14_
Amo la psicología, pero no sé si soportare estudiar las partes del cerebro.
Apoyé los codos en la mesa y puse mi cara en mis manos para ver mis notas. El profesor seguía hablando y las cosas más importantes están desparramadas en todo el cuaderno, no puedo ser una persona ordenada al estilo Thalia. Miré a la castaña quien estaba sentada a mi lado anotando lo que decía el profesor, vi su cuaderno y estaba todo perfectamente ordenado. Alguien unas filas más abajo levantó la mano para hacer una pregunta por lo que yo me volteé hacia mi amiga.
—Oye, ¿cómo haces para entender todo esto? —pregunté.
Thalia levantó unos segundos para luego volver a concentrarse en su libreta y responder con una sonrisa burlona:
—Porque yo no estoy pensando en el chico que me está esperando al salir de aquí.
—Idiota —le susurre.
Thalia soltó una risita baja y negó con la cabeza sabiendo que me sucede eso. No es que esté totalmente embobada con Adam y el posible hecho de que me esté esperando afuera, pero no puedo evitar pensar en eso, la mayoría de la hora de la clase. Por un lado me siento expectada y por el otro lado me siento nerviosa, no es que nunca haya sentido algo así por alguien, lo sentí en el pasado y me es raro sentirlo después de tanto tiempo.
—Todo saldrá bien —aseguró Thalia al ver mi cara.
—Eso espero —contesté ladeando la cabeza.
—¿Algo para acotar en la clase señoritas? —nos cortó el profesor.
Compartí una mirada rápida con Thalia y me volví a ver al profesor con una sonrisa para contestar:
—No nada, puede seguir.
—¿Entienden la clase? —preguntó.
—Sí claro —mentí.
El profesor asintió y siguió hablando acerca del cerebro. Suspire y volví a anotar lo que considero importante cuando un carraspeo de Thalia me interrumpió.
—¿En serio entiendes esto? —preguntó.
—No tengo ni la menor idea de lo que está hablando —contesté.
Sonreí mientras mi amiga me hacía una mueca y negaba con la cabeza. Le entiendo algo y sé que puedo entender más esta clase, solo tengo que entender estas notas primero.
***
Salí del edificio de psicología y, luego de despedirme de Thalia, quien alegó que iría a buscar a Ashton, caminé por el campus saludando a alguna que a otras personas que conozco de amigos de mis hermanos y a otros que conozco porque van a la misma carrera que yo.
Nunca fui de ser alguien tan sociable, pero, irónicamente, a la hora de conocer a alguien tengo miles de temas por hablar. De ahí comprendí rápidamente la diferencia de ser alguien poco sociable y ser alguien tímido.
Llegué hasta uno de los árboles del predio y me senté ahí con el teléfono. Estaba espectada, según Adam el quería mostrarme algo y no se que es. No soy buena para las sorpresas dado el hecho de que soy muy ansiosa.
—Oh, una vagabunda ¿quieres una moneda? —escuché.
El protagonista de esa voz se paró al frente mío haciendo que su sombra mas la del árbol me taparan todo el sol por completo. Levanté la vista con una sonrisa condescendiente y ladee mi cabeza hacia un costado.
—Oh, un imbécil en un campus. Mejor pido un deseo —respondo haciendo que Luka se ría.
—Aunque no lo creas, yo a veces pienso —se defendió mi hermano.
—Si, seguro —dije sarcástica y me levanté—. Luka, sigo dudando de como pasaste todos los años de medicina.
En realidad no lo dudo, se a ciencia cierta que mi hermano, cuando se trata sobre algo referido a la medicina, es el ser más inteligente que conozco, pero me gusta molestarlo con eso.
—Soy mucho más inteligente que tú, bastarda —se quejó pero seguía con una sonrisa burlona.
—En todo caso, técnicamente si yo fuera una bastarda tú también serías uno —pensé en voz alta— ¿no crees?.
Luka se cruzó de brazos y miró hacia la copa del árbol pensativo. Luego de unos segundos en silencio, el sacudió la cabeza y se encogió de hombros.
—No importa, eres una bastarda insufrible —dijo y sacó la lengua de forma infantil.
—Sé que me amas mucho —dijo y me colgué de su cuello para abrazarlo.
Gesto que causó que Luka retrocediera y se acomodara la chaqueta como si le hubiera tirado basura.
—Sabes que no me gusta que te vean conmigo —se quejo— arruinará mi reputación.
—¿Cuál reputación? —pregunté.
—En todo caso ¿se puede saber que haces aquí? —preguntó.
—No es de tu incumbencia —respondí.
—Aw tendrás una cita —se mofó.
—No.
—Te pusiste a la defensiva —acusó—, prácticamente te cambié los pañales. Se cuando mientes.
—No tocarías un pañal ni aunque tu vida dependiera de ello —me quejé.
—Aw la pequeña Nova tendrá una cita, ¿a dónde irán? —preguntó.
—¿Acaso te importa?.
—No, en realidad está al último de mi lista de intereses —respondió—, pero finjo ser buen hermano de vez en cuando.
—Pudrete.
—Sé que soy tu hermano favorito.
Nos reímos para luego él despedirse alegando que irá a la cafetería y que le mandara sus saludos a Adam. Quiero a mi hermano, pero a veces es demasiado chismoso y usa su sexto sentido de saber cuando alguien miente o no para entrometerse.
Estuve un rato debajo del árbol, luego de 15 minutos Adam no apareció por ningún lado.
Genial, he sido plantada.
Tal vez se haya tardado, tal vez tengo que esperarlo un par de minutos más. Cinco minutos no le hacen daño a nadie.
Y aquí estoy, muriendo de los nervios, debajo de un árbol y con el teléfono en mano esperando algún maldito mensaje o llamada de Adam. Estoy completamente segura de que cualquiera que pase por aquí me ve y piensa "ésta es una rara", cosa que me interesa muy poco pero parezco una colegiala nerviosa, esto es nuevo para mí.
No es que nunca antes haya tenido citas, pero es raro sentirme nerviosa al pequeño sentimiento de la probabilidad de que me hayan plantado. Yo soy de las chicas que plantan, no la plantada.
No esperé 5 minutos, terminé esperando 20. Así que, al darme cuenta de que estaba anocheciendo y que mi estómago estaba vacío, salí de ahí y me dirigí directo a mí edificio con un nudo en el estómago. Quiero ser como las demás chicas y sentir y decir que no me importa, pero eso sería una completa mentira. Creo que me está empezando a gustar Adam, no es que esté perdidamente enamorada de él ni nada por el estilo, pero tengo que admitir que me agrada estar en su compañía, es divertido y es genial hablar con él.
Abrí la puerta de mi habitación para encontrarme con Kira escuchando música y muy concentrada en sus apuntes que ni siquiera notó cuando llegué. No fue hasta que me acosté en mi cama que la japonesa se dio cuenta de mi presencia.
—Hey, ¿tú no te ibas a una cita? —preguntó sacándose sus auriculares.
Asiento mientras me volteo a verla.
—Sí, pero me plantó, ¿tú no tenías que estar en tu habitación? —contraataque.
—Ese lugar ya está contaminado con la metiche Moore —se quejó arrugando la nariz—, hoy tiene una cita con tu hermano. Era quedarme a soportarla para terminar en el hospital por la contaminación que causa ese estúpido perfume o venir aquí aprovechando que tú te ibas y que Thalia se quedaba en la biblioteca.
—La habitación estaba cerrada con llave —le recordé.
—Hice una copia —respondió mi amiga encogiendose de hombros.
Suspire y asentí. Ya no me resulta raro porque es Kira, es completamente normal. Recuerdo cuando en secundaria abrió mi casillero y dejó ahí a una pobre rata de laboratorio, no terminó bien, ni para mí ni para la pobre rata.
—En todo caso —continuó Kira— ¿cómo es eso de que te dejó plantada?.
—Te plantaron demasiadas veces Kira, creería que ya lo sabes —me quejé.
—Eso fue un golpe a mi orgullo —informó y luego de unos segundos volvió a hablar— ¿le preguntaste por qué no fue?.
—No, ni pienso hacerlo —advertí.
—Aw, te dañaron el ego —agregó Kira pareciendo una mamá orgullosa.
—Cállate —ordené y reí— ¿qué estás haciendo?.
—Estudio —respondió.
—¿Tú estudias? —pregunté con mofa.
No es que mi amiga sea burra o vaga en sentido estudio, pero algo que siempre me sorprendió de ella es que con sólo escuchar la clase y leer un poco ya entiende el tema, eso es lo genial en ella, yo tengo que leer mil veces más cosas y aún así no las entiendo por completo. Pero en fin, me resulta extraño ver a mí amiga con apuntes cuando nunca los necesito.
—Sí, estudio contaduría —dijo con la vista fija en la fotocopia.
—Ah, ya entiendo —asiento y me acomodo en mi cama— yo estudiaré luego. Estoy agotada.
—Duerme, si me acuerdo te despierto.
—¡Qué gran amiga! —solté con sarcasmo antes de dejar mi cabeza en la almohada.
Kira hizo un gesto con la mano restando importancia a lo que le dije y se colocó sus auriculares para volver a concentrarse en sus apuntes. Por mi parte, me di vuelta y suspire cerrando los ojos.
No voy a ser una perra fría y decir que esto no me importa, porque por algún extraño motivo si lo hace. Y, aunque no quiera, me muero de la curiosidad al no saber porque no llegó, pero creo que si lo hostigo con mensajes preguntándole tampoco será bueno.
Y así, con el pensamiento de Adam en mi cabeza, me fui quedando dormida de a poco.
***
Pasó una semana desde que se suponía que tendría esa cita con Adam, sinceramente traté y sigo tratando de no pensar mucho en eso, hasta los trabajos prácticos me son de mucha ayuda, pero estamos a sábado y puede que la gota de la curiosidad se haya resbalado y le haya mandado un mensaje, mensaje que obviamente no respondió. Me siento patética por ello pero no dejaré que eso me sea un obstáculo ésta noche. Thalia, Kira y yo iremos a un bar así podemos despojarnos las tres de nuestros problemas, por lo menos un rato. Kira de su clásico problema con sus padres, Thalia de sus problemas con Ashton y luego yo. Además, no me podía negar a la invitación ya que Jarek tocaría ésta noche.
Jarek es bueno tocando la guitarra y tiene una buena voz, él y sus amigos tocan desde los 17 años, recuerdo el martirio que fue tener que concentrarme los días en el que mi hermano ofrecía nuestro garage para ensayar. No es que no me guste que toquen, pero creo que justo esperaba la época de estudios para despertar a todo el barrio.
El guardia nos dejó entrar casi al instante en el que nos vio y, cuando llegamos al interior por suerte había otra banda tocando y varias personas bailando en la pista.
Yo y mis amigas caminamos hasta una de las cabinas del bar para luego sentarnos ahí.
—Iré a pedir cerveza —grité por encima de la música— ¿lo de siempre?.
Las dos asintieron. Levanté mi pulgar para hacerles saber que había entendido y salí de ahí. Pasé entre la gente hasta llegar a la barra y encontrarme con Isla, una chica que comparte algunas clases conmigo y la verdad que me cae bien. Por suerte no fue difícil conseguir lugar ya que la mayoría de la gente estaba en la pista de baile y no eran tantas la que llegaban cansados a pedir algo para hidratarse.
La verdad que me gusta este bar, ya que no es un lugar tan agitado donde haya demasiadas personas que te asfixien. Es un lugar tranquilo pero aún así popular.
—Hola Nova, hace mucho que no te veo por aquí —dijo por encima de la música pero con una sonrisa.
—Hola Isla, es cierto ya no vengo mucho por aquí —acepté—. Tres cervezas.
Isla asintió con una sonrisa y sacó tres botellas para luego extendermelas.
—Se te extraña —aseguró—, Owen sobre todo.
—Obviamente, si soy extrañable —bromee.
Nos reímos y luego de pagar y con un rápido saludo asegurando que nos volveríamos a juntar, me fui de ahí para dirigirme a la mesa que comparto con mis amigas.
Una vez que llegué a ésta, Thalia parecía estar muy enojada y Kira estaba soltando insultos que, incluso a diez pasos de distancia, se podían escuchar. Lo genial de Kira es que nunca se le acaba el repertorio de insultos, incluso tiene hasta en japonés. Me acerqué a ellas y las miré mientras dejaba las botellas sobre la mesa.
La castaña al instante tomó la que estaba a su alcance y le dio un largo trago dejándola casi a la mitad.
—Wow, espera Thalia, no te queremos borracha antes de medianoche —dije con calma— ¿qué sucedió?.
—Encontramos a Ashton muy amoroso con una morena hace un rato —explicó Kira.
Asiento mientras veo en dirección a la pista por si puedo localizarlo. En lugar de eso, encuentro a varios conocidos pero ningún rastro del mal nacido de Ashton. La banda terminó de tocar por lo que sólo quedaba el murmullo de las personas que aplaudían y hablaban entre ellas, o por lo menos hasta que llegara una nueva banda. Miré a Thalia y aleje la botella de cerveza para luego recalcularlo un par de segundos y devolversela. En estos momentos tengo que ser buena amiga y saber que lo necesita, y demasiado.
No te encuentras todos los días con el malnacido de tu novio coqueteando abiertamente con otra debajo de tus narices.
—Sabes Thalia, no te preocupes por eso esta noche —dije por encima del ruido—. Vamos a embriagarnos, esperar a que salga mi hermano con su banda, bailar hasta que nos duelan los pies e irnos cuando recién nos echen a patadas ¿entendido?.
—Copiado y recibido, general —dijo la japonesa haciendo un saludo militar.
Miré a la castaña esperando alguna respuesta de mi mensaje motivacional. Thalia tomó lo que restaba de su botella, la dejó en la mesa con un fuerte estruendo -que me sorprende que no se haya roto el vidrio- y me miró con una sonrisa.
—Esta noche seguiré tu consejo por primera vez en mi vida —accedió.
—Así se dice —le secundo haciendo que nos riamos.
Esta noche no nos la arruinara nadie. Ni Ashton, ni nadie. Ni siquiera Adam.
Esperen ¿yo pensé eso?.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro