Nova saltó de la cama al escuchar la bomba que acabo de explotarle en la cara y empezó a caminar de un lado al otro en la habitación.

Me senté y observé su ritual en silencio mientras que ella murmuraba algo tan bajo que no pude escuchar y me miraba de a ratos y negaba la cabeza con una sonrisa burlona. La conozco como cada la palma de mi mano y sé que, al igual que yo al principio, ella no se lo cree.

- ¿Es una broma cierto? -preguntó.

-Desearía -respondí al instante.

-Pero, ¿con Drew? -preguntó al borde de la desesperación.

Respondí con un asentimiento mudo con la cabeza y, mientras más lo iba diciendo ella, más me iba convenciendo de que eso en verdad ocurrió. Por su parte, Nova bufo y negó con la cabeza rápidamente, sin poder creerlo todavía.

-Sí, con el repugnante Drew -contesté-, solo que ahora no es repugnante, es pedante que es peor.

-Definitivamente -concedió la rubia-. Dime por amor a lo bueno que no accediste a eso.

¿En serio después de todo lo que le dije acaba de decirme eso?

-Sí lo hice, pero solamente vine aquí a celebrar de lo feliz que estoy. ¿Sabes? Vamos a decirle a Juls que abra la champaña -dije con sarcasmo-. Odio los estereotipos pero tú refuerzas el estigma de rubia tarada.

Ivanova se encogió de hombros sin tomarle importancia y asintió sabiendo la respuesta que es más que obvia. Caminó de un lado a otro como león enjaulado. De la nada se detuvo en seco, se rió y volteó su cabeza a verme.

- ¿Puedo ser la madrina? -preguntó.

Ante el mínimo recuerdo de estar parada en un altar tomé la almohada y quedó en el suelo luego de golpear el hombro de la rubia, quien, se desternillaba de la risa por mi desgracia.

-Ahora solo por ese comentario la madrina será Thalía -me quejé bromeando.

Nova se llevó la mano al pecho y abrió la boca fingiendo estar ofendida y terminó por reírse y sentarse a mi lado.

-Lo siento, es que no puedo imaginarte con un vestido blanco -dijo.

No puedo enojarme con ella por eso por el simple hecho que yo tampoco me lo imagino, y cabe destacar que estoy lejos de imaginarlo. El solo hecho de escuchar la palabra casamiento ya me da escalofríos. No es que le tenga fobia o algo por el estilo, solo que a mis 23 años conocí demasiados matrimonios en el círculo de amistad de mis padres que fracasaron colosalmente. Conozco únicamente un matrimonio que sigue en pie hasta el día de hoy que es el de los padres de los hermanitos Jones, pero obviamente son un caso aparte. Ellos se aman y se lo demuestran siempre, obviamente no de la manera melosa, eso comparado por el matrimonio de mis padres que es totalmente frío, es una gran diferencia.

-Yo tampoco rubia, yo tampoco -dije acostándome en la cama.

***

-Nova, deja de patear -me quejé-. Y dame más manta que te la estás quedando toda.

-Eres una maldita e insufrible quejica -dijo abriendo los ojos.

Me removí hasta quedar enfrentada con la rubia, quien soltó y suspiro cansado y se restregó un ojo con su dedo.

-Déjame dormir maldita zorra.

-No puedo cuando tengo frío y estoy nerviosa -respondió Nova.

-Sí, pude olerlo, por lo menos intenta quitarlo del otro lado de la manta -reproché.

Suspire resignada sabiendo que no podría dormir hasta la próxima hora y me acomodé quedando acostada mirando al techo, ambas sumidas en un gran silencio.

- ¿Qué sucede? -Pregunté-, cuéntale a mami Kira.

- ¿Crees que me irá bien? -preguntó la rubia.

-De seguro, solo no te pongas tan nerviosa -aconseje y sonreí-, ellos huelen el miedo.

-Ni que fueran perros -se quejó Nova.

-Pero ya, te irá bien -aseguré- ¿A qué hora te irás?

-A las once.

-Bueno, asegúrate de no oler mal, ellos no huelen el miedo pero si el sudor de nerviosismo -dije.

Nova se movió y me pegó una patada que se alojó justo en mi pierna derecha. Me mordí la lengua para no quejarme y le jale el cabello.

-Maldita rubia oxigenada deja de patear -siseo a lo que ella ríe.

-Eso te pasa por llamarme sudorosa.

-Si lo digo es porque tengo razón -le contesté.

Nos quedamos en silencio unos segundos que bastaron para que pueda abrazar la almohada y estaba dispuesta a dormir cuando la rubia volvió a hablar.

- ¿Y si le digo que no iré? -preguntó.

-Irás -afirmé-, primero porque quiero quedarme en tu habitación, segundo porque si te da miedo es porque tienes que hacerlo.

-Ya sé pero es raro, no me pasaba así desde... bueno... -dijo algo dudosa.

-Tyler -dije por ella.

La rubia asintió y, fuera de que la habitación está a oscuras, tenía una mirada apagada. Tyler fue el primer chico por el que Nova llegó a sentir algo intenso, lo amaba y yo veía las cosas desde primera fila ya que él mismo me había dicho que la amaba a ella también. Un día simplemente tuvieron una fuerte discusión, el auto se descarriló y sufrieron un accidente que le costó la vida a Tyler. No es culpa de Nova, ella no buscó pelearse esa noche con él, pero ella sigue sintiéndose culpable hasta tal punto que tiene vértigo de volver a conducir un auto y digamos que la familia de él no ayudó mucho cuando todo esto ocurrió.

-Amiga -comencé-, no te sientas culpable de volver a amar a alguien. Lo que tuviste con Tyler también fue bueno, pero no es tu culpa lo que le sucedió, no vivas con esa roca y menos ahora que tienes a un chico súper sexi pisando el suelo donde pisas. En fin, no está mal volver a amar.

Ella se quedó en silencio y algunas lágrimas escaparon de su rostro. La abracé como pude y me reí.

-Más te vale que aproveches mi abrazo porque esto no sucede todo el tiempo -me burle.

Nova río débilmente y liberó un brazo para rodearlo por mi cuello. Nos quedamos unos segundos así hasta que lo tomé como suficiente y me desprendí de su agarre.

-Gracias Kira -dijo suavemente- y no te preocupes por lo del casamiento, tu madre va a recapacitar y todo se va a solucionar.

-Sé que eso es imposible, pero gracias -dije y nos reímos-. Ahora vuelve a dormir rubia hueca que mañana tienes un largo día.

Ella suspiró y asintió.

Considero a Nova una de las mejores amigas que me pudo tocar, no porque como en las historias clichés nos hayamos conocido de toda la vida, sino porque nuestra amistad llegó de la nada y, a pesar de nuestros problemas tanto con ella como los personales, poco a poco ella se fue volviendo mi todo, y el regalo más lindo que pudo darme es una familia que me quiere y se preocupa por mí, y, aunque sean un gran dolor de culo, siempre estarán para mí.

Esas son las cosas que pienso a las 4:45 de la mañana, con una rubia despeinada durmiendo a mi lado y con una familia biológica que me debe de estar odiando en estos momentos.

***

- ¿Llevas todo? ¿Ropa, lencería sexy, condones? -bromeé.

La rubia enrojeció al instante y se soltó de mi agarre con una carcajada por parte de las dos. Miré detrás de ella hacia el auto de Adam y, luego de hacer un ademán con la mano para despedirme de él, abracé a mi mejor amiga haciéndole prometer que me llamaría cuando llegara.

Cuando el auto se alejó por la calzada, me volví a meter en la casa. Eran las 11 de la mañana y mucho no tengo por hacer. Jarek se fue al taller junto con el señor Jones, los gemelos todavía duermen y Juls se fue junto con Germaine al pediatra de la bebé asegurando que es por algo normal, un procedimiento de rutina y que volvería en lo que canta un gallo. Lo mejor que podía hacer es organizar el almuerzo.

Sería un buen 2x1, me distraigo del hecho de que mamá todavía no ha dado señales de vida y les hago la comida a los Jones en forma de agradecimiento por dejarme quedarme aquí.

Me dirigí hacia la cocina y empecé a sacar algunas cosas intentando idear algo para hacer de comer. Nunca se me dio para nada mal la cocina, es más, cuando mamá y papá se iban a sus viajes de negocios yo me quedaba sola y amaba cocinar.

Abrí la heladera cuando el ruido de la puerta me alertó. Miré detrás mío cuando dos voces que reconocí muy bien se colaron por la cocina.

Los dos hermanitos mayores Jones, Luka y Aaron, entraron a la cocina y cargados con bolsas llenas de ropa. El primero en darse cuenta de mi presencia fue Aaron, quien dejó su bolsa en el suelo haciendo que Luka casi se tropezara con ella.

-Hola hermanitos Jones -saludé.

-Japón -el primero en hablar fue Luka- ¿Qué haces aquí?

-Larga historia -me limité a decir- ¿y esas bolsas?

-Venimos a lavar ropa -explicó el mayo de los Jones y puso sus manos en sus caderas-. Ahora que sucedió, escupe.

Les conté acerca de todo lo que sucedió anoche, comenzando desde la cena y terminando hasta que llegué aquí. Los dos hermanitos Jones se sentaron en la barra a escucharme. Cuando terminé mi relato Aaron quedó en completo silencio y Luka mascullo un insulto.

-Lo lamento Kira -dijo éste último y se acercó para rodearme los hombros con su brazo-, pero ahora estas con nosotros y puedes quedarte todo el tiempo que quieras.

-Gracias Luka -dije y le sonreí.

Este asintió y se separó de mí para voltear a ver a su hermano.

-Iré a buscar lo que queda de la ropa -dijo.

- ¿Hay más que eso? -pregunté viendo las dos bolsas grandes cargadas de ropa.

-Ya sabes cómo es Aaron, Japón -contestó Luka-, espera hasta quedarse sin ropa para lavar.

Me reí y asentí. Observé como el hermano mayor de Nova se retiraba de la cocina tarareando una canción y suspire.

-Lo siento por lo de tu madre -dijo Aaron cortando el silencio-. Me resulta arcaico que tengas que casarte para obtener la empresa.

-Lo mismo digo yo pero -dije y me encogí de hombros-, quisiera hacer algo contra esto, pero no encuentro como.

-Te entiendo -dijo asintiendo lentamente-, yo también si pudiera hacer algo por ti lo haría. Tranquila, encontraré la forma de sacarte de esto.

-Puedo salir sola -dije y me reí-, pero gracias por eso, Aaron.

El castaño asintió y sonrió. Acción que causó que no pudiera evitar que algo se revolviera dentro de mí. No tengo porque mentir, Aaron es un hombre atractivo, es inteligente, algo que me atrae demasiado en un hombre y solo es dulce con su círculo de confianza. Algo de lo que me siento privilegiada y agradezco ya que pertenezco a ese círculo.

Recuerdo que cuando era niña hasta llegué a declarar ante Nova que él me interesaba y demasiado, y como no seguir haciéndolo. Él es inteligente y sabe muy bien lo que quiere. Recuerdo que Nova se burlaba cuando éramos niñas diciendo que me había enamorado de su cerebro y que Aaron era un nerd. Un nerd caliente a mi parecer. Pero ya crecí y pasé esa etapa de "enamoramiento acosador" hacía él, entendiendo que es el hermano de mi mejor amiga y, al crecer con ellos, Aaron solo me ve como una hermana más.

***

- ¡A comer! -grité escaleras arriba.

Al rato, llegaron los gemelos, Alexei y Jov como si fueran una estampida escalera abajo. Los dos se pararon delante de mí con una sonrisa, lo cual me causó escalofríos ya que los condenados son iguales, pero por suerte se reconocerlos. Los dos tenían un gesto aniñado y vieron detrás de mí hacia la mesa para encontrarse con ésta completamente vacía. Estúpidos, todavía se creen el cuento de que verdaderamente está la comida al primer llamado.

-Eso fue una gran traición, Japón -se quejó primero Alexei.

-Vayan a poner la mesa -mandé.

-Te costará caro -mascullo Jov.

Levanté una ceja despectiva y me crucé de brazos. Mantuve la mirada con los gemelos cuando el primero en reírse fue Alex quien pasó por mi lado seguido de su gemelo, ambos revolviendo la coronilla de mi cabeza.

Me giré sobre mis talones luego de un rato cuando me encontré a Juls saliendo de la cocina.

-No sé qué hiciste pero los gemelos pondrán la mesa -comenzó y sonrió- ¿considerarías quedarte por mucho tiempo?

Me reí y me acerqué a ella para ayudarla a poner un mantel sobre la mesa de madera.

-Todo lo que sea necesario por ti, Juls -bromeo y ambas reímos.

Si bien Juls es madre de siete hijos, con solo 46 años parece más joven de lo que es. Algo que quisiera hacer es llegar a su edad y tener su figura, además de que, a diferencia de mi madre, ella es una mujer enérgica, amable y simpática y sólo es dura cuando es completamente necesario. Es envidiable la madre que tienen los hermanitos Jones.

-Bien, Luka está en la cocina con los gemelos, yo me encargo de llamar a Jones y a Jarek... -dijo pensativa y me miró- ¿Puedes llamar a Aaron? Está en la habitación de Germaine.

-Claro, no hay problema -asentí.

Me dirigí a la habitación de la menor de los Jones y toqué dos veces la puerta para luego abrirla y entrar. La habitación, si bien no es grande es muy acogedora. Recuerdo la semana en la que Nova se encargó de organizar la habitación por pedido suyo. La habitación es de color verde y tiene en una de las paredes un mural como si fuera un jardín pintado por los gemelos, quienes comparten un buen dote por el dibujo y la pintura. La cuna está en medio de ésta y a un costado hay un armario y del lado paralelo hay una manta felpuda con varios juguetes de la niña.

Vi demasiadas veces ésta habitación, lo que me sorprendió y enterneció es que Aaron estaba sentado con las piernas cruzadas en el piso jugando junto con Germaine.

No es de esperarse, todos son muy babosos con la menor de la familia, hasta a veces he presenciado varias peleas de quien se encargaría ella. No los juzgo, Germaine es de esas bebés que merecerían estar en algún comercial.

Aaron se dio cuenta de mi presencia al instante y sonrió.

-Eh... ya está lista la comida -dije intentando sonreír confiada.

-Genial -dijo y levantó a su hermana entre brazos.

Germaine al verme sonrió y extendió sus pequeños bracitos para tocar mi cabello y soltar una risita. Le sonreí de vuelta y miré a Aaron por la situación.

-Por cierto -dijo éste cortando el silencio-, necesitaba decirte algo.

Tomé a Germaine quien jadeaba y soltaba algunas palabras sin sentido mientras intentaba llegar hasta mí. Dejé un beso en su mejilla a lo que la niña sonrió.

- ¿Qué sucede? Dispara -le dije.

-Tengo una propuesta para ti.

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Y hasta acá el capítulo de hoy estrellitaas 🌟🌟

Espero que les haya gustado y si fue así ya saben denle mucho amogggg ❤️❤️❤️

Pregunta del día: ¿Cuál creen que sea la propuesta? W.W

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