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Pasé todo el día en cama. Le pedí a Thalia que le explicara al profesor de la clase que tenía hoy que no podría ir porque tenía un problema familiar.

Simplemente hoy no podía salir al exterior. Pareceré una idiota por mi acción, pero no mentiré al decir que todavía no me afecta lo que sucedió esa noche, que no me afecta los comentarios que me estuvieron atormentando en todo mi último año de secundaria, que ya no tengo miedo de volver a caer en las pesadillas cada noche. Parecere una especie de cobarde en estos momentos, pero necesitaba la comodidad de mi cama, no era como la de mi casa, pero era confortable igual.

A lo largo del día me he dedicado a dormir, pedir comida por teléfono e ignorar a todo el mundo. No me sentía con animos porque, cada vez que intentaba distraerme con algo más, los recuerdos de mis días en relación con Tyler volvían a mi cabeza y me sentía una completa perra al querer evadirlos.

Conocí a Tyler cuando tenía 16 en la secundaria. Él y su hermana melliza eran nuevos en la escuela y no tardaron en hacerse del grupo de los populares, entre ese grupo estaban Lonnie y sus amigas. Tyler, Camille, su hermana, y Ana y Graciela, sus hermanastras se hicieron de un numeroso grupo de amigos en la escuela. No tenía tanta relación con sus hermanas, Ana y Graciela resultaron ser iguales que Lonnie y Camille simplemente las seguía como si fuera su sirvienta, por otro lado, a Tyler le gustaba juntarse con muchas personas, entre ellas, Sam, Kira y yo, pero su gran amiga siempre fue Lonnie. Solo bastó un par se meses para que algo entre nosotros y, contra todo pronóstico, nos convirtiéramos en una de las parejas más populares de la escuela.

Los primeros meses todo era color de rosas, pero, como en todas las parejas, también había discusiones, en nuestro caso, discusiones muy seguidas. Eso no quiere decir que yo no lo amara, le amé demasiado en su momento y, a pesar de las peleas, siempre estuvo para mí como yo estuve para él.

Esa noche habíamos salido a una fiesta con él y sus amigos, entre ellos la metiche Moore. Lonnie no había parado de decirme cosas entre susurros y hacerme sentir incómoda en toda la noche, era obvio que a ella le gustaba él y que todos los de su círculo de amigos preferían que Tyler estuviera con Lonnie antes que conmigo. Esa fue la razón por la que discutimos. Ambos íbamos algo tomados y yo estaba sumamente furiosa porque, a pesar de todo lo que le había contado, él seguía defendiendo a Lonnie, no esperaba que se pusiera en su contra o algo por el estilo, pero que por lo menos entendiera lo incómoda que me sentí allí.

La furia y el alcohol me cegaron hasta tal punto de no ver ese maldito semáforo en rojo ni el camión que, al ver la luz verde, aceleró a toda velocidad impactando del lado del que estaba Tyler.

En los siguientes meses luego del accidente me convertí en otra persona, ya no quería salir ni siquiera a la escuela, ahí era la peor bruja de todo los tiempos ya que indirectamente había matado al estudiante más querido de la escuela y Lonnie, su hermana Camille y sus hermanastras tampoco me lo hicieron tan fácil al incrementar mi culpa y poner a todo el cuerpo estudiantil en mi contra.

En ese tiempo toda la mierda que me tiraban prácticamente me la creí y mierda que pesaba y dolía demasiado. Creo que hasta hoy en día sigue doliendo. Quería gritar hasta quedarme sin voz, lloraba todas las noches pensando en que habría pasado si él se hubiera salvado, deseé demasiadas veces volver a esa noche y hacer las cosas diferentes, ponerme a mí en lugar de Tyler, incluso llegué a pensar en que pasaría si yo misma terminara con mi vida, pensé que nadie me extrañaría, al fin y al cabo nadie extraña a una asesina, pero nunca pude hacerlo.

Mis padres me mandaron a un psicólogo por dos años completos. Admito que eso me ayudó, me hizo ver que no tenía la culpa de eso, que yo no manejaba las vidas de las personas ni que tampoco sabía que ese camión se acercaría esa noche. Pero aún así dolía un poco el saber que, aunque sea en un pequeño porcentaje, esa noche podría haber tenido otra variante.

No vuelvas a caer en ese pozo oscuro, Ivanova me repetía a mí misma siempre Nunca dejes que alguien vuelva a tirarte ahí.

Con el tiempo y la ayuda de mi familia, Kira, Sam y Thalia volví a mi vida de a poco. Terminé el infierno de la escuela y me anoté en psicología, era una carrera que me interesaba, me daba curiosidad y anhelaba ser algún día como las personas que llegaron a ayudarme desde un tono más profesional en mi momento más oscuro.

El simple recuerdo de Tyler hace que se me estruje el pecho, como si me quedara sin respiración. Me dolía, seguía doliendo pero aprendí a vivir con ese dolor y seguir adelante. Me merecía tener algunos días así, supongo...

—¡¿Cómo es que no has salido de la cama?! —exclamó alguien.

Volví a la realidad para encontrarme con una Kira muy enojada en la puerta y una Thalia muy preocupada y culposa detrás suyo.

—Intenté detenerla —declaró Thalia detrás.

Le di una sonrisa cansada a mis amigas.

—No importa —le contesté a la castaña y, luego de acomodar mis mantas, me dirigí hacia Kira—. Simplemente tenía ganas de quedarme aquí ¿Qué tiene de malo eso?.

—Jarek nos contó lo que sucedió en la fraternidad —informó Thalia sentándose en su cama.

Kira llegó también y se sentó a mi lado.

—No hay nada de malo pero si está mal que te siga afectando los comentarios de alguien tan venenoso como el amigo de la metiche Moore —contestó Kira.

—No me afecta —mentí.

—Te conozco y sí, sí lo hace —me contradijo Kira.

—No, estoy bien, simplemente tenía ganas de quedarme en cama hoy —contesté.

Kira soltó un largo suspiro resignado sabiendo que yo no cedería y se sentó en la cama de Thalia.

—Nos tenías preocupadas —reprochó.

—Todos preguntaron por ti, hasta Adam —informó Thalia.

—¿Adam preguntó por mí? —cuestioné.

Mis dos amigas asintieron y yo sonreí débilmente. Puede que él se haya preocupado, no le hablé en todo el día.

—Sí, parecía algo preocupado —soltó Thalia.

Asentí y mi rostro volvió a decaer. Mañana tendría esa estúpida cita doble con Lonnie. Cita doble que, luego de dos potes de helado de cereza decidí que no asistiría, pensé que podría pero no pienso enfrentarme a ella luego de todo lo que paso, hasta siento que fue impulsivo e idiota de mi parte haber reaccionado así.

—En serio lo traes colado —afirmó Kira.

—Sí... no he hablado con él en todo el día —pensé en voz alta.

—Él al igual que todos sabíamos que necesitabas un tiempo para ti
—me consoló Thalia.

—Es cierto... pero tal vez debería hablarle —divagué.

—Si tú quieres hacerlo y con tal de que eso te haga mejor... —el comentario de Kira quedó sostenido en el aire mientras me pasaba mi teléfono.

Asentí y encendí el teléfono para abrir el chat con Adam. Escribí y borré varias veces lo que pondría bajo la atenta mirada de mis dos amigas hasta que por fin me decidí... y luego volví a borrar, cerré el chat y apagué el teléfono. ¿Qué le diría? Nuestras conversaciones siempre han sido espontáneas, en su mayoría las ha comenzado él por lo que ahora me encuentro en blanco.

—No lo haré —sentencié.

—Sabíamos que no —me secundo Kira dejando el teléfono en la mesita de luz— ¿Qué les parece si para despejarte vemos una película y comemos palomitas aquí?.

—Me parece una estupenda idea —aceptó Thalia asintiendo.

—Hagamos eso —Asentí.

***

Pasamos la noche del viernes viendo películas que iban desde las románticas hasta las de suspenso. Mis amigas tenían un amplio gusto variado, por lo que algunas veces terminaban discutiendo acerca de que poner. Admito que me distraje, logré apartar a Tyler de la cabeza, concentrarme en mis amigas y en la noche que estábamos pasando. Nuestra velada terminó al siguiente día, como a las siete de la mañana cuando Kira empezó a roncar.

El día luego de mi crisis existencial había comenzado de la mejor manera y se mantuvo neutral. Almorzamos en la cafetería, obviamente conmigo obviando los pequeños susurros que quedaban del escándalo y viendo a Harper luego de tanto tiempo, luego decidimos pasear por el campus hasta que empezó a refrescar.

A Kira la llamaron sus padres cerca de las seis para decirle que la estaban esperando en una reunión de inversionistas, a lo que Kira obviamente fue, ella podrá no tener una relación convencional con sus padres pero cuando se trataba de la empresa dejaba todo eso atrás.

—¿Crees que así estoy bien? —preguntó Thalia viéndose al espejo.

La observé sentada desde mi cama. Tenía puesto unos jeans oscuros con una camiseta de alguna banda y una chaqueta de jean del mismo color que su pantalón, eso junto con unas zapatillas.

—No estás nada mal... —comencé.

Y es cierto, estaba hermosa, en realidad, Thalia era de esas personas que, no importaba lo que se pusiera, siempre se iba a ver bien, pero era muy diferente para qué se vestía. Saldría con Ashton, no sé en que momento volvieron a hablar, pero al parecer ella lo está perdonando porque él juró "cambiar". Quise golpearla cuando me avisó a donde iría, pero, para mi pesar, Thalia tiene bien entendido que ya es una chica grande y que sus decisiones son completamente suyas.

—Ya suéltalo —dijo resignada.

—Te lo diré ahora y miles de veces que sean necesarias, Ashton no es bueno para ti, no lo vale —solté.

—Sí, lo sé pero él...

—Juró cambiar —finalicé por ella—. Thalia, tu no eres un experimento para que estén jugando contigo, él si quiere cambiar, bien, pero que no te ate a ti a ese intento que de seguro va a ser fallido. Tú no mereces un amor a tantas pruebas y error.

Thalia apretó los labios y ladeo su cabeza de un lado al otro. Sé que ella muy dentro suyo lo sabe, solo espero que no se dé cuenta tarde de eso.

—Se hará tarde —anunció cambiando de tema.

Suspiré. Thalia algo que la define muy bien es que es cabeza dura.

—Avisa cualquier cosa —contesté.

Ella sacudió y asintió, luego de dejar un beso en mi mejilla y procurando volver antes de la medianoche.

Una vez ya sola, decidí ordenar la habitación para dedicarme a algo. Era sábado y, con ayuda de música, limpié la habitación en menos de una hora. Cuando terminé estaba exhausta por lo que decidí tirarme en la cama observando el techo mientras escuchaba a algunas chicas que se iban de fiesta allí afuera.

Bufé sin saber que más hacer. Tal vez podría comenzar una serie o adelantar los apuntes que me dio Thalia de las clases –las ventajas de ir al mismo año–, pero estoy segura de que eso no acabaría mi aburrimiento. Tendría que hacerlo, pero otro día.

Mi teléfono se había quedado sin batería por lo tanto tampoco tenía tanto entretenimiento y no pensaba contorsionarme para usarlo con el cargador.

Estaba cerca de dormirme cuando sentí un repiqueteo en la ventana. Arrugue el ceño y volteé a ver hacia el exterior, no lloverá, de eso estoy segura, tal vez solo haya sido una rama. Volví a escuchar ese ruido cuando un movimiento de algo pequeño y rápido chocó contra en cristal.

Me levanté de la cama confundida pero dispuesta a insultar a cualquiera que estuviera haciendo una broma y me abrí la ventana para asomarme a ella.

Ahí debajo, estaba Adam, con un manojo de lo que parecían ser piedras en una mano y una pequeña bolita levantada en alto. La bajó al instante que me vio y sonrió complacido.

—Hola Cenicienta —saludó.

El segundo piso no quedaba tan alejado de la acera, por lo tanto podía escucharlo sin tanta necesidad de que elevara la voz, solo espero que a las chicas que se quedaron y llegaban a escuchar no se molestaran.

—¿Cómo sabías que era mi habitación? —pregunté.

—No lo sabía —se encogió de hombros—, estaba probando suerte y tu habitación era la única con las luces prendidas.

No pude evitar reír por esa respuesta.

—¿Y si no era yo?.

—Preguntaba cual era tu ventana y buscaba más piedras —contestó con simpleza— ¿Romántico?.

—Algo arriesgado —contesté—, no pienso pagar por una ventana ni una multa por ruidos molestos.

Esta vez fue él quien se rió y negó con la cabeza. Estaba levemente iluminado por las farolas de la calle y aún así se veía atractivo.

—Entonces baja aquí, Cenicienta —dijo con teatralidad.

—¿Y qué me darías a cambio de que lo haga?.

A pesar de la poca iluminación pude notar como la sonrisa traviesa de Adam crecía y sentía algo de calor debajo de mi oreja al descubrir el doble sentido de esa pregunta.

—Muchas cosas, pero ahora quiero mostrarte un lugar ¿aceptas? —informó.

Entre mis opciones estaba irme con él o quedarme aquí a aburrirme como una planta. Es obvio que ya sabía cual elección elegir.

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Estrellitaas 🌟🌟

Espero que les haya gustado el capítulo de hoy ❤️❤️

Pregunta random súper rápida:

¿Qué piensan acerca de la salud mental?

Sin más que decir, los quiero estrellitaas Dhalia fuera ❤️🌟


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