III
El tiempo pasaba más y más rápido. Jungkook ya contaba con 12 años. Una edad muy agitada para él. Había entrado a secundaria. Con orgullo fue a mostrarle su uniforme a V, quien lo halagó. Jungkook tenía que escaparse de casa algunas veces para ver a su amigo. La tarea y trabajos eran un horror. Tae era su vía de escape de ese mundo tan atareado. Simple y sencillo: era su salvación.
Pero no siempre todo es de color rosa.
Cierto día, V se encontró a su amigo llorando. Se quitó la máscara y con delicadeza lo tocó con ésta.
-hey, ¿qué pasa, Kook?
Lo que el mencionado más quería en ese momento era abrazar a Tae. Y, al recordar que no podía hacerlo, se puso a llorar más fuerte.
-m-me voy a... me voy a ir... a-a Estados Unidos... T-TaeTae, no quiero irme a Estados Unidos...
-hey, Kook. Mírame. No, no agaches la mirada. Mírame.
Por fin alzó la vista y se encontró con el hermoso rostro preocupado de su amigo. Su llanto disminuyó tan sólo por el simple hecho de ver por fin con mayor detalle el rostro de V. Perfecto. No había otra palabra que lo describiera mejor.
-eso. Ahora dime, ¿por qué te vas a ir a Estados Unidos?
-m-mis calificaciones fueron las mejores... Y-y... decidieron darme una beca allá... n-no quiero ir... p-pero mi mamá ya firmó el acuerdo...
Al peligris le dolió el corazón, pero puso una sonrisa. Una sonrisa que el menor consideró la más bonita y extraña. Una sonrisa que le hizo calmar un poco más su llanto.
-y... ¿por cuánto tiempo te vas?
El menor se quedó callado, dándole una tortura a V.
-por un año... quizá uno y medio...
La sonrisa del peligris se deformó un poco.
-un... ¿un año?
El castaño bajó la mirada y asintió.
-oh...
No dijeron más. No querían separarse.
El destino no cumple peticiones.
-ven, vamos a dar un paseo.
El castaño sonrió tristemente y tomó la máscara que el peligris le extendía. Como si de una pareja se tratase, caminaron por el hermoso bosque. Mas, en el momento más tranquilo, una voz se hizo presente y un espantoso espectro les cortó el paso.
-V, ¿qué demonios haces con un humano?
El mencionado suspiró.
-camino con él.
-eso lo veo, no soy ciego. Me refiero al porqué.
-porque es mi amigo.
El espectro se quedó pasmado. Dirigió su mirada a Jungkook, quien se escondía detrás de Tae.
-te juro que si lo tocas, te encontraré y te voy a comer.
Jungkook soltó un jadeo de horror. A pesar de llevarse bien con V, aún le aterraban los espíritus y fantasmas.
Tae, enojado con el espíritu contrario por haber asustado a su amigo, chifló muy fuerte, haciendo que el contrario aullara del miedo, se convirtiera en una liebre y se fuera saltando.
-no te preocupes, Kook. Puede que se vea intimidante, pero no puede ni matar una mosca.
El castaño le sonrió y Tae procuró recordar cada línea, cada detalle de ese lindo rostro. No quería pasar por alto nada.
-hey, ¿qué tanto miras?
V sonrió apenado. Jungkook captó esa escena con sus ojos como si fuera una cámara.
-oh, por cierto. Ven. Quiero darte algo...
El peligris ladeó la cabeza, curioso. Jungkook jaló de la máscara a su amigo. Lo llevó a un montón de hojarasca y le dijo:
-cierra los ojos.
El peligris sonrió y cerró sus ojos. Después de unos segundos, sintió como algo se enrollaba en su cuello y le ponían algo en la cabeza y sobre los hombros.
-ábrelos.
Lo hizo. Se encontró con un bonito conjunto de ropa de invierno hecho a mano. A excepción de la bufanda.
-La bufanda es mía. Es para que tengas algo mío en mi ausencia. Lo demás lo tejí. La verdad, tejer es más difícil de lo que parece.
El peligris rió.
-lo siento... yo... no tengo nada que darte...
-no importa. No era el propósito.
V se sintió un poco mal. De repente recordó el colgante que traía. Se lo quitó y con cuidado de no tocar al castaño, se lo puso en el cuello.
Perfecto.
-bien, tuve que improvisar. Pero de verdad espero que te guste. Es el único recuerdo de lo que alguna vez fue mi humanidad. ¡Oh! Cierto. Tengo algo más que darte.
-¿en serio?
Tae le puso la máscara con delicadeza a Jungkook y besó su nariz. Hubiera besado sus labios, pero la máscara no cubría esa parte del rostro.
El castaño estaba colorado como una fresa. Sonrió con pena y se quitó la máscara, haciendo el mismo acto que el peligris.
Así fue su último día juntos. Tendrían que esperar un año y medio, tal vez, para volver a verse. Y con ese tierno y lindo acto, sería más complicada la espera.
.....
Dos de la mañana y yo apenas recordando subir esto. Meh, la verdad no hay problema xd, literal no hay nadie que me reclame y eso está genial, mi día ha sido un desastre.
Este es uno de mis capítulos favoritos. Las separaciones nunca son lindas cuando quieres a la otra persona. Kook debe ser fuerte por ambos y sonreír mucho mientras espera. Sólo eso habrá entre ellos. El mar y el tiempo, pero siempre bajo la misma Luna.
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