VI
Los días pasaban, o eso querían creer, a mal cálculo habrían pasado más de tres días en aquella situación. La convivencia entre ambos chicos era como de costumbre, una que otra broma y quehaceres del hogar, no es como si tuvieran otra opción.
Ambos castaños se divertían contando historias, disfrutaban de algunos bocadillos y de mas.
—Y entonces... ¡Bum!— Dijo el mayor —Me caí por las escaleras—
—Si que eres un inútil. Déjame contarte algo que si da miedo— Masticó un par de papas fritas y continuó —Da tanto miedo que aún tengo pesadillas—
—Uuuu ¡Cuenta!—
—Todo empezó un día cualquiera, pero de la nada tocaron el timbre de mi casa... Luego...— Se acercó a él —¡Mike y tú entraron por la puerta! ¿Espeluznante verdad?—
—Ja ja ja, cómico del año— Dio un ligero golpe a las manos del contrario, estas estaban imitando una especie de garras —Me dio mucho más miedo la presentación que nos obligaron a hacer en once, bailar no es lo mío—
—Doy fe de ello—
—Tampoco puedes decir mucho, recuerdo el directo con Aga y Flex, ni yo soy tan tieso—
—¿Apostamos? Ve por los controles, haremos una competencia de baile— Prendió el televisor y alistó el juego —Just Dance nunca falla. Pasa— Movió la mano para que el de ojos bicolor le entregara un mando —¿Preparado para la humillación?—
—No sé, me lo dices luego de perder— Bailaron casi el minuto de una canción, luego se fue la luz —Me lleva la- ¿Sparta?— No podía ver nada —¿¡Sparta!?— Dio unos cuantos pasos pero se detuvo al sentir algo chocar contra su pie.
Leves susurros se hicieron más nítidos conforme se agachaba, el menor estaba en posición fetal mientras se balanceaba.
—No quiero, no quiero— Repetía con desesperación.
—Sparta, todo va a estar bien, creo que hay linternas arriba, tú tranquilo— El de ojos bicolor dio palmaditas en la espalda del chico.
—¡Raptor!— Se dio vuelta y lo abrazó con fuerza —No me gusta la oscuridad...— El mayor correspondió.
—A mi tampoco, mejor vayamos por esas linternas, ¿si?— Cuando se intentó levantar el castaño claro se lo impidió —Sparta, alguien tiene que ir por las linternas—
—No me dejes solito— Era demasiado extraño ver el lado infantil de Sparta, debía estar realmente asustado ¿Pero quién lo culparía? Después de tan desagradable experiencia en el supermercado era de esperarse.
Con mucha paciencia el mayor fue avanzando lentamente por las escaleras, el de ojos café se negaba a soltar su brazo, su agarre era tal que el mayor ya tenía marcas en su piel.
Llegando al último escalón un ruido proveniente de la ventana les erizó el cuerpo, Sparta solo atinó a correr, ni siquiera le importó llevarse a su amigo por delante.
—Sparta, espera— Dijo en un susurro. Ambos cayeron al suelo, el menor quedó entre las piernas y pecho del castaño oscuro —No hagas ruido— Seguía hablando en voz baja mientras tapaba la boca del contrario —Se fue—
—¿Seguro? Esa cosa es muy engañosa— Apenas se le entendía por la mano en sus labios —Raptor, ¿te quitas?—
—Si la quito vas a pegar un chillido y- ¡Ah!— El de ojos bicolor recibió una lengüetada en su palma —Que asco— Se limpió con su ropa.
—Te dije que quitaras tu manota—
—Igual ya llegamos, en mi mochila debe haber una linterna, es de las recargables—
—Lo más inteligente que haz hecho hasta ahora— Volvió a agarrar su brazo y lo siguió —Ahora que lo pienso, sería bueno que to guiara, tú no sabes como es mi- habitación...— El más alto se dio golpe seco contra el marco de la puerta —Inútil—
—Miedoso. Mi maleta deber estar... ¡Aquí!— Tomó la linterna y la encendió —¡Y se hizo la luz!—
—No deberías estar gritando, esa cosa estaba afuera—
—De hecho, mi querido Sparta— Apuntó la luz a la ventana —Era una ramita que empujó el viento, ¿ves?—
—¿Y este Raptor tan valiente de dónde salió?—
—Me gusta ser racional, y no te confundas, estoy cagado del miedo— Levantó su mano, estaba temblando. El castaño claro tuvo un leve impulso por poner su mano junto a la suya, se abstuvo —Solo que yo lo disimulo a la perfección, como cuando jugaba Outlast— Alardeó.
—Bueno, genio ¿Alguna idea para restaurar la electricidad?—
—Pues, sí, pero no te va a gustar—
—No estarás pensando en salir, ¿verdad?— El mayor se quedó callado —Raptor, no—
—Debe haber un fallo en algún poste o el la central eléctrica. No queda muy lejos—
—¡Esa cosa casi me mata, idiota!—
—¿Dije que tú irías?— El enojo del castaño claro se disipó —No pienso volver a ponerte en peligro—
—Volvemos al dilema de antes... ¡Prefiero morir contigo a vivir solo!— "Eso sonó muy extraño" Se dijo a si mismo mentalmente.
—Sparta, no. Iré yo solo y punto, no tengo planeado morir o que me atrape esa cosa—
—Los chicos tampoco lo tenían planeado...—
—¿Sabes qué me da risa? Que si te importo— Rio un poco para aliviar la tensión —¿Qué te parece si voy al mercado y agarro unas velas? Queda más cerca y es más seguro, tal vez incluso encuentre pilas para los walkie talkie que encontraste—
—Yo...—
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Como dije en la otra historia. Ando medio viva y medio ida XD
El semestre me dio muy fuerte y bueno... Cositas jajaja.
Espero subir caps y no dejar en hiatus por tanto tiempo las historias (Recen a su santo de confianza)
Se me cuidan, estimados.
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