Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

6

Bajo por las escaleras y justo en ese momento el timbre suena, veo a todos lados y nadie parece haber oído el timbre, yo ni loco abriré la puerta.

Subo las escaleras de nuevo y llego hasta mi habitación, alguien abre la puerta y miro para ver quien ha venido.

—¡Buenos tardes, enfermera Kinney! —añade Isabel, saludándola de beso.

—Buenas tardes Isabel, como lo prometí, aquí estoy para la sesión de Daniel —la enfermera Kinney fija su mirada en las escaleras, donde yo me encuentro.

Si no voy a saludarla pensara que he cambiado de actitud, así que bajo las escaleras de prisa y llego hasta ella.

—¡Hola! —añado sonriendo.

—Que gusto verte Daniel, ¿Listo para la sesión de hoy? —pregunta ella, dándome un abrazo.

Niego con la cabeza, agacho mi mirada, para causar un poco de lastima en ella.

—Bueno, vamos a la sesión —la enfermera me toma del brazo y me hace caminar hacia las escaleras.

Los dos entramos a mi habitación y tomamos asiento en el sofá, ella saca una pequeña libreta de su bolso.

—¿Cómo estás hoy? —pregunta ella, emocionada.

—Bien, algo aburrido, pero bien —le digo angustiado.

Ella asiente y anota algo en su libreta, yo comienzo a cansarme, tengo tantas ganas de ver a alguien sufriendo, que estoy pensando seriamente en hacer sufrir a la enfermera Kinney.

—¿Falta mucho? —le pregunto angustiado.

Ella niega con la cabeza, luego me mira a los ojos, yo rápido desvío la mirada a otro lado.

—¿Extrañas a Milena, Evelyn y Marcos? —me pregunta.

Yo niego con la cabeza, pues es obvio que no extraño a esas personas, mucho menos a Marcos.

—¿Por qué?

—Porque Marcos mató a Nadia, Evelyn ni siquiera me recuerda y Milena, jamás me cayó bien.

Me pongo de pie y me muevo de un lado a otro, algo que llama la atención de la enfermera Kinney, así que tomo asiento nuevamente en el sofá.

—Te noto diferente, ¿Estás bien? —la enfermera Kinney frunce el ceño y me mira.

—Claro que estoy bien, estoy en mi casa, con mi familia y por desgracia con mis amigos —comento en voz baja.

—¿Por desgracia?

—Lo siento, quise decir suerte —le digo sonriendo, falsamente.

Ella anota algunas cosas en su libreta, yo respiro hondo y la miro fijamente.

—Bueno Daniel, creo que será todo por hoy, te veo algo distraído y diferente, será mejor que regrese otro día —menciona ella y se pone de pie.

—Nos vemos luego enfermera —agrego emocionado.

Ella sale de mi habitación y yo la sigo, me detengo en las escaleras y la sigo con la mirada hasta la puerta, donde se despide de Isabel.

—¿Tan pronto termino tu sesión? —pregunta Tony junto a mí.

Asiento con la cabeza, volteo a verlo y camino detrás de él hasta su habitación.

Allí se encuentra Pablo, Ángel y Omar, los miro a todos y sonrió, puedo notar que Omar siente miedo, por mi presencia.

—No te mataré Omar, tan sólo fue un accidente —le digo, para luego comenzar a reír.

—Lo sé, Pablo me dijo que no serias capaz de matar a alguien —dice Omar mirando a Pablo.

Un profundo silencio inunda la habitación, todos nos miramos entre sí, claro que soy capaz de matar a alguien, incluso a todos en esta habitación.

—Bueno ya cambiemos de tema, vamos a jugar a un videojuego —añade Tony caminando hacia su televisión.

Yo tomo asiento en la orilla de la cama, veo a los tres e imagino maneras de poder acabar con todos ellos, sólo tengo que esperar un poco, para comenzar con una matanza.

—Yo primero —añade Pablo corriendo hacia la televisión.

Le pongo el pie y él cae al suelo, veo que la televisión se mueve y está por caer, por desgracia Tony y Omar la alcanzan y evitan que caiga.

—Por poco —susurro evitando reír.

Todos me miran con susto en su rostro.

***
Narra Carlos.

El timbre suena y rápido corro a la puerta a abrir, veo a Isaac del otro lado, el cual entra de inmediato.

—¡Buenas tardes señora Martha! —añade Isaac caminando detrás de mí.

Martha le regresa el saludo y los dos caminamos a mi habitación, cierro la puerta y camino a mi cama.

—¿Seguro que él sabe? —pregunta Isaac confundido.

—Si, él te reconoció, sabe perfectamente que lo dañaste en aquella oficina —le digo preocupado.

Él me observa asustado, tan sólo camina de un lado a otro por toda la habitación.

—Yo no quiero morir, no asesinado por un demonio en el cuerpo de tu hermano —menciona Isaac asustado.

—Calma, con tu ayuda intentaremos ayudarlo —agrego tomando la laptop.

—¿Cómo? —pregunta Isaac, tomando asiento junto a mí.

Yo abro el navegador y tecleo la palabra "Exorcismos"

—Con esto —susurro señalando la pantalla de la laptop.

—Algunas veces esas personas fingen exorcizar sólo para ganar dinero —añade Isaac angustiado.

Cierro la laptop y la coloco junto a mí, me pongo de pie y verificó que Martha no esté cerca de la habitación.

—¿Qué podemos hacer entonces? —le pregunto confundido.

—Lo mismo que la otra vez, ahora no tendremos a Progenito de sorpresa, ya que él está disfrutando al límite su vida en el cuerpo de tu hermano.

Me quedo pensativo un rato y asiento con la cabeza, es una gran idea, ¿Cómo no la pensé antes?

Abro mi laptop y busco la iglesia a la que fuimos hace tiempo, rápido aparecen varias noticias del sacerdote asesinado, también aparece una que llama mi atención.

—¡Ha llegado un nuevo sacerdote! —añado en voz alta.

La puerta se abre de golpe, Martha nos observa con confusión en el rostro, yo siento miedo al no saber que decir.

—¿Sacerdote? —pregunta Martha confundida.

—Si, estamos viendo una película —añado en voz baja.

—Oh lo siento, ya casi esta lista la comida, para que bajen a comer —menciona ella, para luego salir de mi habitación.

Sonrió un poco, Isaac de igual manera, miro la computadora detenidamente, leyendo la nota.

—Tenemos que ir con el sacerdote Ted —Isaac menciona.

Asiento con la cabeza, los dos nos ponemos de pie y salimos de mi habitación.

Caminamos a la puerta y la abrimos, justo en ese momento escucho la voz de Martha, llamándome para comer.

—¡Ya vamos! —añado en voz alta.

Isaac y yo cerramos la puerta y caminamos al comedor, Martha ha colocado nuestros platos en la mesa.

—Disfruten chicos —añade Martha sonriendo.

Tomo asiento y me dispongo a comer, no dejo de pensar en que tengo que ir con el sacerdote Ted, tal vez sea el único que pueda ayudar a Daniel.

—¿Están bien? Los noto, muy pensativos —Martha menciona sonriendo.

—Estamos bien —susurra Isaac, continuando con la comida.

Yo tan sólo asiento con la cabeza, no puedo dejar de pensar en ese sacerdote, el cual se llama Ted.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro