Mantuve mi vista en los papeles que tenía frente a mí. Las letras comenzaban a unirse y no entiendo ni un poco de lo que está escrito. Creo que me estoy volviendo loca. Entrecierro los ojos para ver si mi cerebro recuerda como leer, pero es inútil. Apoyo mi cabeza sobre mis manos y suelto un bufido de cansancio.

—Deberías descansar—no tenía que mirar para saber quién me hablaba. Sabía diferenciar la voz de Ji Woon.

—Debería seguir estudiando—le respondo y escucho como corre la silla de mi lado para sentarse en ella.

—Creo que has estudiado suficiente por hoy.

—La prueba es mañana—finalmente me digno a verla.

—Y no por seguir repasando los conceptos básicos de como funciona una aeronave la aprobarás—juraría que leyó mis papeles para saber que estudiaba.

—Técnicamente si aprobaré por eso—rueda los ojos.

—Relájate, pasarás el examen y la próxima vez te veré montada en un avión real—hago un puchero.

—¿De verdad lo crees?

—Te pasaste pasado toda la semana viendo vídeos de como funciona una aeronave, de que hacer cuando se presente una tormenta. Haz revisado todas las maniobras necesarias para diferentes tipos de clima. Creo que estás lista—toma mi mano para apretarla un poco y darme ánimo.

—No quiero matar pasajeros imaginarios—sueno triste.

—Unnie, son imaginarios—reímos a la vez.

—Supongo que puedo relajarme unos minutos—giré los papales boca abajo para no poder ver las letras en ellos.

—Claro que sí. Además, siempre tienes más oportunidades—me guardé lo que quería responderle. No quiero meterla en mis problemas, son míos, no tiene que saberlos. Asentí dándole la razón y me sonríe—. ¿Has visto a JungKook?—le di una sonrisa pícara.

—Alguien está interesada en mi amigo—bromeo.

—Ya te dije que no. Solo es un amigo—subo las cejas haciéndole saber que no le creo.

—Seguro está de guardia esta noche—asiente unas cuantas veces.

—Deberíamos ir a dormir. Mañana es un día ocupado—suelto un suspiro de cansancio haciéndola reír—. Sabía que estabas cansada—toma mi mano para levantarnos juntas de las sillas, pero una voz nos interrumpe.

—¿Eun Yeong podemos hablar?—solté la mano de mi amiga para ver a Jin. Ella sin comprender porqué yo estaba tan seria frunció el entrecejo. Se supone que Jin y yo somos amigos, no tengo que tener mala cara al verlo. Pero está ese pequeño detalle de que, ya no lo veo como mi amigo.

—Claro—Ji Woon se despide con un movimiento de mano y se va saltando del comedor.

—Mmm—comienza a mover su pierna nervioso.

—Solo habla—me cruzo de brazos arrescostandome al espaldar de la silla.

—¿Sabes que no deberías estar enojada conmigo?

—¿No debo estar enojada porque alguien me ocultó la razón por la que continuo estando aquí?

—No, no debes estar enojada porque un amigo te haya defendido—camina hacia mí—. Si lo hice fue porque confío en ti y en tus habilidades.

—Y porque crees que soy muy débil para hacerlo yo misma.

—Jamás he pensado eso.

—¿Entonces por qué no me dijiste la verdad?—me levanto de la silla.

—Porque quería protegerte.

—¡No eres mi padre para protegerme de la vida!—subo la voz—. No soy una niña a la que no le pueden decir sus verdades a la cara. Si querían echarme yo tenía que resolver ese problema—me acerco a él.

—Soy tu amigo, por eso lo hice.

—No te lo pedí—nuestros ojos coincidieron.

—Te quise ayudar—el tono de su voz fue disminuyendo.

—No necesito tu ayuda.

—Entiende que no lo hice con malas intenciones.

—Solo entiendo que nadie cree que merezco estar en este lugar.

—Yo lo creo—trata de tomar mi mano, pero la alejo de él.

—Tú lo dijiste, lo haces porque eres mi amigo—trago en seco—. Oh bueno, eras—comienzo a caminar hacia la salida.

—Mañana me voy—dice deteniendo mi paso.

—Te deseo la mejor de las suertes—digo sincera. Jin llegó a importarme bastante. Lo tuve como la mejor persona que he conocido en mi vida, la persona que me daba fuerzas. Y ahora solo será un pequeño recuerdo.

—Y yo a ti. Espero que superes la prueba de mañana.

—Yo también lo espero—murmuro lo suficientemente alto para que el también escuche. Finalmente me voy del comedor.

Puede que Seok Jin solo tratara ayudarme, pero solo consiguió que mi seguridad bajara. Ahora no sé si soy digna de estar aquí. No sé si soy lo suficientemente fuerte para pasar todas las pruebas que me pongan. Tal vez mi familia tiene razón y no tengo lo necesario para formar parte del ejército. Tal vez mamá no se equivoca al temer por mi vida. Digo, ¿qué me diferencia de mi hermano? Solo soy una chica que llegó con el ego subido pensando que esto sería fácil y poco a poco le han hecho darse cuenta de lo equivocada que estaba y del fracaso que puede llegar a ser.

Limpié con furia la lágrima que había escapado de mi ojo derecho y seguí mi camino hacia la habitación. Debo mantenerme fuerte, tengo que tener la mente clara para mañana.

____
Miré lo relajadas que estaban las personas a mi alrededor. Claro, para ellos esto era solo una pequeña prueba un ejercicio, si no lo superaban tendrían más oportunidades. Pero para mí era mi última oportunidad, y de hecho, la primera que me entero que me dan ya que Jin se tomó la molestia de pedirlas sin mi consentimiento.

Las personas seguían entrando al simulador y a los minutos salían. Cada vez faltaban menos para mí turno y mis piernas no dejaban de temblar. Creo que acabo de darme cuenta de que tengo un tic nervioso.

Sentí que alguien tocaba mi espalda así que me giré para encontrarme con gigante sonrisa de Ji Woon, instantáneamente me hizo regresarsela.

—Hola hola—se sienta en el banco a mi lado.

—¿Qué haces aquí?

—Vengo a darle ánimos a mi amiga. ¿Acaso no puedo?—rio asintiendo.

—Gracias.

—No tienes que darlas—choca nuestros hombros como señal de apoyo—. Jimin me dijo que estaría a cargo de la prueba de hoy.

—¿Sí?—pregunto emocionada. Al menos no tendría que ver una cara sería durante mi prueba. Lo poco que había coincidido con Jimin me había demostrado lo alegre que era. Parece una persona con la que puedo hacer muy buenas migas...mhm migas. Cuando salga de aquí tengo que comer algo.

—Jimin-shi es el mejor piloto de todo este lugar. Hazme caso cuando te lo digo—me señala entrecerrando los ojos. Levanto las manos en señal de paz.

—Es tu hermano, te creo—asiente muchas veces complacida.

—Te tengo que dejar. El almuerzo no se hará solo—deja un beso sonoro en mejilla y se va corriendo. Sonrío al ver como si cabello rubio se mueve de un lado a otro. Si me gustaría verla con JungKook, son igual de adorables.

—¡Ri Eun Yeong!—gritan y me quedé petrificada en mi lugar. Es mi turno, llegó la hora de la verdad.

Con fuerza Eun, para esto estudiaste toda la semana.

Me levanté y traté de mostrar seguridad a la hora de caminar, cosa que estoy segura que no conseguí. Tomé asiento en el asiento del piloto y miré con miedo todo el panel frente a mí y la pantalla que simulaba la pista.

—¿Lista soldado?—pregunta Jimin y pongo mis manos sobre el timón haciéndome a la idea y maquinando todo lo que debía hacer psoteriormrente.

—Lista—tomé aire para soltarlo lentamente.

—Puede comenzar—comencé a presionar los botones que debían encender todo el equipo y cuando finalmente iba a despegar de la pista imaginaria me pegan un grito que me pudo dejar solda—. ¡Detengase!—solté el timón como si quemara y lo miré en busca de una respuesta—. Nam me dijo que le avisara cuando estuvieras aquí—mi sangre se congeló y abrí mucho los ojos—. Tranquila, es un buen chico.

Claro, es un encanto. Es lo que toda chica quiere por lo cariñoso que es. Su voz es tan delicada como el tacto de una pluma. Su rostro serio solo da tranquilidad y para nada espanto.

—Capitán, puede venir—vi como Jimin hablaba a través de un micrófono conectado a un audífono. Me regaló una sonrisa que se supone que debía tranquilizarme—. Solo hágalo como hace un rato, iba bien hasta que le interrumpí.

—Lo dices como si fuera muy facil—susurro.

—¿Qué?

—Nada—sonrío. Estuvimos un rato en silencio hasta que la puerta se abrió dejándonos ver a Don Mandón. Sin saludar toma asiento a un lado de Jimin. Con un movimiento de cabeza creo que me indicó que podía comenzar con la prueba.

Volví a encender todo y volví a tomar aire antes de emprender vuelo. No sé cuánto tiempo estuve en el similudor, pero estoy odiando a la persona que incluyó los rayos y ataque enemigo.

Finamente aterricé y apreté el timón esperando la reacción de mis acompañantes. Nadie hablaba, eso me incomodaba, odio el silencio, por eso jamás estoy callada. Escuché unas palmadas y me giré para sonreírle a Jimin.

—Tenemos a la nueva gran pilota—ríe y mi sonrisa aumenta—. ¿Qué te pareció Nam? Yo creo que estuvo increíble.

—Estuvo pasable—pasable me es suficiente. ¿Para él es suficiente?

—Gracias—me levanto de la silla a la vez que él.

—Tenemos que hablar—asiento. Sale de la habitación y le doy una última mirada a Jimin antes de seguirlo.

No nos detuvimos hasta estar en el patio trasero. No tengo ni la menor idea de para que estamos aquí, pero no pienso cuestionarlo. Se detiene en el centro de todo y mi odio aumenta, había mucho sol, odio el sol. Lo sé, algo raro si soy soldado.

—¿Recojo mis cosas?—es lo único que logra salir de mi boca.

—No tiene que hacerlo—responde como si le pasara.

—¿Puedo quedarme?—pregunto emocionada.

—Sí—doy un salto de alegría—. Por ahora—recuerda tratando de disminuir mi alegría, lamento decirte Don Mandón que eso es imposible.

—Dijo que si superaba esta prueba podía quedarme. No hay más pruebas—le recuerdo.

—Soy tu superior, puedo ponerte más pruebas si me da la gana—se cruza de brazos.

¿Por qué mierda sigues hablando Eun Yeong?

—Tiene razón, perdón—me pongo firme.

—Está perdonada—sonrío—. Por ahora—vuelve a decir y aguanto las ganas de bufar. Debo tratar de dejar de meterme en problemas con él—. Tengo entendido que quiere ingresar al programa de pilotos.

—Si capitán—mira a sus lados.

—Su propuesta es aceptada—murmura.

—¿Perdón? No lo escuché—miento, cosa que él no tiene que saber.

—Que su propuesta es aceptada—gruñe más alto. Vuelvo a pegar otro brinco.

—No se arrepentirá. ¡Lo prometo!

—No prometa cosas que no puede cumplir, soldado—aguanté las ganas de gritar, por primera vez me había llamado soldado.

—No lo hago—suelta una carcajada.

—Bien hecho—se gira para irse.

—Le prometería dejar de darle dólares de cabeza, pero mentiría—digo reteniéndolo. Se pone frente a mí.

—Eres única, soldado—sentí como mis mejillas comenzaban a sonrojarse.

—Me está llamando soldado—no puedo evitar recalcar.

—Hoy se lo merece.

—Gracias señor.

—No me de tanto las gracias y siga esforzándose—asentí—. Que entre al programa no quita que continúe con sus ejercicios matutinos. Mañana aquí, a tiempo. No soy Jin, no pienso tolerar su impuntualidad.

—No pienso que me tolere nada. No necesito que nadie me proteja y pienso seguir esforzándome.

—Va por buen camino—ahora si se va.

Al verlo desaparecer por la puerta del edificio comienzo a saltar gritando.

—¡Soy la puta ama!—aplaudo riendo. Paro de moverme y pongo mis manos en mi cadera tratando de controlar mi respiración acelerada—. Dios, creo que necesito hacer más cardio—suelto una carcajada—. Irónico ya que soy un soldado—hago una mueca y aprecio lo que tengo a mi alrededor. Algunos soldados me miraban raro—.¡¿Qué? ¿Nunca han hablado solos?!—les grito.

Soldados, raros.

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Volviiiiii y pienso hacer los capítulos un poquitito más largos.

Pido disculpas por el enredo que formé al poner ese interés sexual entre los personajes principales. Fue algo que intenté ya que la mayoría de las historias parecidas a esta eran eróticas. Pero yo soy Sandra y mi historia no tiene que parecerse a la de nadie. Quise probar para ver si quedaba bien, pero se volvió en una idea descartada ya que nuestra Eun es una chica muy "inocente" y un poco loca como para hacer que todo se vuelva sexual.

Espero que les guste y trataré de no desaparecer por tanto tiempo. Es bastante complicado ya que escribo unas 5 historias y tengo 2 en borradores que quiero tener completadas antes de publicar.