Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

48_

No diría que las palabras de Lonnie me había ayudado, pero en cierta parte si lo hicieron y hasta me dejaron pensando. Es raro, porque en el primer tiempo luego de la muerte de Tyler había optado por no escuchar las opiniones ajenas –muchísimo menos la de Lonnie–, y ahora es la de ella la que me hizo pensar bastante.

Si estaba destinado a suceder, iba a suceder.

Ahora, si aplico esto a mi situación actual, daba consuelo. La mentira, incluso aunque me engañara a mí, no iba a durar para siempre, si bien Sacramento es una ciudad grande, Camille y su familia se movían en el mismo círculo que todos nosotros y sería inevitable el no haberla encontrado por lo menos de pasada. Obviamente podría el destino no ser una perra pretenciosa y haber hecho que Camille encontrara a su príncipe azul, o como fuera que considerara a Adam, tiempo atrás, cuando yo lo consideraba un extraño y recordaría esto como una anécdota rara. Todos estaríamos bien, nadie saldría lastimado y yo seguiría en mi cómodo lugar de soltería.

Lugar donde nunca tendrías que haber salido, me repetía en la cabeza.

Con esta nueva perspectiva me levanté hoy, y porque tenía a Kira amarrada a mi espalda y sin posibilidad de moverme.

Ella ha sido una buena amiga estos días, a pesar de que comenzó su trabajo, no me dejó sola ni un segundo lo cual valoro bastante. No le conté ni a ella ni a Thalía sobre mi reunión con Lonnie, todavía quería que quedara conmigo un tiempo.

Bostecé y acomodé mi cabello rubio el cual se encontraba en una cola de caballo descuidada. Cerré el capó del auto y retrocedí unos pasos con una sonrisa mientras me secaba con el paño que lo único que hacía era mancharme un poco más la mejilla con aceite.

El volver a trabajar en el taller de papá fue algo que sorprendió a todos cuando se los dije hace un par de días, pero era venir a trabajar o seguir auto compadeciéndome en casa. Me distraía el estar aquí, me gustaba en cierta forma. Desde que era una niña y ayudaba a papá a arreglar su auto siempre me interesó el hacerlo, con el tiempo y sin notarlo terminé aprendiendo los procedimientos de pies a cabeza e incluso con los ojos cerrados.

Me gustaba el hacer algo donde por lo menos tuviera el control, así que después del trabajo en Paulin's llegué a casa, me cambié de ropa y vine al instante.

Giré sobre mis pies para encontrarme con Owen quien me observaba con una sonrisa.

—Nova —saludó con una sonrisa.

—Owen —saludé imitándolo.

—Hace tiempo que no te veíamos por aquí, hasta tu padre pensó en no dejarte entrar nunca más —bromeó.

—No me sorprendería de él —me reí—. Quería aprovechar las vacaciones para ayudarlo un poco.

—Es bueno tenerte aquí de vuelta —comenzó.

Miró de reojo detrás de mí y largó una pequeña risita nerviosa por lo bajo. Miré por sobre mi hombro como papá llegaba hasta nosotros con una sonrisa que gritaba "Acércate y te despido" y pasó su brazo por sobre mi hombro.

— ¿Todo en orden? —preguntó papá.

—Sí pa, Owen me decía que estaba feliz de tenerme aquí —contesté por Owen.

— ¿Feliz? —cuestionó papá.

— ¿Por qué nunca dices que estás feliz conmigo? Yo vine todo el verano —lo picó Jarek pasando detrás.

Owen se rió un poco más relajado y le dio una mirada a Jarek quién volvió al trabajo. Ellos son buenos amigos, por lo que siempre que Jarek le molestaba Owen ya se calmaba.

—Iré a trabajar —finalizó Owen.

—Me encanta tener trabajadores tan productivos —finalizó papá en tono de reproche.

—Papá... —me quejé.

—Como amo poner nerviosas a las personas —sonrió y miró hacia el auto ignorando mi mirada de reproche—. ¿Ya terminaste con este, cariño?

Suspiré dejando de lado el tema y asentí parandome a su lado para ver el auto.

—Sí, pa. Los frenos estaban bastante dañados así que los cambié por unos nuevos —contesté viéndolo con una sonrisa.

—Excelente cariño —comenzó papá sacudiendo mi cabello con una sonrisa orgullosa.

Le sonreí de regreso cuando él pasó a ver el auto más de cerca. Esto me recordaba a cuando comencé a trabajar para papá y él vivía detrás de mí, preocupándose por los arreglos que hacía o aconsejándome sobre como hacer algo. Me crucé de brazos esperando a que terminara de examinar y, cuando lo hizo, se volvió a mí.

—No haz perdido el toque, Nova —alagó.

—Gracias pa.

—Estoy por cerrar, ¿vendrás a casa con nosotros? —preguntó.

Asentí.

—Por supuesto —accedí.

No es como si tuviera otro lugar al que ir, además, me venía bien el viaje gratis a casa.

Busqué la mochila con mis cosas y salí del lugar. Esperé al menos unos cinco minutos hasta que papá se dignó a llegar. Caminamos hasta el auto y, una vez que subimos a este, papá habló.

—Hay que esperar a Jarek —anunció.

—Bien...

Ambos nos quedamos en silencio. Arrugué el ceño y miré de reojo como papá me miraba fijo, sin siquiera soltar palabra alguna. Volví a mirar al frente sin darle tanta importancia, pero los segundos se hacían interminables y más cuando me miraba fijo y en un silencio incómodo. Quería hablar de ello, así que le daría el gusto.

—Ya suéltalo, pa —comencé.

— ¿Estás bien? —Fue la primera pregunta que lanzó.

Giré la cabeza para verlo confundida.

—Sí... ¿por?

—Porque, no lo sé... no eres la misma de siempre y por más que yo supiera desde el principio que era un idiota, puede que te hayas encariñado y eso te afecte —comenzó algo dudoso.

Mi sonrisa fue creciendo lentamente. Papá era malísimo para expresar sus pensamientos, pero era bastante bonito ver como se preocupaba.

—Estoy bien pa. Es cierto, me afecta bastante pero ambos decidimos terminar —mentí—. Solo es cuestión de tiempo y distraerme un poco.

—Sí, distraerte —repitió papá pensativo—. Hagamos algo, sal del auto.

Mi expresión seguro que se desfiguró a un gesto de notable confusión. Y lo dedujé cuando papá abrió la puerta del auto y giró la cabeza para verme.

— ¿Qué haremos? —cuestioné.

—Fácil, tú conducirás de vuelta a casa —aseguró.

Un nudo se formó en mi estómago al escuchar esas palabras. Mi mente se quedó en blanco y abrí y cerré la boca varias veces sin saber que responder.

—Yo... —Mi voz se fue debilitando hasta que pregunté con un hilo de voz— ¿Tú crees que pueda?

—Cariño, eres mi hija y confío totalmente en ti, por supuesto que puedes hacerlo —me animó regalándome una sonrisa—. Y si no, estoy seguro de que podremos intentar otro día, pero terminarás haciéndolo porque eres la más terca de todos nosotros y cuando se te pone algo en la cabeza no paras hasta conseguirlo.

Parpadeé un par de veces mirando hacia el techo del auto para evitar que las lágrimas salieran de mis ojos gracias a las palabras de papá. Una sonrisa se pegó a mi rostro mientras el nudo de nevios cambiaba por uno exoectante. Él confiaba en mí, sabría que yo podía entonces ¿Cómo negarme a intentarlo?

Abrí la puerta del auto y salí de este para rodearlo y cambiar al asiento del conductor. Mis manos sudaban un poco cuando se aferraron al volante y aspiré una bocanada de aire para soltarla en un largo suspiro buscando calmarme. Papá llegó del otro lado y se sentó en el asiento del copiloto. A los segundos una tercera puerta se abrió y cerró dejándonos ver a Jarek acomodándose en el asiento trasero. Se percató a los segundos que era yo quien estaba en el asiento del conductor y miró en dirección a papá con sorpresa y confusión.

—Eh... ¿Qué está pasando? —preguntó dudoso.

—Tu hermana conducirá de vuelta a casa —explicó papá brevemente.

—Oh... —soltó Jarek nervioso y me miró con una sonrisa tambaleante—. Yei...

—Me irá bien —comencé y volví a mirar hacia el frente.

Reajusté mi agarre en el volante y, con una de mis manos, giré la llavé pisando el acelerador causando que el auto cobrara vida. Él asiento vibraba debajo de mí causando que un torrente de emociones se desencadenara por todo mi cuerpo.

¿Y si no podía? ¿Y si terminaba causando un accidente como en el pasado?

Mi agarre dudó un poco. No había notado que papá se percató de mi indecisión hasta que puso una mano encima de la mía en el volante en señal de contención. Inhalé y exhalé varias veces buscando calmarme y alejando esas palabras de mi mente. Yo podía hacerlo, si no era hoy seguramente sería algún día, pero ahora no me tiraría hacia atrás. Papá confiaba en mí y no pensaba defraudarlo.

Arranqué el auto y no pude evitar soltar una risa nerviosa cuando el auto empezó a avanzar.

Lo estaba haciendo, ¡Lo estaba haciendo!

Era casi como andar en bici. Cuando dejé de conducir, pensé que si volvía a sentarme al volante olvidaría todo lo que había aprendido hace años, pero no fue así. Es como si mis manos tuvieran memoria motriz ya que se movían con total libertad sobre los controles del auto, como si nunca hubiera dejado de hacerlo.

El auto empezó a avanzar más causando que Jarek y papá celebraran. Jarek palmeó mi hombro con emoción mientras papá revolvió mi cabello con cariño.

La euforia envolvía el auto y la sonrisa crecía cada vez más en mis labios. De repente, llegué a una esquina cuando las imágenes empezaron a llegar a mi cabeza y, con la paranoía de que un camión se avecinara por la esquina, frené el auto de golpe, sentí un ligero golpe en mi espalda y una serie de quejas e insultos.

— ¡Carajo!

Miré hacia atrás como Jarek se sobaba el lugar en la frente que se estrelló con la parte trasera de mi asiento y no pude evitar reír aliviando la tensión de el solo pensar en la escena de Jarek chocando contra el asiento.

—Lo siento —canturreé con una sonrisa mientras papá ocultaba su sonrisa burlona.

Jarek metió su cabeza entre ambos asientos y achicó los ojos para darme una mirada de muerte.

—Casi me rompes la nariz —reprochó.

—Pues ponte cinturon para la proxima —respondí y me reí.

Papá también terminó riendo.

—Y ahí está mi Nova.

***

Pasaron unos días desde que había vuelto a estar al volante. Mamá reaccionó con orgullo cuando se lo conté y Jarek le agregó dramatismo a la anécdota hablando de como casi le rompo la nariz.

Con los días, el rompimiento con Adam se hizo bastante llevadero. Obviamente me sigue haciendo ruido el que podría haber acabado de manera distinta aquel día, pero al pasar tiempo en ambos trabajos, con familia y con mis amigas hicieron que aquello ya no doliera tanto. Aún me seguía preguntando cuando olvidaría todo lo sucedido con Adam, hasta a veces me cuestiono cómo es que me sentiré después. Otras veces me digo que nunca podré olvidarlo, que nunca podré pasar página, pero en el fondo sé que, aunque lo recuerde, sabré seguir adelante.

Llegó el fin de semana y mis padres decidieron hacer un viaje para pasar la noche en unas cabañas. Nos invitaron a todos y todos aceptamos ya que no era la primera vez que íbamos a esas cabañas y no nos perderíamos el darnos un pequeño descanso. Estaríamos allí solo sábado y domingo, por lo que decidí no llevar tantas cosas, las pocas que llevaba entraban a la perfección en solo una mochila, así que sonreí orgullosa cuando la cerré.

— ¿Seguro que no quieres venir, Kira? —pregunté.

La japonesa negó con la cabeza sentada desde mi cama, o nuestra cama desde hace unas dos semanas.

—Paso, primero porque odio los bosques y todo lo que no tenga que ver con la ciudad, segundo, porque no pienso ensuciarme en un lugar así, y tercero, porque mi jefe me odia y tengo trabajo extra —respondió.

Asentí entendiendo. Kira odia todo lo relacionado con acampar así que no la obligaría. Por otro lado, no me sorprende lo de su jefe. Desde que comenzó a trabajar en la cadena hotelera competencia de su familia, no solo esta busca hacerle la vida imposible, sino también su jefe con quien no se lleva tan bien.

—Bien, espero que no te aburras aquí sola —comencé cepillando mi cabello frente al espejo de pie.

—Igual, parece que busca estarlo ultimamente.

Nos volteamos a ver a Aaron, quien se había apoyado en el marco de mi puerta con tranquildad y le regaló a Kira una sonrisa.

— ¿No es así? —cuestionó.

Kira se levantó al instante de la cama, como si un resorte hubiera impulsado a su trasero hacia arriba.

— ¡No lo es! —exclamó.

— ¿Qué quieres, Aaron? —pregunté.

—Ya te estamos esperando abajo.

— ¿Jarek ya llegó? —pregunté.

Al parecer Jarek se juntaría con Lucy antes de irnos.

—Ya está por llegar —informó con tono aburrido.

— ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Moviéndonos que nos espera un largo viaje! —celebró Luka detrás de Aaron.

Cuando se trataba de cualquier tipo de viaje, siempre había que soportar a Luka andando de un lado a otro en la casa con euforia por su amor desmesurado a los viajes.

—Ya descargué música para las horas de viaje ¿Vienes en nuestro auto, Nova? —Se metió Luka en la conversación asomándose también por la puerta.

Asentí.

—Sí, iré con ustedes —afirmé.

— ¡Excelente! Ven honey, ayúdame a llevar las cosas —comenzó Luka dirigiéndose a Aaron.

Luka se fue al instante cantando alguna canción sobre las vacaciones y Aaron rodó los ojos riéndose por lo bajo para seguirlo.

Tomé mi mochila y me dirigí hacia Kira, quién tenía la vista aun clavada en el umbral de la puerta. Moví mi mano al frente de su cara para llamar su atención y parece que volvió en sí.

— ¿Vamos? —pregunté.

— ¡Sí, claro! —exclamó demasiado fuerte.

Bajamos hacia el comedor donde mamá iba de un lado al otro ocupándose de ver que lleváramos todo, los gemelos, como hacían ultimamente, estaban alejados hablando de algo y Aaron, Luka y papá conversaban animadamente, sobre todo Luka, mientras llevaban las cosas al auto.

Kira comenzó a hablar con Juls cuando noté que Jarek entró a la casa directamente sin hablar con nadie y con una cara de pocos amigos. Arrugué el ceño confundida y me acerqué a él.

— ¿Todo en orden? —pregunté.

Jarek me miró de reojo, tomó la correa de su mochila y se fue con papá no sin antes decirme.

—No me molestes.

Me quedé ahí parada sola y bastante confundida por su reacción.

¿Y a este qué le habrá pasado?

.
.
.
.
.
.

Estrellitaas ✨✨

Hasta acá el capítulo de hoy, espero que les haya gustado ❤️❤️

¿Por qué creen que Jarek estará así? ¿Alguien más nota la tensión entre Kira y Aaron? ¿Todo va a explotar en ese viaje? Sí, ah xd

Eeen fen, los quiero estrellitaas ❤️✨ Dhalia fuera.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro