Luego de leer el gran mensaje que me había alegrado la noche, busqué en contactos a Kira, mi mejor amiga. Luego de tres timbres ella respondió.

-Hola, ¿adivina que? -canturreé.

Se escuchó un jadeo al otro lado de la línea por lo que sonreí.

-Oh no -respondió por fin.

-Oh si.

- ¿Cómo las conseguiste? -preguntó.

-Tengo mis contactos -respondí.

Reí mientras escuchaba del otro lado de la línea como Kira me insultaba de su idioma natal, japones.

- ¿Vas a decirme? -preguntó mas calmada.

-Nope -me reí-, avísale a Sam.

-La buscaré a ella primero como a las 11:30 y luego a ti -contestó Kira y luego suspiró.

-Sabes que me amas.

-A veces creo que hasta demasiado -contestó y nos reímos.

Corté la llamada y salté de la cama al ver la hora. Ya habíamos terminado de comer y faltaban media hora para que me buscara Kira.

Estaba por salir de la habitación, abrí la puerta y me sobresalté al ver a mi hermano mayor, Luka.

-Te toca lavar los platos, mocosa -dijo tirándome un trapo.

-Hey, a mi no me engañas apestoso -dije y lo seguí hasta el pasillo-, hoy te toca a ti.

Bufó y se cruzó de brazos mirando al techo con desaprobación. Luka es el mayor de 6 hermanos, pronto 7, pero a veces de lo tan diva que podía llegar a ser, parecía que tuviera 5 años de nuevo.

-Pero no quiero hacerlo -comenzó-, hoy saldré.

Rodé los ojos e imité su posición. Cuando Luka dice "hoy saldré" significa que desaparecerá toda la noche y volverá a las 7 de la mañana, de seguro oliendo a alcohol. Como tuve la malísima suerte de tener mi habitación al lado de la suya, tengo que despertarme alertada por los ruidos y tropiezos que deja mi querido hermano a su paso.

Siempre es lo mismo, obviamente se despierta tarde y luego viene el reproche de mamá diciendo que la había tenido preocupada toda la noche y papá le pregunta si se cuidó. Y no, no en el sentido inocente de la palabra.

Y así ocurre cada semana, pero por suerte, esta noche no estaré para tener que aguantar todo eso. Busqué alguna alternativa y al instante se me vino a la cabeza a mi hermano menor. Jarek es el que sigue de mí por solo dos años, si le hago ojitos de perro de seguro lo que le pida lo hará.

-Pídeselo a Jarek -comencé.

-El imbécil fue más listo y salió antes -se quejó Luka.

-Yo también saldré -finalicé.

Le di el trapo y los dos nos quedamos en silencio buscando una solución. Visualicé la puerta a mi derecha y sonreí. Miré a Luka y él estaba con la misma sonrisa que yo.

Siempre nuestros padres llaman a estos momentos "comunicación telepática hermanal", lo cual significaba que, por ejemplo en estos momentos, teníamos una gran idea.

-Aaron -dijimos los dos casi al mismo tiempo.

Tocamos su puerta y al rato mi otro hermano mayor abrió con su respectiva seriedad que lo caracteriza y nos miró a los dos de arriba a abajo.

- ¿Qué quieren?.

Luka levantó el trapo y yo sonreí inocente. Aaron nos observó durante unos segundos para luego cerrar de un portazo la puerta dejándonos ahí parados.

-Genial -masculle y miré a Luka- ¿Qué tal a los gemelos?.

-Puede ser -pensó.

Aaron era el que le seguía a Luka. Es serio y siempre vive con la nariz en algún libro, pero tampoco es aburrido, es casi como Luka, pero más maduro. Siempre le encanta recalcar que es el único civilizado entre nosotros seis, al principio me molestaba, ahora lo acepto ya que no soy especialmente una princesa. Él es el único que no tiene un nombre raro, ya que todos los hermanos Jones fuimos maldecidos por un nombre inusual. Mamá siempre le reprochó a papá que nuestros nombres son algo excéntricos, mientras que él solo le contesta que, según él, son originales.

Bajamos las escaleras casi al trote y en la planta baja nos encontramos a los gemelos jugando un videojuego sobre guerra. Alexei y Jov son mis hermanos menores, pero a pesar de tener tan solo 15 años son unas mentes maestras cuando se proponen hacer bromas.

Nos paramos al frente suyo tapando la televisión a lo que ellos se quejaron.

-Escuchen renacuajos vayan a lavar los platos -mandó Luka tirando el trapo.

Los dos se recostaron en el sofá casi al mismo tiempo quedando en la misma posición. Ladearon la cabeza hacia un costado y nos sonrieron. Incluso daban miedo.

-Lo haremos hermano -comenzó Alexei.

-Obviamente por algo a cambio -finalizó Jov.

Compartimos una mirada rápida con Luka y miré el reloj, faltaban 20 minutos para que llegara Kira y Sam.

-Esta bien -comencé-, ¿Qué quieren?.

Los gemelos compartieron una mirada y nos miraron con una sonrisa angelical. Se levantaron de la nada y a pesar de que yo sea mayor que ellos, los gemelos me sobrepasaban de altura solo por unos centímetros.

-Nosotros ya pediremos nuestro favor de vuelta -dijo Jov levantando el trapo.

Alexei nos guiño un ojo mientras su gemelo se dirigía a la cocina y lo siguió sin antes agregar:

-Estén atentos.

Una vez que desaparecieron miré a Luka y me encogí de hombros. No tengo tiempo para pensar en las advertencias de mis hermanos menores, mucho menos cuando tengo que irme y todavía no sabia que ponerme.

Subí las escaleras y me encerré en mi habitación.

***

Me miré al espejo una última vez. Tenía un top blanco con un pantalón corto de jean negro y unas botas tipo militar del mismo color. Dejé mi cabello rubio suelto y solo apliqué muy poco maquillaje alrededor de mis ojos azules.

Me llegó un mensaje de Sam avisando que ya estaban cerca a lo que salí de la habitación y bajé las escaleras.

Pasé por la sala de estar y estaba por llegar a destino cuando una voz me detuvo.

-Ivanova Jones ¿a dónde vas?.

Me di vuelta. Ahí estaba mamá con los brazos a los lados como teteras y su estómago crecido.

Le sonreí inocente.

-Mami, ¿puedo juntarme con Kira y Sam? -pregunté jugando con mis dedos.

- ¿A dónde irán?.

Y aquí comienza el interrogatorio de siempre. Pero si quería ir tendría que contestar cada pregunta con una sonrisa.

-A la casa de una amiga.

- ¿Van con alguien más?.

-No.

- ¿Se encontrarán con alguien en especial?.

No pude evitar rodar los ojos. Mamá siempre tiene esa idea de que estoy en alguna relación con alguien. ¿Qué acaso no entiende que amo la soltería?.

-No.

- ¿Qué harán ahí?.

Rezar y leer la biblia completa.

Me mordí la lengua para no soltar una respuesta sarcástica.

-Charlar, divertirnos, quizá -me encogí de hombros.

Junto con tomar y bailar obviamente.

Mamá lo pensó unos segundos cuando se escuchó en el exterior la bocina del auto de Kira.

Miré a mamá y sus labios se volvieron en una sola línea.

-Está bien, pero no vuelvas tan tarde -advirtió.

Sonreí y le di un rápido beso en la mejilla. Con un "adiós" fugaz me despedí y salí al jardín para luego entrar al auto.

-Pensé que no vendrías -dijo Sam.

-No me perdería una fiesta con luces de neón -dije y le sonreí.

-Pasa la dirección -dijo Kira quien estaba al volante.

Le mostré la dirección de mi teléfono y ella asintió y arrancó el auto.

Kira y Samara son mis dos mejores amigas. Por algo nos unimos en amistad en la primaria y fue por nuestros nombres. Según dice Sam, nuestras madres se pusieron de acuerdo para ponernos nombres así. Las conozco desde siempre y tengo mucha confianza con ellas.

Me recosté en el asiento trasero y me reí.

-Samy, pasa una cerveza -dije.

La pelirroja con una sonrisa me pasó una botella y luego le ofreció una a Kira quien negó con la cabeza al instante y, con la vista fija al frente agregó:

-Soy la conductora designada -se excusó-, además que no me gusta el alcohol y lo sabes.

Samara se encogió de hombros llevándose una botella de la boca. Le dio un largo trago y luego la miró.

-Tú te lo pierdes -le dijo y chocamos botellas.

***

Me metí en el asiento del copiloto y me reí como una foca al ver como Sam intentaba caminar sobre sus tacones con Kira ayudándola.

Una oleada de mareo me vino y asomé la cabeza por la ventana para tener aire. Pero, en vez de calmarme, largué todo el alcohol que consumí en la noche. Me miré al espejo y tenía la cara y ropa pintada entre los colores rosa, naranja y verde.

Kira, quien estaba todavía intacta, ayudó a subir a Samara y luego fue al asiento del piloto. Le dije algo que causó que Sam se riera y la pelirroja gritó algo parecido a jugar a los autos chocadores.

Veía borroso como Kira negaba con la cabeza con desaprobación para luego recostarme en el asiento.

Mis ojos se iban volviendo pesados y a la lejanía escuchaba como hablaban de algo que no lograba descifrar y que no tenía ganas de hacerlo tampoco.

De la nada, escuché un grito para luego ver un destello blanco, como si fuera un rayo, y todo se volvió negro.

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Holaa estrellitaas 🌟🌟

Les dejo el prólogo de esta querida historia. Espero que comenten y voten si les gustó.

¿Ustedes qué es lo que esperan de esta historia? w.w

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Dónde van a ver contenido de todo tipo pero sobre todo van a saber cuándo actualizo.

Sin más que decirles (como no soy buena en las notas aparte) me retiro.

Los quiero.
Dhalia fuera.