17
Suspiró profundamente, mientras observo a Flor, ella me mira con resentimiento y odio, debe estar muy enojada conmigo.
—¿Cómo caíste? ¡Dinos ya! —comenta Sam, levantándose de su asiento y caminando hasta Flor.
Me levanto de la silla y me dispongo a irme de la cocina, caminó hasta la puerta y la abro.
—Flor esta hablando, al menos deja que terminé —añade mamá desde su asiento.
Volteo lentamente hacia atrás y miró a todos observándome extraño. Diego y Grace tan sólo se miran entre ellos, ellos no imaginan lo que esta por pasar.
Tomo asiento en mi lugar, tomo la cuchara de mi plato y empiezo a jugar con ella alrededor del plato.
—¡Flor habla!, ¿Cómo caíste? —mamá la ve confundida.
Flor mira a mamá, luego me mira a mi. Al fijar su mirada en mi noto furia en sus ojos.
—Daniel —susurra Flor en voz baja.
Abro los ojos del asombro al escuchar sólo esa palabra salir de su boca, pero tan sólo eso sirvió para que todos fijen sus miradas en mi.
—¿Daniel qué? —pregunta mamá mirando a Flor.
—¡Daniel me lanzo por las escaleras aquella noche! —Flor grita y luego se levantó de la silla para correr fuera de la cocina.
—¡Espera Flor! —Sam sale de la cocina detrás de Flor.
Intento no ver a mamá a los ojos, pero no lo logro, fijo mi mirada en ella y puedo sentir furia en su mirada.
—¡Daniel, quiero hablar contigo en tu habitación ahora! —mamá me grita un poco alto.
Algunas lágrimas salen de mis ojos y resbalan por mis mejillas. Sin voltear hacia atrás, salgo de la cocina para dirigirme hacia mi habitación.
—Señora Foster, tenemos que irnos, nos vemos luego —dice Diego desde la cocina.
Yo subo las escaleras delante de mamá, veo mi habitación y en la puerta se encuentra Progenito haciéndome señas de silencio. Paso a través de él y mamá entra detrás de mi, cerrando la puerta.
—¿Puedes explicarme que acaba de decir Flor? —pregunta ella, mientras camina de un lado a otro.
—No lo se mamá, no tengo idea de que habla Flor, tal vez tuvo un sueño o algo —le digo con lágrimas en los ojos.
Desvío la mirada de ella y miró hacia la ventana, Progenito me observa detenidamente.
—No se que creer, pero ya no es hora de discutir, debemos dormir, mañana vas a la escuela, yo voy por la abuela al hospital y tu padre va a trabajar.
Mamá camina a la puerta, la abre y voltea a verme una ultima vez y luego se sale de mi habitación dejándome solo con Progenito.
—Ten cuidado con lo que vas a decir —menciona Progenito detrás de mi.
Doy vuelta y lo veo fijamente, todo lo que pasa es su culpa, yo no la tire por las escaleras, lo hizo él.
—No tengo ni la menor idea de que decir, no se que voy hacer —le comentó, para luego lanzarme a la cama.
Cierro los ojos intentado dormir, intentando olvidar lo que acaba de pasar pero no puedo, cuando los abro veo a Progenito frente a mi.
—¿Sabes? ¡Hay una salida y lo sabes! —Progenito sonríe, luego de pronto se esfuma.
No, no pienso darle mi alma, no quiero morir, pero tampoco quiero que nadie mas muera y eso parece imposible con Progenito aquí. Aunque prefiero morir yo, antes de ver morir a alguien a quien quiero y aprecio mucho como Carlos, Flor, mamá, papá, la abuela o mis amigos.
La abuela esta herida por culpa de Progenito, ahora ella no tiene casa y vendrá a vivir aquí con el demonio que incendio su casa. Estoy pensando seriamente en hacer lo que Progenito pide, entregar mi alma, él dejaría en paz a mis amigos y mi familia.
***
—¡Le he dicho a mamá que te lleve al psicólogo! —Flor me grita y me estruja muy bruscamente.
Abro los ojos, estoy un poco asustado, creo que tengo que acostumbrarme a esto. Flor sera así desde hoy en adelante.
—¿Por qué? —le preguntó angustiado.
Ella se dispone a ir sin contestarme, sólo que voltea a verme enojada, camina hasta mi y me mira fijamente.
—Me arrojaste por las escaleras, dime ¿Por qué lo hiciste?
—Tal vez tropecé, tal vez te arroje sin querer, ya no importa, tu estas bien.
Me levanto de la cama y me acercó a Flor, me dispongo a darle un abrazo, eso siempre funciona cuando esta molesta conmigo, sólo que creo que hoy no.
Me toma del brazo y me lanza al suelo, por suerte Carlos entra a la habitación y me ayuda a levantarme.
—Tienes muchas preguntas que resolver —Carlos susurra, para luego salir al igual que Flor.
Suspiró un poco, quiero evitar que las lágrimas salgan de mis ojos, sólo que no lo logro, estas salen muy de prisa.
Me colocó mi uniforme, para luego salir de mi habitación, estoy triste, yo no quería que todo esto pasara, yo no pedí esto.
Frente a mi habitación esta un barandal, este me deja ver hasta la puerta principal. Veo que se abre y la abuela entra, después mamá. Al fin algo de que sentirme feliz.
Bajo las escaleras muy deprisa, lo único que necesito es un abrazo de la abuela, de mi abuela. Estoy por llegar a ella, pero justo antes tropiezo con algo que me hace caer al piso, creo que estoy sangrando.
—¿Daniel? ¿Éstas bien? —la abuela pregunta angustiada.
Volteo para ver con que me he tropezado, como lo esperaba, el pie de Flor.
—¡Mamá pienso que deberías llevar a Daniel a un centro de rehabilitación, es muy grosero!
Flor le da un abrazo a mamá, luego a la abuela, yo me dispongo a saludarlas también.
Flor trata de hacer que me lleven con un loquero, yo estoy bien. Si tan sólo supiera de la existencia de Progenito ella no hablaría así.
—¡No lo hagas! —le digo a mamá, acercándome a ella.
Le doy un abrazo enorme, justo en ese momento siento que Progenito controla todo mi cuerpo. No me puede pasar esto, no ahora.
Volteo involuntariamente a ver a Flor y me acerco a ella, la miró por breves segundos hasta que ella habla.
—¿Qué me ves?
Frunzo el ceño, sólo que no soy yo, es Progenito, él esta controlando mi cuerpo.
—¡No vuelvas a decir que me lleven al centro de rehabilitación! —le gritó fuertemente.
Me acercó mas a ella y le doy un gran empujón, ella cae al piso llorando, Carlos la ayuda a levantarse y corre hasta mamá.
—¡Si pudiera te vuelvo a lanzar por las escaleras! ¡Te lo mereces! —le gritó nuevamente o mejor dicho, Progenito le grita.
Estoy por correr hasta ella de nuevo, sólo que esta vez soy detenido por papá quien me sujeta con fuerza. Intento safarme de él, pero no lo logro, aunque yo no quiero hacer nada, Progenito si que quiere.
—¡Ya basta Daniel, llamare al doctor, si tengo que internarte lo haré, mi hijo no sera un grosero y golpeador!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro