Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

XIX

Bien entrada la noche, aún no llegamos al edificio de la Fundación del Futuro; cortesía del percance del puente. Nos guiamos por las luces de nuestros teléfonos, cuyas baterías todavía no nos dan problemas.

Me preocupa Rantaro. Su herida no se ha curado y no se trata precisamente de un pequeño rasguño. No va a ser cuestión de unos días que cicatrice, sobre todo teniendo en cuenta la contaminación y demás condiciones.

Ya tenemos claro que no estamos solos, y es que aunque después del accidente del puente el resto del día haya sido tranquilo, pueden asaltarnos en cualquier momento. De ser así, Rantaro tiene todas las de ser una víctima por su vulnerabilidad.

-Ya son las once, es la hora de los siguientes -anuncia Keebo.

Ah, sí. Para tener más tiempo hasta que nuestros móviles se apaguen hemos decidido dividirnos en dos grupos que usarán las linternas. Lo hemos hecho intercaladamente. Saco mi teléfono y enciendo el flash. Delante mío está Maki arrastrando sus largas coletas. Me gustaría simplemente ser tan valiente y calculadora como ella... Poder afrontar dificultades con tanta frialdad que parezca que nada me afecta. Su estilo de vida antes de entrar a la escuela era muy parecido al mío. Las dos nos criamos en orfanatos. Nunca hemos hablado de eso. La única diferencia es que ella para poder mantener su hogar en pie tuvo que recurrir a trabajos muy sucios y yo no.

De repente, un repiqueteo que relaciono con unos pasos me hiela la sangre y me saca a tironazo limpio de mis pensamientos. Me invade el terror. Doy vueltas sobre mí misma apuntando a todos los huecos vacíos. Me sorprende ver a alguien que no conozco corriendo. Vislumbramos a cinco personas de más o menos nuestra edad frente al círculo. Rompo la posición junto a los de atrás para ver de quiénes se trata. Parecería un acto de imprudencia, pero al ver que solamente se mantenían como estatuas frente a nosotros me ha dado a entender que esperan a que estemos todos juntos.

-¿Quiénes sois? ¿Pusisteis vosotros las bombas en el puente? -les prácticamente interroga Tenko.

-¡Tenko, cálmate! -la reprende Kaede.

-¿Quiénes sois? ¿Qué queréis? -inquiere Suichi.

Un chico de cabellos azulados da un par de pasos al frente y dice:

-Yo me llamo Nagisa Shingetsu. Ellos son Masaru Daimon, Kotoko Utsugi y Jataro Kerumi -se presenta-. Si mis sospechas son acertadas, vosotros debéis de ser la clase 79 de la academia Pico de Esperanza. Aquella clase que fue encerrada en una réplica de la escuela original bajo tierra para una rehabilitación especial.

-Sabes mucho, por lo que veo. Dinos, trabajáis para la Fundación del Futuro, ¿verdad? -dice Maki retadora y acertadamente.

-Eso mismo -afirma el chico castaño claro llamado Jataro.

-Entonces sabréis qué es lo que ha pasado durante nuestra ausencia -dice Kaede.

-Sí, pero no es ni el momento ni el lugar de contároslo -responde Nagisa.

-¿Eh? ¿Y eso por qué? -inquiere Miu con un tono despectivo.

-Pues porque *ellos* están viniendo. ¡Tenemos que irnos! -explica Masaru algo apresurado.

-¿Ellos? -pregunto.

-Kejeje... -se carcajea Kiyo-. Podríais haberlo dicho antes. Ahora quizás estemos perdidos...

-¡N-no digas eso! -le reprendo molesta.

-¡Tenemos que salir por patas! -nos adivierte la chica de largas coletas rosadas... ¿animadamente?

Seguimos a los cuatro chicos corriendo por varias calles. Aún no lo entiendo..., no hay nadie a parte de nosotros.

-¿Quiénes son *ellos*? -insisto de nuevo jadeando-. Y además, ¿dónde están?

-Ya habrá tiempo para explicaciones después. *Ellos* tienen total control sobre la ciudad. Podrían estar esperando a tendernos una emboscada -explica Nagisa.

Y como si lo estuviera pidiendo, de repente un sonido de un cristal rompiéndose me sobresalta. No puedo averiguar de dónde proviene, tenemos que apresurar el paso y apenas vemos con nuestras luces. Otros sonido más cerca de nosotros y de cristales nos hace agarrar más velocidad.

"¡Tengo miedo!"

Más adelante nos encontramos una bifurcación. Según el mapa, debemos ir por la izquierda.

-¡Es por la izquierda, vamos!

Y como si lo estuviera pidiendo de nuevo, algo nos interrumpe. Entoces ocurre los que más temía pero en lo que apenas pude pensar. Varias personas con... ¿la cabeza de Monokuma?, nos acorralan por atrás y a los lados, obligándonos a separarnos por la mitad y que cada grupo tome una dirección distinta.

Mi grupo por desgracia se encamina a toda velocidad por el camino equivocado. Miro hacia atrás durante una milésima para ver a Rantaro corriendo también. Nos miramos antes de que los edificios bloqueen cualquier forma de ver qué ocurre al otro lado. Tan solo puedo rogar por que a los demás les vaya bien. Ojalá que la herida de Rantaro no sea un inconveniente.

Corremos entre calles que se alejan cada vez más y más de la ruta original hasta que perdemos de vista a todas esas personas... Pero ¿quiénes narices son ellos? ¿Y por qué un casco de Monokuma?

Echo una vista para ver quiénes estamos. Tenko, Maki, Suichi, Ryoma, Angie, Kirumi, Miu, Keebo, Nagisa, Kotoko y yo. Los demás se desviaron por el camino correcto pero seguramente hayan tenido que seguir otro para despistar a esas personas tan desquiciadas.

-Poppins, ¿estás bien? -Miu posa su temblorosa mano en mi hombro. Me doy la vuelta y es evidente que ella está igual de exhausta y asustada que yo.

-S-sí, no te preocupes...

-Subamos a lo alto de ese edificio -propone Maki-. Parece estable y si vienen más personas así, es lo suficientemente alto para poder verlas de lejos.

Hacemos caso a lo que nos dice y entramos por una ventana que rompemos. Subimos unas escaleras hasta llegar al ático. Esto parece que era un bloque de viviendas. Qué trágico... Las puertas muestran que los hogares están desalojados, lo que significa que podemos subir sin preocuparnos mucho.

Al llegar solamente se respira miedo y tensión, no es para menos contando que nos hemos separado. Me preocupa lo que le pase a Rantaro..., ¡está herido y ahora yo ya no puedo ayudarle! Sin previo aviso algunas lágrimas resbalan por mis mejillas. Me siento en el suelo y abrazo mis rodillas. La forma en la que me miró antes de no poder verle más se me quedará grabada durante mucho tiempo. Espero que nos podamos reunir todos dentro de poco tiempo.

-¿Tenéis teléfonos? -pregunta Nagisa.

-¡Sí! -responde Tenko.

-Pues ¿a qué esperáis? ¡Llamad a los otros para preguntarles cómo están! -dice Kotoko. Su sobreactuado buen humor da mal rollo.

-No hay señal, gilipollas -responde Miu de muy mal modo.

-Ah, claro, vosotros no tenéis señal aún.

-¿A qué te refieres? -inquiere Keebo.

-Hemos hackeado los postes eléctricos y de cobertura y antenas para que solo la Fundación del Futuro tenga conexión a través de una contraseña. Dejadme vuestros teléfonos. -Nagisa va tecleando esa contraseña en nuestros teléfonos. Cuando me devuelve el mío, por fin veo cómo la señal llega inmediatamente.

Mi teléfono vibra. En el espacio del remitente se puede ver que quien nos llama es Kaede.

-¡Kaede! ¿Estáis bien? -inquiero nada más descolgar la llamada.

-Sí, sí..., estamos bien. Pudimos despistar a esas personas. ¿Y vosotros qué? ¿Todo bien?

-Sí, ya no nos siguen y estamos en un edificio alto para poder ver si más de esa gente viene. -Pongo el altavoz para que todos puedan escuchar-. Una pregunta..., ¿por qué tenían un casco de Monokuma? Y ¿por qué nos perseguían con armas?

Se escucha un breve suspiro.

-Jataro y Masaru nos han contado que el casco les ha lavado el cerebro. Es como si el desastre de hace unos años se repitiera -responde Rantaro. Oír su voz me relaja y me siento mejor.

-Un momento..., ¿cómo que el desastre de hace unos años? -inquiere Suichi.

-Es una historia larga de contar -dice Jataro al otro lado de la llamada-. Lo mejor será que os la cuenten los demás cuando lleguemos al edificio de la Fundación del Futuro.

-Está bien... ¿Cómo nos vamos a reunir? pregunto con cierto pesar.

-¡Podemos comunicarnos por mensajes! -Ahora es Masaru el que habla-. Como es vuestro grupo el que tiene el mapa de la ciudad, podéis marcarnos dónde os encontráis a través de una foto y nos la enviáis. Entonces nosotros os lo mandaremos de vuelta con nuestra ubicación. Luego acordaremos un punto en el que encontrarnos y ¡ya estaría!

-Suena más sencillo de lo que en realidad es... -habla Kirumi.

-¡Sí! Si nos encontramos a esas "personas Monokuma" lo más probable es que no sean agradables con nosotros -la apoyo yo.

-No parece tarea fácil, pero nuestras opciones están reducidas -nos replica Ryoma.

-Él tiene razón -dice Kiyo-. Debemos confiar en nuestra suerte.

-Está bien. Mañana ajustaremos los detalles del plan. Lo mejor por ahora será descansar un poco y turnarnos para hacer guardias -razona Suichi.

-Entonces nos veremos mañana. Si hay alguna emergencia solamente tenemos que llamarnos. ¡Adiós! -se despide Kaede y cuelga el teléfono.

-Será complicado, sabiendo que pensaréis en lo que les pueda pasar a vuestros amigos, pero debéis descansar. La primera guardia la haré yo -dice Nagisa.

Siguiendo sus indicaciones, nos acomodamos como podemos en el frío y rígido suelo. Yo echo mi cabeza sobre el hombro de Miu y ella me corresponde el gesto posando su cabeza sobre la mía. La rodeo con mis brazos y me envuelvo de su olor que tantas veces me calmó por las noches en la falsa academia. Ella acaricia mi pelo. Lo hace para calmarse más a ella que a mí.

-Todo irá bien, ¿verdad? -Mi gesto es triste. El suyo preocupado, lo sé por el temblor de su cuerpo.

-N-no digas eso... Sabes que todo irá perfectamente.

-¿Cómo es que terminamos así? Éramos chicos algo más peculiares que el resto, pero aún éramos niños... -Se nota la nostalgia de aquellos días en la escuela con cada palabra que digo.

-No lo sé. Y tampoco me importa mucho. Solo sé que... -Traga pesadamente. Se nota que no está acostumbrada a decir cosas así- estando a t-tu lado, me siento más tranquila.

La abrazo más firmemente y beso su mejilla. Ante este gesto se tensa. Es obvio que ha recibido pocos gestos de cariño como este.

-Yo me siento igual, Miu. Definitivamente saldremos de esta -prometo antes de caer rendida por el cansancio.

[...]

-Hey, chica, despierta -me susurra alguien al oído.

Entrecierro mis ojos tratando estúpidamente de averiguar de quién se trata. ¡Si estamos a oscuras!

-¿...quién eres? -murmuro haciendo un ademán de levantarme.

-¡Kotoko! -exclama susurrando-. ¿Y tú cómo decías que te llamabas?

-Catherine. -Bajo el tono hasta que solamente se oyen unos sutiles susurros con tan poco volumen que ni siquiera se distinguen las voces.

-Bien, Catherine, te toca hacer guardia. ¡Ya sabes!, avísanos si crees que nos pueden atacar. -Caminando entre la oscuridad, se echa a descansar cerca de donde creo que está Nagisa.

Saco de un compartimento de mi falda unas pastillas estimulantes para mantenerme en vela. Tomo un par, por si las moscas. No más, no vaya a ser que me dé un colocón en medio de todo este problema.

Pasa la primera media hora. Todo sigue tranquilo. Tengo sed... No quiero beber agua de nadie que tenga así que decido bajar rápidamente a cualquiera de los apartamentos vacíos. Llego a uno que está completamente desvalijado. El baño me lo encuentro con los espejos rotos y los cristales están por todo el suelo. E incluso el lavabo. Abro el grifo, nada sale. Voy hacia la cocina y el grifo de la fregadera corre la misma suerte. Genial, no hay agua. Regreso con los demás y todo sigue igual, a excepción de algo que no advierto de primeras.

-¿Estás bien? -se oye preguntar a una voz a mi derecha. Me sobresalto.

-¡¿M-Maki?!

-Sí.

-¿Por qué iba a estar mal? -Una débil luz que desprende una farola de las que aún siguen funcionando deja ver su figura negra a contraluz.

-¿No lo oyes? Escucha bien -responde. Guardamos silencio. Se oye un repiqueteo cerca de mí, como si algún líquido estuviera cayendo.

-¿Qué es? -pregunto curiosa.

-Lo puedo ver desde aquí. Es sangre tuya. -Instintivamente me inspecciono el cuerpo hasta hallar un corte en la palma de mi mano que no había notado, seguramente por alguno de los efectos secundarios de los estimulantes.

-¡Oh! -exclamo lo suficientemente bajo para no despertar a nadie-. Fui a ver si había agua en algún baño y los espejos estaban rotos. No me di cuenta de que me corté.

-Déjame curarte eso. No es para tanto, pero es posible que se infecte con estas condiciones. -Me siento a su lado sobre lo que parecía ser un panel solar y saco lo necesario.

-¿Qué haces despierta? -inquiero mientras pasea un algodón mojado de alcohol por mi palma. Apenas siento el dolor gracias a las pastillas aunque creo que con una habría sido más que suficiente.

-En estas condiciones no suelo dormir bien. -Recuerdo que Maki al haber sido varias veces una asesina a sueldo, ha vivido varias situaciones de vida o muerte. Me da lástima saber que aún así es incapaz de descansar-. Al verte ir abajo decidí esperarte.

-¿Por qué?

-Pensé que sería agradable hablar con alguien como tú, y más sabiendo que no voy a dormir de todas formas -dice sin mostrar ninguna emoción. Me conmueve que quiera hablar conmigo.

Venda mi mano con firmeza pero sin llegar al punto de hacerme daño.

-Normalmente soy yo la que suele hacer este tipo de cosas -bromeo.

-A veces el que cura también necesita ser curado -se limita a responder.

-¿Huh? -inquiero sin comprender muy bien el doble sentido de su frase.

-Incluso queriendo estar siempre para los demás y ayudarles si se sienten mal, vas a necesitar que alguien te ayude a ti. También eres humana, después de todo..

-¿Por qué dices eso...? -Tengo una ligera inclinación de lo que podría querer decir, pero no estoy del todo segura.

-Vi lo que ocurrió en la enfermería. -Siento mi corazón encogerse. Primero Rantaro y ahora Maki. ¿Quién más se va a enterar?

-... -No puedo hablar. Simplemente no sé qué decir. Ya ha pasado y lo he dejado atrás. Estaba consumida por la desesperación...

-En ese momento -continúa- necesitaste ayuda de tus amigas y a raíz de eso pudiste mejorar y curarte. -Sus ojos escarlata analizan mi reacción. A pesar del pánico que me da pensar en las personas que puedan saber lo que hice aquel día, mantengo la sangre fría todo lo que puedo.

-Tienes razón -murmuro-. Siempre trato de ser fuerte ante los demás, pero no soy ni siquiera la mitad de cómo tú eres de valiente. A la mínima me derrumbo. Es por eso que me daba inseguridad que supierais que tenía pesadillas por mis antiguos padres.

-¿Y es eso cobardía? -cuestiona. La contemplo, esperando a que siga hablando-. Es decir, nunca te rindes y eso es algo que no todo el mundo puede hacer. La valentía no depende de cómo reacciones frente a las dificultades, sino la persistencia y el empeño que le pongas a la vida. Y tú, Catherine, nunca te has rendido. A todos nos has dado esperanza, hasta abriéndote y hablándonos de tu pasado. Yo apenas fui capaz de contar que era una asesina para poder mantener el orfanato. Te admiro por eso.

Mi corazón vuelve a latir con intensidad. No pensé que Maki pensara así de mí. Simplemente creía que ella se mantenía indiferente a todo, pero ahora me doy cuenta de que estaba equivocada. Maki siente y opina, solo que no lo expresa. Se guarda todo dentro de ella y solo cuando el momento es apropiado, transmite sus sentimientos. Y es ahora cuando sé que en realidad, Maki es una de mis mejores amigas también. Porque Maki sí que me aprecia y yo a ella también. Acepto su personalidad y su forma de ser, tan fría y ajena a la humanidad en la mayoría del tiempo.

Sonrío. Ella se sonroja y mira a otro lado.

-Gracias, Maki.

-¿Eh? ¿Por qué? -inquiere frunciendo el ceño.

-Por hablarme de cómo te sientes. ¿Sabes?, eres genial. -Sin pensarlo y solamente guiándome por mis impulsos, abrazo a Maki. Se tensa por completo y sus manos temblorosas terminan rodeando mi espalda.

¿Qué es esto? Otra razón para no darme por vencida.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro