36
Mamá no paraba de hacerle preguntas a Nam Joon, él contestaba con toda la normalidad del mundo. El chico ya le había contando como comenzó toda nuestra historia, obviando las cosas que podían hacer que mamá lo echara de casa. Esto es raro e incómodo, pero una pequeña parte de mí se siente bien por tenerlos juntos en la misma habitación.
—Cariño, ¿por qué no me habías contado de él?—pregunta sacándome de mis pensamientos.
Piensa una excusa rápida.
—Quería estar segura de que era el indicado antes de traerlo a casa—ella sonríe con ternura y me toma de la mano.
Los tres estábamos sentados en el sofá, mamá se encontraba en el centro. Mi supuesto novio me regalaba miradas cada cierto tiempo. ¿Por qué se siente tan bien que haya venido?
—No fue solo una sorpresa para usted, Eun Yeong tampoco sabía que vendría—mamá abre mucho los ojos y se levanta rápido.
—Entonces los dejaré un rato para que hablen, estaré en el patio con mi hermana. Fue un gusto conocerte, hijo.
—El gusto es todo mío—verifiqué que mamá se hubiera ido antes de pegarle fuertemente en el brazo.
—¿Qué haces aquí?
—Creí que me querías aquí—frunce el entrecejo.
—Podías haberme avisado.
—Quería darte una sorpresa.
—Conseguido, me sorprendiste—sonríe y se acerca a mí—. No te atrevas a besarme en la casa de mi madre—le advierto al entender sus intensiones.
—Nadie nos está viendo, hemos hecho cosas en lugares peores.
—Y no estoy orgullosa de eso—me cruzo de brazos.
—¿Te arrepientes?—niego lentamente con la cabeza—. Entonces dale un beso a tu novio—me jala del brazo y aguanto mis ganas de sonreír—. ¿Qué?
—Nada—disimulo.
—¿Te gusta como suena la palabra "novio"?—niego haciendo una mueca—. ¿Segura de que no te gusta que te diga novia?—miré al suelo tratando de ignorarlo—. Si, te gusta—me vuelve a jalar y esta vez logra que caiga sobre él—. Ahora besa a tu novio.
—No besaré a mi novio, porque no tengo ningún novio—nos miramos a los ojos.
—Novia, no rechaces a tu novio—reí—. Bésame. No te lo pido, te lo exijo como tu superior.
—¿Es una orden?
—Sí—se pone serio.
—Tendré que cumplirla...—pasé lentamente mi lengua por mi labio inferior—en la noche—me levanto triunfante y corro hacia la puerta trasera—. Tía, quiero presentarte a alguien—llamo la atención de todos cuando veo que él me siguió.
—Kim Nam Joon, mucho gusto, novio de Ri Eun Yeong—se presenta y mi tía se levanta rápido de su asiento.
—No dijiste que era tan apuesto—regaña a mamá con la mirada y corre hacia MI chico apuesto.
Supongo que si me gusta decir que es mi novio.
____
—¿Segura que no pasa nada si duermo aquí?—pregunta analizando la habitación.
—Segura.
—¿Tú madre no pensará mal?
—Eres mi novio, pensó mal desde el momento en que te presentaste—asiente dándome la razón. Se sentó sobre la cama rosada y llena de peluches.
—Me gusta la antigua tú—mira las paredes llenas de fotos en las que salía con mis antiguos amigos. Se levantó y caminó hacia la pared derecha, mirando una en específico.
—Es mi favorita—le dejo saber.
—Se ven felices—se refiera a las sonrisas que teníamos mi hermano y yo mientras él me llevaba sentada en sus hombros.
—Lo fuimos cada segundo que estuvimos juntos. Discutimos muchas veces, pero eso lo hacen todos los hermanos.
—Era muy joven—se refiere a su partida, lo sé.
—Mañana saldremos al medio día—cambio de tema—. Debemos llegar lo más rápido posible.
—Oh no, yo debo irme mañana, pero tú te quedarás otro día.
—Solo tengo cuatro días de descanso, el viaje me toma casi un día entero.
—Por eso irás en avión, estarás en dos horas—dice como si fuera obvio.
—No tengo boleto, no iba a gastar dinero.
—Por eso lo gasté yo—abro mucho los ojos.
—No te lo pedí.
—Lo sé, tómalo como obra de caridad—comienza a jugar con mis muñecas barbies.
—No tienes que pagarme nada, yo puedo mantenerme sola.
—Fue un regalo, acéptalo y dame las gracias. Mereces otro día con tu madre, sé que hace mucho no la ves.
—Pero...—me señala y me mira mal—. Gracias.
—Así me gusta. ¿Ya puedo tener el beso que llevo esperando desde que llegué?—se acerca a mí.
—No creo.
—Me lo gané.
—¡No te lo pedí!—grito y ríe.
—No volveremos a esa discusión. Solo dame mi beso—rodé los ojos y le di un pico—. ¿Acaso tienes 10 años?—reí—. Muéstrame lo que sabes hacer con esos labios—mis mejillas comenzaron a arder.
—Eso sonó mal.
—Solo suena mal si estás pensado en las cosas indebidas que quiero que me hagas con tus labios—le pegué en su hombro con mi puño cerrado—. Vale, solo bésame—acepté de mala gana y finalmente le di el beso que él tanto deseaba.
Deseábamos.
_____
Desperté en la mañana arropada en sus brazos, extrañaba esa sensación, sentirme que soy la única a la que ama. La única que lo puede tener así. Levanto un poco mi cabeza para asegurarme de que siguiera durmiendo. Se veía tan tranquilo, tan relajado.
De repente su celular comenzó a sonar y abrió lo ojos sorprendiéndome. Ya quisiera yo despertar así de rápido. Al principio lució tenso, pero al coincidir nuestras miradas una sonrisa apareció en sus labios.
—Buenos Días—susurra dejando un beso en mi coronilla. Sonreí por su gesto y me pegué aún más a su cuerpo. Su celular no paraba de sonar así que con cuidado se alejó de mí para tomarlo en la mesita de noche.
No estoy orgullosa de lo que hice, pero miré la pantalla, quería saber quien lo llamada a esta hora de la mañana. ¿Y cómo no? Era su esposa.
—¿Me das cinco segundos?—preguntó haciendo una mueca de incomodidad con sus labios. Asentí sin querer hablar y señalé la puerta que lleva al pasillo.
Entré al baño principal, cepillé mis dientes y me quedé unos segundos mirando mi rostros antes de lavarlo con agua. ¿Por qué no puedo tener una vida normal? Bufé y sin importar que mi cara estuviera chorreando agua bajé las escaleras y fui hasta la cocina.
—Hola mamá—saludo al verla de espalda frente a la hornilla eléctrica.
—Hola hermosa—sigue en lo suyo—. Estoy preparando huevos revueltos, tus favoritos—caminé hacia ella y besé su mejilla tratando de distraerla lo menos posible.
—Gracias.
—¿Te irás después del almuerzo?—toma unos platos de la repisa sobre ella.
—Me iré mañana, Nam Joon me regaló un vuelo en avión para que pasara más tiempo contigo—me senté en una de las sillas de la mesa.
—¡Maravilloso!—grita emocionada y trato de corresponder su entusiasme, algo imposible en estos momentos—. ¿Qué sucede?—pregunta al ver mi mejilla contra la mesa. Era incomoda mi posición, pero no tenía ganas de estar de pie.
—Nada.
—Claro, nada—ríe y deja el plato lleno de comida frente a mí—. Debes levantarte si quieres comer—ruedo los ojos y me levanto con pesar—. ¿Tiene que ver con tu novio?
—No tiene nada que ver con él—me pongo a la defensiva, no quiero que mamá sepa la verdad.
—¿Y por qué nunca me hablaste sobre él?
—Ya te dije porqué—comienzo a romper aún más los huevos con el tenedor.
—No te creo. ¿Lo amas? ¿Estás bien con él?
—Si, mamá—hablo irritada por la conversación.
—La verdad, si te veo enamorada, pero no te veo cómoda.
—¿Cómoda con qué?—me centro en ella.
—Con decir que son parejas y que se aman—preferí quedarme callada—. ¿Qué está mal entre ustedes?—volví a guardar silencio—. Soy tu madre, habla conmigo.
Justo por esa razón no quiero contarte.
—No pasa nada, amo a Nam Joon y estamos bien juntos. Es un buen chico.
—No te lo niego, solo digo qué hay algo más.
—¿Por qué tan segura?
—Porque sé cuando te avergüenzas de algo, y a ti te da vergüenza decir que él es tu novio.
—¿Qué dices?—trato de reír—. ¿Por qué me daría vergüenza algo así?
¿Por qué está casado tal vez?
—Ayer estuviste muy callada cuando él me contaba sobre su historia de "amor"—hace comilla con los dedos—. ¿Me mintió sobre cómo se conocieron?
No, solo omitió la parte de que se casó para ganarse el respeto de su padre.
—Mamá deja de decir tonterías, no pasa nada—me levanté del asiento como si tuviera clavos.
—¿No vas a comer más?
—No tengo hambre—comencé a caminar hacia la salida.
—Ni siquiera comiste una cucharada.
Nam Joon estaba bajando las escaleras con su bolsa de viaje en su mano. Fruncí el entrecejo y él se alegró al verme.
—Que bien que no te debo buscar por toda la casa—se detiene frente a mí.
—¿Ya te vas? Creí que tu vuelo sería en la tarde.
—Tuve que cambiarlo, una emergencia en casa, no entendí muy bien sobre que trataba—sé que está mintiendo.
—Trata sobre Jiyu. ¿O debería decir Kim Jiyu?
—No quiero hablar sobre ese tema aquí—me advierte con la mirada.
—Claro que no discutiré contigo en casa de mi madre—me cruzo de brazos.
—Ni discutiremos en ningún momento porque ya hemos hablado sobre esto en muchas ocasiones. ¿Tan difícil te es dejarlo de lado?
—Casi tan difícil como te es a ti dedicarme un día completo sin que te llame ella o tu padre—con su mano libre desorganiza su cabello.
—He terminado con esta conversación—me toma de la nuca y deja un beso sobre mi frente—. Te amo. Deja el drama.
—No es drama—susurro rendida. Es obvio que él no me dejará seguir hablando.
—Si lo es—besa mi mejilla y por último deja un pequeño beso sobre mis labios—. Nos vemos mañana.
—¡Que emoción!—finjo alegría haciéndolo sonreír.
—A mí sí me emociona.
Me quedé como tonta frente a la escalera, lo escuché despedirse de mi madre y segundos más tardes cerrar la puerta principal.
En momentos como esto me hace pensar si vale la pena seguir viviendo así, escondiéndonos y discutiendo cada vez que tenga que responder ante su padre. Pero, ¿quién no hace sacrificios por amor? No seré la primera en hacerlos y mucho menos la última.
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