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Aaron

Trabajo en el estudio de abogados que tiene como principales clientes a una cadena hotelera desde hace poco menos de cuatro meses, no es mal trabajo, me pagan bien -o por lo menos lo suficiente para sobrevivir en un departamento del centro- y la mayoría de las personas aquí me caen bien; pero sinceramente odio cuando pasan situaciones como estas.

Recién salgo de una junta con la directora de la cadena, Amalia, y Chantel, la chica que trabaja en la parte administrativa, ya está hablando conmigo. No es mala chica, ni que me cayera mal, pero a veces suele ser demasiado insistente y obvia a la hora de pedirme una cita.

No es que tenga el ego por las nubes pero ya desde secundaria di por sentado que tengo bastante atención por parte del público femenino, igual, simplemente lo paso por alto.

No tengo tiempo de estar en una relación ahora, mucho menos luego de pasar por Lonnie. No es que yo sea alguien que repele las citas a toda costa, simplemente sé cuándo no las necesito. Y este es uno de esos momentos.

-Y yo pensaba que podíamos ir juntos a la fiesta de la empresa de este sábado ¿Qué tal? -preguntó- ¿Paso por ti a las 7?

Si bien como dije antes, Chantel es una buena chica y por lo tanto -si bien una parte mía me dice que tengo que ser directo-, no quiero cortar esa pequeña ilusión suya así de golpe.

-Em... Lo siento, es que ya voy con alguien -me excusé.

-Oh, está bien, entonces nos veremos allá -contestó con una sonrisa algo caída-, nos vemos Aaron.

-Adiós Chantel.

Caminé hasta el ascensor y solté un suspiro cansado. Bien, ya le dije una mentira a la pobre chica, tal vez pueda hacer que Felicity vaya conmigo, no creo que tenga problema, luego le devolveré el favor y listo. Entré al ascensor y Pearson, el jefe de la firma de abogados y mi tutor entró luego de mí.

-Aaron, gran trabajo el de hoy -felicitó.

-Gracias Pearson -agradecí.

Él me ayudó demasiado cuando entré al estudio, incluso me hizo entrar a su estudio porque según él yo "sirvo para esto". Es alguien muy amable y con quien se puede hablar, tiene creo que dos años más que papá pero actúa muy juvenil para su edad. Es alguien en quien puedo confiar.

- ¿Irás a la fiesta de la empresa? -preguntó y asentí.

-Puede que vaya un rato -respondí.

-Excelente, tengo muchas personas a las que presentarte -aseguró-, digo, ya que quiero prepararte para que seas mi socio, obviamente en un futuro lejano, pero con algo tenemos que comenzar.

Lo observé sorprendido esperando que se empezara a reír y me dijera que era una broma, una de mal gusto a mi parecer.

- ¿Qué? -pregunté.

-Lo que escuchaste, nos vemos mañana en el estudio -saludó y salió del ascensor dejándome sólo con mi sorpresa.

***

- ¡Eso es una gran noticia! -exclamó Luka.

Estiró una mano y me atrajo hacia él dándome un abrazo de costado y sacudiendo mi cabello. Me reí y me separé de él acomodando mi cabello mientras mi hermano todavía no salía de su euforia.

-Ya, dijo en un futuro lejano -hablé- ni siquiera sé si lo dijo en serio y deja de pasarte los semáforos en rojo, por favor. Gracias.

Luka bufó y frenó el auto cuando la luz del semáforo cambió.

-Pero si lo dijo es por algo ¡Hay que ir a celebrar! -anunció sin siquiera escucharme-. Llamaré a Isaac, a Mark, Dom tendrá que venir y aunque tenga que tomar un maldito avión y traerlo hasta aquí, Robin también estará.

-No creo que sea para tanto... -comencé.

-Ay no, no me vengas con tu modestia barata que me saca de quicio -se quejó Luka y ya veía venir su momento de diva-. Haremos una fiesta, nos juntaremos absolutamente con todos, tomaremos, te sacarás esa cara seria y te divertirás como nunca ¿entendido? No arruines los preparativos para mi noche especial.

- ¿TU noche especial?

-Ay, tú me entiendes -dijo e hizo un gesto vago con la mano para quitarle importancia y volvió su vista al camino.

-Como quieras...

-Y no me mandes a la mierda sutilmente -me cortó sin siquiera mirarme-. Eres la primera persona a la que de seguro le darán un ascenso y no se pone feliz.

-No es que no esté feliz, simplemente no me quiero entusiasmar con algo que pasará en un futuro lejano -me encogí de hombros-, no hay que adelantar las cosas y más te vale no irte de buchón con mamá porque estoy seguro que ella se pondrá más efusiva que tú.

-De seguro le avisará a nuestras tías y te hará una fiesta sorpresa -contestó mi hermano pensativo.

-Luka... -advertí.

-Está bien, no le digo, tienes mi palabra -accedió por fin.

-Gracias.

No quería ponerme feliz tan rápido con lo que me dijo Pearson, tampoco pretendo bajar mi guardia dando por sentado que tendré el puesto. Si supuestamente quiere darme un ascenso, que sea porque le lo demostraré no porque le caiga bien.

Luka estacionó el auto al frente a nuestra casa y salimos para buscar las bolsas con ropa sucia. Hace cinco meses que estoy viviendo en un departamento, el cual cabe decir que no tiene lavadora, por lo tanto tengo que seguir viniendo, de paso visito a mis hermanos. Bajamos las bolsas con la ropa y todavía quedaba una restante en el auto.

-En serio ¿Por qué mierda esperas a quedarte sin ropa para lavar? -se quejó mi hermano.

Me encogí de hombros.

-Para dejar ya todo limpio -contesté.

No es por eso, es que me olvidé y muchas veces tuve la oportunidad de venir a lavar pero las pasé por alto. Pero mi hermano no necesita saber eso.

Entramos a la casa que, por algún extraño motivo, estaba silenciosa. Cuando viviste toda tu infancia aquí con otros seis hermanos sabes diferenciar los dos tipos de silencio que hay, el primero que es el que usan los gemelos antes de hacer una broma para la persona que va a entrar y luego está el silencio de cuando no hay nadie en la casa. Por suerte, cuando abrimos la puerta, nos dimos con que era el segundo tipo.

Nos encaminamos hacia la cocina cuando, para mi sorpresa, nos encontramos con una figura pequeña y de cabello negro al lado de la cocina. Se dio vuelta y Kira nos sonrió para luego girarse de lleno dejando la comida a un lado.

En serio agradezco que Luka se encontrara ahí para romper el silencio. Por mi parte, no podía evitar el parecer embobado ante su presencia así como llevaba ya los últimos meses. Llevaba el cabello despeinado y una remera obviamente más grande que le llegaba hasta la mitad del muslo. Esto no me pasaba antes, o por lo menos yo pensé que ya había superado esta etapa de no saber cómo actuar a su alrededor.

Entendí el porqué de su expresión caída cuando escuché su razón: Sus padres organizaron de casarla con algún tipo por el bien de su empresa.

Hasta casi estuve por suspirar aliviado cuando ella lo rechazó. No me sorprende, alguien con el carácter de Kira era obvio que reaccionaría así por lo que su madre decidió echarla de su casa -bastante injusto a mi parecer- y por ello terminó aquí, cocinando para todos.

-...Ahora estas con nosotros y puedes quedarte todo el tiempo que quieras -La voz de Luka me devolvió a la realidad.

Kira le agradeció y Luka se volteó a verme para avisarme que iría a buscar más bolsas dejándonos a ella y a mí a solas. Ella me sonrió con algo de rubor en sus mejillas y siguió en lo suyo.

Hablamos un poco más del tema, ella quería hacer parecer que no le importaba, pero muy dentro mío sabía que algo más que la indiferencia sentía. Y yo le quise hacer saber que haría lo que fuera por ella. Porque es verdad, desde que la conocí cuando éramos adolescentes supe que haría lo que fuere para que ella esté bien, algo que siempre sentí y no sé por qué.

No soy estúpido, desde la secundaria era consciente de lo que Kira siente por mí y de lo que yo llegué a sentir por ella pero nunca llegó a pasar nada más que esa noche de verano ya que; primero, ella es la mejor amiga de mi hermana; y segundo, no quería arruinar nuestra amistad.

- ¿Quieres que te ayude a cocinar? -pregunté acercándome a ella.

Una cosa es que no vaya a intentar nada y otra es que no disfrute de verla sonrojada cuando estoy bastante cerca de ella.

Kira se sobresaltó al darse cuenta de mi cercanía y sus mejillas se pusieron rojas al instante. Se volteó a verme con una sonrisa nerviosa y me empujó hacia atrás.

-No te acerques a mi cocina porque te juro que esto sale mal y te patearé en las pelotas. Esa cara de lindo idiota se te irá pronto -comenzó.

Mordí mi lengua para reprimir una sonrisa y ladeé la cabeza hacia un costado cruzándome de brazos. Por su parte, su expresión se paralizó un instante y, cuando cayó en cuenta de lo que había dicho pasó de la palidez al rojo vivo, se aclaró la garganta y volvió a concentrar su atención en lo que estaba cocinando.

- ¿Me acabas de llamar lindo? -pregunté haciéndome el desentendido.

- ¡Agradece que no te dije imbécil o algo peor! -escupió rápidamente-. ¡¿No tienes que lavar ropa?!

Estuve por contraatacar cuando Luka apareció con más bolsas y palmeó mi hombro pasando sin darse cuenta de la situación.

-Vamos honey, esa ropa no se lavará sola -me llamó desde el lavadero.

Le eché una mirada rápida a Kira y decidí seguir a mi hermano. En el umbral de la puerta que salía hacia el lavadero, miré disimuladamente sobre mi hombro como la japonesa tragó en seco, suspiró aliviada y empezó a hablar consigo misma algo que no llegué a registrar.

No pude evitar sonreír. Para muchos, el ataque verbal de Kira podía ser algo incómodo, incluso hasta para ella misma; pero para mí resultaba algo gracioso e incluso tierno.

***

Le pasé un muñeco de unicornio colorido a Germaine y ella lo aceptó gustosa para luego ponerlo en la canasta y pedirme otro. Me gustaba jugar con Germaine, era tranquila cuando quería, otras veces le gustaba ser un pequeño torbellino rubio.

Mi teléfono empezó a sonar y lo tomé. Germaine creyó que era un juguete y extendió su pequeña manito a lo que yo le hice un gesto con la cabeza que no al ver que se trataba de Amalia, la directora de la cadena hotelera. Mi hermana arrugó su ceño y el puchero en su boca empezó a crecer, antes de que tuviera un berrinche le pasé otro juguete de la canasta, ella balbuceó algo que no pude descifrar y se quedó con el peluche, por ahora.

Atendí y me llevé el teléfono a la oreja.

- ¿Hola?

Amalia era una mujer ya mayor, y, al igual que Pearson le tenía mucha confianza, es una mujer trabajadora y amable, pero nunca me había llamado por teléfono.

-Aaron, espero que no sea molestia que te llame -comenzó.

-No, para nada -contesté.

Germaine puso el último juguete en la canasta y con sus manitos la tomó y dio vuelta volcando todo los juguetes de nuevo. Me asusté cuando una de las esquinas de la canasta rozó con la cabeza de mi hermana así que se la aparté. Germaine miró a su alrededor a todos los juguetes tirados y volvió a verme con una pequeña sonrisa mostrando sus pequeños dientes y aplaudió. Le sonreí para luego concentrarme en la conversación.

-Qué bien, quería asegurarme de tu presencia en el evento del sábado -habló.

-Eh... sí, estaré ahí -hablé y de repente el foco se me encendió. Parece que Germaine también lo notó porque concentró su atención en mí-. Amalia, ¿puedo preguntarte algo? Sin ofender, por supuesto.

-Sí, no hay problema, pregunta.

-Escuché que necesitabas gente en el puesto administrativo ¿eso es cierto? -pregunté tentativo.

-Oh, sí, con la jubilación de Lory el puesto de asistente de ventas está vacío -habló.

- ¿Y qué pensarías si yo te presento a alguien quien podría ir perfecto para el puesto? -comenté.

-Lo andaría necesitando con urgencia así que tráelo a ver qué tal -respondió.

-Genial, gracias Amalia -agradecí.

La llamada se terminó y dejé mi teléfono a un costado para volver a concentrarme en Germaine quien se quedó observando el aparato con cierto recelo.

- ¿Qué pasho? -preguntó viéndome.

-Es un secreto ¿lo guardarías por mí? -dije fingiendo ser cauteloso.

- ¡Shi! Secreto -exclamó con una sonrisa.

Me reí con ella mientras ella parecía olvidarse de nuestra conversación y seguir en nuestro juego. Ella me pedía los juguetes y yo se los daba mientras de a ratos murmuraba palabras incoherentes. Mi cabeza estaba en otro lado, podría ayudar a Kira, ahora solo tengo que hacer que me acompañe a la fiesta.

Estaba planeando como podría decírselo cuando alguien entró a la habitación, era ella.

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Nuevo capítulo estrellitaas 🌟🌟

Espero que les haya gustado y ya saben que si fue así denle mucho amogggg ❤️❤️

Me estuve recomponiendo después de las fiestas así que volvemos al ruedo ah.

Pregunta random del día:

¿Cómo pasaron las fiestas estrellitaas?

Sin más que decirles, nos vemos en el próximo capítulo. Los quiero estrellitaas ❤️🌟. Dhalia fuera

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