Epilogo 2/2
8 meses después (4 meses para que se cumpla el año)
-¡Lilith por décima vez te dije que no te traje nada de regalo, deja de hurgar en mis cosas! -me quejé mientras alejaba mi bolso de mi hermana.
Mi hermana hizo un puchero exagerado con sus labios mientras se cruzaba de brazos.
-Vuelves de viaje luego de casi un año ¿y ni siquiera un regalo? -reprochó.
-No es como si me hubiera ido de vacaciones -contraataqué-, además, solo me quedaré el fin de semana y luego volveré a Washington, no seas un dolor de culo.
Lilith achicó los ojos y apretó los labios con un claro enojo para luego irse caminando en dirección al comedor y gritar.
-¡Pa, Adam está aquí, pero sin regalos!
Rodé los ojos y caminé detrás de ella. Por más que fuera una molestia andante, admito que extrañé a mi hermana, en sí extrañé la casa en general, fueron ocho meses demasiado largos y, como me tuve que poner al día con años y años de no estar en la farmacéutica, estuve bastante ocupado.
Llegamos hasta el comedor donde se encontraban mi padre y mi abuelo. Papá me regaló una sonrisa y se acercó a saludarme, por otro lado, el viejo se lamentó negando con la cabeza, como si el solo hecho de verme fuera lo peor que le pasó en su vida.
-Adam, qué bueno que pudieras venir a visitarnos -comenzó papá.
-Qué lástima que no se cayó el avión -comentó el abuelo desde atrás.
Le regalé una sonrisa aparentando ser amarga y me volteé a verlo.
-Qué lástima que vine por una visita ocasional y no para tu funeral, viejo.
-Ay Adam -se quejó papá volviendo a sentarse.
Él nunca había entendido el tipo de trato que tenía con el viejo, pero ya estaba acostumbrado a ello.
-Yo ya dije que pienso enterrarlos a todos -se quejó el viejo.
Lilith se rio mientras se abalanzaba sobre el abuelo pasando sus brazos alrededor de su cuello y abrazándolo desde la espalda.
-No dejes que te engañé, hasta llegó a admitir que te extrañaba -comentó.
Arrugué el ceño confundido mientras una sonrisa divertida se asomaba por mi rostro. Por su parte, el viejo miró a Lilith por sobre su hombro con el odio irradiando desde sus ojos. En un solo movimiento, apartó a mi hermana y se estremeció con asco.
-¡Nunca dije eso! Lo que te dije fue que prefería tener a este bastardo o a la noviadzilla que ni me hacen caso antes que soportarte un solo día más molestándome, niña castrosa -explicó el abuelo.
-Y eso es más entendible -me reí.
-¿Por cuánto tiempo piensas quedarte? -preguntó papá ignorando a mi abuelo quien intentaba sacarse a Lilith de encima.
-Cuando piensas irte, esa es una mejor pregunta -contestó el abuelo detrás.
-Tengo un vuelo a Washington para el lunes a la mañana, así que pienso quedarme solo el fin de semana -expliqué-. Además, no me perdería el cumpleaños de alguien tan especial...
Ante mi comentario cargado de sarcasmo, el abuelo bufó mientras se cruzaba de brazos.
-Si piensas que por venir a ver como cumplo un año menos de vida voy a darte algo de dinero estas bastante equivocado, bastardo -advirtió el abuelo.
-Mis pequeñas vacaciones coincidieron con ese día oscuro para la sociedad que fue tu nacimiento, no te ilusiones -reproché con una sonrisa triunfante.
Y era algo cierto, este pequeño viaje que había programado justo coincidió con el cumpleaños del abuelo, cosa que no premedité, pero que en gran parte fue una causa más para venir.
La tarde siguió completamente normal. Almorzamos bajo distintas charlas, del hospital, de la farmacéutica, de lo que sea que esté haciendo Lilith y su plan para que el abuelo reconozca que nos aprecia -algo que ninguno cree que pase, pero que lo intente si quiere-, del viaje de Miranda a la India de vacaciones.
-¡Tú madre se fue porque ya no te aguanta, algo que todos deseamos hacer! -exclamó el abuelo.
-Nu-hu, mami dijo que me va a traer un regalo de allá -contestó Lilith levantando el mentón como si eso fuera respuesta suficiente.
-Fue a un retiro espiritual, hija, dijo que no era seguro que te trajera regalos -comenzó papá.
Lilith se volteó a ver a papá regalándole un puchero exagerado mientras el abuelo se desternillaba de la risa. No pude evitar reírme también mientras veía la situación gracias a la reacción de mi hermana y a las carcajadas contagiosas del abuelo.
Papá negó con la cabeza y miró su reloj para luego levantarse de su silla.
-Ya debo irme al hospital -comenzó y se volteó a verme- ¿Quieres venir, Adam?
-Eh... no gracias, descansaré hoy -me excusé con una sonrisa.
No crucé miles de kilómetros para respirar de la mandona de Adela para venir a soportar al mandón de papá, pero no diría eso a una hora de haber llegado.
El abuelo también se levantó.
-Yo sí iré, ya no aguanto a tus hijos -comentó el viejo.
Y así sin más, ambos salieron del comedor quedando solo Lilith y yo en este. Nos quedamos un rato en silencio observando el umbral de la puerta hasta que escuchamos como se abría y cerraba la puerta delantera. Una vez que esto ocurrió, Lilith al instante se volteó a verme uniendo sus manos encima de la mesa como si fuera a dar un discurso y me regaló una sonrisa.
-Aprovechando que se fueron hay que hablar del regalo de que le daremos al abuelo -inició la conversación-. Tenía varias ideas, pero cuando se las fui comentando disimuladamente el abuelo las rechazó a todas.
Ladeé la cabeza de un lado al otro. En esto sí que entendía al abuelo, Lilith era pésima para dar regalos. Admito que por lo menos pone de su parte, pero sus regalos siempre terminan siendo un fiasco y, para no hacerla sentir mal, todos nos tenemos que conformar con tazas con frases idiotas o ropa que en el futuro se la termina quedando ella.
Aun así, por otro lado, yo tampoco tenía idea alguna que regalarle al viejo.
-No tengo ni idea de qué darle -comencé-. Podríamos mandarle una de esas coronas fúnebres, seguro que le gustara.
-Ay, Adam -se quejó Lilith dándome una mirada de reproche.
Me reí solo de mi chiste.
-Le encantaría.
-¿Qué te parece si vamos ahora al centro comercial? Seguro que ahí encontraremos algo -propuso.
-¿Qué te parece que si vamos más tarde? -pedí con una sonrisa-. El viaje me dejó exhausto.
Lilith refunfuñó un poco, pero por lo menos asintió aceptando.
-Bien, pero no te salvarás de ir -advirtió.
-Como mande -comencé mientras me levantaba. Pasé por su lado desordenando su cabello-. Me iré a dormir.
-Bien... -Escuché la voz de Lilith detrás de mí mientras me dirigía a la salida- ¡Ah, por cierto! ¿Ya hablaste con Nova?
Me detuve y volteé a verla. No, no le había dicho que volvería a la ciudad. Es que no sé, una parte de mí no quiere molestarla en lo que transcurre el año y otra parte decidió no decirle porque quería ver su cara de sorpresa si no llegábamos a encontrar.
Yo ya tenía claro desde el comienzo que la amo y que quiero estar con ella, por un momento pensé que aquello era algo infantil o que tal vez solo amaba la idea que me hacía de ella siendo Cenicienta, pero con el tiempo me di dando cuenta de que no era infantil. Estoy enamorado de Nova y ni ocho meses me hicieron cambiar de parecer. Admito que le propuse este año separados en un primer lugar para darle su tiempo, pero con los meses me fui dando cuenta de que tal vez yo también lo necesitaba para darme cuenta de que la amaba como Ivanova Jones, no como Cenicienta. Ahora ya tenía eso en claro, pero la duda me invadía al escribirle. ¿Estará con alguien más? ¿Se dio cuenta de que no quiere estar conmigo? ¿Aún tenía dudas? Sentía que si le enviaba un mensaje la presionaría a tomar una decisión que tal vez ella no quería y vivía con ese miedo todos los días de que ella llegase a aceptar estar conmigo con dudas de nosotros aun rondando en su cabeza.
No sé qué pensará ella a estas alturas, pero si yo tenía algo muy bien en claro es que la amo y ni un año me hizo pensar algo distinto.
***
Bufé por quinta vez molesto viendo la espalda de Lilith mientras ella me ignoraba olímpicamente caminando al frente y girando su cabeza hacia todos lados para ver que otra tienda encontraba abierta para gastar sus ahorros.
Básicamente mi hermana me estafó y yo caí redondo en su engaño. Lo que comenzó como una travesía para buscar un regalo para el viejo gradualmente se convirtió en una salida para que mi hermana se comprara ropa. Por eso ahora me encontraba caminando detrás suyo como si fuera un equeco haciendo equilibrio con todas las bolsas de las casas de ropa mientras mi hermana con la excusa de que buscaría un lugar para comprar el regalo del viejo solo llevaba una.
Las bolsas me pesaban y me tenía caminando de un lado al otro sin parar por tres horas, así que me detuve haciendo equilibrio entre las bolsas pesadas mientras mis pies me palpitaban.
-Ya, Lith, tomemos un descanso -me quejé.
-¡Pero si ya encontré la casa de ropa que le gusta al abuelo! -exclamó cuando se volteó y vio que me sentaba en uno de los bancos del parque.
-Sí, claro, como las últimas diez casas que "encontraste" -dije dejando las bolsas a un lado y haciendo comillas con mis dedos.
Mi hermana arrugó el ceño con una expresión de molestia y se cruzó de brazos.
-Pero esta vez si la encontré, mira -habló apuntando hacia un lugar.
Miré en la dirección donde apuntaba y, por primera vez, si era una casa de ropa que en serio le gustaba al abuelo. Volví a verla cansado.
-Entonces ve y yo ya te alcanzo -contesté.
No había nada más molesto que salir a comprar ropa con Lilith. Sería distinto si la necesitara, pero en el caso de Lilith ni siquiera lo necesita, tiene un vestidor que desborda de ropa que compró "por si las dudas" y seguramente las bolsas colgadas en mis brazos tienen el mismo destino.
Lilith rodó los ojos al ver que no me levantaría y suspiró resignada, como si yo le debiera un favor.
-Bien, iré sola, alcánzame luego -refunfuñó y mientras se alejaba escuché como siseaba-. Hubiera traído a Sophie, ella ni se queja.
Acto seguido, ella se fue dejándome solo en aquel parque. Suspiré con cansancio y apoyé min cabeza en el respaldar del banco viendo hacia el cielo que ya se había oscurecido y pequeñas estrellas hicieron su aparición. Miré a mi alrededor para darme cuenta de que el parque estaba concurrido, ya que creo que este fin de semana era feriado por lo que muchas personas aprovecharían salir a pasear con el clima cálido.
Veía como grupos de amigos, familias y niños corriendo pasaban frente a mí cuando de la nada todo se detuvo.
Al otro lado de la calle, específicamente al frente del cine, mis ojos se cruzaron con una cabellera rubia que salía de ahí. Mi corazón empezó a palpitar rápidamente mientras me levantaba de repente causando que las bolsas en mis brazos se cayeran. Ella no podía verme desde donde yo estaba, pero yo a ella sí.
Y a decir verdad Nova estaba tan hermosa como el día que la vi por última vez.
Estaba embelesado por verla causando que me congelara en mi lugar. Mi cerebro me repetía muchísimas veces que moviera mis pies hacia donde estaba, pero esta orden se esfumó al instante cuando, luego de comenzar a caminar, me di cuenta de que iba acompañada por alguien más.
Nova y ese tipo salían riéndose del cine. Él le dijo algo que causó que ella se riera y le contestara divertida. No podía escuchar bien de aquí, pero ella se volteó a verlo dejándome verla de perfil y la sonrisa del tipo creció mientras le contestaba. Unos segundos.
Uno.
Dos.
Tres.
Cuatro.
Y el aire escapó de mis pulmones.
Este tipo de situaciones eran muy raras, o por lo menos yo nunca me había sentido antes así en mi vida. Era como si todo se moviera más lento, así como el aire se hiciera más pesado e imposible de entrar a mis pulmones. Un nudo en el pecho creció mientras que, de masoquista, veía fijo como Nova y aquel tipo se besaban.
Podría decirse que mi corazón se detuvo de repente, pero eso significaría que me estaría dando un paro cardíaco y no una desilusión amorosa.
En estos momentos prefería el paro cardiaco.
Ella había seguido adelante, y no la culpo, cuando hablamos acerca de tomarnos un año no significaba que ella no pudiera estar con otras personas. Simplemente yo me hice esa falsa idea de que volvería y todo podría ser como antes, que ella sentiría lo mismo que yo, que tal vez... no lo sé, me hice ideas estúpidas en mi cabeza mientras evitaba la respuesta evidente todo este tiempo.
Existía la posibilidad de que Nova encontrara a alguien más, y eso pasó.
Así que ahí, a la mitad de un parque veía de lejos a mi ex y como era feliz con alguien más.
Ellos intercambiaron un par de palabras y luego se fueron, por mi parte, miré hacia el cielo soltando un suspiro resignado mientras intentaba con todas mis fuerzas aliviar el nudo en mi pecho. Levanté las bolsas y caminé hacia la tienda de ropa a donde se había ido Lilith.
Quería que Nova fuera feliz, aun así, no fuera conmigo.
***
1 año y una semana después.
Le agradecí a la chica de la caja por mi café y caminé tranquilamente por los pasillos del hospital. Salí de la cafetería y saludé con un asentimiento a unos colegas de mi padre que pasaban por mi lado.
Volví hace dos semanas a California. El tema legal con el ahora ex esposo de mi hermana terminó bastante bien, llegaron a un acuerdo de bienes comunes y por suerte dentro de ese fondo no estaba la farmacéutica. Con esta pude ponerme al día y llegué a un acuerdo entre Adela y mi padre. Por supuesto que no abandonaré la medicina, pero empezaría a estar un poco más presente en los temas de la empresa de nuestra madre y darle una mano a Adela con eso.
A decir verdad, extrañaba volver, me gustó bastante Washington, pero nada se comparaba a casa.
También había intentado seguir adelante con el hecho de que Nova y yo ya no estaríamos juntos. Ella ya se decidió por ese tal Grant así que yo ya no tengo nada que ver con ese tema. Incluso tuve una cita en Washington la cual fracasó colosalmente cuando, al final de la noche, la chica se escapó porque no quería pagar la cena y yo me di cuenta de que aún no había superado a mi ex.
Supongo que es un proceso largo, pero no porque sea extenso significa que debo pausar mi vida.
Los primeros dos meses estuve mal con eso, ahora estaba supongo que mejor.
Me he estado distrayendo bastante ayudando a Lilith con su ingreso a la universidad y aquí en el hospital con mi padre. Prefería mantener la cabeza ocupada en eso en vez de fijarme cada diez minutos en el Instagram de Nova y de este tal Grant con su fascinación de subir fotos demostrando todo el tiempo que pasaba junto con Nova y con sus amigas.
Doblé por la esquina del pasillo y justo conseguí un ascensor vacío. Cuando las puertas empezaron a cerrarse, una mano se interpuso para que volvieran a abrirse. Para mi sorpresa y no tan sorpresa, Luka entró al ascensor y una sonrisa creció en su rostro, como si hubiera encontrado algún tesoro o algo por el estilo.
No esperaba encontrarme con él, pero sabía que en algún momento nos cruzaríamos ya que era obvio que entraría al programa de residentes aquí.
Le sonreí de vuelta cuando noté que no decía nada.
-Hola Luka -comencé.
Las puertas del ascensor se cerraron cuando él se paró a mi lado y se volteó a verme.
-Adam... -soltó casi en un chillido-. ¡Qué bueno que es verte aquí! ¿Cuándo volviste?
-Eh... hace dos semanas, semana y media -contesté algo incómodo.
-¡Excelente! -exclamó.
Arrugué el ceño algo confundido. Siempre supe que Luka era alguien bastante extravagante, pero admito que nunca me acostumbraría a sus salidas.
-¿Excelente por qué? -pregunté.
Luka abrió un poco los ojos en sorpresa como si lo hubieran descubierto haciendo una travesura y al instante formó una sonrisa relajada en su rostro.
-Ya que puedes ir a la fiesta que se hará de la fraternidad esta noche en San Francisco -comenzó con una sonrisa-. Supe que Travis y Marcus irían y como son amigos tuyos...
Ladeé la cabeza de un lado al otro. Mis amigos me habían comentado acerca de esa fiesta en la playa, pero justamente al ser de la fraternidad que tiene un estrecho lazo con todos los Jones seguramente Nova iría.
-Sí... no lo sé, no creo que vaya -comencé rascando mi nuca algo incómodo bajo la mirada cuestionadora del mayor de los Jones.
Parece como si me hubiera leído la mente.
-¿Por qué? ¿Te incomoda estar en el mismo lugar que Nova? -preguntó algo dudoso.
-¡No, para nada! Lo nuestro ya terminó, además ella está saliendo con un tal Grant ¿puede ser? -Me hice el desentendido.
Si, Grant Carter, de 24 años que estudia el profesorado para ser maestro de primaria, proviene de una granja en algún pueblo de Minnesota donde nació su amor por la equitación y enseñarles a niños a andar a caballo. Pero no es como que me interesara la vida del señorito "no tengo órdenes de alejamiento en mis antecedentes penales".
Luka se volteó a verme al instante confundido. Se quedó unos largos minutos viéndome cuando las puertas del ascensor se abrieron en mi piso y yo salí.
-Nova y Grant no están saliendo -habló.
Me detuve en seco y me volteé a verlo lentamente mientras Luka detenía las puertas del ascensor con su mano y una sonrisa triunfante.
-¿En serio? -Quise cerciorarme.
-¡Sí! Solo son amigos, él se hizo bastante cercano a ella porque comparte clases con Sam -informó.
Bueno, eso cambiaba las cosas.
-Ah... -comencé intentando mantener la calma-. Entonces sí puede que vaya...
Por su parte, una sonrisa maliciosa apareció en su rostro mientras las puertas del ascensor se cerraban.
-Espero que sí, la mitad de una familia depende de eso -Fue lo último que dijo.
Le preguntaría a que se refería con eso, pero las puertas ya se habían cerrado, además, fuera de la confusión, Luka sin saberlo me había dado una información muy valiosa. Nova no está con Grant, eso cambia todo porque existe la pequeña posibilidad de que, si voy a aquella fiesta, podamos volver a reencontrarnos.
Y así, me dirigí hacia la oficina de mi padre con una sonrisa pegada a mi rostro y la emoción contenida en el pecho de saber que esta noche volvería a verla.
***
Aparqué mi auto en el amplio estacionamiento y bajé de este. La noche de verano estaba despejada y en la playa de San Francisco a lo lejos se veía una fogata y varias personas alrededor de ella, así como también había varios grupos de amigos en el estacionamiento que charlaban entre ellos. Caminé un par de pasos cuando encontré a Travis y a Marcus quienes, al verme se sorprendieron al instante.
-¡Amigo, pensé que no vendrías! -comenzó Marcus con una sonrisa.
-Sí... supongo que quería volver a ponerme al corriente -bromeé.
-Qué bueno, entonces lo primero que hay que hacer es buscar cerveza -comenzó Travis palmeando mi hombro.
Sonreí y asentí. Acto seguido, bajamos hacia la playa mientras escuchaba el relato de Marcus. Una vez que llegamos a la arena, no pude evitar mirar a mi alrededor inconscientemente. Se supone que Nova estaría por aquí y, luego de unos segundos, no fue difícil encontrarla. Ella estaba ahí sentada alrededor de la fogata rodeada de sus amigos mientras charlaba animadamente y reía con alguien.
Entre el grupo pude reconocer que estaban Thalía, Jarek, Grant y una chica pelirroja que reconocí como Sam. A pesar de todas las personas que estaban en el lugar, únicamente mi mirada fue hacia Nova, quien acomodaba su cabello rubio suelto detrás de su oreja y llevaba aquel vestido blanco de hilo de aquella cita en Los Ángeles.
Y no podía evitar sentir aquella emoción en el pecho cada vez que la veía.
Sentí un codazo en mi estómago y yo me volteé al instante al autor de este regalándole una mala mirada. Por su parte, Travis se cruzó de brazos mirando de Nova hacia mí.
-¿Por qué no en vez de quedarte ahí mirando como un pervertido mejor vas y saludas? -comenzó.
-Cierto, vayamos -propuso Marcus.
Asentí en silencio y comenzamos a caminar hacia donde estaba el grupo. Pensé que podría hacer mi aparición algo discreta, pero esto se vio arruinado cuando Travis dio un saludo general llamando la atención de todos. Mis amigos fueron uno por uno saludando a todos y yo iba haciendo lo mismo detrás de ellos mientras recibía las preguntas casuales como "¿Y cuándo volviste?" y esas cosas. Por último, llegamos al grupo de Nova y sus amigas.
Nova levantó la mirada para saludar cuando compartimos una mirada. Esto se cortó al instante cuando ella apartó la mirada hacia mis amigos.
-Hola Travis, hola Marcus -saludó con efusividad.
Y luego dejó de saludar y me regaló una mirada de muerte.
Bien, no esperaba eso.
Una vez que saludé a todos, incluso a ese tal Grant que fue mucho más amable de lo que fue Nova, la susodicha se levantó de su lugar.
-Iré por una cerveza -anunció y se alejó rápidamente del grupo.
Y esto se volvía raro a cada segundo.
Compartí una mirada extrañada con Thalía y Sam y, en un mensaje tácito, caminé detrás de ella hacia la barra improvisada que se encontraba a un costado de la fogata, pero lo suficientemente lejos como para que pudiéramos hablar sin tanto ruido de fondo.
Nova sacó una cerveza de la hielera y se volteó a verme. Al instante abrazó su cerveza y arrugó el ceño.
-¿Qué tal? -comencé.
-Yo habré dejado de ser Cenicienta, pero tú sigues siendo un acosador -se quejó.
Llevé mis manos a los bolsillos de mi pantalón ya mentalizándome en lo difícil que sería esto. Me encogí de hombros y le regalé una sonrisa.
-Vine a decirte hola -expliqué.
-¿No te parece que eso tendrías que haberlo dicho hace una semana? -reprochó al instante enfrentándome.
Intenté analizar lo que me dijo cuándo caí en cuenta de lo que significaba.
-Hablas por lo de...
-Sí, de eso hablo -se quejó cortándome-. Te esperé cuatro malditas horas es aquella galería de arte, ni si quiera te presentaste y, luego de un año sin vernos ¿me vienes con un hola?
-¿Quieres saber por qué no fui a la galería? -comencé.
-Ya no me vale de nada saberlo -reprochó cruzándose de brazos.
-Pero quiero explicártelo, porque creo que si debes saberlo -contesté de nuevo.
Mantuvimos la mirada durante unos largos segundos y admito que me perdí un poco en el celeste, oscuro gracias a la noche, de sus ojos, celestes al igual que la pulsera que me dio y que todavía guardo. Ella ladeó la cabeza de un lado al otro y yo reprimí una sonrisa sabiendo que se estaba debatiendo internamente si escucharme o no. Me quedé congelado a la espera de su respuesta cuando ella miró por unos segundos detrás de mí, suspiró con cansancio cerrando los ojos y volvió a abrirlos para verme con una mirada dura, pero aun así me hizo un gesto con el mentón mandándome a hablar.
-Cinco minutos, luego de eso pienso ignorarte e ir a emborracharme al lado de la fogata -informó.
Sonreí y asentí. Cinco minutos, podía con eso.
-Bien, volví antes del año -comencé.
-Si esa es tu explicación vas mal... -advirtió.
Sabía que con su terquedad no me lo dejaría tan fácil.
-Fue solo por una semana que volví a la ciudad y te vi aquella noche que saliste del cine con Grant -expliqué rápidamente.
Sus facciones se transformaron al instante, haciendo que su mandíbula se descolgara un poco de su rostro y asintió lentamente.
-Y vi el beso -proseguí-. Luego de eso siguieron las fotos juntos y que salían a todos lados... y por supuesto que no te estoy reprochando eso, pero, no lo sé, al verte con él...
-Ese beso no significó nada, en serio quería que significara algo para pensar que podría llegar a olvidarte, pero me di cuenta de que no era así y también que seguía enamorada de ti.
-Yo también estoy enamorado de ti -afirmé.
Nova abrió la boca para contestar y volvió a cerrarla apretando los labios, algo que causó que no pudiera evitar sonreír. Ella pasó el peso de sus pies de un lado al otro mientras ladeaba la cabeza y, a pesar de la poca luz que había ahí, pude notar el típico sonrojo debajo de su oreja.
Luego de unos segundos, ella volvió a mirarme a los ojos.
-¿Por qué no te acercaste ese día? -preguntó con voz débil.
Esta vez no había un tono de reproche en su voz, sino uno más bien de curiosidad casi disimulada. Por mi parte, le respondí con total honestidad.
-Porque vi como él te hacía feliz...
-Oh, vamos Adam, cualquier persona puede hacerme feliz -me cortó-, pero solamente tú puedes hacerme sentir todo lo que yo siento por ti.
Un sentimiento de alivio mezclado con felicidad llenó mi pecho causando que la sonrisa en mi rostro creciera con cada segundo que pasaba por aquella confesión. Una pequeña sonrisa se formó en sus labios haciendo que quisiera besarla por lo tierna que se veía con aquella expresión tímida y aquel brillo en sus ojos. La amaba y cada vez que la veía era como si me enamorara de ella como la primera vez, eso era un hecho.
-Tú también me haces sentir cosas que nunca sentí por nadie, Nova -admití-, y este año me dejó eso muy en claro.
-Bien, entonces creo que este año nos dejó muy en claro que queremos intentarlo -tanteó Nova.
-Este año nos dejó en claro que vamos a intentarlo -la corregí haciendo que se riera.
Inconscientemente, mientras hablábamos nos íbamos acercando cada vez más. Cuando terminé de hablar, me di cuenta de la corta distancia que nos separaba y de las ganas que tenía de cortarla por completo. Mis latidos se habían acelerado mientras mi respiración se acortaba, gracias a la poca distancia ella había levantado la mirada para poder verme a los ojos. Era como si todo lo demás a nuestro alrededor hubiera desaparecido y solo quedáramos nosotros dos en el mundo, las voces a nuestro alrededor parecían lejanas y lo único que podía hacer era ver aquellos ojos celestes que me hipnotizaban.
Me incliné un poco dispuesto a cortar la distancia cuando ella de repente puso su mano en mi pecho haciendo que me alejara unos centímetros.
-Ahora que lo recuerdo, ¡¿En serio no nos vimos por un año y lo primero que dices es un "qué tal"?! -se quejó.
Yo no pude evitar soltar una carcajada.
-Lo siento -comencé pasando mi brazo por su cintura-, pienso compensarte todo el tiempo perdido, este año y todos los siguientes hasta que recuerdes cuánto te amo.
-Nunca lo olvidé, eso ni lo meloso que eres -bromeó mientras volvía a acercarse a mí.
-Sí, es como automático, solo me pasa cuando estás cerca -expliqué haciéndome el desentendido.
Nova se rio y llevé mi mano a su mejilla acunando su rostro. Ella volvió a levantar la vista para verme gracias a la poca distancia.
-Te extrañé, Adam Becher.
-Te extrañé, Ivanova Jones.
Cortamos la distancia en un muy ansiado beso. Pegué mi cuerpo al suyo reafirmando mi agarre a su cintura. Se sentía como si el todo este tiempo se hubiera borrado y como si fuera la primera vez que nos besamos al frente de su residencia. Era un estallido de emociones que se dispersaban por mi pecho y me hacían querer más de ella, porque el estar cerca suyo era emocionante, no podía describir con palabras todo lo que aquella rubia terca, amable, carismática y amante de la comida y películas viejas causaba en mí. Ella me hacía sentir que aquel "final feliz" no existía a su lado porque lo que sentíamos no se acabaría por nada, ni por el tiempo ni por la distancia.
A pesar de todo lo que pasó, sé que Nova y yo siempre podríamos afrontar todo esto juntos, vamos a trabajar para que esto funcione porque sabía que ambos pensábamos que lo nuestro podría funcionar.
Al fin y al cabo, no era Cenicienta, era a Ivanova Jones a quién amaba con locura.
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Holis... It's me ahr
Dije que lo iba a subir mañana pero no pude mas con la emoción y bue, aca tamos.
Qué decirles, primero que nada espero que les haya gustado este super epílogo dividido en dos. Por mi parte estoy bastante satisfecha (aunque no lo crean este era el final desde el principio -con sus modificaciones- pero final en si) y obviamente es un nuevo comienzo para la relación entre Nova y Adam, pero esta vez les va a tocar hacerlo desde una perspectiva secundaria.
¿Los vamos a seguir viendo a lo largo de Princesas Modernas? ¡Porsupollo que si!ahora estan juntos y no hay nada que pueda separarlos de aca a un tiempo.
Asi que sin mas, quiero saber sus opinioneees ah
A esto lo estoy escribiendo en noche buena así que también paso a desearles una feliz navidad donde puedan disfrutar de la compañia de amigos y familiares💖 (y vean el Grinch, ese es un clasico)
Eeeen fen, sin mas que decirles, los quiero y deseo una feliz navidad y un feliz año nuevo estrellitaaas✨💖
Dhalia fuera.
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