18_
Luego de soltar mi insulto, éste quedó suspendido en el aire. Las tres nos quedamos en silencio observando detenidamente a mi hermano, quien nos miraba un poco avergonzado.
—¿Qué mierda ocurrió contigo? —pregunté.
Me levanté de mi silla y me acerqué a mi hermano para verlo con más detenimiento. El imbécil tenía el ojo izquierdo peligrosamente hinchado y de un oscuro color entre rojo y morado. Mi hermano apartó la cara al instante e intento abrir el ojo dañado inútilmente ya que, cuando lo intentó, hizo una mueca y volvió a cerrarlo.
Intenté tocarlo y al instante corrió la cara y volvió a colocarse los lentes de sol. Miré a Dana confundida y esperando una explicación, a lo que ella sólo se encogió de hombros y habló.
—Que tu hermanito te contesté —contestó mirando a Luka.
Me volví a ver a mi hermano y este se encogió un poco más en su silla. Coloqué mis manos en jarra y le hice un gesto en la cabeza para que empezara a hablar. Pensé que Luka ya había dejado atrás ese afán de meterse en peleas donde no lo llaman y al parecer estaba confundida de nuevo.
—¿Recuerdas a Isla? —comenzó.
—¡¿Isla te golpeó?! —Lo corté escandalizada.
No creo eso de ella, suele ser muy pacífica, no va a los puños sólo por qué sí.
—No, su novio —contestó— ¡¿Acaso sabías que tenía un maldito novio?! ¡¿Y que el tipo es boxeador?!.
Escuché la carcajada de Kira detrás de mí y yo solo negué con la cabeza. La verdad que pensaba que Isla había terminado con su novio hace dos meses, no sabía que habían vuelto o se lo habría dicho.
—¿E Isla no te dijo que tenía novio? —preguntó Thalía.
—No —comenzó—, salimos del bar y ahí estaba su novio.
—Mierda... lo siento Luka —contesté.
Mi hermano se encogió de hombros, y volvió a recostarse en su silla. Un oficial entró y, luego de darle un asentimiento con la cabeza a Dana y a nosotras, le entregó una bolsa con hielo a Luka quien lo aceptó a regañadientes. El oficial se despidió y salió dejándonos de vuelta en un silencio mientras observábamos como mi hermano hacia una mueca mientras se ponía el hielo.
—¿Y ni siquiera trató de hablarlo primero? —preguntó Thalía.
—No, querida Baker —contestó Luka con pesadez.
—Podrían haberlo razonado —comentó Dana en tono de reproche.
—Lo sé, pero el ojo morado creería que te deja en claro que no quiso hacerlo —contestó Luka ofendido.
—Y no es lo peor... —bufó Dana.
—¿No es lo peor? —pregunté.
—Puede que ahora me siga buscando porque puede que le haya devuelto el golpe —contestó mi hermano.
—¿El golpe? ¡Luka! —me quejé.
—¡¿Qué?! ¡Él me golpeó primero, yo no inicié nada!.
Negué con la cabeza y él sólo se encogió de hombros quitándole importancia al asunto. Ya sabía que Luka le devolvería el golpe y que eso le traería consecuencias, por lo que tengo entendido el novio de Isla no es para nada pacífico, cosa que no me agrada tanto de ese sujeto.
—¿Y qué? ¿Volverás al campus? —pregunté.
—Obviamente —contestó éste con incredulidad— ¿acaso crees que me cagaré encima si lo veo?.
Levanté una ceja y me volteé a ver a Dana quien, luego de darle una mirada a su amigo, se giró a mí y respondió.
—Llamé a Jarek y lo vendrá a buscar —acotó.
—Conste que tú lo quisiste así —se quejó Luka.
—Qué raro ¿No llamaste a Aaron? —Me volteé a ver a Kira quien se encogió de hombros—. ¿Qué? Suele ser más diplomático en estos casos.
Ladeé la cabeza de un lado al otro a favor de lo que decía la japonesa. Aaron siempre fue el más calmado entre mis dos hermanos mayores, o por lo menos era el que siempre sacaba a Luka de todos los líos en los que se metía, y eran demasiados.
—Lo llamé pero no responde —explicó Dana.
—Tal vez haya tenido una cita con tu querida hermanita —acotó Luka con una sonrisa.
Dana rodó los ojos por el comentario de su mejor amigo. Aaron tampoco me contesta a mí desde ayer a la noche, igual, sé que no le pasó nada malo porque, hasta donde sabía, estaba metido en el edificio de la fraternidad estudiando para los primeros parciales.
—Nosotras será mejor que los dejemos —comencé y me giré hacia mi hermano—, te llevaría al campus pero no tenemos auto.
—No importa, cuídense —contestó Luka.
—El que tiene que cuidarse eres tú —respondió Kira con mofa.
—Ja, ja que graciosa Japón —contestó Luka con ironía.
Mis amigas se levantaron y, luego de saludar a Dana, nos retiramos de ahí esperando que pueda hacer algo con el auto robado y con la intriga de que pasará cuando el novio de Isla se encuentre con Luka. Admito que estoy algo nerviosa, o sea, ya sé que mi hermano sabe pelear y meterse en ciertos problemas, pero esta vez se lió una buena con el tipo peligroso del campus.
Salimos de la estación de policía y nos volvimos hacia la residencia.
***
Una vez llegamos al edificio, entramos totalmente agotadas. Era domingo por lo cual estoy segura de que aprovecharé para dormir todo lo que no dormí anoche y ya mañana podré volver a concentrarme con los estudios.
Con todo este rollo del robo de auto y de mi hermano caí en cuenta de que Adam todavía no se había comunicado, igual, hablamos ayer como a las cinco de la mañana así que no me haré tanto la cabeza con eso. Al igual que caí en cuenta de que no habíamos almorzado y mi estómago ya estaba rugiendo pidiendo atención.
—Tengo hambre —dije mientras caminábamos por el pasillo.
—La verdad que yo también —me secundo Thalía.
—Bueno, pues yo no, ¿cómo cojones le digo ahora a mis padres que me robaron el auto? —se quejó Kira.
—Lamentamos lo de tu auto, Kira —hablé con sinceridad.
Ahora que caigo en cuenta, tal vez no haya sido de las mejores ideas haber dejado a Kira borracha, pero como podría desconfiar si no estaba sola.
—Es cierto, ya todo esto se solucionará —calmó Thalía—. Si quieres nosotras hablaremos con tus padres.
—Nah, no será necesario —continuó Kira.
—¿Qué no será necesario? —preguntó alguien que nos abordó por el pasillo.
Y no era nada más ni nada menos que la otra cara de la familia Moore, Lonnie. La castaña estaba con una coleta alta y ropa deportiva que le quedaba a la perfección. Para que mentir, la condenada es hermosa, pero eso no le quita lo metiche. Nos observaba con curiosidad y falsa preocupación mientras se cruzaba de brazos.
—No necesito tratar contigo ahora, Lonnie —dijo Kira pasando por su lado.
—Ay que amargada —contestó—, deberías de ponerle más azúcar a tu té, Kira.
—Ya Lonnie —finalizó Thalía y siguió a Kira hasta nuestra habitación.
—No entiendo que les acongoja, sobre todo a ti Nova, que te vi llegando con un chico anoche —habló.
—Eso no te incumbe —la corté y me fui con mis amigas.
Y por eso es metiche. Se mete donde no le llaman y no lo hace por preocuparse por los demás, lo hace por pura malicia de saber por dónde podrá atacar en un futuro.
Me metí en mi habitación donde Kira ya estaba lanzando insultos en japonés al aire. No podía entender ninguno de ellos, pero sabía muy bien que iban dirigidos hacia Lonnie. Luego de que terminó se tiró a la cama de Thalía, en la cual estaba la susodicha sentada, y largo un gran suspiro.
—Juro que si el asesinato sería legal Moore no duraría ni dos días —amenazó.
Una amenaza vacía obviamente. Me senté en mi cama y ésta estaba tan tentadora que me recosté por completo sobre ella. ¿Desde cuándo la almohada de este lugar era tan cómoda?. Mi estómago rugió devolviéndome a la realidad, tenía sueño pero el hambre repasaba ese sentimiento.
—¿Pedimos algo o vamos a la cafetería? —preguntó Thalía.
—Tengo ganas de salir de aquí, vamos a la cafetería —dijo Kira.
—Me parece buen plan —la secunde.
Si me quedaba más tiempo en cama terminaría durmiendo y en serio tengo ganas de comer la comida de Harper ya que hace rato que no vamos para allá. Me levanté cuando noté dos cosas 1) Todavía tenía mi teléfono en mano 2) éste estaba vibrando. Vi la pantalla que iluminaba el nombre de Adam y contesté al instante. Mis amigas notaron eso y compartieron una mirada para volver a sentarse atentas a mi conversación.
—¿Hola?.
—Hola cenicienta —habló Adam—, espero no haberte despertado.
—No, ya estaba despierta, o sea, sí dormí y luego volví a despertarme, digo, tuvimos que ir a la comisaría por eso del auto —expliqué.
Kira contenía la risa ante mi nerviosismo y modulo con sus labios un "que penoso".
—Oh, genial, digo, no lo del auto —contestó Adam al otro lado de la línea—. Me preguntaba si querrías ir por ahí a comer algo.
—Vaya que tomaste nuestra charla de anoche muy en serio —me burlé de forma calmada.
Adam se rió algo más aliviado y yo sonreí al escuchar su risa.
—Siempre cumplo mis promesas, Cenicienta —habló con seguridad— y, si mal no recuerdo, te demostraré que esto no es un juego.
Suspiré recordando nuestra charla de anoche y sobre todo el beso que hubo antes. No pude evitar sonreír más al recordar ese beso, era digno de película y hace que ahora parezca una idiota romanticona.
—Me gustaría ir a comer contigo, Adam —accedí.
—En cinco minutos estoy ahí. Hasta ahora Cenicienta.
—Hasta ahora, acosador.
La llamada se cortó y tanto Kira como Thalía me observaban fascinadas. No pude evitar que el calor subiera por debajo de mi oreja y me encogí de hombros. Era algo natural en los Jones el sonrojarse debajo de la oreja, venía de familia creería.
—Dejen de mirarme así, es sólo una cita —me quejé.
—No es sólo una cita y lo sabes —me recordó Thalía.
—Pf, ya hemos salido antes —me defendí.
—Sí, pero reaccionas como si fuera la primera cita —acotó Kira—, admítelo Nova, el chico te vuela la cabeza... y otras cosas.
Kira subió y bajo repetidas veces las cejas insinuando que su comentario no era nada inocente. Rodé los ojos ante su insinuación y negué con la cabeza. No creo que me vuele la cabeza, salimos solo tres veces, pero admito que ha estado en mi cabeza demasiado tiempo, incluso antes y después de esas citas y me tuvo pensando y preocupándome por él durante toda una semana completa... mierda, me este chico me está volando la cabeza.
—Solo... ayúdenme a elegir como cambiarme —finalicé.
***
El lugar al que me trajo Adam era agradable y, a simple vista, sumamente costoso. No sabía dónde me traería, en el auto estuvimos tocando varios temas sobre que hicimos en la semana y que pasaría con lo del auto, había silencios pero no eran para nada incómodos, aun así admito que sigo algo nerviosa sobre como irá esta cita. Kira tiene razón, no tendría que ponerme tan nerviosa ya que hemos salido antes, pero el sentimiento sigue estando.
Llegamos a una de las mesas que estaban en la gran terraza y nos daba una buena vista de la universidad. El día nos acompañaba a la perfección, no hacía tanto calor ni frío y estar bajo el sol era agradable.
—Este lugar es... hermoso —hablé.
—Cierto y eso que no lo viste de noche —contestó Adam observando la vista.
—¿Viniste aquí antes? —pregunté.
Que no haya sido con una chica, que no haya sido con una chica... ya basta Ivanova.
—Sí, con mi familia.
Quise suspirar aliviada pero eso sería muy notorio y raro. Una camarera vino a darnos la carta y, al abrirla y ver todos los precios, no pude evitar abrir los ojos en sorpresa, esto es malditamente caro. Busqué lo más barato en toda la carta y era una ensalada no—se—que. Traje dinero, una cierta parte de lo que había ahorrado en mis trabajos de verano, pero no pensaba gastarme todo ahora en un simple filete.
Tendría que conseguir un trabajo, tal vez Thalía me ayude a buscar uno. De las tres ella sabía dónde conseguir los trabajos ya que, no es que vengamos de familia pobre, pero tampoco tenemos dinero para tirar al cielo y con algo, tarde o temprano, tenemos que mantenernos. La única que no tiene problemas es Kira ya que sus padres le dejan una gran suma en el banco todos los meses.
—¿Todo en orden? —Adam me sacó de mi ensoñación.
—Sí... solo estaba viendo los nombres raros de los menús —contesté fingiendo tranquilidad.
Adam se quedó un largo rato observándome fijo y mordiendo su labio inferior pensativo, sostuvimos la mirada durante unos largos segundos. ¿Por qué con un gesto tan simple como ese tiene que verse caliente igual?.
Ya basta Nova pensé.
—Elige lo que quieras, yo invito —habló.
—¿Qué? No.
—¿Por qué no? Yo invité, yo pago.
Adam cerró la carta con tanta naturalidad, como si ni siquiera le molestara pagar toda esa suma de dinero.
—No quiero deberte nada —proseguí.
—Y no lo estarías haciendo —Adam sonrió burlón—, eres terca.
—Sí ¿y Qué?.
Adam levantó las manos en señal de paz.
—Nunca dije que no me gustara.
Y con esos malditos comentarios logra desarmarme. ¿Cómo lo logra? No lo sé, pero hace que sonría como idiota, ¿Parezco una adolescente sonriendo por cualquier cosa? Tal vez.
Suspire resignada escondiendo de paso mi sonrisa. ¿Qué opciones tenía? Si bien traje dinero no es suficiente para pagar una comida aquí.
—Está bien, tu ganas pero sólo por esta vez —accedí—, y yo pago los helados para la próxima.
—Entonces admites que habrán otras citas —preguntó con una sonrisa pícara.
—Puede ser... —contesté ignorando el calor debajo de mi oreja y le extendí la mano— ¿Trato?.
Adam me tomó la mano con la misma sonrisa pícara.
—Trato.
Nuestras manos quedaron un tiempo unidas y yo logré ver el tatuaje en ésta. Me gustaban, eran originales, casi me recuerdan a los de Luka. Estaba por comentar algo sobre su tatuaje cuando observé a alguien de reojo, no era la camarera, era alguien más insufrible.
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Estrellitaas 🌟🌟
Pregunta random
¿Cuál es su gusto de helado favorito?
No tengo mucho que contar, espero que estén bien y que les haya gustado el capítulo (si no entonces pueden recibir todo mi odio ahre no mentira ajjsjajs)
Pero no se preocupen pueden buscarme en:
Instagram: dhalia_s.g
Twitter: xDhaliaS
Donde subo un poco de todo lo que se me pasa por la cabeza y aviso cuando actualizo.
Sin más que decirles, los quiero estrellitaas. Dhalia fuera.
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