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Pasamos fácilmente cerca de 15 minutos buscando una maldita almacén donde comprar hielo. Pero por suerte conseguimos una bolsa grande que, según prometió Kira, la guardará a Luka especialmente donde no le da el sol. Digamos que a ella no le gusta demasiado retrasarse a la hora de salir a algún lado.
Llegamos cerca de las 11 de la noche a la casa. Desde afuera se veía como la fiesta ya había comenzado hace rato. Había varios estudiantes hablando y besuqueándose fuera de la casa y mas alejados de ellos un chico vomitando, de seguro todo el alcohol que ingirió, se escuchaba música desde el interior de la casa y por los costados puedo visualizar como varios hablan o bailan alrededor de la piscina y hasta hay algunos chicos y chicas dentro de ella haciendo cosas que de seguro olvidaran en la mañana. Desagradable.
Salimos del auto y, luego de decirles a Kira y Thalia que se adelantaran, caminé directamente hacia la espalda que reconocí directamente de Luka. Con un carraspeo se volteó y le entregué la bolsa de hielo.
—Aquí tienes hermano, ya cumplí. Me debes un favor —aclaré.
—Gracias Nova eres la mejor —dijo éste y al instante desapareció por la puerta que da directo a la cocina.
Obvié olímpicamente su reacción y me dirigí a la puerta principal pasando entre los melosos y los borrachos para entrar al lugar. Si afuera es una locura aquí lo es el doble. Había varias luces de colores en la sala y mucha gente bailando y otras teniendo sexo indirecto entre la gente. A un costado está el umbral de la cocina que esta iluminado y varias personas entran y salen de ahí.
Luego de pasar una mirada rápida por la pista de baile en busca de mis amigas caí en cuenta de que podrían estar en la cocina así que pasé entre la gente para llegar hasta allí. En el camino me encontré con varias compañeras de salón y algunas del edificio quienes me saludaban fugazmente y luego desaparecían entre la multitud. Llegué a destino para encontrarme con mis dos amigas tomando cerveza apoyadas en la barra que queda al centro de la cocina.
—Pensé que no las encontraría más —exclamé llegando a ellas—, el lugar es una locura.
—Ni que lo digas —mascullo Kira y me pasó una cerveza—. Ten.
Acepté la botella gustosa y me la llevé a la boca para tomar un largo trago.
—¿Me perdí de algo? —pregunté.
—Todavía de nada —dijo Thalia mirando alrededor.
Suspiré y pasé por alto el hecho de que está buscando al imbécil de Ashton. Miré junto con ella alrededor con la música, aún alta aquí, de fondo. Mi vista fue directamente al grupo de la fraternidad reunida en un rincón de la cocina murmurando, lo mas que podían, algo que, por sus rostros, no prometía ser bueno. El más alto de ellos, y uno de los mejores amigos de Luka, Isaac, fue el primero en percatarse que tenían una espectadora en su cuchicheo.
—Miren —dijo llamando la atención de todos en la ronda—, la pequeña Jones parece curiosa.
—Ni que fueran tan importantes, Isaac —bromeé y me reí.
—Lo somos y lo sabes —exclamó otro de la ronda quien no recuerdo su nombre.
Todos los de la ronda se rieron conmigo cuando mis hermanos, excepto Aaron, quien misteriosamente no estaba por aquí, entraron a la cocina. El primero en hablar fue Luka.
—¿De qué ríen tanto? —preguntó.
—Luka, Jarek, aquí están —llamó Isaac al instante—, vengan vamos a hablar.
El grupo de la fraternidad mas mis hermanos salieron por la puerta trasera de seguro a hablar en en el jardín. De seguro harán ese estúpido juramente que hacen todos los años con los nuevos integrantes. Con todas las tradiciones que esta fraternidad se toma en serio, me sorprende que todavía no hayan inventado un juramento de sangre.
—Oye, no vas a encontrar a Ashton —afirmó Kira.
—Es cierto, y menos entre toda esta gente —la secundé—. Vamos a bailar.
La castaña suspiró y por un mili-segundo una mueca de decepción atravesó su cara para luego transformar esa mueca en una mas alegre. Tomó un buen trago de su cerveza para dejarla sobre la barra con un golpe seco y agregar:
—Es cierto, vamos a bailar.
Caminamos hasta meternos casi al centro de la pista de baile justo en el momento en el que comenzó una canción movediza. Bailamos apretadas entre toda la gente pero mientras iba pasando de una canción a otra mas espacio hacíamos entre la gente y nosotras, eso o ya estábamos lo suficientemente sudadas como para notar la cercanía de las personas.
Varios chicos, desde los de primer año hasta los de último, me invitaron tanto a mí como a Kira y a Thalia, pero esta última y yo declinamos todas las ofertas. Por su parte, Kira empezó a bailar con un chico de tal vez uno o dos años mayor que nosotras y mientras mas continuaba la canción mas nos miraba haciendo gestos sobre que opinaba de el chico. Nos reímos en varias ocasiones con la castaña al ver como el pobre chico quería pasar a la conocida "segunda base" pero Kira, de manera no tan sutil, no dejaba que eso ocurriera.
Al finalizar esa canción, el chico compartió algunas palabras con nuestra amiga, la cual solo negó la cabeza con una sonrisa y vino caminando victoriosa hacia nosotras. De seguro rechazó al pobre chico.
—¿Qué sucedió allí? —pregunté.
—El idiota quería algo más —respondió la japonesa.
—¿Y? —preguntó Thalia aumentando la voz gracias a la canción que estaba sonando.
—Obviamente le dije que no —contestó Kira por encima de la música—. El idiota pasó a segunda base demasiado rápido, es eso o le gusta tocar.
Asentimos ante la respuesta de la japonesa. Miramos alrededor de la gente bailando y la para el segundo estribillo de la canción mi boca se empezó a secar y necesitaba mas que nada una buena bebida. Toqué los hombros de mis amigas.
—Iré por cerveza —informé—. ¿quién viene?.
Las dos asintieron en respuesta y me di vuelta para empezar a caminar entre la multitud viendo detrás mío de a ratos para asegurarme que Thalia y Kira vinieran detrás mío.
Una vez que llegamos a la cocina, saqué tres botellas y se las entregué a mis amigas. Abrí la mía y tomé un largo trago de ella. La necesitaba mas que nunca, estaba completamente sudada y acalorada por culpa de las siete canciones completas que bailé con mis amigas. Una vez que tomé me apoyé en la barra.
—En serio necesitaba una de estas —admitió Thalia como si me hubiera leído la mente.
Estaba por decir algo cuando unos gritos de victoria de escucharon detrás nuestro, en el jardín trasero precisamente. Compartimos una mirada con mis amigas al saber perfectamente el porque de esos alaridos y salimos al instante para confirmar nuestras sospechas. Había una gran mesa de ping pong en el jardín, con dos chicos de cada lado y el resto alrededor. Nos acercamos hasta el grupo cuando uno de los chicos notó nuestra presencia.
—Uh... —canturreo lo suficientemente fuerte como para que todos lo escucharan— Llegaron las reinas del cerveza-pong.
El cerveza-pong es por así decirlo, el juego oficial de las fiestas de la fraternidad de mis hermanos, y Kira y Thalia son muy bien conocidas por ser muy buenas en él, yo no se jugarlo pero soy competitiva. El juego consiste en pasar la pelota a través de la mesa golpeándola con unos vasos rojos con distintas bebidas alcohólicas, mientras mas partidas hagas, mas fuerte será el alcohol que tomará el que pierda. Es divertido, además de que Kira y Thalia no perdieron casi ninguna partida desde que comenzaron a jugarlo.
—Así es, muévanse que le mostraremos a estas maricas como se juega —dijo Kira mientras nos acercamos a la mesa.
—Sus vasos —dijo uno de los chicos y les entregó un vaso a mis amigas.
—¿Quién perderá primero? —preguntó Thalia con mofa.
Al instante miré a quien tenía a mi izquierda, quien resultó ser Jarek quien, al ver mis intenciones, me regaló una sonrisa maliciosa. Levanté la mano y me acerqué junto con mi hermano al lado opuesto de la mesa.
—Nosotros —dije con una sonrisa.
Kira compartió una sonrisa maliciosa con Thalia y se volvieron a mirarnos con un brillo competitivo en sus ojos.
—Prepárate para caer, rubia —amenazó Kira.
—Ya quisieras, Japón —dije y luego me dirigí hacia la castaña—, recuerda, Thalia, que dormimos en la misma habitación.
Los chicos y chicas amontonados a nuestro alrededor canturrearon y silbaron ante lo que dije y sonreí victoriosa. Thalia miró alrededor a los demás e hizo una mueca ladeando la cabeza para terminar respondiendo:
—Lo tengo presente, pero recuerda que Kira también estará.
El canturreo y silbidos aumentaron ante la respuesta de mi amiga.
—Jar, prepárate para ver como juegan las profesionales —le dijo Kira a mi hermano y este sonrió confiado.
Algo que no saben Kira y Thalia, es que Jarek es un experto en este juego, antes de entrar a la universidad ha jugado contra Luka varias veces y en la mayoría de esas partidas era él quien salía victorioso. Por algo lo elegí.
El partido terminó reñido, perdimos la primera partida, ganamos la segunda y la tercera perdimos solo por un par de números de diferencia.
—Última ronda, ¿entran? —preguntó Kira.
Compartí una mirada con Jarek y mi hermano se limitó a asentir. Tenía ese brillo competitivo en sus ojos, la competencia es lo que mas representa a los Jones. No nos íbamos a retirar ahora.
—Entramos.
El juego comenzó y mucha mas gente se había acumulado a nuestro alrededor. La tensión estaba en el aire, en especial alojada en la cara de Kira, quien estaba totalmente metida en el juego, con el ceño arrugado y cara de pocos amigos.
La partida duró cerca de diez minutos y terminó con un marcador de 8 contra 12, obviamente ganando Kira y Thalia. Levanté el vaso con vodka puro y luego de chocarlo con el de Jarek lo tomé de un trago.
Hice una mueca cuando el líquido pasó quemando por mi garganta y la gente grito entre silbidos.
—Gracias gracias —exclamó Thalia con una sonrisa.
Me reí mientras Kira le daba la mano a Jarek fingiendo competencia y ellos se rieron. Salimos del tumulto de gente quienes se quedaron presenciando otra partida y una vez fuera del grupo, tomé una bocanada de aire.
—Buen juego señoritas —dijo Jarek y nos regaló una sonrisa burlona para luego agregar—, ya sé a quien elegir como compañera en el futuro.
—Vete a la mierda, Jar —dije y me reí.
Mi hermano nos regaló una sonrisa para luego desaparecer de nuevo entre el grupo de gente. Caminamos hasta las sillas cerca de la piscina y nos dejamos caer en ellas con un suspiro cansado.
Miré a los alrededores, había chicos como nosotras alrededor de la piscina y algunos incluso dentro de ella. Un grupo de chicas a una de las esquinas se rió escandalosamente y me volteé a ver a mis amigas.
—Hey, ¿alguna sabe donde esta Aaron? —pregunté—, no lo he visto en toda la noche.
Kira se encogió de hombros anunciando que no le importa, mientras que Thalia, por su parte, se encogió de hombros y estaba por agregar algo cuando se quedó con la vista fija en algo o alguien detrás nuestro.
—Chicas, ¿esa no es la chica que a ustedes les cae mal? —preguntó.
Compartí una mirada confundida con Kira y nos volteamos a la dirección a la que apuntaba Thalia. Dicho y hecho, allí estaba la metiche Moore coqueteando con alguien que estaba a espaldas de nosotras. Luego de analizarlo un rato y tratar de mirar mejor por la oscuridad, reconocí esa espalda y el cabello castaño de inmediato.
—¿Quién es el chico? —preguntó Thalia.
—¿Quién es el desafortunado mejor dicho? —se burló Kira.
Terminé de reconocer a ese chico y golpeé la silla tratando de que fuera la cara de la metiche Moore.
Un sentimiento asesino me invadió haciendo que Thalia y Kira lo notarán al instante cuando me levanté de golpe. Esta noche asesinare a alguien, precisamente a la maldita metiche Moore.
—No puede ser, esto es un mal chiste —murmuré.
Me empecé a acercar dispuesta a llenar la cara de la metiche Moore de puños cuando Thalia me detuvo por el hombro evitando que hiciera una masacre ahora mismo. Kira llegó a nuestro lado casi trotando.
—¿Qué te sucede Nova? —preguntó Thalia—. Parece que harás una masacre.
—¡¿Es qué acaso no lo ven?! —me quejé.
—¿Desde cuando nos importa el imbécil iluso que sale con la metiche Moore? —reprochó Kira.
Me solté del agarre de Thalia y solté un gruñido mientras peinaba desesperada mechones de mi cabello rubio. Ellas no están ni cerca de entender la gravedad de la situación. Respiré varias veces y respondí:
—Porque el maldito imbécil es Aaron.
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