Adam (Parte 2)
Choqué mi vaso de cerveza con el de Travis y Marcus mientras me reía de las idioteces que hablaban. Desde que comenzó el verano nos hemos juntado pocas veces ya que Travis está haciendo yoga por una extraña razón que no quiere decirnos y la panadería que Marcus se puso en sociedad con su tío lo tiene muy atareado, pero cada vez que nos veíamos sabía que la pasaría bien. Al menos era una buena forma de distraerme.
—Ustedes ríanse si quieren, pero la cerveza de malta casera hecha por el marido de Gertrudis es lo más delicioso que existe —se quejó mientras bebía un trago de su cerveza.
Compartí una mirada confundida con Marcus y nos volteamos a ver a nuestro amigo.
— ¿Y quién es Gertrudis? —pregunté.
Travis ladeó la cabeza de un lado al otro algo dudoso de contestar, pero por fin lo hizo.
—Es mi yogamiga.
No pude evitar soltar una fuerte carcajada mientras Travis rodaba los ojos y me daba un golpe en el hombro. Por su parte, Marcus reprimió su carcajada y lo observó.
— ¿En serio existe tal cosa? —cuestionó.
—Por supuesto que existen los yogamigos —lo cortó nuestro amigo a la defensiva.
— ¿Para qué vas a hacer yoga siquiera? Se lo entendería a cualquiera menos a ti —me reí.
—Porque tal vez puedo querer conectar mi plano físico con mi plano mental —se quejó Travis.
Nos quedamos unos largos segundos en silencio mientras mantenía mi mirada sobre la suya. Sus gestos estaban tensos, pero aun así no me bajaba la mirada.
—Perdiste una apuesta ¿No? —cuestioné.
—Sí —contestó por fin.
Acto seguido me volteé a ver a Marcus.
— ¿Tú le hiciste esa apuesta?
—No, pero me avergüenzo de no haberla hecho antes —contestó Marcus mientras tomaba de su cerveza.
—No tienes cura ¿no? Eres un imán para perder apuestas —me burlé.
Travis bufó dándome la razón mientras acomodaba su cabello que ahora se encontraba de un color naranja fuerte. Su mirada se perdió en algún lado por lo que yo miré a Marcus en busca de alguna explicación a lo que este se encogió de hombros en un claro mensaje de que no sabía nada del tema.
—En fin —volvió a hablar—. Algún día tienen que probar de hacer yoga, les aseguro que les cambiará la vida.
— ¿Y haríamos cosas como el saludo al sol o la grulla? —se burló Marcus mientras hacía la típica pose de la grulla.
Travis se volteó a darle una mala mirada. Por mi parte, me tapé la boca al instante para no escupir la cerveza a causa de la carcajada que tenía en la garganta tragué duro cuando por fin pude reírme.
— ¿Saben qué? Me buscaré otros amigos —finalizó Travis el tema.
—Oh, ¡Deja de mentir que sin nosotros no estarías respirando! —exclamó Marcus mientras pasaba su brazo alrededor del cuello de nuestro amigo.
—Y tal vez todavía tendrías el cabello rojizo oscuro —apunté causando que mis dos amigos se rieran.
Aun no sabía lo que pasaría, pero estos momentos en los que sentía que el tiempo desaparecía y solamente se reducía a las charlas y carcajadas de mis amigos, seguramente las extrañaría en un futuro.
El tiempo pasó volando, de una charla pasamos a otra, y ya para cerca de las tres de la mañana, cada uno se estaba yendo para su casa. Marcus se ofreció a llevarme, pero algo bueno de vivir en un barrio de residencias universitarias, es que tenía todos los bares a poca distancia de mi departamento, por lo que caminar un poco no me haría mal.
La calle estaba iluminada y, al ser viernes varios grupos de amigos venían por la zona, por lo que no me encontraba caminando prácticamente solo ya que los autos iban y venían sin parar. Aspiré el aire de la noche calurosa y cerré los ojos durante un momento para poder pasar por alto el mareo. No había tomado tanta cerveza, iba tomando a la par que Travis y Marcus y ninguno tomó tanto ya que tenían que volver en auto, pero yo siempre fui el que tuvo menos resistencia al alcohol de los tres así que solo me bastaban tres vasos para empezar a sentir el clásico mareo primer signo de la ebriedad.
Seguí caminando sin notar a tiempo que choqué mi hombro con el de alguien. Me volteé dispuesto a pedir disculpas cuando me arrepentí al instante el no haber aceptado la oferta de Marcus.
A unos cuántos pasos de donde me choqué con un tipo mucho más alto que yo, se encontraba Richards. Algunos que iban con él me reconocieron al instante, otros, como el tipo con el que choqué, no; seguramente porque eran nuevos en el corrosivo grupo de "amigos" de Richards, o en otras palabras pobres ilusos con dinero de los que Richards decidía aprovecharse. Lo hizo conmigo en el pasado, así como también se lo hicimos a otras personas en ese entonces.
Suspiré y le di la espalda para seguir caminando. Él era de las últimas personas que esperaba cruzarme en este estado.
Pero obviamente Richards, como siempre tuvo el ego tan frágil, siempre quiso hacer parecer a través de abusos que esto no era así. Y esta noche al parecer no era la excepción.
— ¡Eh, Adam! ¡¿Ni siquiera saludas ya?! —comenzó mientras dos de sus amigos me rodearon para cortarme el paso.
—No tengo tiempo para tu mierda, Richards —me quejé intentando pasar entre sus dos amigos.
Estos dos me empujaron hacia el pequeño centro del círculo que se había formado y, gracias al alcohol en sangre, yo cedí fácilmente. Rodé los ojos y me volteé a verlo.
— ¿Y tú noviecita? ¿Qué acaso ya te botó? —cuestionó mientras se acercaba un poco.
Podía sentir como la sangre empezaba a hervir dentro de mí con el solo hecho de que este imbécil se refiriera a ella.
—No la metas en esto —advertí en un tono lúgubre.
—Ella sola se metió cuando me dio ese golpe aquella noche —contestó mientras su sonrisa desagradable iba creciendo—. Tendría que verla para poder devolvérselo, pero de una manera más... recreativa.
— ¡Te juro que si te acercas a ella...! —amenacé acercándome dispuesto a golpearlo, pero dos de sus amigos me detuvieron por los brazos.
—Oh vamos, no seas tan aburrido —se rió Richards mientras el cobarde retrocedía un par de pasos lejos de mí—. Ya no es tuya así que puedes dejarnos disfrutarla al resto. Si le gustaste a esa perra, conmigo no tendrá problema, hasta lo disfrutará seguro. Tendría que darle una visita ahora que lo pienso...
La ira me nubló al instante de solo pensar que este idiota podría llegar a acercarse o incluso hacerle daño a Nova. Con el solo hecho de escuchar la manera en la que se refería a ella causaba que la sangre me hirviera. En un arrebato de ira me solté de los dos idiotas de sus amigos y llegué hasta él para encajar mi puño en su mandíbula. Richards cayó al suelo y, casi de inmediato, sus amigos se abalanzaron contra mí, pero eso era lo que menos me importaba, quería llegar hasta el imbécil de Richards.
Este infeliz era bastante inteligente, siempre supo que en una pelea mano a mano conmigo sería él el que terminaría perdiendo, por algo siempre se resguarda de sus perritos falderos cada vez que sale a la calle.
Y este caso no fue la excepción.
Por más que intentase llegar hasta él, el más grande de su grupo asestó un puñetazo en mi estomago mientras otros tres me agarraban para retenerme. Richards volvió a levantarse con una sonrisa mientras se quitaba la sangre de su labio y se acercaba a mí.
—No tan valiente ahora, ¿No Becher? —siseó.
—Vete al carajo —Fue lo único que dije para luego escupirle en la cara.
Acto seguido, el mismo Richards el que asestó un golpe en mi mejilla lo que causó que me riera por lo suave que golpeaba. También puede que sea por el alcohol en sangre.
— ¿Eso fue un golpe? Das lástima, Richards —me reí.
Al parecer a los imbéciles de sus amigos ni se habían molestado en inmovilizarme las piernas por lo que levanté una de estas en una patada que golpeó justo en la entrepierna de Richards causando que soltara un chillido y se alejara. Luego medité en que tal vez haya sido una mala idea ya que, luego de esto, una lluvia de golpes y patadas cayeron encima de mí ocasionando que cayera al suelo mientras veía como Richards se alejaba.
La adrenalina dentro de mí me obligó a estabilizarme para ir directamente hacia Richards, no a sus monos. Me arrastré también detrás de él y apreté mi palma contra su tobillo. Sonreí mientras se quejaba del dolor y sin problema me fui encima de él mientras lo golpeaba repetidas veces en el rostro. Ya ni me importaba el hecho de que tenía a sus amigos encima de mí intentando quitarme de encima ni del hecho de que Richards intentara atajarse de los golpes, sus palabras se habían quedado grabadas dentro de mi cabeza y me era imposible pensar de manera razonable.
Unas luces destellaron y el típico sonido de la sirena de policía se escuchó. Richards aprovechó los segundos que me congelé por el ruido y me empujó para alejarse. En un rápido movimiento sus amigos los ayudaron a levantarse y salieron corriendo de ahí. Yo también me levanté y estaba por hacer lo mismo cuando un latigazo de dolor llegó a mi pierna e hice una mueca.
***
Y así es como terminé retenido en una celda de la comisaría. Luego de que la policía me detuviera me hicieron el mismo procedimiento de siempre, hacer las preguntas de qué hacía en aquel lugar, preguntar por mi identificación y darme una llamada para que alguien me venga a buscar. No iba más allá de eso ya que ni se preocuparían por alguien que se ponía a pelear en la calle a las tres de la mañana cerca de un bar. Se lo catalogaba como una clásica "pelea de borrachos", y más siendo un niño rico harían pasar todo como si nada hubiera ocurrido.
Suspiré con cansancio y miré la hora en el reloj de pared. Era cerca de las diez de la mañana, la celda estaba vacía, pero podía notar como todos los oficiales que pasaban me daban una mala cara. Cerré los ojos y me apoyé contra la pared de ladrillo gris en busca de poder dormir algo cuando el fuerte ruido metálico hizo que me sobresaltara.
—Vengo a avisarte que tu familia ya viene a buscarte —canturreó una voz.
Giré mi cabeza al instante y me levanté para acercarme lentamente.
— ¿Desde cuándo eres policía? —comencé algo dudoso.
—No lo soy, soy el amigo de la jefa de policía que tiene muchos más beneficios, como el de poder venir a darle una rápida visita a mi ex cuñado —contestó Luka mientras giraba la cachiporra como si fuera un verdadero policía.
—Supongo entonces que ya sabes por qué estoy aquí —proseguí.
—Por supuesto, yo lo sé todo —contestó encogiéndose de hombros—. Cuando me enteré que estabas aquí quise venir a, como se dice, encargarme de ti, ya sabes por todo ese deber hermanal de por medio, pero veo que alguien ya lo hizo por mí. ¿Quién fue?
—Fue Richards, no sé si lo conoces —comencé.
El mayor de los Jones arrugó el ceño y se quedó viendo pensativo hacia algún punto en el infinito. Luego de unos largos segundos, levantó la vista para verme mientras ladeaba la cabeza de un lado al otro.
—Me suena su apellido —comenzó— ¿Puede que se llame Elio o algo así?
—Sí, algo así, se llama Elías Richards —hablé.
—Ah... sí, ese tipo, no me sorprende le gusta buscar problemas para llamar la atención —comentó—. Conmigo nunca se metió porque sabe lo que le conviene, pero ¿Y a ti qué te hizo? No te veo como alguien que golpee a otra persona porque sí.
Ladeé mi cabeza de un lado al otro analizando si era bueno el decirle la razón de mi pelea o no.
—Digamos que pasaron cosas...
—Adamcito, si puedo lograr que los gemelos me cuenten sobre sus planes que atentan contra el orden público, puedo hacer que tú hables fácilmente —avisó.
—Él me odia desde siempre —expliqué—. Me lo encontré anoche a la salida del bar y puede que haya dicho cosas que lograron enojarme...
— ¿Qué cosas?
—Solo... —balbuceé un poco— cosas... sobre, bueno... Nova.
— ¿Y por qué no se ponen a hablar de sus hermanas en vez de hablar de la mía? —dijo Luka en tono de reproche, pero aun así se rió—. Pero ya, en serio, no le hagas caso a Richards, ese tipo solamente sabe ladrar, ni creo que tenga dientes.
—Es solamente un imbécil con dinero —le secundé.
— ¡Exacto! —concedió el mayor de los Jones. Luego de unos segundos, volvió a verme con cierto brillo divertido en sus ojos azules—. Ahora que lo pienso, ¿Acaso te sigue importando Nova o por qué te enojarías tanto?
—No, o bueno, sí, digo —balbuceé un poco bajo su mirada intimidante que escondía detrás de una sonrisa divertida. Suspiré y me ordené a acomodar las palabras—. Sí, me importa Nova, pero como cualquier ex supongo que me molestó que alguien hablara mal de ella.
—No a cualquier ex le importa eso... —apuntó.
Y lo sé, pero ya la situación me es confusa de por sí, pensé.
—Tal vez, pero Nova no se merece que hablen mal de ella —dije encogiéndome de hombros.
—Aja... —soltó mientras se apoyaba en las rejas de la celda y me analizaba de pies a cabeza. Miré a mi alrededor como los policías iban y venían como si esta conversación ni siquiera estuviera pasando, se escuchaba un suave murmullo y un teléfono sonaba a lo lejos cuando Luka volvió a hablar— Tú sigues enamorado de Nova, ¿No es así?
Me enderecé ante tal declaración y estaba por contestar cuando alguien más se acercó.
—Bueno, Adela está furiosa, lo normal; y el abuelo espera que pases un par de noches en Alcatraz para que te hagas "hombre" según él —comenzó Lilith acercándose a nosotros.
En serio alguien necesita decirle al abuelo que Alcatraz ya no funciona como prisión.
»En serio la cagaste, hermanito...
Lilith estaba por iniciar su discurso de la moral cuando se percató de que Luka estaba aquí. No pude evitar rodar los ojos cuando mi hermana se apoyó en las rejas, casi tapándome, con una sonrisa coqueta y los ojos brillantes.
—Hola tú —comenzó con una voz más melosa de lo normal.
Y obviamente Luka se aprovechó de la situación. Se apoyó del otro lado de la reja en paralelo a Lilith con una sonrisa ladina, analizando a mi hermana de arriba a abajo.
En estos casos agradezco estar detrás de una reja o la multa sería más alta.
—Hola preciosa —comenzó Luka.
Le di una mala cara a Luka y tomé los barrotes de la celda para acercarme a él.
—Tiene diecisiete años —dije con mi mejor voz amenazante.
El mayor de los Jones abrió los ojos en sorpresa y se volvió a Lilith.
—Adiós preciosa —finalizó y se volteó a verme—, y tú, piensa en lo que hablamos.
Le guiñó un ojo a mi hermana y se dió vuelta para irse tranquilamente hacia una de las oficinas de la comisaría.
—Nos vemos en un par de años —le saludó Lilith y suspiró risueña—. ¡Qué hombre!
—Es el hermano mayor de Nova —me quejé.
— ¡Otra razón para que vuelvas con ella! —exclamó Lith golpeando mi hombro a través del barrote.
Negué con la cabeza con desaprobación, por supuesto que estaría totalmente lejos de debate el que mi hermanita salga con alguien muchos años mayor.
Luego de que Luka se fue, Lilith siguió hablando con naturalidad de otro tema, pero aun así quedó flotando en mi cabeza aquella pregunta que el mayor de los Jones mi hizo.
Luego de todo lo que pasó ¿Seguía estando enamorado de Nova?
***
Por suerte no tuvieron tanto problema en liberarme, el problema vino después cuando mi padre descubrió a quien, según la policía, estaba golpeando salvajemente. Richards siempre fue sinónimo de problemas y siempre lo será, así que luego de una hora en silencio escuchando el sermón de papá con Lilith a su lado asintiendo con aires de superioridad, por fin me liberaron y pude irme a mi casa. Pero, antes de llegar a esta, me desvié del camino para ir a una casa totalmente distinta.
— ¿Y esta casa? —preguntó Adela, quién se había ofrecido a llevarme al departamento.
Estábamos aun en esa situación de que queríamos recomponer nuestra relación, al fin y al cabo, si queríamos enfrentar la amenaza legal y distribución de bienes de la farmacéutica que ya se avecinaba, necesitábamos trabajar más en nuestra relación. Y obviamente además porque es mi hermana y quiero que todo se solucione entre ambos.
Miré por la ventanilla al amplio jardín lleno de flores que conducían al pórtico principal.
—Es la casa de Camille —expliqué.
—Oh... —comenzó sin el más mínimo interés.
—Sí, he decidido que si no voy a estar aquí por un tiempo entonces tendría que aclarar las cosas lo más antes posible —hablé volteándome a ver a mi hermana.
Adela ladeó la cabeza de un lado al otro dándome la razón.
—Al parecer una noche entre las rejas hizo que se te conectaran las neuronas, yeii —festejó mi hermana.
Rodé los ojos y levanté mi dedo medio con una sonrisa forzada.
Sí, era un camino hacia la reconciliación, pero uno bastante largo.
—No es necesario que me esperes, puedo volverme en taxi —aclaré abriendo la puerta.
—Bien, me iré, no sé cuánto durará... esto —aseguró mi hermana—. Lo que sí, recuerda que mañana tenemos una reunión con el abogado de la empresa.
—Bien —accedí soltando un suspiro pesado. Antes de bajar, agregué—. Oye, ¿Y cuándo tendríamos que viajar?
—Más tardar tenemos que estar el lunes ahí —explicó.
Asentí y bajé del auto, antes de cerrar la puerta, me incliné un poco y le sonreí.
—Descuida, verás que todo saldrá bien —aseguré.
—Eso espero... —bufó mi hermana.
Cerré el auto y me dirigí hacia el pórtico, pero antes de que siquiera fuera a tocar la puerta, esta ya estaba abierta con dos chicas que me observaban sonrientes.
—Hola... —saludé— ¿Está Camille en casa?
—No, no está, pero si quieres puedes esperarla con nosotras, ven pasa —aseguró una de las gemelas que reconocí como las hermanastras de Camille.
—Oh... —comencé buscando una excusa.
Quería que esto fuera rápido y el esperar junto con su familia no era el mayor de mis intereses en este momento. Unos pasos se escucharon y Camille apartó a las gemelas dándoles una mala mirada para luego dirigirse a mí.
—Hola mi príncipe, no sabía que vendrías hoy —comenzó con una sonrisa, pero al ver mi rostro se preocupó al instante— ¿Qué te sucedió?
Intentó llegar hasta mí y con el solo roce de su palma en mi mejilla me hizo hacer una mueca por el dolor. Por puro acto reflejo me aparte al instante y ella arrugó el ceño.
—No es nada, unos tipos me asaltaron ayer —me excusé rápidamente.
Le sonreí de vuelta para tranquilizarla mientras la culpa volvía a esparcirse rápidamente por mi cuerpo.
Carajo.
Pero esta vez no me echaría para atrás.
Por su parte, ella asintió.
— ¡Qué feo! Debiste de tener mucho miedo, siento que hayas pasado por eso —habló.
—Sí... lamento venir sin avisar —me disculpé—, pero me preguntaba si podíamos hablar...
Camille asintió y estaba por hablar cuando escuché que una de las gemelas decía detrás.
—No seas maleducada, Cami, déjalo pasar.
Camille pareció no escucharlas y cerró la puerta tras de si.
— ¿Qué te parece si hablamos en el jardín trasero? —comenzó.
Asentí con una sonrisa. Ambos salimos del pórtico y rodeamos la casa, en el camino, no pude evitar notar que Camille me había tomado de la mano y me observaba con una sonrisa soñadora y ¡Mierda! ¿Por qué sentía que todo esto se hacía más difícil?
Llegamos a un sillón de esos que se columpiaban que ella tenía en el jardín trasero y se sentó en uno de estos invitándome a sentarme al lado. Accedí y jugué con mis manos esperando conseguir las palabras correctas para no herirla.
—Verás, Cam, yo... —comencé a hablar mientras iba formando el discurso en mi cabeza.
— ¿Puedo decirte algo primero? —comenzó volteándose a verme.
Asentí algo descolocado ante su interrupción y ella asintió con una sonrisa.
—Bien... —prosiguió—, ¿sabes? He pensado mucho anoche sobre nosotros.
— ¿Nosotros?
—Sí, es que hemos estado pasando mucho tiempo últimamente juntos, la hemos estado pasando genial y, bueno, tú eres mucho más maravilloso de lo que yo recordaba...
Oh no, las palabras de Lilith comenzaron a tomar forma dentro de mi cabeza.
—Camille...
Intenté cortarla, pero ella misma cortó lo que estaba diciendo cuando plantó un beso en mis labios. De vuelta una oleada de dolor en el labio cortado hizo que me apartara, pero ella volvió a juntar nuestros labios haciendo que el dolor se extendiera.
—Lo siento —comencé una vez que la tomé suavemente de los hombros para apartarla.
—Siento que me estoy enamorando de ti, Adam —habló.
—Ni siquiera nos conocemos todavía para asegurar eso, Cam —contesté apartándome un poco y suspiré. Esto iba a ser duro—. Justamente de eso quería hablar...
—Sabes que puedes decirme lo que sea —aseguró tomando mis manos entre las suyas.
—Y es por eso que me duele más hacer esto —admití. Su rostro se contrajo en una expresión de confusión y negó lentamente con la cabeza—. Cam, creo que será mejor si no pasamos a algo más que amigos.
Su confusión pasó a una mirada vacía haciendo que me arrepintiera al instante de haberlo soltado tan brusco. Camille volvió a mirar al frente mientras sus ojos se perdían en algún lugar del césped verde. Luego de unos largos y tortuosos segundos en silencio, volvió a hablar.
—Es por ella, ¿cierto? —murmuró.
— ¿Qué? No...
—Ella no te conviene, Adam, seguramente te hará daño o volverá a mentirte como lo ha hecho en el pasado —siguió hablando mientras se levantaba del columpio para ejercer distancia—. Yo sé de lo que estoy hablando y por eso te lo advierto, ella va a hacerte daño porque es lo único que sabe hacerles a las personas como nosotros.
Mi mente quedó en blanco mientras ladeaba la cabeza hacia un costado intentando procesar todo. Por su parte, Camille estaba parada delante de mí, con los ojos llorosos y las manos temblorosas.
—Creo que no conocemos a la misma persona... —solté sin pensar. Luego sacudí mi cabeza para evitar que el tema se fuera por las ramas—. Y no hago esto por ella, hago esto por mí y por ti también.
—Lo único que te pido es que no me mientas —reprochó.
—No lo estoy haciendo —dije con sinceridad.
—Bueno, pues pareciera que sí —me cortó con un tono duro—. Porque si en serio te interesaras en mí no me estarías haciendo esto.
—Cam, tú eres una muy buena persona ¿bien? Eres inteligente, eres divertida y eres hermosa —comencé también levantándome—, pero, sobre todo, tú tienes una forma de amar hermosa, una forma que lamentablemente no puedo corresponder. Lo intenté, juro que lo hice, pero no pude. Sí, lo hago por ti, porque no quiero que estés conmigo simplemente porque sientes que tienes que estarlo, debes de buscar a alguien que pueda amar con la misma intensidad que tú lo haces. Seguramente lo encontrarás, porque chicas como tú son de las que en serio cualquiera sería idiota si las ignoraran. Y, mírame, soy uno de esos idiotas, pero soy sincero a la hora de decirte que no quiero hacerte daño al no poder darte el mismo amor y cariño que tú das. ¿Sí? Y esto no es por Nova, es por mí, porque acabo de salir de una relación muy larga y me estaría mintiendo y lastimando a mí mismo y a ti en el camino si llegara a creer que estoy listo para comenzar otra relación de nuevo en tan poco tiempo.
Aspiré una bocanada de aire y me quedé en silencio esperando la respuesta de Camille. La rubia tenía la cabeza gacha mientras una lágrima se escapaba por su mejilla y se abrazaba a sí misma.
—Lo siento... —comencé al no tener respuesta alguna.
—Ella siempre interferirá entre nosotros... —murmuró alejándose y levantó la vista para verme—. Espero que tú y ella sean felices, no quiero volver a verte en mi vida.
—Cam...
—Lo supuse ¿Sabes? Desde el primer momento en el que ni siquiera te dignabas a llamarme Cenicienta —reprochó.
—Espero que con el tiempo puedas perdonarme... y entender todo esto —comencé con la culpa creciendo de nuevo y apretando mi pecho.
Camille miró hacia el cielo y cerró los ojos haciendo que otra lágrima se escapara por su mejilla. Cambiaba el peso entre sus piernas cuando bajó la vista y abrió los ojos los cuales se encontraban rojos.
—No sé si pueda hacerlo, pero si es lo que a ti te hace feliz... —murmuró con vos quebradiza mientras se encogía de hombros—. Yo te amo, Adam, te amé por todos estos años y para demostrártelo dejaré que te vayas y que seas feliz con alguien más, pero sabes de antemano que, si algún día llegas a amarme de la misma manera en que yo te amo, siempre estaré dispuesta a que vuelvas.
Mi mente quedó totalmente en blanco ante sus palabras.
—Yo...
—Te esperaré.
—No quiero que lo hagas, quiero que sanes y que seas feliz, tan feliz que si nos llegamos a cruzar en la calle tú puedas decir "creo que lo conozco, pero no recuerdo quién es" ¿Me lo prometes?
Una pequeña sonrisa creció en el rostro de la rubia y finalizó.
—No me equivoqué contigo... te lo prometo.
.
.
.
.
.
.
.
Estrellitaaaas
(Sigue siendo martes ahr)
Ahora, aprovecho este medio para decir que lamento no haber estado más activa, no hay una excusa en sí ah, solamente voy a decir que julio no fue PARA NADA mi mes ya que me pasaron muchísimas cosas que me bajonearon bastante hasta el punto de ni siquiera poder escribir.
Pero por suerte ahora ya estoy algo mejor y es como que la inspiración me pegó de golpe así que pienso aprovecharla ah
Pero yendo a cosas más felices
Hasta acá este pequeño pero no menos importante ah, especial de Adam. Les adverti que esta parte iba a ser mucho muuuucho más intensa seseeee
Así que sinceramente espero que les haya gustado (y ya saben que si fue así comenten que les pareció) y que se vayan preparando para el final QUE ES EL PROXIMO CAPITULO
Listo, ya solté la bomba ah
¿Qué les pareció Camille? Me interesa mucho saber eso
A solamente un capítulo de terminar ¿Qué creen que va a pasar entre Adam y Nova?
Ya saben donde pueden buscarme:
Instagram: dhalia_s.g
Twitter: XdhaliaS
Donde subo un poco de todo y de paso aviso cuando actualizo gg
Eeen fen, sin mas que decirles, los quiero estrellitas💖✨
Dhalia fuera.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro