Se estaba muriendo. No podía ser verdad. No debía ser así. No se hubiera esforzado tanto. Debió haber reprobado. Quería gritar, romper algo, llorar; pero no hizo nada. Tan sólo se retiró y se fue a su pequeño departamento. La rabia inundó su ser apenas cerró la puerta. Le habían dado cinco años más de beca. Por ser el mejor en el instituto le habían dado ese mal nombrado premio.

Con las manos temblorosas sacó un saco de box, lo colgó y, sin molestarse en vendar sus manos, se puso a golpearlo con fuerza. El dolor que sentía era nulo a comparación del vacío en su joven corazón. ¿Por qué la vida lo quería separar de su Tae? Lanzó un grito lleno de rabia, como si así pudiera sacar aquel horrendo nudo atorado en su garganta y golpeó con tanta fuerza el saco, que lo arrancó del techo. Con rapidez silenciosas lágrimas recorrieron esas rosadas mejillas.

Injusto.

Con rabia pasó su antebrazo por su rostro, secando con rudeza esas pequeñas gotas saladas. Tomó una pluma y papel y con manos inseguras, se puso a redactar una nueva carta para su amigo peligris. Le pediría disculpas. Le pediría que no le olvide.

Su cabeza dolía como el mismo infierno. Sus ojos pesaban mucho. Su corazón estaba comprimido. Y, como cereza del pastel, estaba lloviendo. Un cuadro perfecto de cómo se sentía.

...

Un año.

Llevaba sin tener noticias del peligris por un año completo. Había pasado un año desde que le dieron la noticia de que habían alargado su beca y no le habían concedido vacaciones. Además, por más que quisiera e intentara, sus calificaciones no disminuían. Sus malditos hábitos y deseos de perfección no se lo permitían. Y el temor de decepcionar a su madre menos.

Un tropiezo lo sacó de sus pensamientos. Cerró los ojos, ya resignado a sentir el frío y húmedo suelo, pero un brazo lo tomó por la cadera y no lo dejó caer.

-hey, ¿estás bien?

El castaño asintió, separándose suavemente de aquel chico que había estado evitando durante su estadía.

-estoy bien, YoonGi. Gracias.

Y, sin más que decir, volvió a caminar, bufando al escuchar pasos al compás de los suyos.

-oye, ¿te molesta si te acompaño?

Jungkook no dijo nada, siendo respuesta positiva para el pelimenta.

-deberías descansar, Jungkook. Te ves muy cansado. ¿Te encuentras bien? Me preocupas mucho.

Las últimas palabras se le habían escapado. Para colmo, habían salido demasiado melosas. Pero Jungkook no se dio cuenta. Era ciego en lo que respectaba a los sentimientos del pelimenta.

-estoy bien.

YoonGi empezó a hablar sobre la importancia de descansar y no tomarse tan en serio los estudios. Que no debía ser perfecto y bla bla bla.

El castaño había dejado de escuchar a su acompañante.

Tae...

Extraño... a Tae...

Quiero tocar... a Tae.

¿Por qué no se me permite esa bendición?

V... mi V.

Las pequeñas gotas de lluvia bajaron por su rostro, ocultando con profesionalismo una lágrima rebelde que había escapado de sus preciosos orbes marrón.

......

No me había dado cuenta que este capítulo era tan corto, pero no pienso alargarlo. Me gusta así.

Contaré mi día aunque a nadie le interese xd. Hoy un chico me dedicó una canción y nooo, casi me pongo a llorar xd. Es lindo que alguien te aprecie y que te haga sentir menos solo. Creo que necesito un psicólogo, pero decirle a mi mamá sería extraño. Ella cree que soy muy feliz y sana, pero ¿cómo le explico que hay veces quee dan mini ataques de ansiedad? Bueno, eso es todo. Chau bye.