8
Caminó en dirección al orfanato lleno de miedo, el rostro de Carlos diciéndome que me vaya llega a mi mente, espero que él este bien y que Progenito no le haya hecho daño.
Volteo a ver a Tony, él camina con una sonrisa en el rostro, él no tiene ni la menor idea de lo que pasa en mi vida, él vive su vida feliz sin saber lo que pasa en la mía.
Una pequeña sonrisa se forma en mi rostro al ver el orfanato, Tony y yo corremos hasta el, entramos y rápidamente vemos a la Sra. Silvia. acercándose a nosotros.
—Daniel, qué gusto verte por acá, ¿Qué se te ofrece? —pregunta ella en un tono amable.
—Hola Sra. Silvia, venimos a ver a Martha, ¿Podemos verla?
La Sra. Silvia asiente con la cabeza, toma mi mano y comienza a caminar por una puerta, Tony y yo tan sólo la seguimos, abre una última puerta y logro ver a Martha sentada en un sofá.
Corro hasta ella y le doy un fuerte abrazo, Martha me mira con confusión en el rostro, al igual que Tony y la Sra. Silvia.
—Si necesitan algo, estaré en la entrada —la Sra. Silvia sale, cerrando la puerta.
—Daniel, ¿Qué haces aquí? —me pregunta Martha asombrada.
Miró a Tony por algunos segundos, él se aleja un poco, dejándome hablar a solas con Martha.
—Vengo a decirte algo —suspiró profundamente, Martha me observa con angustia en el rostro—. Carlos está por salir del centro de rehabilitación, ¿Él podría vivir contigo? —le preguntó algo nervioso.
Ella me mira, yo la miro, un profundo e incómodo silencio hace presencia, Martha parece estar pensando las cosas.
—Claro, me encanta la idea, además no quiero quedarme sola después de que este orfanato deje de existir —Martha me da un abrazo y yo lo recibo con gusto.
Cierro los ojos y por un momento veo a Carlos viviendo con Martha, él estará muy feliz y yo también.
—Te arrepentirás de todo esto —escuchó la voz de Progenito.
Abro los ojos mirando en todas direcciones, Progenito se encuentra detrás de Tony, está a punto de hacerle daño.
—¡Tony vamos! —corro hasta él y lo jalo hasta Martha—. Hay que darle la buena noticia a Carlos.
Progenito se ha esfumado, mi trabajo está hecho aquí, ahora creo que deberíamos ir a casa de Ángel lo que resta del día.
—¿Iremos con Ángel? —pregunta Tony confundido.
Asiento con la cabeza, mientras nos dirigimos a la puerta, toco la manija para abrirla y siento lo caliente que está.
—¡Auch!
Me retiró de la puerta, Tony hace lo mismo que yo, Martha intenta abrirla y también recibe una quemadura.
—¡Oh dios! El orfanato se quema —grita Martha alejándose de la puerta.
Abro los ojos del asombro y caigo al suelo, recuerdo aquel día, el día en que Progenito incendió mi hogar, cierro mis ojos lentamente y una oscuridad me invade.
***
Flor, Carlos y yo subimos las escaleras rápidamente, la mejor opción en medio de este incendió es salir por una ventana.
—¡Ayuda! —grita Flor, pues Progenito la ha tomado del brazo y la estira hacia el fuego.
—¡Flor!
Carlos y yo la tomamos fuertemente, no dejaremos que muera. Progenito es más fuerte que nosotros y lanza a Flor por las escaleras, Carlos y yo somos testigos de cómo cae hasta llegar al final.
—¿Está muerta? —preguntó mirando a Carlos.
Miró el cuerpo de Flor, sangre empieza a salir por sus orejas y segundos tan sólo después un gran trozo de madera cae encima de ella.
—¡Vamos Daniel, tenemos que salir! —Carlos estira mi brazo.
Llegamos hasta mi habitación, Carlos trata de abrir la ventana, pero al parecer no puede.
—¡Carlos no podremos salir!
—¡No digas eso Daniel! Yo te ayudaré a salir.
Carlos me estira y salimos de mi habitación, llegamos hasta su habitación e intenta abrir la ventana.
Carlos lanza su computadora por la ventana y el vidrio se rompe dejando libre una salida.
—¡Anda, sal tu primero!
Subo a la ventana, el fuego empieza a entrar a la habitación. Progenito aparece detrás de nosotros.
—¡Sálvate tu Daniel! —Carlos me lanza por la ventana.
Abro los ojos lentamente, Martha y Tony se encuentran junto a mí, puedo ver a Martha con un trozo de algodón que huele mucho a alcohol.
—¿Dónde estoy? —preguntó realmente angustiado.
—Estamos en el orfanato Daniel, estamos atrapados —Tony menciona para luego comenzar a llorar.
Me pongo de pie y caminó a la puerta, estoy por tocar la manija, pero soy detenido por Martha.
—Cuidado, está demasiado caliente.
—¿Cómo vamos a salir? —preguntó asustado.
Observó a Tony y Martha, tengo miedo, esto me recuerda tanto a aquel día, aquel terrible día en el que perdí a mi familia.
Recuerdo que Carlos lanzó su computadora por la ventana, por ahí él salvó mi vida, gracias a él estoy vivo.
—Salgamos por la ventana, rápido —corro hasta la ventana y me doy cuenta que está cerrada y no se puede abrir.
Martha toma una silla y la lanza por ella, veo como los trozos de vidrio caen al suelo, Tony sale, luego yo y al final sale Martha.
Los tres corremos hasta la puerta principal del orfanato, todo está en llamas, puedo escuchar los gritos de todos dentro.
—Mamá no sabe que estamos aquí, le dije que estaríamos en casa de Ángel —Tony comienza a llorar, mientras camina de un lado a otro.
Martha nos observa preocupada, se agacha un poco para estar a nuestra altura y nos da un abrazo.
—Vayan a casa de Ángel, yo me quedaré aquí, vayan no quiero que los castiguen —Martha trata de acercarse a la puerta.
Una gran explosión se escucha, Tony y yo corremos por la calle, tratando de llegar a casa de Ángel.
***
Toco la puerta dos veces y la puerta se abre de inmediato, Ángel nos observa con una sonrisa marcada en el rostro.
—Creí que llegarían más temprano, bueno no importa, pasen —Ángel se hace a un lado, dejándonos pasar.
Tony y yo caminamos lentamente, tratando de calmarnos, veo a Sam, Grace y Nadia sentadas en el sofá.
—¿Ustedes están aquí? —preguntó un poco confundido.
—Ángel nos invitó, dijo que vendrían —Nadia se pone de pie y me da un abrazo.
Sonrió grandemente, hoy he sobrevivido por segunda vez a un incendio, debo estar feliz, pero eso es muy difícil después de todo lo que ha pasado.
No dejo de pensar en el incendio en el orfanato, sé muy bien qué Progenito lo ocasionó, él quiere asesinarme, yo no puedo permitir eso, estoy comenzando a creer que es hora de contárselo a alguien.
—¿Estás bien? —Sam se acerca a mí y yo tan sólo asiento con la cabeza, mientras caminó hacia el sofá y tomó asiento.
Tony no parece afectado por lo que vio, él sigue con su vida normal, de hecho, ahora juega con Ángel y Grace.
Miró hacia la ventana, Progenito me observa fijamente desde allá, algunas lágrimas caen por mis mejillas, rápido las limpio para que nadie se dé cuenta de que he llorado.
Me acercó a Ángel, Tony y Grace, jugar con ellos debe servir de algo, ya que miro a Tony demasiado despreocupado.
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