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22

Narra Progenito.

Fijo mi mirada en Isabel, quien entra a mi habitación y camina a abrir las cortinas de la ventana, por la cual entra demasiada luz.

—¿Qué haces? —pregunto poniéndome de pie.

—Es hora de levantarse Daniel, vamos, baja a desayunar —menciona Isabel, para luego salir de mi habitación.

Camino hacia la ventana, miro por ella y logro ver a algunas personas caminar por la calle.

Una gran sonrisa se dibuja en mi rostro y camino hacia la puerta, salgo de ella y bajo por las escaleras.

—¡Quiero dormir más! —escucho la voz de Tony.

Sonrió un poco y entro a la cocina, tomo asiento en la mesa y fijo mi mirada en mi plato.

—He preparado Hot Cake para el desayuno, disfruta Daniel —añade Isabel sonriendo.

Comienzo a comer, segundos después Tony entra a la cocina y toma asiento junto a mí.

—Vamos desayunen, no quiero que se les haga tarde para la escuela —menciona Isabel un poco enojada.

***
Narra Carlos.

El auto de Martha se detiene fuera de la escuela, miró a Martha fijamente por algunos segundos.

—¿Pasa algo? —pregunta Martha confundida.

—No, es sólo que te quiero mucho, ¿Sabes? —me acerco un poco a ella y le doy un fuerte abrazo.

—Lo se Carlos, anda baja que se te hace tarde —sonríe Martha, señalando la escuela.

—Adiós, nos vemos luego —le digo y bajo del auto.

Respiro hondo y camino hacia la puerta principal, como es costumbre la directora y la maestra de Daniel se encuentran dando la bienvenida a la escuela.

Abro los ojos del asombro al ver a la enfermera Kinney y Jazmín en la dirección.

—¿Ustedes?, ¿Qué hacen aquí? —les pregunto, mientras me acerco a ellas.

—¡Hola Carlos! Hemos venido a traer a Milena, no quiso venir con su madre, así que aquí estamos nosotras —menciona la enfermera Kinney sonriendo.

—¿Qué?, ¿Milena está aquí?

Jazmín y la enfermera Kinney asienten con la cabeza y señalan a Milena, quien entra a un salón de clases.

—Nos vemos luego —les digo y me alejo.

Camino a paso veloz hacia el salón de Milena, al verme, ella rápido se levanta de su asiento y camina hacia mí.

—¡Carlos, que gusto verte! —menciona ella dándome un abrazo.

—El gusto es mío Milena, venía a verte para decirte que no le digas a Daniel que estuve en el centro de rehabilitación, ¿Podrías hacerlo?

—Claro Carlos, no le diré nada —susurra ella, para luego alejarse a su lugar.

Yo sonrió y doy media vuelta, comienzo a caminar en dirección a Isaac.

—Hola —le digo sonriendo.

Él me señala hacia la puerta, por la cual se encuentra Tony y Daniel entrando. Respiro hondo y nos disponemos a alejar de él.

***
Narra Progenito.

Observo con odio a Carlos e Isaac que se alejan rápidamente de mí, respiro hondo y fijo mi mirada en la enfermera Kinney y Jazmín que se acercan a nosotros.

—¡Daniel! —agrega la enfermera mirándome.

Me acerco a ella fingiendo felicidad y la saludo, luego me aparto de ella muy confundido, ¿Qué se supone que hace aquí?

—¿Que hace aquí? —le pregunto lleno de confusión.

Veo que Tony se aleja caminando junto a Pablo, Omar, Carmen y Beth.

—Hemos venido a traer a Milena, no quiso que su madre la trajera, así que venos aquí —dice Jazmín sonriendo.

Abro los ojos del asombro, ¿Cuándo salio Milena del centro? Observo a la enfermera más confundido de lo que estaba, pero el timbre suena y tengo que ir al salón.

Jazmín y la enfermera se alejan y yo me acerco al salón, al cual entro rápidamente y tomo asiento en mi lugar.

La maestra entra al salón y comienza con la clase, yo en lo único que logro pensar es, en que Milena está aquí.

—¡Chicos saquen sus cuadernos! —grita la maestra.

Rápido saco mi cuaderno y lo coloco en mi banca, respiro hondo y espero que pronto acabe esto.

***

Miro fijamente a Tony, Pablo, Omar, Carmen y Beth, todos nos encontramos sentados en la banca, la cual siempre solemos usar.

Desvío mi mirada de estas personas y la fijo en Milena, quien camina hacia la biblioteca, me pongo rápidamente de pie y corro hacia ella.

—¡Milena! —le grito en voz alta.

Ella voltea a verme, un poco de felicidad se dibuja en su rostro y me da un fuerte abrazo, lleno de cariño, lo cual a mí no me gusta.

—¿Cómo has estado, Daniel? —pregunta Milena sonriendo.

—Bien, creo —susurro en voz baja.

Ella me toma del brazo y me hace caminar, yo rápido quito su mano de mí.

—Hace dos días Carlos fue a visitarme al centro, ¿Lo sabias? —me pregunta confundida.

—¿Carlos fue a visitarte?, ¿Para qué? —le preguntó enojado y sorprendido.

—Me hizo varias preguntas sobre ti, algo que me confundió totalmente —añade ella preocupada.

Me quedo pensativo, no entiendo nada, ¿Por qué hizo Carlos eso?, ésta es una pregunta que tan sólo Carlos puede responderme.

—Tengo que irme, nos vemos luego —le comento a Milena y me alejo.

Camino hacia el salón de Carlos, por desgracia él no se encuentra allí, ¿Dónde demonios, está?

Una sonrisa se dibuja en mi rostro, cuando veo a Isaac entrar al baño, rápido apresuro el paso hacia allá, tengo que sacarle información.

Abro la puerta de golpe e Isaac voltea a verme asustado, yo tan sólo le sonrió de oreja a oreja.

—Ya me enteré que hicieron una pequeña visita a mi hogar temporal, ¿A que fueron? —le grito enojado.

—¿De qué hablas? —pregunta Isaac dando pasos hacia atrás.

—Seguro que no sabes, porque yo apostaría el cuerpo de Daniel a que si sabes —le digo y lo tomo del cuello.

Veo que intenta sacar algo de su bolsillo, así que lo tomo de las dos manos, impidiendo que saque, lo que quería sacar.

—¡Yo no hice nada Progenito, no me hagas daño! —grita Isaac asustado.

Yo comienzo a reír y le doy un golpe en el rostro, su nariz comienza a sangrar, así que lo vuelvo a tomar del cuello y lo presiono.

—Dime, ¿Qué es lo que traman? —le pregunto, para luego darme un golpe.

—No te diré nada, no traicionaré a Carlos —susurra Isaac evitando llorar.

Me alejo un poco de él, tomo un bote de basura y le lanzo todo lo que hay en su interior, lo parto por la mitad y tomo un trozo que termina en punta y lo coloco en su cuello.

—Dime, o no vivirás para limpiarte eso —le digo enojado.

Isaac asiente con la cabeza, yo suelto el bote y él se pone de pie, me mira con su ojo hinchado y sangrado.

Verlo así, me recuerda tanto a Ángel, cuando ocasione que lo atropellaran, cierro mis ojos un momento y logro recordarlo.

Al abrirlos Isaac intenta lanzarme agua bendita, yo lo tomo de su mano y él suelta el agua bendita que cae al suelo.

—¡Dime, es tanto trabajo hacerlo! —le grito y vuelvo a darle un golpe.

—Carlos irá hoy a decirle todo a Isabel, es lo único que sé, no me mates por favor —agrega Isaac cayendo nuevamente al suelo.

Doy media vuelta y camino a la puerta del baño, salgo corriendo y volteo hacia mis alrededores, no logro ver por ningún lado a Carlos.

Si piensa que podrá decirle todo a Isabel, está muy equivocado, primero lo asesino.

Veo que Tony y sus amigos me indican que vaya con ellos, me dispongo a acercarme a ellos, desvío mi mirada un momento, viendo como Carlos entra al baño, donde encontrará a un herido Isaac sobre el suelo.

Fijo mi mirada unos segundos en el baño, veo como Carlos sale asustado de ellos, tan sólo observa a todos lados, pues no debe saber que hacer al encontrar a su amigo golpeado.

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