XI
Estaba impaciente, emocionado, gritando a todo pulmón. Ya iba a graduarse, ya iba a ser libre y ver y abrazar a su Taehyung. Ya no sólo podría presenciarlo, también tocarlo. Por fin, después de tanto tiempo, de toda una infinidad de tormentos y necesidad, podría hacerlo. Le había mandado una carta a su madre, pidiendo con toda la dulzura que era capaz, que arreglara el cuarto de la azotea. ¡Obvio que Taehyung no iba a seguir viviendo en el bosque! ¡Se iría a vivir con él! Si su madre le decía que no, él escondería al peligris en su armario. No planeaba separarse de él de nuevo. Ya no más. Nunca volvería a haber una distancia, se lo juró a sí mismo.
Cuando escuchó al cartero depositar las cartas en su puerta, fue corriendo hasta ahí. Se quedó sorprendido. No sólo había una carta, sino dos. Frunció el ceño. Tomó ambas entre sus manos y las miró. Supo de inmediato cuál era de su madre. Siempre había respondido con un aburrido sobre blanco. Decidió abrirlo primero.
"Jungkookie, no sé para qué quieres el cuarto, pero tenlo por hecho. Espero que no hagas locuras. Por favor, dime de qué se trata.
Tu mamá."
Corto. Típico de ella. Dejó a un lado la carta de su mamá y vio con curiosidad la otra. Era un sobre lila, con varias estrellas y su nombre en grande con una desconocida pero hermosa letra. Frunció el ceño. ¿De quién era? Decidió descubrirlo. Con una gran delicadeza abrió el sobre y sacó un papel azul. Sus ojos se anegaron en lágrimas al empezar a leer el contenido.
Era de Tae.
"Los deseos de un amor son indescifrables, así como es indescriptible lo que siento por ti. No es cariño, no es admiración, no es amor. Es mucho más que eso.
Lanzo besos al aire, pidiéndole a éste con dulzura que los deposite en tus labios rosas. Recito mensajes a la luna, esperando que ella te los repita cuando duermas. Creo dulces imágenes, pidiéndole a Morfeo que te las haga soñar. Aguardo con impaciencia, deseando que llegue ya el momento de nuestro encuentro.
Añoro nuestros momentos juntos. Envidio a las felices parejas que por este maldito bosque van paseando e imagino con dolorosa esperanza que somos nosotros. Fría era la noche cuando te fuiste. Lejano se volvió el recuerdo de tu sonrisa y grande fue el deseo de tocarte.
¿Estamos condenados a estar lejos? Lamento haberte arrastrado al infierno que es mi vida. ¿Puedes amarme? Hagámoslo mutuamente. Quiero tocarte, no me importa si me es dañino, quiero besarte, qué interesa lo que digan. Te quiero, sin importar las circunstancias. Por favor, permanece a mi lado, al menos hasta que no me pueda resistir y te bese apasionadamente para después desaparecer. Recuérdeme mientras ves el bosque. Habré de dejar de existir en este infame mundo, pero te juro que siempre en tu corazón viviré hasta que decidas echarme."
Su corazón latía desbocado y sus mejillas se empaparon con saladas gotas de agua. Abrazó la carta con fuerza, aferrándose como si de eso dependiera su vida. Luego de unos segundos, frunció el ceño y volvió a leer el poema. Se dio cuenta que al iniciar, había una clara y conocida señal de que la pluma no había querido pintar, como sucede cuando recién las compras.
¿Pueden volver a leer lo último que he narrado, por favor? ¿Alguien se dio cuenta?
En efecto, la pluma con la que se escribió el poema era nueva, al igual que todo lo demás. ¿Y qué significaba eso?
Jungkook se tuvo que agarrar de la pared para no caer. Se puso pálido. Las lágrimas se volvieron a formar en sus ojos. ¿Cómo demonios había sido capaz de hacer eso? ¿Acaso quería matarlo del susto? Bien, lo estaba logrando. Estaba horrorizado. Taehyung no pudo haber sacado las cosas que tenía en su mano por arte de magia, había tenido que salir del bosque. El color de su piel se volvió aún más blanco. ¿Y si lo habían tocado en el trayecto? ¿Y si cuando regresaba, ya no había nadie que lo esperara con una sonrisa cuadrada? Su corazón dolió mucho.
-Kim Taehyung, te juro que te voy a matar si estás muerto...
Dobló con mucho cariño y cuidado esa preciada carta y la metió en su sobre, para luego guardarlo en una caja decorada también con estrellas. No sabía si reír o llorar. Estaba tan contento por el hecho de que Taehyung se había arriesgado a desaparecer tan sólo para hacerle saber que lo extrañaba, que lo amaba. Por otro lado, estaba encolerizado y aterrado por el acto del peligris. Sí, había estado hermoso y todo, sin embargo, lo único que le importaba a Jungkook era el hecho de que su espiritual amigo estuviera a salvo. Moriría si Taehyung desaparecía. Se volvería loco. Es que Dios, perder al amor de tu vida por un "te extraño"... Aunque no es un simple "te extraño", es ese "te extraño" que tanto había esperado, ese "te amo" que más había deseado. Había usado cada 11:11 del reloj para que su sueño se cumpliera, cada estrella fugaz, cada deseo de sus solitarios cumpleaños... todo lo "mágico" que existiera, seguramente Jungkook ya lo había utilizado para poder cumplir su utopía. Y por poco pierde lo que más ama, por más que le hubiera rogado a Dios que le protegiera. Estuvo a nada de no volver a ver esa bonita sonrisa cuadrada... pero nadie le aseguraba que no lo hubiera hecho ya. Taehyung había llegado bien hasta el correo, pero ¿y de regreso? ¿Y si un niño, queriendo jugar, lo había tocado? Respiró profundo. Tae le había prometido que lo esperaría siempre, que se reencontrarían. Y a pesar de haber sufrido varias decepciones con las promesas, le creyó.
Espera un poco más, mi dulce Taehyung. Más te vale no haber muerto, porque ya voy a tu encuentro.
…
Tarde otra vez, se está haciendo costumbre :")
Amo esta historia. Por eso me es tan penoso dar el anuncio de que estamos técnicamente a nada de terminar esta corta historia. Llevo más de un año cambiando algunas cosas y aguardando impaciente para compartirla. Todo tiene una razón, inocentes palomitas.
En fin. En otras noticias, ¡ya he comenzado a subir la segunda temporada de "¡No Soy Un Alfa!"! No pude aguantar más, deseaba seguir con la familia Kim y los nuevos integrantes.
Ya es tarde, así que me iré a dormir o escribir un rato. ¡Nos leemos pronto!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro