sobó sus sienes-.

Me senté al pie del árbol y me hice modo bolita. Ya no tenía ganas de nada.

Cierto era que yo podía ser muy impulsiva, pero mis emociones caían igual de rápido que se levantaban. Era algo extraño, pero inevitable. Apoyé mi cabeza sobre mis rodillas, aquello era un fracaso. No deberían de haber participado en tal excursión, aquello no era lo mío. ¿Pero qué iba a saber yo? Cualquiera hubiera imaginado un lugar RELAJADO, no este tipo de aventuras. Nadie me dijo que podía morir ingerida por un animal, pero bien que había estado a punto de suceder. 

-Todo es horrible -Susurré-.

-Por lo menos te has dado cuenta -Dijo una voz bastante cercana a mí-. 

Lo fulminé con la mirada. 

-Es broma, de todos modos, no todo es tan perfecto como tú lo ves -Rectificó sentándose a mi lado-.

-Eso es cierto. ¿Sabes? No he sido siempre así-.

-¿Así, cómo? -Preguntó el de la morgue con voz grave.

Mis manos señalaron mi cuerpo.

-Así de alegre-.

Se hizo un silencio. Un silencio que no tenía nada que ver con todos los anteriores que había vivido con el paliducho, pues este se agradecía. Era una sutil forma de decir "te apoyo", sin necesidad de usar palabras. 

-Es obvio -Dijo mirando a la nada, volteé mi vista para verlo-. 

-¿Por qué? -Me carcomió la curiosidad.

-Por el mismo hecho de que yo no fui siempre un amargado, tú no fuiste la imagen de la felicidad -suspiró-. Hay veces en las que la vida te patea, pero eso solo depende de ti-.

Hice silencio. Me hubiera gustado saber como era el Yoongi del pasado, ¿Sería más divertido? ¿Era gracioso? Pero realmente aquello no me importaba. El Min Yoongi que tenía al lado era el que me atraía, el Yoongi oscuro y con palabras sarcásticas, que a su vez, podía ser la personas más hermosa del jodido planeta.

Él prosiguió:

-O te levantas, o te machacas. Es simple pero a la vez muy complicado -Sus palabras salieron por sí solas-. ¿Sabes? Es más fácil hablarlo contigo. Siempre creí que estaría solo, pero tú te acercas y no sé ni porqué lo haces -Respiró hondo-. No quiero que caigas conmigo, pero a la vez se me hace imposible no arrastrarte-.

-Me violaron -Dije al borde del llanto-.

Él me miró perplejo mientras yo trataba de esconder las lágrimas. Creí ser lo suficientemente fuerte como para olvidar el dolor de aquello que arrastraba, pero no. La herida se abrió como si fuera el primer día y no podía cerrarse.

-¿Qué? -Dijo Yoongi en un susurro.

Se quedó por un momento perplejo, mientras que yo agaché mi cabeza para hundirla en mis piernas. Sí, yo llorando. Las probabilidades de que yo derramara lágrimas por tristeza eran mínimas, ¿Pero quién iba a poder olvidar tal cosa? Aquello había manchado mi vida, era como un capítulo que jamás podría borrar de mi mente. Algo estrujó mi estómago y me hundió el corazón, sin duda alguna, era la presencia de aquel horrible sentimiento. Quería dejar de existir momentáneamente, dejar de sentirme de esa forma. Yo nunca había elegido ese pasado y sin duda alguna daría lo que fuera para cambiarlo. ¿Qué hubiera pasado si aquel día de instituto hubiera salido más tarde? Nunca dejé de preguntármelo.

Porque cada vez que miraba atrás, me arrepentía de ello. Pero el destino nunca jugó a mi favor ,y, aunque tratara de sonreír para las demás personas, el rastro de lo que algún día sentí no me abandonaba. Era una pequeña y casi invisible marca que no podía borrar ni con lejía.

Entonces él me abrazó. Me atrajo hacia él y me acunó entre sus brazos, infundiéndome calor y protección. ¿Qué son los abrazos para vosotros? Para mí, sin duda alguna, muestras de afecto. Pero como aquella no había ninguna.

Acarició con delicadeza mi cabello mientras soplaba mi cara lentamente. Su cara era realmente bonita, con aquellos labios rosados y los ojos negros con miles historias que contar. Estar así con él era mi perdición. Era como si estuvieran calentando aquel frío interno que sentía, como si realmente tuviera a alguien que estuviera feliz conmigo.

-Tú eres muy valiente -Dijo mientras su mano trazaba círculos en mi cabeza-. A pesar de todo, sigues adelante. Eres admirable -Sonrió debilmente-. No dejes nunca que te hagan daño. La gente no vale la pena, por eso estamos nosotros-.

Y esas palabras eran quizás el golpe final que le faltaban a mis problemas para terminar de sacarlos.

La gente no vale la pena, por eso estamos nosotros.

Y Yoongi, si ahora pudieras escucharme, déjame decirte que ese "nosotros" era mi resistencia.






Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro