XVIII
Gracias a la abundante contaminación que es incluso respirable, apenas se distingue el amanecer entre las nubes. Esto le da al cielo una tonalidad rojo sangre, aunque algo menos intenso. La catástrofe ha hecho colapsar varios ecosistemas también, no me cabe duda de ello.
Con el cielo sobre nosotros teñido de rojo, avanzamos sin mucha prisa pero tampoco lentos por escombros de edificios. ¿Qué es lo que sucedería para que semejante tragedia ocurriera? Seguramente hubo muertos, muchos muertos. Víctimas que fuesen inocentes o no, no tendrían nada que ver con Junko Enoshima y su locura. En cuanto sepamos dónde está ella... estoy segura de que le daremos una buena lección. Creo que asesinarla sería ponernos a su nivel, pero se acordará de nuestros nombres hasta el día de su fallecimiento.
-¿Habéis oído eso? -pregunta Suichi.
Yo no he oído nada.
-¡S-sí! -responde Tenko temblando.
Estaba muy concentrada en la furia que me provoca Junko, supongo.
"¡Concéntrate en el presente, Catherine! Cuando la tengas delante tuyo tendrás tiempo para pensar en todo lo que la quieres hacer y decir."
Ahora sí que lo oigo. El sonido de rocas desprendiéndose.
-No será para tanto. Este sitio está destrozado, es normal que haya desprendimientos -dice Kiyo.
-Y con el tiempo que ha pasado desde esto, ¿no te parece extraño que los haya justamente ahora mismo? -rebate ella aún asustada pero impasible.
Ruedo los ojos ante estos dos. Aunque Tenko perdonó a Korekiyo por asesinarla a ella y a Angie -y más en un ritual que tenía muy mala pinta-, aún le sigue guardando algo de rencor por ello, aunque es incapaz de inculparle del todo. Después de todo, el pobre Kiyo era otra víctima de la desesperación, como los demás. Eso le cegó. Tenko aún así se siente algo traicionada de que su amigo la traicionara.
-Vosotros dos, callaros. No hay tiempo para vuestras bobadas, nyah. -Himiko pasa caminando entre los dos.
-¿Adónde queremos llegar, realmente? -inquiere Kaede.
-No lo sé. Tenemos que encontrar a alguien que nos pueda decir qué ha pasado -responde Ryoma.
-¿Y quiénes nos podrían decir lo que ha pasado? ¡Ah, sí! !Los hijos de puta que nos metieron en una simulación y bajo tierra! -grita Miu.
-Estás desvariando -le dice Kokichi al pasar por su lado.
Y cómo no, su personalidad fuerte cambia a una debilitada.
-¡N-no seas estúpido!... Lo decía para animar.
-¿No tendrá alguien un mapa de la ciudad, de casualidad? -inquiere Rantaro.
Buena idea. Y buena rima.
-¡Cómo cojones vamos a tener un mapa de la puta ciudad! ¡Kyajaja! Menudas ocurrencias tienes, perroflauta -se burla Miu.
-Pues de hechoo -caturrea Angie-, ¡yo tengo uno aquí mismito!
-Ghhgh... ¿Qué? -berrea Miu.
-¿C-cómo te has estado guardando que tenías un mapa de la ciudad? -le pregunta recriminándola Tsumugi-. ¡Pudimos idear una estrategia!
-Además -dice Kaede-, ¿dónde lo encontraste?
-¡Al encontrarlo junto a una de las llaves, Atua me dijo que lo escondiera y no lo leyera! -explica animadamente la artista.
-Tienes que estar bromeando -brama Tenko.
-Tan solo leámoslo -dice Kirumi en tono autoritario a la vez que se acerca hacia Angie para coger el mapa y desplegarlo.
Me acerco a Kirumi dispuesta a inspeccionar el mapa también. Ella y Kaede lo dejan sobre la superficie del suelo.
-O sea que estamos *aquí* -dice Kaede apuntando con su dedo un punto en el que pone: "Pico de Esperanza".
-¿Y adónde se supone que tenemos que ir? -inquiere Tenko poniéndose de cuclillas.
-¡Ñahahahaha! -Angie aparece a las espaldas de Tenko y señala un punto en el mapa que aún no habíamos advertido-. ¿Qué es esto? ¿Qué será? ¡Ñahaha, nunca lo sabremos!
Es irónico porque lo que ha señalado está rodeado con rotulador rojo. Si no estuviera pintado, solamente sería un edificio común sin ningún nombre aparente, pero junto al círculo hay un nombre.
-¿Fundación del Futuro? -pienso en alto.
-¿Creéis que ellos serán los que nos... salvaron de la desesperación? -inquiere Keebo.
-Pues ya sabemos adónde tenemos que ir. ¡En marcha, nyah! -dice Himiko.
-No debemos precipitarnos -nos advierte Kirumi pensativa-. Ese edificio se encuentra lejos de nuestra posición, aunque ya hayamos avanzado un buen trecho. Recomiendo trazar una ruta a seguir y que en todo momento alguien nos guíe.
-Está bien -concuerda Kaede.
-Angie, ¿podrías dejarme algo para pintar?
-¡Claaro! -Saca de los bolsillos que tiene alrededor de su falda un pincel fino y un botecito diminuto con tinta.
-Catherine, como estás en el centro, tú serás quien lleve el mapa -Kirumi me entrega el papel ya doblado.
Nuestra compañera traza líneas a través de callejones. Esto es para llamar la atención lo menos que podamos. Tampoco queremos que de repente nos acorralen -aunque todavía no sabemos qué clase de peligros hay- en un callejón estrecho, así que también iremos por algunas carreteras entre calles. Así avanzaremos manzanas hasta llegar a ese edificio. Calculamos que dependiendo del ritmo que llevemos, podremos tardar unas cuantas horas, aunque esperamos llegar antes del anochecer. Si el día ya es bastante oscuro no quiero ni imaginar cómo será la noche. Y no queremos agotar la batería de nuestros teléfonos usando las linternas, porque no tenemos otra forma de iluminarnos y dormir a la intemperie no es muy recomendable. Llevaremos una marcha para nada lenta pero no muy rápida, es mejor no cansarnos por si acaso.
Caminamos entre lo que una vez fue la ciudad donde estudiamos hace ya algún tiempo. Pensar en lo que habrán sufrido tantas personas por Junko me extristece y me llena de rabia. Pasamos entre algunos edificios y nos metemos entre callejones. Durante el tiempo que llevamos andando siento como si decenas de miradas estuvieran sobre nosotros. Noto que nos están observando... Pero no puede ser verdad.
¿Será mi imaginación?
Llega la hora de pasar a través de un puente. Me dan algo de miedo las alturas y de tan solo ver la distancia que hay hasta el agua (contaminada)... se me hiela la sangre.
Al quedarme paralizada, unas manos agarran mis brazos desde atrás y un mentón se posa en uno de mis hombros. No puedo evitar enrojecer al oír su voz ronca en mi oído.
-No va a pasar nada. Recuerda que te estoy cubriendo las espaldas. -Dicho esto, besa mi mejilla y se aleja. Miro a mi alrededor y todos están esperando por mí.
Regreso al centro y respiro profundamente. Retomamos la marcha. Me siento un poco ridícula. ¡No hay tiempo para dudar! Con paso más decidido por mi parte, andamos a través de la longitud del puente tranquilamente. Aún así, todos estamos ojo avizor ante lo que pueda pasar.
Creo que me estoy preocupando por nada, en realidad. ¿Qué es lo peor que podría pasar? Junko y su hermana Mukuro son las únicas desesperaciones personificadas y ellas no parecen estar por aquí, así que... nada malo puede pasarnos, ¿no? ¡Todo irá bien!
Ahora segura de mí misma, ando entre la carretera del puente que está sospechosamente en mejor estado que todo lo que hemos podido ver hasta ahora. ¡Puedo confiar en que nada malo va a pasar!
"¿Puedo?..."
Llegaremos hasta el edificio de la Fundación del Futuro, les pediremos explicaciones y después podremos recuperar nuestras vidas después de que reconstruyan la ciudad. Y seguramente podamos volver a la escuela y tener la vida normal que teníamos an...
PUM
Un estruendo ensordecedor seguido de una fuerza que nos desequilibra a todos resuena por todos los lados y me saca de mi ensoñación. ¿Y ahora qué...? Justo cuando...
PUM
¡Otra vez! ¿Qué es lo que está pa...?
PUM
-¡¿Qué coño pasa ahora?! -grita Miu despavorida a la vez que intenta, como todos, incorporarse.
-La madre que me par...
PUM
Kaito no tiene tiempo de terminar su maldición. Y ya vemos claramente qué es lo que está pasando. El pánico se apodera de mí enseguida al dirigir mis ojos al principio del puente. Está... ¿explotando? Con pequeñas explosiones, el puente se derrumba poco a poco. Sin pensármelo dos veces salgo por patas. Todos igual que yo. Corro como alma que lleva al diablo. Esquivamos los coches abandonados que hay por el camino. ¡Maldición! ¡Las explosiones siguen y cada vez más rápido! ¡Van a llegar a nosotros!
Al dirigir mi mirada de nuevo al frente, una pequeña esperanza brota de mi interior. ¡Estamos cerca del otro lado! Solamente un poco más rápido... ¡Ya no queda nada!
Por fin llego de las primeras hasta el final del puente. Me extraña. ¿De dónde he sacado tanta energía para correr tanto? Mi alivio no dura mucho, porque...
-¡Rantaro! -aullo a la vez que oigo el último de los estruendos.
PUM
Con esa explosión, el suelo bajo sus pies se quiebra. Se aseguró de que todos fueran delante de él para poder ayudarles en caso de que lo necesitaran... ¡Maldito idiota! ¡Siempre pensando en los demás...!
Me precipito jadeando donde está él a pesar de que el suelo sigue quebrándose.
"No dejaré que caigas."
Él se agarra como puede al suelo e intenta trepar en vano. Justo antes de que caiga, logro atrapar su brazo. Cachos de escombros caen ante nosotros. Él está colgando solamente por mi débil agarre. Mis manos sudan sin parar. ¡Si se llega a resbalar...! No consigo levantarle ni un milímetro.
-C-Catherine... -me llama con una expresión adolorida. Comprendo lo que pasa y el pánico entra más fuerte en mí.
-¡Aguarda, Rantaro! -dice Kaito. Al momento, tengo al mismo, a Tenko y a Gonta a mi lado y agarran sus brazos.
Le posan cuidadosamente en el suelo, lejos ya del maldito puente.
-¡¿Estás bien?! -Tomo su cara entre mis manos y paso mi mirada por todo su cuerpo en busca de lesiones. Mi cara se contrae al encontrar algo verdaderamente malo.
-Uff... -gimotea suavemente en cuanto toco una parte lateral de su abdomen tras levantar sutilmente su suéter. Esa parte está desgarrada y la sangre brota sin control.
El chico de cabello verde trata de ocultar su expresión adolorida, es como si aún así quisiera restarle importancia.
Mi cerebro reacciona automáticamente ante esta situación tan familiar. De mi falda saco algunas cosas necesarias: gasa, esparadrapo, algodón, unas pinzas y alcohol.
-¡Chicos, ayudadme! -Mis compañeros se habían quedado al margen observando atentamente lo que hacía. En seguida ponen toda su atención. Miro a Tenko, Kaito y a Gonta-. Necesito que le sujetéis los brazos y las piernas.
Analizo cautelosa sus facciones. Están totalmente extorsionadas por el dolor...
-No... no hace falta. Estoy bien -balbucea apretando una de mis manos con súplica.
Vuelvo a dirigir mi vista hacia los nombrados antes.
-¡G-Gonta no puede...! ¡Gonta miedo de daño!
-¡Por favor, Gonta! -Las lágrimas corren por mis mejillas. Al verme así, su gesto se vuelve más seguro y asiente.
Los tres se posicionan a mis lados y tras alguna que otra resistencia por parte de Rantaro, por fin se da por vencido y deja que le inmovilicen.
-Todo irá bien... -Acaricio su mejilla y trato de sonreír.
Primeramente, desinfecto mis manos con gel hidroalcohólico. En las pinzas coloco un buen trozo de algodón. Lo baño en abundante alcohol. Antes de hacerlo, miro a Rantaro a los ojos. Tiene una expresión de rendimiento. Acepta y entiende que debo hacerlo.
Antes de pasar el algodón, limpio la sangre con una gasa y, con los quejidos del otro y antes de que vuelva a brotar sin control de nuevo, empiezo a frotar suavemente el algodón por toda la herida. A pesar de que trata de mostrar fortaleza ante mí, no puede evitar quejarse del escozor. Su dolor me quema y me enjugo las lágrimas para que no caigan sobre él. Trata de oponer resistencia contrayéndose, pero los otros tres que le sujetan no le dejan.
Una vez desinfectada la enorme herida, corto varios trozos de gasa hasta que juntos son lo suficientemente gruesos. Los pego a su piel y su herida con ayuda del esparadrapo. Me aseguro de que está perfectamente sujeto todo vendándole el abdomen. Me dejo caer hacia atrás aún incorporada. Rantaro respira entrecortadamente. Seguro que siente cómo todavía arde. Tomo la siguiente decisión: Como no podemos estar durante mucho rato, darle una pastilla para el dolor sería lo más acertado. De otro pequeño compartimento de tela de mi falda saco un pequeño paquete y extraigo una de las cápsulas.
-Tómala, es para el dolor. -Se la ofrezco cerca de su boca y se limita a asentir con los ojos entrecerrados.
Con su mano temblorosa toma la pastilla y la traga al instante. Se notan las ansias que tiene por aliviar su ardor. Cojo su mano suavemente y la acerco a mis labios para besarla. La mantengo ahí mientras le miro a los ojos que aún no me corresponden. Tarda un rato en mirarme de nuevo. Al hacerlo, me sonríe pesadamente y extiende su mano para acariciar mi mejilla.
-No tenemos tiempo que perder. Y menos ahora. Quién sabe lo que nos pueda pasar si nos quedamos aquí por mucho más tiempo -dice Maki agachándose a mi lado. Me mira comprensivamente. Asiento.
Me giro a Rantaro. Mueve su cabeza aceptando casi por obligación. Gonta le ayuda a incorporarse, como él diría, como un caballero. Le abrazo con cuidado de no hacerle daño. He pasado un mal rato viéndole sufrir.
-Gracias, pequeña -dice besando mi cabeza. Me gusta el apodo que me ha puesto.
Volvemos a ponernos en camino. Giro mi cabeza hacia atrás después de unos minutos. Rantaro anda relativamente bien. Tuvo suerte de que la herida no fuera en una parte muy inferior de su abdomen, de modo que andar no le duele mucho. Me dirige una sonrisa encantadora.
[...]
Tras varias horas de camino, decidimos descansar en un callejón y comer algo. Ya han pasado unas horas después del mediodía y el cielo comienza a ser menos rojo. Nadie tenía hambre por la conmoción. Saco un par de barritas energéticas y me siento cerca de Rantaro. Está apoyado contra la pared ya que sentarse le duele.
-¿Cómo estás? -inquiero dando el primer mordisco.
-Gracias a ti bien. -Sonreímos los dos.
-Es mi misión ayudaros si lo necesitáis.
-Igualmente te lo agradezco -dice inclinando la cabeza a un lado.
Me levanto y le doy un suave beso en los labios que corresponde sin hacerse de rogar.
-Tenía miedo de que pudiera perderte -admito bajando la cabeza con una sonrisa triste.
Toma mi barbilla y besa mi nariz con dulzura. Después mis mejillas y frente y me susurra:
-No me separaré de ti. -Y sella su promesa con un gentil beso que no dura demasiado para no incomodar a los demás.
"No me separaré de ti yo tampoco", digo para mis adentros. Le abrazo y nos unimos a los demás, que han hecho un círculo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro