Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

X

Desesperación. Desesperación. Desesperación. Voy hacia la cocina. Desesperación. Desesperación. Desesperación. Rebusco en el cajón de los cubiertos. Desesperación. Desesperación. Desesperación. Cojo el más discreto y afilado. Desesperación. Desesperación. Desesperación. Subo las escaleras sigilosamente. Desesperación. Desesperación. Desesperación. Me siento en una esquina y miro fijamente mi brazo mientras que con el otro sujeto el metal que brilla hasta con la débil luz de la lámpara que se encuentra en la otra esquina. Desesperación. Desesperación. Desesperación. Rantaro... ¿por qué? Desesperación. Desesperación. Desesperación. Firmemente poso el cuchillo sobre el contorno sin apenas relieve de mis venas. Desesperación. Desesperación. Desesperación. Cierro los ojos. Desesperación. Desesperación. Desesperación. 1..., 2..., 3 y... Desesperación. Desesperación. Desesperación. Chillo del dolor y aprieto mi brazo mientras intento tapar el gran corte que ya sangra con mi otra mano. He tirado el cuchillo del sobresalto.

He salido del... ¿trance? Joder, ¡joder! No pensaba que fuera a doler así, como el infierno. Mierda... si no hago algo ya, podría morir desangrada. Ni de broma moriré en un agujero como este. ¡Dios! No puedo mover el brazo... Me intento levantar sin éxito cuando...

-¡Catherine! ¿Estás bi...? -Su rostro es de puro pavor al contemplar mi cara extorsionada por el inmenso dolor y la sangre que me rodea y que se acumula sin control.

Me estoy empezando a marear...

-Mi... Miu... A-ayúdame. ¡Por favor...! -Ahogo un grito de dolor al intentar ponerme de pie.

Como un rayo viene hacia mí y con cuidado me deja apoyarme en ella para poder levantarme. Me tiene que sujetar de la cintura al ver que casi me caigo.

-Mierda..., estás perdiendo demasiada sangre.

Miro sus ojos y está... ¿llorando?

No debí hacerlo... No debí hacerlo... No debí... ¡¿Pero por qué lo hice?! Ahora Miu está llorando por mi culpa. Soy terrible.

Me deja un momento sobre la cama y me murmura un "espera un momento" para volver a irse.

Me molesta un poco que pida ayuda a alguien pero no estoy en posición de reclamarle nada teniendo en cuenta que ya la he desvelado para toda la noche y quién sabe si alguna más.

Vuelve acompañada de... ¿Kaede? Veo su cara adormilada turbarse en menos de un segundo por la escena. Las sábanas ya manchadas por mi sangre, el suelo y mi pierna. Ah, no hay que olvidarse de que tengo una de las venas de mi brazo abiertas.

-Ayúdame a llevarla hasta la enfermería -le ordena.

Paso un brazo por el hombro de Kaede y Miu tapa mi herida con la tela de su pijama para tratar de frenar la hemorragia, en vano, por supuesto. Después de pensar que me desmayaría varias veces en tan poco tiempo, llegamos hasta la sala de blanco que tantos recuerdos me trae.

-T-tenemos que vendarla el brazo, ¿no? -pregunta alterada Kaede.

-Sí, creo... Me cago en la puta, ¡Catherine! -Me mira a los ojos-. Tienes formación médica, ¿qué tenemos que hacer?

Me cuesta pensar. Estoy tumbada y la cabeza me da vueltas. Las otras dos intentan tapar como pueden la herida de la que sigue brotando sangre sin descanso.

-Te... tenéis... que desinfectar... la herida... Y después con gasa y vendas... -Estoy a punto de perder el conocimiento, pero creo que ya he dejado claro lo que hay que hacer.

Las dos rebuscan entre los armarios todo lo necesario. Kaede moja un algodón con algo de alcohol y parece que lo va a pasar por mi corte, pero se detiene un momento. Se ha dado cuenta de lo que me puede doler.

-Escocerá... -dice.

-Tranquila. -Estoy tan mareada que no creo que vaya a sentir el dolor siquiera.

Mientras Miu sigue buscando las gasas, Kaede parece dudar. Es como si la fuera a doler más a ella que a mí. Coge una bocanada de aire y comienza a pasar el algodón sobre mi herida. Aprieto los dientes al sentir el ardor sobre mi piel y el calor se extiende por todo mi cuerpo. Las lágrimas quieren salir pero yo las retengo. Yo he provocado esto y no voy a ser una débil ahora. Tras unos segundos más, Kaede termina y Miu se da prisa en vendar mi brazo ejerciendo presión, aunque no demasiada. Cuando el brazo deja de escocerme las dos rubias se sientan frente a mí con miradas entre preocupadas y furiosas. Suspiran aliviadas varias veces.

-Catherine -habla Miu-, ¿en qué narices estab...

-Desesperación -la corto con los ojos clavados en el suelo.

-¿Qué...? -inquiere Kaede.

-Desesperación -repito yo-. Fue la desesperación.

-Pero tú... -insiste Kaede-, tú eres el símbolo de la esperanza para todos nosotros... ¿C-cómo?

Me encojo de hombros. Es cierto que ni siquiera yo sé cómo es que terminé así. Casi ni me di cuenta de que tenía un cuchillo entre las manos. Hasta que no sentí todo ese dolor no reaccioné como lo haría en mi sano juicio, aunque no considero que ahora lo esté, en realidad.

¿Por qué lo hice? ¿Por Rantaro? La soledad que me inundó después de todo lo que me dijo ha favorecido en ello, desde luego, pero no creo que se trate solamente de eso. La desesperación es contagiosa. Ya estaba en mí desde antes, tiene que ser eso. Yo no me he curado de mis heridas. Puede que a los demás la simulación les restaurara su orden conceptual, pero conmigo eso no ha sido eficiente del todo. La desesperación ha sido parte de mí desde muy pequeña, solo que lo ignoraba y a la vez tenía esperanza a mi alrededor casi siempre, por eso podría considerar que solamente oculté mi verdadero yo. La verdadera Catherine quizás no nació para ser desesperación en un principio, sino que ha sido el tiempo el que ha determinado mi 'yo por dentro'. Mi destino es estar siempre a altas y bajas, viendo cómo todo se puede desmoronar ante mis pies con el simple temblor de un pequeño error. Esa ha sido la causa de que la desesperación se apoderara de mí. La razón por la que ahora estoy en la enfermería con dos de mis amigas casi llorando porque pude haber muerto desangrada si no hubiera sido porque Miu vino a mi dormitorio pensando que había tenido otro mal sueño. Yo soy desesperación. ¿Lo soy?

-No os tenéis que sentir mal por mí, ni tampoco es necesario que os preocupéis más. Estoy bien. Todo eso fue un pequeño trance -intento recomfortarlas.

-¿Un pequeño trance? ¿Te estás quedado con nosotras? -espeta Miu.

-En absoluto. Siento que no era yo. Supongo que fue la desesperación.

Miu rechina los dientes. Veo sus ojos enrojecer. Automáticamente aparto su mirada.

-¿Y por qué crees que has caído en desesperación? -inquiere Kaede. Yo niego con la cabeza y miro hacia la pared de mi derecha.

Al ver que no quiero contestar las dos suspiran.

-Cath, queremos ayudarte, pero necesitamos saber qué te pasa -insiste Kaede. Miu toma mi mano. Me sorprende que lo haga ella y no Kaede. Kaede es más cariñosa. Supongo que le tengo que importar bastante a Miu como para que rompa sus principios.

-Si os contara... -Vacilo un momento-. He caído en desesperación porque me he dado cuenta de que realmente el núcleo de mi vida ha sido la desesperación. Y la esperanza solamente ha orbitado alrededor de ella.

De seguro parezco una lunática hablando de una emoción como si fuera una persona.

-¿Y qué coño te hace pensar pensar eso? -inquiere Miu con la voz estridente y con los ojos más cristalinos.

-Pues... hace tres días... Emm... -Finalmente bajo mi cabeza y con lágrimas en los ojos digo-: Tenías razón, Miu. No me importa que lo sepas, Kaede -Asiente-. Hace tres días, cuando os conté mi pasado, Rantaro me... me besó y dijo que yo le gustaba. Pues al día siguiente me dijo que no significaba nada para él. Jamás pensé que le vería tan molesto. Es como si todo hubiera sido un juego para él.

No me atrevo a mirarlas. Estarán pensando en la tontería por la que me he cortado las venas. ¡No es cierto! Eso tan solo ha sido el detonante.

-Yo... y-yo... -intenta articular Miu-, n-no pensaba que fuera a s-ser cierto... Lo de-decía en broma... -Miro sus ojos azul turquesa. Expresan pánico.

-Pues a mí me huele raro eso -interviene Kaede.

-¿Q-qué? -interrogo como si estuviera loca de remate.

-Si te digo la verdad, no me creo que lo dijera en serio. ¡Es que Rantaro no es así! Él jamás diría algo así tan directamente. Algo le tuvo que llevar a ser así contigo. Ya sabes que siempre está hablando de que está metido en cosas peligrosas y así...

-¿Y crees que será eso? -inquiero sorbiéndome los mocos.

-¡Pues claro que sí! Es imposible que te dijera algo así, ¡precisamente a ti!

-¿A mí?

-¡Exacto! Solo con ver cómo te mira se puede saber a lo que me refiero, ¿verdad Miu? -dice soñadora

-¡Exactamente, plana! -Corrobora su teoría y se dirige a mí-. Tendrías que hablar con él más adelante. Ahora tienes que descansar un poco y recuperarte.

-Has perdido mucha sangre.

-G-gracias chicas... -Miro otra vez al suelo. Mis ojos arden.

-¡Te traeré un vaso de agua! -se ofrece Kaede para salir como un rayo hacia la cocina.

-M-Miu... -la llamo mirando aún al suelo.

-No es momento para eso ahora. Tienes que descansar. Aún no entiendo muy bien lo que te ha pasado, pero no te voy a dar la chapa por eso. -Y me abraza.

Al envolverme con sus brazos y esconder su cara en mi pecho, la oigo derrumbarse. ¿Está llorando? Nunca he visto llorar a Miu. Sí casi rogándole a Kokichi y demás pero nunca así. Miu está llorando y es por mi culpa. Seguramente sintió que podría haberme perdido de verdad pero lo acumuló hasta ahora para mostrarse fuerte. Miu es una buena amiga, tras toda esa coraza de egocentrismo y seguridad que muestra. No se merece que su mejor amiga le haga llorar, sea por el motivo que sea. Es mi culpa. Tengo que enmendar mis errores... Tengo que evolucionar y pasar a la siguiente fase. Dejar de ser tan inestable y quebrable a la primera de cambio. La verdadera Catherine nació para eso, no para ser desesperación. ¡Claro, ahora lo comprendo!

-Miu... -Acaricio su cabeza-. Nunca volveré a hacer algo así. Te lo prometo -aseguro sin pensar.

Ciertamente me arrepiento de lo que hice. Lucharé por mí para no volver a caer en la desesperación.

-¿Lo prometes? -inquiere ella en un sollozo.

-Por mi pecho plano -bromeo.

-Joder, Poppins... -Se ríe-. ¿Te digo una cosa?

-Sí, claro. Dime.

-Te quiero. No soportaría perderte. Eres mi primera y mejor amiga -me dice mirándome a los ojos.

Entorno mis ojos con dulzura y la abrazo antes de que Kaede vuelva a entrar con un vaso en la mano. La expresión en su cara se enternece al vernos.

-¡Hacedme un hueco! -dice mientras corre hacia nosotras tras depositar el vaso en una mesita.

Las tres nos abrazamos con cariño. Siento que con ellas me basta para recuperar la esperanza por la vida y por mí misma. Después de salir de esta -zanja a la que llamamos escuela-, nuestra relación será irrompible, estoy segura.

Quizás deba dormir. He perdido bastante sangre y estoy agotada. Y no solo ha sido el haber perdido tanta, han sido también todos los sucesos respectivos a los días anteriores. Me merezco un descanso.

-Chicas. Mejor vámonos a dormir. Tengo bastante sueño -digo-. Vosotras deberíais hacer lo mismo. Habéis pasado un mal rato por mí...

-¡No digas eso! -me riñe Kaede.

-Es cierto que nos hemos dado un susto cojonudo, pero nos alegra saber que estás bien -razona Miu.

-Ya, pero aún así...

-¡Dormiremos las tres juntas! -exclama alegremente Kaede. Miu me da la mano para ayudarme a levantarme poco a poco. Aún me mareo algo.

-Prométenos que no vas a volver a hacer algo así nunca -pide la pianista con mirada afligida mientras caminamos por el pasillo.

-Lo juro. -Sonrío tristemente.

Ciertamente, mis problemas no se han acabado. En ese aspecto todo sigue igual, de hecho. Lo único que esta noche me ha enseñado es a no rendirme y ser consecuente en luchar por mí para no derrumbarme y hacer locuras que resulten en más caos del que ya hay. No quiero preocupar a nadie. Lo estoy exagerando todo, estoy segura. Si tan solo juzgara los sucesos de otra manera quizás pudiera afrontarlos con el juicio menos nublado. De esa manera no preocuparía a nadie. Todo iría mucho mejor. Sí, así es. Lo que tengo que hacer es ser más optimista y no dejarme vencer por nada. Finalmente lograré restablecer el orden en mi cabeza y seré la persona fuerte que en realidad soy. ¡Exacto!

[...]

Me despierto con una energía asemejable a la que usaría para conseguir un diez en una clase de Educación Física. Me pregunto si realmente será sano tener tantos cambios de humor en tan poco tiempo. También me prometo que será el último cambio así de drástico. A partir de ahora seré esperanza. Solamente eso: esperanza. Seré la esperanza para todos y para mí misma.

Observo las sábanas manchadas; tendré que cambiarlas después. Y lo mismo con el suelo. Lo limpiaré todo.

Me visto rápidamente y sin apenas pasarme un cepillo por el pelo como suelo hacer cuidadosamente cada vez que se me presenta la oportunidad, troto hacia las escaleras y el comedor. Yo me río en la cara de la desesperación pronunciando dedicadamente cada sílaba de la palabra "esperanza". Mostraré de lo que soy capaz por restaurar el equilibrio.

-Menudo cambio respecto a ayer -dice Miu al acercarme a ella con una sonrisa pegada en la boca-. Nos despertamos antes para dejarte sitio y que durmieras mejor.

-¡Lo sé! Es que estoy completamente llena de esperanza. ¡Gracias a ti y Kaede! -La abrazo y después dejo un par de napolitanas de chocolate sobre mi plato.

-¡Quita, joder! No seas exagerada... -Me mira con las mejillas enrojecidas mostrando lo poco acostumbrada que está al cariño-. So... solamente hicimos lo que cualquier amiga haría... nada más.

-¿Ah, sí? Pues ayer me dijiste que me quieres mucho muchísimo...

-Zorra de los cojones -murmura a propósito para que pueda oírla un poco.

-¡Anda, ven aquí! -La abrazo de nuevo y restriego mi mejilla contra la suya para asquearla aún más.

-M-mierda, Poppins -susurra cerca de mi oído-. Date la puta vuelta.

Hago lo que me dice.

Y... me encuentro con quien menos lo esperaba.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro